Nos cruzamos con muchas personas enojadas en nuestras vidas cotidianas. Estas son personas que podrían no ser capaces de controlar sus sentimientos y reacciones. Lamentablemente, ellas desahogan su enojo con otras personas. Cuando alguien se enoja, puede tener dificultades para mantener sus emociones bajo control cuando afronta una situación. En ocasiones, el enojo puede salirse de control. Comunicarse con una persona enojada requiere que permanezcas calmado y paciente. También tienes que escuchar de forma eficaz y ayudarla a encontrar una solución para el problema.

Método 1
Método 1 de 6:
Reaccionar ante la furia de una persona

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    No respondas con enojo. Cuando una persona está enojada, en especial contigo, también podrías enojarte con facilidad. Sin embargo, cuando tratas de comunicarte con una persona enojada, es mejor no involucrar tu propio enojo.
    • Cálmate antes de responder. Fuérzate a detenerte y respirar profundo. Tal vez incluso puedas contar hasta 5 (o 10 si necesitas más tiempo). Recuerda que es probable que la furia de la otra persona no guarde relación contigo.
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    Mantén una distancia emocional. No te tomes el enojo de esta persona como algo personal. En lugar de ello, evita comportarte de esta forma inapropiada transformando tus sentimientos en curiosidad por el enojo de la persona. Hazte preguntas como: “Esta persona está realmente enojada, me pregunto ¿qué le habrá enojado tanto?”.[1]
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    Habla de forma calmada y lenta. No levantes la voz ni hables en un tono que transmita enojo. Respira profundo un par de veces si lo necesitas, y habla con una voz calmada y uniforme, a un volumen normal.
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    Emplea un lenguaje corporal que no sea amenazante. Brindar un lenguaje corporal abierto y receptivo puede ayudar a dispersar el enojo de otra persona. Ella notará que no eres hostil. Algunas formas de lenguaje corporal positivo incluyen a las siguientes:[2]
    • Mantener el contacto visual
    • Pararte o sentarte con los brazos a los costados, no cruzados frente a ti
    • Pararte un poco de costado, en lugar de estar directamente frente a la otra persona
    • Estar al tanto de la distancia entre la persona furiosa y tú. No invadas su espacio personal, como una manera de evitar incomodarla o enfurecerla más. Darle espacio también significa que, si intenta golpearte, podrás alejarte de ella.
    • Toca suavemente el hombro de la otra persona, si te permite hacerlo. Ten en cuenta que tocar no siempre es apropiado. Si la persona enojada es tu cónyuge o un amigo cercano, tocarla puede ser apropiado. Si la persona enojada es un cliente, sería inapropiado.
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    No provoques a la persona enojada. Cuando sabes que el enojo de una persona va a brotar, podrías hacer algo que lo provoque. Esto puede o no ser una acción deliberada, pero cuando alguien está enojado, trata de no hacer algo que sabes que lo enojará más o que hará que se sienta menos respetado.[3]

Método 2
Método 2 de 6:
Sugerir técnicas para calmar a la persona

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    Evalúa la situación antes de hacer sugerencias. Hacer sugerencias para calmar a alguien puede ser inapropiado para una persona que claramente no quiere ayuda. Sin embargo, puede ser apropiado si la persona enojada busca ayuda para calmarse. Esto también puede ser de utilidad si la conversación no es productiva o si se vuelve más intensa y una pausa está justificada.
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    Dile a la persona que respire profundo. Respirar profundo puede ser eficaz para regular las emociones. Dale a la persona estas instrucciones:
    • Inhala contando hasta cuatro, aguanta la respiración volviendo a contar hasta cuatro, luego exhala contando nuevamente hasta cuatro.
    • Asegúrate de que la persona respire con el diafragma en lugar del pecho. Cuando ella respira con el diafragma, su vientre se extiende (debe poder sentirlo con su mano).
    • Debe hacerlo las veces necesarias hasta sentirse más calmada.
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    Pídele a la persona que cuente hasta diez. Dile a la persona que no tiene que reaccionar de inmediato. Contar puede ayudar a postergar los sentimientos de enojo por un momento. Sugiérele a la otra persona que se tome un tiempo para ordenar sus sentimientos contando hasta diez.[4]
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    Distrae a la persona. Ayuda a la persona a sacar el enojo de su mente distrayéndola. Puedes contarle un chiste o hacer que vea un video. Puedes asegurarle a la persona que te preocupa su enojo, pero también puedes decir que puede ser una buena idea hacer que preste atención a otra cosa por unos minutos para ayudarla a tranquilizarse.[5]
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    Sugiere dar una caminata. Alejar a la persona de una situación la ayudará a calmarse. [6] Sugiérele dar una caminata, salir al aire libre o alejarse de la situación.

Método 3
Método 3 de 6:
Escuchar de forma eficaz

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    Deja que la persona hable. Es importante asegurarte de que la otra persona sienta que la tomas en serio. Deja que la persona hable y escucha lo que dice.
    • No la interrumpas ni la corrijas mientras habla.
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    Muestra empatía. No es necesario que estés de acuerdo con la otra persona, pero puedes mostrar que comprendes por qué podría sentirse de esa forma. Por ejemplo, podrías decir “Si sintiera que no recibo un trato igualitario, probablemente también me enojaría”.[7]
    • Estar de acuerdo con la persona enojada podría ayudar a dispersar los sentimientos de enojo. Esto ayuda a que la persona enojada sienta que tiene razón de alguna forma.
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    Sigue haciendo preguntas. Emplea preguntas “abiertas” para obtener más información. Las preguntas abiertas requieren una respuesta más específica que un simple sí o un no. Este tipo de preguntas requieren más información. Esto te permitirá llegar a la causa del problema.[8] Por ejemplo, podrías preguntar “¿Qué ocurrió en la reunión de esta mañana?”.
    • Usa la palabra “exactamente” para obtener más información. Por ejemplo, “¿A qué te refieres exactamente cuando dices que nadie te escuchó?”.
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    Parafrasea lo que la otra persona diga para pedirle que te lo aclare. Demuestra que quieres comprender lo que la otra persona te cuenta. Parafrasea lo que dice para asegurarte de comprender correctamente.[9]
    • Por ejemplo, puedes decir “Déjame ver si entendí. Fuiste a la reunión y te pidieron que expongas una presentación de último minuto, lo cual te estresó. Luego tu jefe estuvo revisando su teléfono todo el tiempo, lo cual te hizo sentir ignorado. ¿Entendí bien?”.

Método 4
Método 4 de 6:
Encontrar una solución

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    Busca un buen momento para resolver los problemas. Las defensas emocionales de una persona pueden disminuir si se siente cansada o hambrienta. Busca un buen momento en el que la persona haya descansado y pueda abordar un problema sin sumirse en una emoción negativa.[10]
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    Pide disculpas si es necesario. Si haces algo malo o si lastimas a otra persona por accidente, pedir disculpas no es un signo de debilidad. Esto demuestra que te preocupas por haber lastimado a otra persona, sin importar si fue adrede o no.
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    Ayuda a la persona a encontrar una solución al problema. Esfuérzate para resolver el problema. Pregúntale a la persona cuál es la solución a la que le gustaría llegar. Si no puedes cumplir con las expectativas de la persona o si ella está siendo poco racional, determina cómo puedes negociar.
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    Usa el “nosotros”. Usar este lenguaje ayudará a demostrar que vas a cooperar con la persona para resolver el problema conjuntamente. Por ejemplo, puedes decir “¿Cómo puedo ayudarte de forma que podamos resolver este problema?”.[11]
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    Céntrate en el problema que están abordando. Si tratas de desarrollar un compromiso, céntrate en el problema que ocurre en ese momento. No menciones peleas o problemas pasados. No recurras a resentimientos pasados para obtener el resultado que deseas en una situación.[12]
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    Prepárate para no llegar a una solución. Podrías no llegar a una solución hasta que la persona se haya calmado. Esto puede tomar algo de tiempo y la solución del problema se retrasará hasta que la persona pueda responder sin estar demasiado enojada.[13]

Método 5
Método 5 de 6:
Lidiar con un niño enojado

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    Enséñales a los niños lo que es el respeto mutuo. Los niños necesitan algunas indicaciones en relación con la forma en la que deben lidiar con su propio enojo. No muchas personas saben cómo enseñarles a estos niños a lidiar con el enojo, muchos de ellos tienen que arreglárselas por sí solos para lidiar con el enojo por su cuenta. Esto puede generar un mal control de los impulsos, un historial de conductas violentas y peleas en relaciones en la escuela y en la casa. Los niños aprenden sus patrones de conducta de sus padres y otros adultos con los que pasan mucho tiempo. Para enseñarle a tu hijo lo que es el respeto mutuo, debes hacer tu mejor esfuerzo para comunicarte con él de forma respetuosa.
    • Enséñales a tus hijos a tratar a los demás con amabilidad. No deben ser sarcásticos con otras personas.
    • No les grites ni los regañes. No avergüences a tus hijos, no les pongas apodos desagradables ni hables mal de sus acciones incluso si no se comportan de forma acertada. No hagas que tus hijos se sientan culpables.
    • Si tus hijos no se comunican de forma respetuosa, no los acuses de faltarte el respeto, pues esto lastimará sus sentimientos. Si tus hijos son jóvenes, es probable que ni siquiera se den cuenta de que se comportan de forma irrespetuosa. Si son adolescentes, hazles saber de una forma asertiva que su tono de voz suena enojado y pregúntales qué está ocurriendo. En otras palabras, solo haz una observación sin enojarte. Usa un tono no acusatorio y dales una oportunidad para explicarse.
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    Mantente calmado y relajado. Asegúrate de que tu rostro luzca relajado. Usa un tono de voz que no suene enojado o tenso.
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    No toleres las conductas violentas. No debes permitir las conductas como arrojar las cosas o golpear. Si ocurre solo una vez, habla con tu hijo después del incidente para hacerle saber que no está permitido golpear. Dile a tu hijo que esta acción fue un error y que lo perdonas, pero que perderá un privilegio la próxima vez que esto ocurra.
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    Acepta el derecho que tienen los niños a enojarse. Al igual que los adultos, los niños tienen derecho a enojarse. Un niño mayor o un adolescente pueden responder bien a una afirmación como esta: “Noté que tu frente está arrugada, que formaste un puchero con la boca y que tus brazos están cruzados. En mi opinión, luces enojado. Está bien, puedes estar enojado y en ocasiones, las personas se sienten así. Podrías experimentar otros sentimientos junto al enojo y eso también está bien”.
    • En el caso de los niños más jóvenes, es de más utilidad emplear una afirmación reflexiva más directa y más corta. La reflexión puede ayudar a los niños a aprender a nombrar la emoción y conocer la forma de lidiar con los sentimientos de forma apropiada. Dile a tu hijo “Estás enojado porque no pudiste comer la galleta antes de la cena”. No te preocupes si crees que podría no ser la emoción correcta, él te corregirá. La clave es hacer que reoriente la forma en la que se siente.
    • Ayuda a tu hijo a identificar más sentimientos, si es posible, ya que el enojo brota junto con otros sentimientos propios de una situación determinada. Por ejemplo, tu hijo podría estar enojado porque su hermano menor entra a su habitación sin su permiso. Tu hijo también podría sentirse un poco invadido.
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    Ayuda a tu hijo a calmarse. Lo que funciona en los adultos también funciona en los niños. Si notas que tu hijo adolescente o niño luce enojado por cierto tiempo, siéntate con él. Cuenta en voz alta para él, respirando profundo un par de veces junto con él. Inhala contando hasta cuatro, aguanta la respiración volviendo a contar hasta cuatro, luego exhala contando nuevamente hasta cuatro.
    • Debes estar dispuesto a dejar que tu hijo se desahogue por un momento y que se calme. Él necesitará esta habilidad para toda su vida, además, algunos niños en verdad prefieren calmarse.
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    Emplea una distracción. En el caso de algunos niños, es posible distraerlos por un tiempo suficientemente largo como para que olviden algo en lo que estaban concentrados. Esto es fácil para los niños pequeños. La distracción es una forma de lidiar con las emociones para calmarlas.
    • Cambia el escenario y lleva a tu hijo al garaje para que te ayude con algo pequeño. Una tarea pequeña como esta puede ayudar a hacer que tu hijo deje de concentrarse en lo que lo enoja. Más tarde podrás conversar con él sobre el problema.
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    Escúchalo muy bien y bríndale reconocimiento. Cuando tu hijo te hable sobre su problema y qué fue lo que lo enojó, escúchalo cuidadosamente. Parafrasea y resume lo que piensas que dijo. Esto demostrará que estás prestándole atención a su historia.
    • En el caso de los niños, es esencial enseñarles la diferencia entre los sentimientos y las conductas. Es totalmente aceptable sentirse enojado o molesto, pero tenemos que mostrar eso en la forma correcta. Esto es cierto en especial en los niños que externalizan su enojo y golpean, patean o destruyen cosas.
    • Haz preguntas. Tu hijo aún podría estar molesto y divagar en su historia. Al hacer preguntas, también puedes ayudarlo a organizar sus pensamientos.
    • Por ejemplo, si algo en la escuela enoja a tu hijo, resume lo que te dice: “Déjame ver si entiendo tu historia. Billy te empujó durante el almuerzo. Le dijiste al profesor, él solo le dijo que se detenga, pero crees que debió haberlo castigado. ¿Lo entendí bien?”.
    • Por ejemplo, si tu hijo tiene un conflicto con sus amigos, acepta que tiene derecho a estar enojado y molesto. Tu hijo podría sentirse herido. Podría tomar un tiempo para que tu hijo supere estos sentimientos, pero afírmale que con el tiempo estos desaparecerán.
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    Piensa en cómo solucionar el problema. Esto hará que el enfoque cambie de la furia a la resolución del problema. Motiva a tu hijo a pensar en soluciones que sean beneficiosas para todos, lo que garantizará que haya cooperación en la casa.
    • También puedes ofrecer algunas sugerencias, pero también es eficaz dejar que tu hijo piense en las soluciones. Tu hijo podría sentir que tiene más control si determina cómo solucionar el problema. Él también aprenderá cómo solucionar sus propios problemas, lo cual es una habilidad que necesitará a lo largo de su vida.
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    Sé constante y paciente. Vas a enseñarle a tu hijo habilidades para la vida que son importantes, así que seguir estos pasos todo el tiempo ayudará a que comprenda esta lección.
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    Ayuda a tu hijo a lidiar con las situaciones difíciles. En algunos casos, tu hijo podría sentirse enojado debido a que lo ofenden. Ya sea debido al acoso o a un trato desagradable por parte de sus compañeros, tu hijo podría tener una muy buena razón para estar enojado.
    • Si hay situaciones en las que tu hijo necesita protección, como una situación de acoso, demuestra cómo debe abordarse esta situación de forma asertiva. Acude al director de la escuela para solicitar ayuda y alerta a los profesores de tu hijo. Continúa acudiendo a las personas que formen parte de la cadena de mando de la escuela hasta que consigas una solución positiva.
    • Ser paciente en las situaciones difíciles ayudará a mostrarle a tu hijo cómo se resuelven los problemas.

Método 6
Método 6 de 6:
Garantizar tu seguridad

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    Mantente a ti y a tu hijo a salvo. Lo primero sobre lo que debes saber cuándo estás cerca de una persona que está enojada la mayor parte del tiempo es tu seguridad física personal.[14] Si tienes niños en la casa y su seguridad física, emocional y mental se ven dañadas, o si presencian violencia en casa, debes garantizar tu propia seguridad y la de tus hijos.
    • Cuenta con un plan para que sepas que hacer si tu seguridad corre peligro.
    • Si es posible, consigue otro lugar en donde quedarte o quédate en un refugio para garantizar tu seguridad.
    • Emplea una palabra clave que tus hijos puedan usar si alguien corre peligro. Enséñales qué hacer en caso de que uses una palabra clave (por ejemplo, deben salir de la casa y correr hacia la casa de un amigo determinado).
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    Cuéntale tu situación a un amigo o familiar de confianza. Si puedes, habla sobre tu plan de seguridad con tu amigo, vecino o familiar. Habla sobre las pistas visuales que podrías usar si corres peligro.[15]
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    Conoce la ubicación de tu ruta de escape. Identifica las salidas más cercanas. Si no puedes salir de tu casa, identifica las áreas seguras de la casa en las que no haya armas ni ningún otro instrumento que puedan usar para lastimarte.[16]
    • Siempre estaciona tu auto en la entrada de tu casa con la parte delantera hacia afuera y mantén el tanque de gasolina lleno.
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    Ten a la mano un teléfono en todo momento. Lleva tu teléfono contigo y programa los números de teléfono importantes.
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    Llama a una línea de violencia en el hogar. Si tienes problemas para alejarte de la situación, llama a la National Domestic Violence Hotline o a una línea similar en tu región. Esta línea cuenta con un personal que puede ayudarte a elaborar un plan. Ellos también pueden indicarte la ubicación de un refugio al que puedas acudir.
    • El número telefónico de la National Domestic Violence Hotline es 1-800-799-SAFE (7233). Su página web es http://www.thehotline.org.

Acerca de este wikiHow

Maya Diamond, MA
Coescrito por:
Coach de relaciones en pareja
Este artículo fue coescrito por Maya Diamond, MA. Maya Diamond es una coach de citas y relaciones en pareja en Berkeley, California. Ella tiene 7 años de experiencia ayudando a solteros atrapados en patrones de citas frustrantes a encontrar seguridad interna, sanar su pasado y crear relaciones sanas, amorosas y duraderas. Recibió su maestría en psicología somática en el Instituto de Estudios Integrales de California en 2009. Este artículo ha sido visto 49 389 veces.
Categorías: Control de la ira