Los nabos son una maravilla de la naturaleza. Estos tubérculos llenos de vitaminas tienen un interior cremoso que sabe delicioso preparado de muchas formas distintas. Ya que son bajos en almidón, son un excelente reemplazo para las patatas. Revisa el Paso 1 y los siguientes para aprender cómo preparar este vegetal rico en potasio en una variedad de maneras.

Ingredientes

Nabos asados

  • 900 g (2 lb) de nabos
  • 2 cdas. de aceite de oliva
  • Sal y pimienta

Puré de nabo

  • 900 g (2 lb) de nabos
  • 2 cdas. de mantequilla
  • 1 cdta. de sal
  • Condimentos salados, como cebolletas picadas y pimienta negra, o dulces, como miel y canela

Sopa de nabo

  • 900 g (2 lb) de nabos
  • 5 cdas. de mantequilla
  • 2 puerros
  • 4 tazas de leche
  • Sal y pimienta
  • 1/4 de cdta. de tomillo seco

Nabo salteado

  • 900 g (2 lb) de nabo
  • 2 cdas. de aceite de oliva o mantequilla
  • Sal y pimienta al gusto

Método 1
Método 1 de 4:
Nabos asados

Los nabos asados tienen un interior cremoso y una corteza crocante. Colócalos en el horno mientras preparas el plato principal y estarán listos a tiempo para la cena.

  1. 1
    Precalienta el horno a (425 °F).
  2. 2
    Lava y pela los nabos. Lava los nabos en agua fría, asegurándote de retirar toda la tierra de la cáscara. Corta la parte verde. Si vas a usar nabos bebé no es necesario pelarlos, pero los nabos maduros tienen una cáscara gruesa que puede retirarse fácilmente con un pelador para papas.[1]
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    Corta los nabos en trozos del tamaño de un bocado. Utiliza un cuchillo de mondar para cortarlos en trozos de 2,5 cm (1 pulgada). Si lo deseas, puedes cortarlos más pequeños. También puedes añadir un poco de cebolla, zanahoria o chirivía a la mezcla, si te apetece.
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    Mezcla los trozos de nabo con el aceite y los condimentos. Colócalos en un tazón y combínalos con el aceite de oliva, un par de pizcas de sal y algo de pimienta. Asegúrate de que los trozos estén uniformemente cubiertos.
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    Esparce los trozos sobre una bandeja de horno. Colócalos en una sola capa, de forma que se cuezan uniformemente.[2]
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    Asa los nabos. Coloca la bandeja en el horno y ásalos por 15 minutos. Retíralos del horno, revuélvelos y cocínalos por 10 minutos más. Estarán listos cuando la corteza esté crocante y dorada.

Método 2
Método 2 de 4:
Nabos salteados

Saltear nabos es aún más rápido que asarlos. Una vez que los hayas lavado y picado, puedes tener listo este platillo en menos de 10 minutos.

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    Lava y pela los nabos. Restriégalos bajo el grifo con agua fría y utiliza un pelador de papas para retirar la cáscara. Si vas a usar nabos bebé este paso es innecesario.
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    Rebana los nabos. Usa un cuchillo de mondar para rebanarlos en discos. Esto te permite estar seguro de que se cocinarán uniformemente en la sartén.
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    Calienta la mantequilla o el aceite. Colócala en una sartén o plancha a temperatura media.
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    Coloca los nabos en la sartén. Esparce las rodajas de forma que no se sobrepongan y no se toquen demasiado entre sí.
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    Espolvoréalos con sal y pimienta. Mientras salteas los nabos, añade sal, pimienta y cualquier otro condimento que te guste.
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    Revuelve los nabos. Para cocerlos uniformemente, revuélvelos con una cuchara de madera, de forma que no se quemen por un lado.
  7. 7
    Sirve los nabos. Cuando estén suaves y ligeramente dorados, los nabos estarán listos para servir.

Método 3
Método 3 de 4:
Puré de nabo

El puré de nabo puede ser dulce o salado, al igual que el de camote o batata. Prepararlo machacando nabo con un poco de mantequilla y miel es una excelente manera de alentar a los niños para que coman este vegetal tan saludable. Prepara puré dulce para los más pequeños y salado para los adultos.

  1. 1
    Lava y pela los nabos. Refriégalos bajo el grifo con agua fría, luego corta la parte verde y pélalos.
  2. 2
    Córtalos en trozos. Utiliza un cuchillo afilado para cortarlos en trozos grandes. Esto hará que puedas cocinarlos más rápido.
  3. 3
    Cuece los trozos de nabo. Colócalos en una cacerola mediana y cúbrelos con agua fría. Hierve el agua y luego baja la temperatura; cuécelos a fuego lento hasta que se suavicen. Debe tomar aproximadamente 15 minutos.[3]
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    Escurre el agua. Traslada los trozos de nabo a un colador y drena toda el agua. Coloca los trozos de nabo en un tazón.
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    Machaca los nabos. Coloca la mantequilla en el tazón con los trozos de nabo caliente, para que empiece a derretirse. Añade la sal. Utiliza un pisapuré, una prensa para papas, dos tenedores o una batidora de mano para machacar los nabos hasta que estén suaves.
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    Añade los otros ingredientes. El puré cremoso de nabo es una base deliciosa para una variedad de sabores dulces y salados. Intenta añadir alguna de las combinaciones indicadas a continuación y luego mézclala bien con el puré.
    • Añade 2 cucharadas de miel o azúcar morena y 1 cucharadita de canela.
    • Añade 2 cucharadas de cebolletas picadas y ½ cucharadita de pimienta negra.
    • Añade 2 cucharadas de tocino cocido y picado y ¼ de taza de cebollas salteadas.

Método 4
Método 4 de 4:
Sopa de nabo

Este es un platillo reconfortante para servir durante el invierno. Los nabos combinan bien con el poro y el tomillo.

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    Lava, pela y corta los nabos. Al pelar nabos maduros, asegúrate de eliminar al menos una capa de cáscara, de forma que no sepan demasiado a almidón. Corta los nabos en trozos de 2,5 cm (1 pulgada) para cocinarlos más rápidamente.
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    Rebana el poro. Elimina la parte verde y el extremo de las raíces. Corta el resto del poro en rodajas.[4]
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    Blanquea los nabos. Hierve una cacerola grande llena de agua. Añade los trozos de nabo y 2 cucharaditas de sal. Blanquéalos por 1 minuto entero y luego retíralos del calor y escúrrelos. Colócalos a un lado.
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    Calienta 2 cucharadas de mantequilla en una cacerola. Derrítela por completo y luego añade ½ taza de agua.
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    Añade el poro y los nabos. Cuece la mezcla hasta que el poro esté suave, por aproximadamente 5 minutos.
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    Añade la leche y las especias. Vierte la leche en la cacerola y añade el tomillo y una cucharadita de sal. Cuece la sopa hasta que los trozos de nabo estén muy suaves, revolviendo ocasionalmente.
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    Licúa la sopa. En tandas, vierte la sopa en una licuadora y procésala hasta que no tenga grumos.
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    Adereza la sopa. Sírvela con ramitas de tomillo fresco o una cucharada de crema agria, además de sal y pimienta al gusto.
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    Listo.

Consejos

  • Elige nabos firmes y de color brillante. Evita los que estén magullados o muy suaves.
  • Puedes reservar las partes verdes y cocinarlas aparte; son saludables y deliciosas.

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Categorías: Papas | Recetas