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Congelar lasaña casera es una forma estupenda de tener este plato a mano para esas noches en las que solo te sientes capaz de encender el horno y calentar la cena. Una vez que hayas hecho lasaña y la hayas congelado, tendrás a tu disposición un plato casero y sano que podrás consumir cuando lo necesites. Puedes congelar lasaña asada o sin asar, pero tendrás que descongelarla la noche anterior al día en que quieras calentarla o cocinarla y servirla. Sigue leyendo este artículo si quieres saber cómo congelar lasaña de forma que conserve el sabor que tiene cuando está recién hecha.
Pasos
Método 1
Método 1 de 2:Preparar la lasaña
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1Haz lasaña siguiendo una receta apta para su congelación. Algunos ingredientes conservan su sabor mejor que otros cuando se calientan después de haber sido congelados. La mayoría de las recetas de lasaña que emplean ingredientes frescos conservan su sabor después de la congelación, ya las congeles asadas o sin asar. Sin embargo, si la receta utiliza ingredientes que ya hayan sido congelados y descongelados antes, será mejor no congelar la lasaña porque descongelarla por segunda vez no es aconsejable. Congelar y descongelar los alimentos más de una vez puede favorecer la contaminación de los ingredientes por bacterias.
- Por ejemplo, no cuentes con congelar la lasaña si has usado salchichas o carne picada previamente descongeladas. Para congelar la lasaña, utiliza carne fresca recién comprada o descarta este ingrediente.
- Los alimentos congelados y descongelados más de una vez también pierden gran parte de su sabor y de su textura. Eligiendo una receta de lasaña hecha únicamente con ingredientes frescos te asegurarás de conseguir un sabor óptimo.
- Aunque tu receta favorita de lasaña requiera utilizar ingredientes congelados, puedes sustituirlos por alimentos frescos sin que el resultado final se vea muy afectado. Por ejemplo, en lugar de utilizar champiñones congelados, utiliza champiñones frescos. En la mayoría de los casos no tendrás que emplear más tiempo, ya que de todas formas lo que esté congelado tienes que descongelarlo previamente.
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2Une las láminas de la lasaña en un recipiente apto para el congelador. Utiliza un recipiente que se venda como "apto para congelación" o que sepas de antemano que resiste al congelador y al horno. La mayoría de los recipientes de cristal y de cerámica son adecuados para este propósito.
- Evita utilizar sartenes de aluminio para guardar la lasaña. La comida puede acabar adquiriendo un sabor a metal.
- Si no tienes ningún plato que se pueda utilizar tanto para hornear como para congelar lasaña, puedes asarla en un recipiente y congelarla en otro más adecuado para este fin.
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3Decide si prefieres asarla primero. La lasaña asada previamente a su congelación proporcionará un excelente sabor después de ser descongelada y calentada. La lasaña congelada sin asar también está deliciosa. Utiliza el método que más te convenga, ya que la textura y el sabor resultantes no se verán demasiado afectados de ninguna forma.
- Es posible que decidas congelar lasaña previamente asada si te sobra bastante comida después de cocinar.
- Si prefieres congelar la lasaña antes de asarla, considera la posibilidad de hacer dos lasañas la próxima vez que comas lasaña para cenar. Podrás asar una y congelar la otra para consumirla más adelante.
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4Enfría la lasaña hasta que alcance la temperatura ambiente. Si quieres congelar la lasaña asada, debes asegurarte de que se haya enfriado totalmente antes de hacerlo. De lo contrario, la textura del plato no resultará tan agradable una vez que la descongeles y la prepares para comerla. Después de hacer la lasaña, deja que repose durante una hora para que se enfríe. También puedes enfriarla en el frigorífico. Antes de meter la lasaña en el frigorífico, cubre la lasaña con dos capas de film transparente y una capa de papel de aluminio.
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5Cubre la lasaña con film transparente adecuado para el congelador. No utilices papel de aluminio, ya que podría afectar al sabor de la lasaña. Cúbrela con varias capas de film transparente para mantenerla fresca en el congelador. Tal vez sea mejor envolver todo el recipiente con el film en lugar de cubrir solo la parte superior. De esta forma, te asegurarás de que no entre el aire por ningún hueco, causando quemaduras por congelación en la comida.
- Considera la posibilidad de cortar la lasaña en porciones individuales y congelarla en bolsas. De esta forma no tendrás que recalentar toda la lasaña si solo necesitas una ración para una o dos personas. Corta la lasaña en porciones individuales una vez que se haya enfriado. De esta forma, las láminas y el relleno se habrán asentado y no se desmontarán. Pon cada porción en su propia bolsa de congelación.
- En cualquier caso, asegúrate de que la lasaña quede envuelta por dos capas para evitar que se seque.
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6Congela la lasaña. Etiquétala y métela en el congelador. La lasaña puede aguantar hasta tres meses congelada, ya esté rellena de verdura o de carne.Anuncio
Método 2
Método 2 de 2:Descongelar y recalentar la lasaña
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1Descongélala por la noche. Deja que la lasaña se descongele durante toda la noche para consumirla al día siguiente en la cena. Si intentas asarla cuando aún esté parcialmente congelada, no se cocinará uniformemente y su sabor y su textura se verán negativamente afectados. También será más difícil saber si está hecha o no. Puedes dejar que se descongele toda la lasaña o solo las porciones que necesites durante toda la noche en el frigorífico.
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2Precalienta el horno a 180 ºC/350 ºF. Esta es la temperatura estándar para cocinar lasaña. Independientemente de la receta que sigas, esta temperatura será perfectamente adecuada para asar la lasaña.
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3Prepara la lasaña para asarla. Retira el plástico en el que esté envuelta la lasaña, ponla en un plato para hornear y cúbrela con papel de aluminio. De esta forma, evitarás que la parte de arriba se dore en exceso mientras que el resto de la lasaña se termina de hacer. Si calientas una porción individual, saca el trozo que quieras cocinar fuera de la bolsa de congelación y colócalo en un plato para hornear adecuado; después, cúbrelo con papel de aluminio.
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4Asa la lasaña. Métela en el horno y cocínala durante 30-40 minutos, o hasta que se haya calentado lo suficiente. Puede que tengas que probar un trocito del centro para asegurarte de que no esté aún fría por dentro. Cuando falten 10 minutos para sacarla del horno, puedes quitarle el papel de aluminio para que el calor llegue mejor a la parte de arriba si quieres que la capa de arriba quede crujiente y gratinada.
- Si simplemente quieres recalentar una porción individual de lasaña, puedes hacerlo en el microondas en lugar de usar el horno. Coloca la porción en un recipiente apto para microondas y cocínala durante 2 o 3 minutos, o hasta que esté caliente y empiece a formar burbujas. No utilices papel de aluminio para el microondas.
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5Sirve la lasaña. Dado que la lasaña habrá pasado bastante tiempo en el congelador, puede que quieras mejorar su sabor espolvoreando algo de albahaca picada o de orégano por encima.Anuncio
Consejos
- Es más fácil cortar la lasaña en porciones individuales una vez que se haya enfriado.
- Etiqueta con el nombre y la fecha todas las comidas antes de guardarlas en el congelador para saber siempre cuánto tiempo llevan congeladas.
- Para calentar porciones individuales, coloca la lasaña liada en film transparente en el microondas y deja que se cocine a potencia máxima durante 3 minutos. Haz agujeros en el plástico con un cuchillo para permitir que el vapor salga. También puedes poner la lasaña en un plato y cubrirla con film transparente. El vapor hará el trabajo por ti.
Cosas que necesitarás
- Recipiente apto para el congelador o bolsas de congelación para guardar porciones
- Film transparente para alimentos
- Papel de aluminio
- Cuchillo
- Etiquetas para indicar la fecha de elaboración e identificar la comida (opcional)
- Platos para hornear porciones y papel de hornear
Referencias
- Basado en los consejos de la publicación australiana Good Taste (Buen gusto), Diciembre de 2009, p. 62