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Si nunca has probado una alcachofa, es posible que no sepas cocinarla ni mucho menos comerla. El procedimiento no es intuitivo, no basta con meter las hojas en la boca y masticar, ya que las fibras duras y las puntas afiladas de las hojas podrían causar estragos en tu sistema digestivo. Sin embargo, cuando se comen correctamente, las alcachofas puede ser una adición deliciosa, saludable y poco usual para cualquier comida.
Pasos
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1Corta las puntas de las hojas cortantes con un cuchillo o unas tijeras de alcachofa. Esto es opcional, pero hace que la alcachofa se pueda comer mucho más fácil después.
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2No hiervas la alcachofa. Estas deberán cocerse al vapor. Podrás dejarla cubierta con unos centímetros (o pulgadas) de agua y hervirla solo a fuego lento; luego deberás taparla. No las cubras por completo, tan solo unos centímetros (o pulgadas). Si las cubres con demasiada agua, estas se volverán marrones. Cuécelas al vapor por alrededor de 50 minutos. Sabrás que están listas si puedes atravesar el tallo con facilidad usando un tenedor. Deberás sentir que estás atravesando una fruta suave. Asimismo, podrás prepararlas en microondas envolviéndolas en plástico de forma individual y colocándolas por 8 a 15 minutos. También puedes prepararlas en una olla a presión por 20 minutos. Sabrás que están listas si puedes extraer una hoja jalándola con poco esfuerzo.
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3Escúrrelas volteándolas al revés.
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4Arranca las hojas externas una a una sosteniéndola como una papa. Debes ser capaz de ver la parte comestible con bastante claridad. Es de color más claro y está hacia abajo en la base de la hoja, donde se conecta al corazón.
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5Moja la punta (la parte que se une al corazón) en cualquier salsa que tengas. Algunas de las más comunes son:
- Mayonesa (trata de mezclar un poco de vinagre balsámico o salsa de soja)
- Mezcla de ajo y mantequilla
- Mezcla de aceite, sal y vinagre
- Mantequilla derretida
- Aderezo ranchero
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6Pica o raspa suavemente los tiernos trozos de la parte inferior de la hoja colocando la hoja en tu boca, cerrando los dientes, y tirando hacia fuera. La "parte buena" se separará de la parte fibrosa y leñosa de la hoja con facilidad.
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7Desecha las hojas sobrantes en un recipiente o en una pila en tu plato.
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8Continúa hasta llegar a las hojas pequeñas del centro que no tienen mucha carnosidad. Estas hojas son un poco diferentes a las hojas exteriores y con frecuencia tienen una tonalidad translúcida con un poco de color morado.
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9Retira las hojas del centro. Dependiendo de qué tan bien cocida esté la alcachofa, a veces se puede arrancar las hojas interiores más pequeñas todas a la vez para darle un último chapuzón en la salsa y morder los extremos delicadamente (pero no las puntas afiladas). Estas hojas recubren una fina y peluda capa justo encima del corazón de la alcachofa. Algunas personas llaman esta parte el "estrangulador", que es lo que te va a suceder si te lo comes, ya que es muy espinoso.
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10Retira el “estrangulador” con movimientos suaves con una cuchara. Podrás retirarlo con facilidad si se ha cocido bien. Lo que quede luego de extraerlo será el corazón. Muchas personas usarán diferentes implementos, pero una cuchara será lo mejor y dejará un corazón despejado sin ningún resto del estrangulador.
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11Date un festín. El corazón de la alcachofa es la parte más preciada de la fruta y es a menudo la única parte utilizada por los chefs de alta cocina, pero no tengas reparo en disfrutar la alcachofa entera. Disfruta.Anuncio
Consejos
- Las alcachofas se pueden comer frías o calientes.
- Las alcachofas también se pueden rellenar.
- Asegúrate de proporcionar un recipiente para desechar las hojas (un tazón de tamaño mediano para 2 personas) cuando sirvas toda la alcachofa cocida.
- No deseches el tallo, ya que puede ser casi tan sabroso como el corazón cuando se cocina. Basta con echarle un vistazo una vez que está cocida y cortar los pedacitos fibrosas o leñosos, ¡y comer el resto con el corazón!
- Es bueno sumergir las alcachofas en un tazón pequeño con mantequilla derretida antes de comer.
- Cocinar la alcachofa al vapor en una olla grande sobre una rejilla de vapor con alrededor de 2,5 cm (una pulgada) de agua hace que se mantenga más el sabor.
- Si no eres alérgico a los lácteos, prueba la alcachofa con queso parmesano. ¡Esta tendrá un buen sabor!
- Corta un diente de ajo y cocínalo con un poco de aceite de oliva extra virgen hasta que se dore, drénalo en un papel toalla y mezcla los pedazos con un poco de mayonesa para así preparar una salsa.
Advertencias
- No confundas las alcachofas mencionadas aquí con las alcachofas de Jerusalén o las alcachofas chinas, que son plantas completamente diferentes.
- No botes los restos a la basura. Fabrica un compost, si es posible, o simplemente échalos en el relleno sanitario.
Cosas que necesitarás
- Recipiente para desechar las hojas
- Salsa para remojar
- Un montón de servilletas