El blanqueado es una técnica culinaria que te permite cocinar rápida y fácilmente las verduras verdes para conservar sus sabores y nutrientes. Si no blanqueas las espinacas, su color se volverá opaco y perderá sus nutrientes al congelarlas. De manera práctica, puedes blanquearlas en la estufa o el microondas y luego trasladarlas a un bol con agua helada. Una vez blanqueadas, utiliza las espinacas en tus recetas preferidas o colócalas en el congelador.

Método 1
Método 1 de 3:
Utilizar agua hirviendo

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    Lava las espinacas para quitar la suciedad superficial. Antes de blanquearlas, enjuaga las hojas en agua fría del grifo por 10 a 20 segundos.[1]
    • Si prefieres retirar los tallos, este es el momento de hacerlo. Córtalos con un cuchillo pequeño y afilado.
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    Hierve una olla grande con agua a fuego alto. Echa agua en una olla grande hasta la mitad y ponla a hervir en la estufa a fuego alto.[2]
    • Si deseas, añade 1 o 2 cucharadas de sal al agua. Aunque no es necesario, esto permite sazonar las espinacas y retener sus nutrientes.
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    Llena un bol grande con cubitos de hielo y agua fría. Mientras hierve el agua, echa cubitos de hielo en un bol de vidrio o de plástico. Luego, cúbrelos con agua fría del grifo. Pon el bol cerca de la estufa para poder trasladar con facilidad las espinacas cuando hiervan.[3]
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    Hierve las espinacas por 30 a 40 segundos hasta que adopten un color verde brillante. Cuando hierva el agua, añade las espinacas. Utiliza una espumadera para sumergirlas en el agua hirviendo. A continuación, fija el temporizador en 30 segundos. Las espinacas estarán listas cuando adopten un color verde brillante.[4]
    • Evita cocinarlas en exceso. Si las dejas cocinarse por mucho tiempo, adoptarán un tono verde más oscuro.
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    Sumerge las espinacas en el bol con agua helada hasta por 1 minuto. Con la ayuda de una espumadera, remoja de inmediato las espinacas en el agua helada. Hazlo apenas las retires del agua hirviendo si deseas resultados óptimos.[5]
    • Cuando las espinacas estén en el agua helada, presiónalas con la espumadera para sumergirlas por completo.
    • Las espinacas se mantendrán tiernas y retendrán sus nutrientes gracias a que el agua helada corta el proceso de cocción.
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    Coloca las espinacas en un colador para escurrir el agua. Al cabo de 30 a 60 segundos, saca las hojas de espinaca con la espumadera y colócalas en un colador. Presiónalas suavemente con la espumadera para retirar el agua excedente.[6]
    • Como alternativa, vierte el agua helada y las espinacas directo en el colador. Si lo haces, retira el hielo del colador con una cuchara o tus dedos.
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    Exprime el agua de las espinacas con las manos. Para eliminar la mayor cantidad posible de agua, agarra las hojas con las manos y apriétalas suavemente. Hazlo con todas las espinacas.[7]
    • Si no eliminas el agua excedente, tu receta o salsa resultará muy húmeda.

Método 2
Método 2 de 3:
Blanquear en el microondas

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    Echa las espinacas en un bol apto para microondas. Este tipo de bol está elaborado con materiales que no se prenden fuego ni se derriten en el microondas. Puede ser de vidrio, plástico o cerámica. Añádele mínimo 150 g (5 onzas) de espinacas lavadas.[8]
    • Para saber si el bol es apto para microondas, revisa el fondo. La mayor parte de estos recipientes dicen la frase “apto para microondas” como indicador de que su uso es seguro en el microondas.
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    Cubre las espinacas con agua. Una vez colocadas en el recipiente, vierte agua por encima hasta cubrir las espinacas.[9]
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    Cocina las espinacas a alta potencia por 2 minutos. Mete el recipiente en el microondas y ponlo a alta potencia. Al cabo de 2 minutos, saca las espinacas del microondas.[10]
    • Al hacerlo, debes tener cuidado porque el recipiente puede estar muy caliente.
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    Coloca las espinacas en agua helada para impedir que se cocinen demasiado. Mientras estas se cocinan, llena un bol con cubitos de hielo y cúbrelos con agua fría. A continuación, vierte las espinacas en el agua helada una vez que terminen de cocinarse.[11]
    • Así conservarás el color verde brillante de las espinacas frescas, además de maximizar su sabor y contenido de nutrientes.
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    Vierte las espinacas en un colador para eliminar el agua. Apenas hayan terminado de cocinarse, echa el contenido del bol en un colador. Deja escurrir el agua mientras viertes las hojas.[12]
    • También puedes apretarlas con suavidad mientras están en el colador para retirar más humedad.

Método 3
Método 3 de 3:
Utilizar las espinacas blanqueadas

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    Utiliza las espinacas de inmediato si deseas. Las espinacas estarán listas para servir una vez que hayas retirado el agua excedente. Cómelas solas como un acompañamiento saludable o utilízalas para preparar recetas deliciosas, como palak paneer o una ensalada de espinacas.[13]
    • Las espinacas blanqueadas se verán mucho más pequeñas que al inicio. Una bolsa grande de espinacas se convertirá en una bola del tamaño de la palma de la mano.
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    Refrigera las espinacas en un recipiente hermético por 3 o 4 días. Si quieres guardarlas de forma temporal, colócalas en un recipiente hermético y refrigéralas por 3 o 4 días.[14]
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    Congela las espinacas para conservarlas hasta por 1 año. Si deseas congelarlas, colócalas en una bolsa grande para congelador y extrae el aire antes de meterla en el congelador. Planea utilizar las espinacas en un lapso de 10 a 12 meses.[15]
    • Para cocinarlas congeladas, retíralas del congelador y descongélalas por 1 o 2 horas en el refrigerador.
    • Las verduras blanqueadas antes de congelarse retienen muchos más nutrientes que las congeladas sin blanquear.

Consejos

  • Utilizar 150 a 180 g (5 a 6 onzas) de espinacas te permite obtener 1 taza de espinacas congeladas.
  • Si quieres realzar su sabor, pícalas con un prensador de papas. Hazlo antes de utilizar las espinacas en recetas o ensaladas. También puedes hacerlo antes de congelarlas.[16]

Advertencias

  • Si dejas mucho tiempo las espinacas en el agua hirviendo, sus nutrientes se descompondrán.
  • No blanquees espinacas con hojas amarillas, marchitas o magulladas.
  • Evita guardarlas junto con tomates, melones o manzanas. Estas frutas hacen que las hojas se vuelvan amarillentas debido a su contenido de etileno y las espinacas son sensibles a dicha sustancia.

Cosas que necesitarás

Utilizar agua hirviendo y agua helada

  • una olla grande
  • agua hirviendo
  • sal (opcional)
  • al menos 150 g (5 onzas) de espinacas limpias
  • un bol de agua con hielo
  • una espumadera
  • un colador

Blanquear en el microondas

  • un bol apto para microondas
  • al menos 150 g (5 onzas) de espinacas limpias
  • agua
  • un microondas
  • un colador
  • un baño de agua con hielo

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Categorías: Vegetales crucíferos
Resumen del artículoX

Para blanquear las espinacas, primero hierve una olla con agua y llena un recipiente con cubitos de hielo y agua fría. Luego, sumerge las espinacas en el agua hirviendo y déjalas hervir de 30 a 40 segundos hasta que adquieran un color verde brillante. Usa una espumadera para transferirlas al agua helada para que dejen de cocinarse. Déjalas en el agua helada durante 1 minuto. Por último, escurre las espinacas en un colador y apriétalas suavemente con la mano para eliminar todo el exceso de agua. Puedes usar las espinacas blanqueadas inmediatamente o guardarlas en un recipiente hermético hasta 4 días en el refrigerador o 1 año en el congelador. Para aprender a refrigerar o congelar las espinacas blanqueadas para usarlas más adelante, ¡sigue leyendo!