Las cerezas son deliciosas solas o en postres, pero pueden ser difíciles de manejar cuando tienes demasiadas. Antes de tirar cualquier fruta, considera guardar algunas en el congelador para utilizarlas y comerlas más adelante. Antes de colocar las cerezas en una bolsa o un recipiente, primero asegúrate de dejarlas congelarse en una bandeja para hornear galletas. Además, puedes conservarlas en jarabe o guardarlas cubriéndolas con azúcar y colocándolas en una bolsa.

Ingredientes

Conservar las cerezas en jarabe o jugo

  • 6 tazas (1 1/2 kg) de cerezas
  • de 1 1/4 a 2 1/2 tazas (250 a 500 g) de azúcar blanca
  • 4 tazas de agua
  • 1/2 cucharadita de ácido ascórbico (por cada 750 g o 1 1/2 libras de cerezas)

Conservar las cerezas en azúcar

  • 750 g (1 1/2 libras) de cerezas
  • de 1/3 a 2/3 de taza (60 a 130 g) de azúcar blanca

Método 1
Método 1 de 4:
Preparar las cerezas para su almacenamiento

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    Enjuaga las cerezas con agua fría. Colócalas en un colador y debajo de un chorro de agua del grifo. Mueve el colador en círculo mientras enjuagas las cerezas, de modo que puedan enjuagarse de manera uniforme. Deja que el exceso de agua se escurra antes de colocar las cerezas en otro recipiente.[1]
    • Remoja las cerezas Rainier en un bol de 1/4 de taza (60 ml) de jugo de limón y agua en vez de solo enjuagarlas. Esto evitará que se decoloren más adelante.[2]
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    Sécalas con una toalla de papel. Utiliza una hoja de toalla de papel seca para retirar el exceso de agua del proceso de enjuagado. No te preocupes por secar cada cereza de forma individual, solo asegúrate de que ninguna de ellas gotee cuando entre en el congelador.[3]
    • Si deseas, también puedes utilizar una toalla limpia o un trapo de cocina.
    • Si dispones de más tiempo, puedes dejar que las cerezas se sequen al natural sobre una toalla de papel.
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    Retira los huesos de cada cereza con un cuchillo. Inserta la herramienta en el lado del tallo de la fruta y reserva los huesos a medida que avanzas.[4] Si prefieres no utilizar un cuchillo, coloca una pajilla en el centro y empuja hacia abajo. Para evitar causar un desorden, coloca la fruta en el extremo abierto de una botella de agua al insertar la pajilla.[5]
    • No dudes en tirar los huesos, puesto que no vas a conservarlos.

Método 2
Método 2 de 4:
Guardar las cerezas congeladas en bolsas

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    Coloca una rejilla en el fondo de una bandeja para hornear galletas. Toma una rejilla de metal baja y colócala en el fondo de una bandeja para hornear galletas. Trata de centrarla de modo que se mantenga estable cada vez que transportes la bandeja para hornear.[6]
    • Aunque este paso no es obligatorio, la rejilla evitará que las cerezas se muevan demasiado en la bandeja para hornear.

    ¿Lo sabías? No puedes congelar cerezas directamente en una bolsa, ya que se congelarán de forma irregular. Las cerezas de encima se endurecerán primero y aplastarán las de abajo.

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    Coloca una lámina de papel manteca sobre la rejilla. Corta un pedazo largo de papel manteca y extiéndelo sobre la rejilla. Trata de hacer que coincida con las dimensiones de la bandeja para hornear galletas de modo que la rejilla esté cubierta por completo. Si el recipiente de papel manteca viene en una caja con un cúter incorporado, desenróllalo sobre la bandeja para hornear de modo que puedas medirlo a medida que avanzas.[7]
    • En caso de no tener papel manteca a la mano, utiliza papel encerado.
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    Saca los tallos de cada cereza. Pellizca el tallo de la parte superior de cada fruta y tuércelo. Hazlo con un movimiento rápido y fluido para poder retirar los tallos con cuidado y rapidez. Dado que vas a comer las cerezas o a cocinar con ellas más adelante, debes retirarlas antes de congelarlas.[8]
    • Tira los tallos una vez que termines de sacarlos.
    • Será más fácil retirar los huesos después de haber hecho esto.
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    Acomoda las cerezas sobre el papel manteca. Colócalas una al lado de la otra en la bandeja hasta llenarla por completo. Trata de no apilar las cerezas una encima de la otra. Si tienes cerezas sobrantes, coloca un segundo pedazo de papel manteca por encima de la primera capa de cerezas y luego coloca las sobrantes por encima.[9]
    • Según la cantidad de cerezas que tengas, podría ser necesario congelarlas en tandas.
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    Déjalas congelarse durante toda la noche. Coloca la bandeja para hornear en un estante vacío o en una esquina del congelador donde las cerezas no queden aplastadas. Déjalas en el congelador durante toda la noche o al menos por 4 a 6 horas. Si estás apurado, revísalas cada 4 horas para ver si están firmes.[10]
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    Colócalas en bolsas y congélalas por 6 meses. Retira la bandeja para hornear del congelador y vierte las cerezas en una bolsa de plástico apta para congelador. Etiqueta la bolsa con la fecha actual y vuelve a meterla en el congelador. Para una frescura máxima, utiliza las cerezas dentro de medio año.[11]

Método 3
Método 3 de 4:
Conservar las cerezas en jarabe o jugo

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    Retira los tallos de 6 tazas (1 1/2 kg) de cerezas. Saca los tallos de cada cereza para prepararlas para su almacenamiento. Para deshacerte de los tallos lo más rápido posible, pellízcalos y tuércelos con un movimiento rápido. A medida que los retiras, ponlos a un lado para que no se mezclen con las cerezas.[12]
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    Vierte un poco de azúcar en 4 tazas (1 litro) de agua para hacer el jarabe. Coloca una cacerola media a fuego alto y añade una cantidad abundante de agua. Si vas a hacer cerezas agrias, añade 2 1/2 tazas (500 g) de azúcar blanca al agua. Si buscas preparar cerezas más dulces, añade 1 1/4 tazas (250 g) de azúcar a la cacerola. Sigue revolviendo hasta disolver el azúcar y que la mezcla tenga una consistencia espesa.[13]
    • Esta receta es más eficaz para grandes cantidades de cerezas.
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    Añade 1/2 cucharadita de ácido ascórbico al jarabe. Vierte una cantidad pequeña de ácido ascórbico en cada 750 g (1 1/2 kg) y revuélvelo bien. Aunque no es necesario incluir este ingrediente, puedes utilizarlo para hacer que las cerezas se vean lo más frescas posibles mientras están empapadas en jarabe.[14]
    • Puedes encontrarlo en Internet o en el supermercado.
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    Coloca las cerezas en una bolsa o un frasco apto para congelador. Vierte las cerezas lavadas y sin hueso en una bolsa o un frasco de vidrio para almacenamiento, dejando al menos 2,5 cm (1 pulgada) en la parte superior para el jarabe. De lo contrario, no habrá suficiente espacio para que el jarabe cubra todas las cerezas.[15]
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    Vierte el jarabe enfriado en la bolsa de modo que todas las cerezas estén cubiertas. Espera a que el jarabe se enfríe antes de añadirlo a las cerezas. Una vez que hayas abierto la bolsa o el frasco, vierte el jarabe en el recipiente de modo que la fruta quede empapada por completo y que la bolsa esté casi llena del todo con el jarabe. Deja de 1,2 a 2,5 cm (1/2 a 1 pulgada) de espacio en la parte superior del recipiente para poder sellarlo sin que el jarabe se derrame.[16]
    • No olvides sellar la bolsa o el frasco para impedir la entrada del aire o la humedad.
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    Congélalas y utilízalas dentro de 12 meses. Coloca una etiqueta en el recipiente de almacenamiento antes de meterlo en el congelador para recordar qué tan frescas están las cerezas. Aunque no es necesario utilizarlas de inmediato, intenta consumirlas dentro de 1 año. Si esperas mucho tiempo, las cerezas no estarán tan frescas.[17]
    • Utiliza una cinta apta para congelador para etiquetar el recipiente de cerezas.

Método 4
Método 4 de 4:
Conservar las cerezas en azúcar

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    Coloca 750 g (1 1/2 kg) de cerezas en un bol grande. Toma las cerezas lavadas y colócalas en un recipiente de modo que puedes añadir ingredientes adicionales con más facilidad. Si vas a preparar una gran cantidad de cerezas a la vez, considera prepararlas en tandas.[18]
    • Asegúrate de saber qué tipo de cerezas vas a conservar, puesto que el proceso para las frutas dulces y agrias es ligeramente distinto.
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    Añade azúcar a las cerezas y deja que se disuelva. Si deseas conservar 750 g (1 1/2 libras) de cerezas agrias, vierte 2/3 de taza (130 g) de azúcar blanca en el bol. Para almacenar cerezas dulces, utiliza 1/3 de taza (60 g) de azúcar blanca por cada 750 g (1 1/2 libras). Revuelve el azúcar con la fruta hasta que empiece a disolverse.[19]
    • El azúcar debe disolverse a causa de la humedad persistente del proceso de enjuagado.
    • No te preocupes si se ve algo de azúcar cuando vayas a almacenar las cerezas, ya que es posible que no termine de disolverse por completo.
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    Viértelas en un recipiente separado. Acomoda las cerezas empapadas en azúcar en una bolsa o un recipiente apto para congelador, dejando de 1,2 a 2,5 cm (1/2 a 1 pulgada) de espacio por encima de modo que el recipiente se selle cómodamente. Si colocas muchas cerezas en una sola bolsa, es posible que no puedas sellarla de forma adecuada.[20]
    • No te preocupes por verter el exceso de azúcar en la bolsa, puesto que no se disolverá una vez que esté en el congelador.

    Consejo: como regla general, empaca las tandas más pequeñas de cerezas con 1,2 cm (1/2 pulgada) de espacio adicional y las tandas más grandes con 2,5 cm (1 pulgada) de espacio adicional.

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    Utilízalas dentro de 1 año para mantener una frescura óptima. Etiqueta la bolsa o el frasco con el tipo de cereza que has conservado, además de la fecha de conservación. Al etiquetar las cerezas, no olvides mencionar que las conservaste en un azúcar seco. Mete el recipiente en el congelador y utiliza la fruta dentro de 1 año.[21]
    • Utiliza una cinta apta para congelador a fin de de añadirles etiquetas a las cerezas.

Cosas que necesitarás

Preparar las cerezas para su almacenamiento

  • un colador
  • una toalla de papel
  • un cuchillo pequeño
  • una pajilla de plástico
  • una botella de agua vacía (opcional)

Guardar las cerezas congeladas en bolsas

  • una bandeja para hornear galletas
  • una rejilla de metal
  • papel manteca
  • bolsas de plástico
  • recipientes de almacenamiento

Conservar las cerezas en jarabe o jugo

  • una cacerola mediana
  • frascos aptos para congelador
  • bolsas aptas para congelador

Conservar las cerezas en azúcar

  • un bol grande
  • bolsas aptas para congelador
  • recipientes aptos para congelador

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Resumen del artículoX

Para congelar cerezas, primero asegúrate de que estén lavadas y secas. Luego, ponlas en una bolsa para congelador. Puedes congelarlas enteras o quitarles los tallos y las pepas. Cuando cierres la bolsa, saca la mayor cantidad de aire posible, pero ten cuidado de no aplastar las cerezas. Luego, ponla en el congelador hasta que estés listo para usarlas.