Ya sea que cultives tus propios ajíes o que quieras aprovechar los precios bajos del mercado, conservar ajíes es una buena forma de tenerlos a tu disposición durante todo el año. Elige entre secar, encurtir, congelar o conservar los ajíes en aceite. Cada método de conservación produce una textura diferente, pero el sabor y el picante permanecerán intactos sin importar cuál elijas.

Método 1
Método 1 de 4:
Secar los ajíes

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    Lava y seca los ajíes. Enjuágalos bajo un chorro de agua fría, teniendo cuidado de eliminar la suciedad y otros desechos. Escoge los ajíes magullados o dañados, ya que estos no se mantendrán durante mucho tiempo. Seca los ajíes con una toalla de papel antes de continuar.
    • Puedes usar guantes para proteger tus manos mientras manipulas los ajíes. Los ajíes picantes contienen capsaicina, una sustancia química que arde cuando entra en contacto con tu piel.
    • Ten mucho cuidado de no tocar tus ojos o nariz después de manipular ajíes picantes.
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    Colócalos sobre una rejilla de alambre. Puedes usar una rejilla para enfriar o cualquier otra rejilla que tenga conductos de ventilación para permitir la circulación del aire desde abajo. Si es posible, evita usar una bandeja de cocina sólida, ya que la falta de flujo de aire hará más difícil que los ajíes se sequen de forma homogénea.
    • Coloca la bandeja en una habitación soleada y bien ventilada. Por ejemplo, la ventana de la cocina es una excelente ubicación.
    • Déjalos secar durante tres o más días, luego almacénalos en un recipiente hermético.
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    Prueba sujetando con cuerdas los ajíes y luego cuélgalos. Esta es una forma fácil y decorativa de secarlos. Una vez que los ajíes hayan secado, puedes mantenerlos colgados o almacenarlos para usarlos más adelante. A continuación te mostramos cómo hacerlo:
    • Ensarta una aguja con un trozo grande de hilo fuerte o un sedal. Perfora los ajíes justo debajo de sus cabezas para pasar la aguja a través de ellas. Hazlo hasta que todos los ajíes hayan sido ensartados.
    • Cuélgalos en un lugar bien ventilado y soleado de tu casa.
    • De 3 días a 1 semana, estarán secos y listos para usarlos.
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    Seca los ajíes rápidamente en el horno. Esta es una buena técnica si estás apurado y no quieres esperar que los ajíes se sequen de forma natural. En vez de guardar los ajíes enteros, cortarlos en trozos ayuda a secarlos de forma rápida y homogénea. Sigue estos pasos sencillos:
    • Corta los ajíes limpios por la mitad, a lo largo.
    • Colócalos con el lado de las semillas mirando hacia arriba sobre una bandeja para horno.
    • Hornea a 52 °C (125 °F) (o la opción más baja) durante varias horas.
    • También podrías usar un deshidratador de alimentos para obtener resultados rápidos.

Método 2
Método 2 de 4:
Encurtir los ajíes

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    Lava y corta en trozos los ajíes. No es del todo necesario. Podrías dividirlos en cuartos o cortarlos a lo largo. Si prefieres conservar los ajíes enteros, usa un cuchillo para hacer una abertura pequeña al costado de cada ají, lo cual ayuda a conservar la forma. Dependiendo de qué tan picante quieras que sean tus ajíes encurtidos, puedes retirar las semillas o conservarlas.
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    Coloca los ajíes en un frasco esterilizado. Elige un frasco para conserva limpio y llénalo con ajíes hasta unos 2,5 cm (1 pulgada) del borde. Asegúrate de que el frasco tenga una tapa hermética. Es preferible que la tapa sea de plástico, ya que no se oxidará en el refrigerador.
    • Si quieres darles sabor a los ajíes, incorpora 3 cucharadas de sal y 15 granos de pimienta antes de envasar los ajíes. Esto les dará un sabor similar al de los jalapeños encurtidos que sirven en los restaurantes.
    • También puedes añadir a la mezcla otras especias como las hojas de laurel o las hierbas frescas para dar sabor a los ajíes.
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    Calienta vinagre blanco a fuego suave. Usa cerca de 2 tazas de vinagre o lo suficiente para verter en el frasco y cubrir completamente los ajíes. Cuando el vinagre esté caliente, viértelo sobre los ajíes. Llena el frasco hasta más o menos 1,25 cm (1/2 pulgada) de la parte superior.
    • Si quieres que los ajíes tengan un sabor dulce, disuelve 6 cucharaditas de azúcar en el vinagre.[1]
    • Deja enfriar el contenido del frasco durante unos cuantos minutos.
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    Almacena en el refrigerador. Mientras más tiempo dejes reposar la mezcla, más fuerte se volverá el sabor a encurtido. Disfruta los ajíes encurtidos como un acompañamiento o en sándwiches. El vinagre picante queda muy bien como un excelente aliño para ensaladas.

Método 3
Método 3 de 4:
Congelar los ajíes

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    Lava los ajíes. Desecha los ajíes dañados, ya que no se conservan bien en el congelador.[2]
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    Congela los ajíes pequeños enteros. Si tienes ajíes pequeños que te gustaría congelar enteros, simplemente puedes ponerlos en una bolsa para congelador. Usa una pajilla para succionar el exceso de aire, luego sella y marca la bolsa antes de colocarla en el congelador.
    • Cierra la bolsa lo más herméticamente posible, de modo que haya poco aire adicional en la bolsa. El aire hará que los ajíes se echen a perder más rápido.
    • Congela durante varios meses. Cuando quieras usar los ajíes, simplemente sácalos para descongelarlos o blanquearlos en agua hirviendo durante algunos segundos.
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    Congela los ajíes grandes en tiras. Puedes cortar los ajíes grandes en tiras o trozos para usarlos fácilmente en recetas más adelante. Córtalos a lo largo o en trozos y saca las semillas.
    • Extiende los trozos sobre una bandeja para horno y congélalos durante 1 hora. Esto se llama congelación rápida.
    • Coloca los trozos en una bolsa hermética y retira el aire adicional.
    • Almacena en el congelador durante varios meses.

Método 4
Método 4 de 4:
Conservar los ajíes en aceite de oliva

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    Lava y corta los ajíes. Para preparar los ajíes con el fin de conservarlos en aceite, la mayoría de las personas los corta en tiras. Sin embargo, podrías dejar enteros los ajíes pequeños. Deja la cantidad de semillas que quieras dependiendo del nivel de picante deseado. Extiéndelos sobre una bandeja para horno en una sola capa.[3]
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    Asa los trozos de ají. Cocinar los ajíes antes de conservarlos ayudará a aprovechar al máximo su sabor. Puedes asarlos en una parrilla o en una estufa a gas.
    • Precalienta el asador del horno o prepara tu parrilla.
    • Asa los trozos hasta que estén dorados. Bajo el asador, esto debe tardar solo unos cuantos minutos. Dales vuelta una vez durante el proceso de cocción, de modo que se cocinen de forma homogénea por todos los lados.
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    Coloca los ajíes en aceite de oliva. Colócalos en un frasco o botella limpia. Podrías usar un recipiente de aceite de oliva decorativo. Vierte el aceite de oliva sobre los ajíes hasta que estén completamente cubiertos. Almacena el frasco en un lugar frío y oscuro.

Consejos

  • Vuelve a colocar el ají congelado en el congelador inmediatamente después de usarlo. Si lo dejas fuera, el ají podría ponerse pastoso.
  • Si no dispones de un recipiente de plástico, podrías usar una bolsa de plástico transparente.
  • Asegúrate de que todos los ingredientes estén sumergidos en vinagre si eliges usar este método.

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