Las hojas de albahaca son conocidas por sus propiedades medicinales y culinarias, además de desprender un excelente aroma. La albahaca es una hierba muy rica en nutrientes y aporta un gran sabor a muchos platos, desde la ensalada caprese hasta el pollo a la parmesana. [1] Puedes congelar la albahaca fresca y tenerla a mano para utilizarla en tus recetas favoritas durante todo el año.

Método 1
Método 1 de 3:
Congelar albahaca troceada o triturada

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    Arranca o corta los tallos de las hojas de albahaca y deséchalos. No necesitarás los tallos para congelar la albahaca. Si has cosechado la albahaca de tu propio jardín en mitad de la temporada de cultivo, corta o arranca solo 12.7 a 15.2 cm (5 o 6”) del extremo superior de la planta, de forma que dejes que algunos tallos y hojas sigan creciendo.
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    Enjuaga la albahaca con agua corriente fresca. También puedes dejar la albahaca a remojo en un bol con agua fría. Escurre bien la albahaca con la ayuda de un colador.
    • Seca la albahaca dando toquecitos suaves con papel de cocina. La albahaca es bastante delicada, por lo que debes secar las hojas con toques muy suaves o dejarlas entre dos trozos de papel de cocina hasta que se sequen.
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    Introduce 1 o 2 puñados de albahaca en el procesador de alimentos. Llena el depósito del procesador de alimentos con cuidado de que las hojas no queden muy apretadas entre sí.
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    Selecciona la opción de picar para trocear la albahaca. De esta forma, obtendrás hojas troceadas; si quieres triturarlas, selecciona la opción indicada en las instrucciones del fabricante para hacer puré. Este proceso llevará solo unos segundos. Cuanto más fina quieras triturar la albahaca, más largo será el proceso.
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    Vierte un chorro de aceite de oliva sobre la albahaca mientras la picas o la trituras. El aceite de oliva evita que la albahaca se oscurezca o se ponga negra durante la congelación, y enriquece su sabor. Debes utilizar 2 o 3 cucharadas soperas de aceite de oliva para cada manojo de albahaca que quieras congelar, aunque es un ingrediente opcional. Si quieres congelar la albahaca en cubiteras de hielo prescindiendo del aceite, puedes añadirle agua para formar granizado en el procesador de cocina.[2] [3]
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    Traslada la albahaca picada a un recipiente de congelación o a una cubitera con la ayuda de una cuchara. Si utilizas cubiteras, puedes trasladar los cubitos de albahaca a un recipiente más grande una vez que hayan estado en el congelador durante 12 horas.
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    Utiliza la albahaca congelada. Puedes dejar la albahaca en el congelador durante meses y sacarla cuando quieras utilizarla para alguna receta, especialmente durante la temporada de invierno. Podrás separar fácilmente unas hojas de otras. Si vas a utilizar la albahaca para un plato caliente, solo tienes que echar las hojas aún congeladas y esperar a que se descongelen (no tendrás que forzar el proceso).
    • Si tienes demasiada albahaca congelada, dale a tus amigos; te adorarán por ello.
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Método 2
Método 2 de 3:
Congelar albahaca fresca

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    Separa todas las hojas de los tallos. Puedes cortar o arrancar las hojas con los dedos para separarlas de los tallos.[4]
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    Enjuaga bien las hojas con agua fría. Utiliza un escurridor para ensaladas para facilitar el trabajo. Si no tienes uno en casa, también puedes lavar las hojas en un bol con agua y utilizar papel de cocina para secarlas.
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    Pon agua fría con hielo en un bol.
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    Hierve una olla de agua. La olla debe ser suficientemente grande para que quepan todas las hojas de albahaca.
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    Echa las hojas de albahaca en el agua y deja que se cuezan durante 5-10 segundos. Ten mucho cuidado de no hervirlas durante más de 10 segundos. Traslada la olla a una hornilla que no esté caliente para que se enfríe lo antes posible.
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    Echa las hojas en el agua fría con hielo utilizando un colador para sacarlas de la olla. Haz esto lo más rápido que puedas para que la albahaca deje de cocerse en el agua caliente.
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    Deja las hojas sobre papel de cocina. Esta es la parte que requiere más tiempo, así que ten paciencia. Simplemente, coge las hojas con las manos de una en una y deja que se sequen sobre un trozo de papel de cocina. Puedes dejar que se sequen durante 5-10 minutos si quieres.
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    Coloca las hojas en platos o bandejas para hornear galletas. Extiéndelas de una en una, de forma que no se rocen demasiado unas con otras. Tal vez tengas que utilizar dos bandejas para hornear cubiertas de papel encerado.
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    Congela las hojas rápidamente. Coloca las bandejas para hornear galletas con las hojas en el congelador y espera hasta que se congelen totalmente. Después, sácalas del congelador.
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    Coloca las hojas en un recipiente. Puedes utilizar una bolsa para congelación, una fiambrera, un cartón vacío de leche u otro recipiente que se pueda cerrar fácilmente.
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Método 3
Método 3 de 3:
Congelar la albahaca rápidamente

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    Corta las hojas para separarlas de los tallos.[5]
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    Enjuaga bien las hojas.
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    Extiéndelas sobre una superficie plana y deja que se sequen de forma natural durante 30 minutos como mínimo. Puedes extenderlas sobre la encimera, sobre una bandeja para hornear galletas o sobre un plato llano. Puedes utilizar papel de cocina para secarlas dando toquecitos y acelerar el proceso.
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    Colócalas en una bolsa para guardar alimentos. Puedes meter las hojas en la bolsa, dejando suficiente espacio libre y asegurándote de que estén totalmente secas para que no se peguen unas con otras. Puedes utilizar una bolsa con cierre hermético, una fiambrera de plástico o cualquier recipiente que se pueda cerrar.
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Consejos

  • Congela rápidamente las hojas de albahaca, enteras o troceadas, colocándolas en una cubitera con agua. Las hojas se oscurecerán durante la congelación, pero conservarán todo su sabor.
  • Puedes utilizar la opción de triturar o licuar del procesador de alimentos si quieres hacer una pasta de albahaca para congelarla y utilizarla cuando quieras hacer salsa pesto. Cuando hayas conseguido la consistencia que quieras, simplemente mete la pasta en una bolsa de congelación con cierre hermético y déjala en el congelador. Cuando necesites utilizar la albahaca para hacer salsa pesto, puedes romper un trozo de pasta de albahaca congelada del tamaño que quieras.
  • Ten en cuenta que debes utilizar unas 3 cucharadas soperas (45 ml) de aceite de oliva por cada puñado de hojas de albahaca que introduzcas en el procesador de alimentos.
  • Las cubiteras son muy útiles para congelar albahaca; cada cubito equivale a una cucharada sopera aproximadamente (15 ml), por lo que podrás medir sin problema la cantidad que necesites para las recetas de sopas y salsas con albahaca. Por ejemplo, si la receta requiere 3 cucharadas soperas (45 ml) de albahaca, simplemente tienes que echar 3 cubitos de hojas congeladas en la olla.
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Advertencias

  • Asegúrate de cubrir bien las hojas de albahaca con aceite de oliva cuando las piques o las tritures en el procesador de alimentos. El aceite ayudará a que la albahaca conserve su sabor y retenga la humedad, así como a evitar que se oscurezcan las hojas.
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Cosas que necesitarás

  • Papel de cocina
  • Tijeras de cocina (opcional)
  • Colador
  • Cuchara
  • Procesador de alimentos
  • Aceite de oliva
  • Cubiteras
  • Bolsa de plástico con cierre hermético
  • Escurridor para ensaladas (opcional)

Acerca de este wikiHow

Ollie George Cigliano
Coescrito por:
Chef privada e instructora en alimentación
Este artículo fue coescrito por Ollie George Cigliano. Ollie George Cigliano es chef privada, instructora alimenticia y propietaria de Ollie George Cooks en Long Beach, California. Con más de 20 años de experiencia, se especializa en utilizar ingredientes frescos y divertidos, y en combinar técnicas de cocina tradicionales e innovadoras. Además, sus clases de cocina están clasificadas entre las 3 mejores en el área de Long Beach. Ollie George tiene una licenciatura en literatura comparada de la Universidad de California, Berkeley, así como un certificado en nutrición y vida saludable de la Universidad eCornell. Este artículo ha sido visto 90 472 veces.
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