Mucha gente tira las verduras después de unas semanas si no las han usado. Es un gran desperdicio tirar las chirivías frescas que compraste en la tienda o las que crecieron en tu jardín. Congelar las chirivías te permite almacenarlas durante meses. Preparar las chirivías para el congelador es un proceso fácil y sencillo. Si lavas, pelas y escaldas las chirivías correctamente antes de ponerlas en el congelador, estarán listas para ser usadas durante meses. Simplemente sácalas del congelador unas horas antes de que las necesites y descongélalas.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Lavar y cortar las chirivías

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    Pon las chirivías en un tazón de agua fría durante 1 hora. Una vez hayas comprado las chirivías o las hayas sacado de la tierra, sumérgelas completamente en un tazón de agua fría. Haciendo esto, mantienes la parte superior verde de la chirivía en un estado saludable. También eliminas parte de la suciedad de la propia verdura.[1]
    • Si no tienes un tazón lo suficientemente grande, usa una olla o cacerola grande.
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    Lava las chirivías bajo agua fría. No importa si compraste las chirivías en el supermercado o las cultivaste en tu propio jardín, tienes que lavarlas. Pasa las chirivías por agua fría y usa tus dedos para quitar la suciedad de la superficie de las chirivías.[2]
    • Probablemente no podrás deshacerte de toda la suciedad haciendo esto. Incluso si lo haces, las chirivías no están completamente limpias, así que no te adelantes en el proceso.
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    Frota las chirivías con un pequeño cepillo de uñas. Usa un cepillo de uñas nuevo para frotar suavemente las raíces de las chirivías, para eliminar cualquier resto de suciedad u otros desechos. No te preocupes si empiezas a rayar la superficie de las chirivías.[3]
    • Si las chirivías no se empiezan a pelar por la fricción, puedes seguir restregando con la misma intensidad de presión.
    • No uses un cepillo de uñas que hayas usado en tus uñas antes.
    • Guarda el cepillo de uñas para fregar las chirivías en el futuro.
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    Pela las chirivías grandes con un pelador o un cuchillo afilado. Generalmente, no necesitarás pelar chirivías jóvenes o pequeñas. Usa un pelador para pelar las chirivías finamente. No es necesario sacar grandes trozos de la raíz. Tiras pequeñas y finas desde la raíz de la chirivía servirán.[4]
    • Si el núcleo de la chirivía se siente muy fibroso, usa el cuchillo para cortarlo.
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    Corta las chirivías en cubos de 3 cm (1 pulgada). No necesitas ser exacto con esta medida, pero trata de acercarte lo más posible a ella. Puedes comprar un cortador de verduras en el supermercado local o en una tienda de cocina.[5]
    • Con este dispositivo, colocas la chirivía en una rejilla con cuadrados de 3 cm (1 pulgada) y se presiona la tapa para cortarla en dados.
    • Si no tienes un cortador de verduras, usa un cuchillo afilado. No tienes que cortar exactamente en cubos de 3 cm (1 pulgada) con el cuchillo. Solo trata de cortarlos cerca de este tamaño.
    • Puedes cortar los cubos más grandes o más pequeños que esta medida. Sin embargo, 3 cm (1 pulgada) es el mejor tamaño para congelar chirivías.

Parte 2
Parte 2 de 2:
Escaldar y congelar las chirivías

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    Hierve una olla de agua para escaldar las chirivías. Llena una olla de agua y enciende el quemador de la estufa. Cuando el agua empiece a burbujear, añade los cubos de chirivía al agua. Los cubos de chirivía de 3 cm (1 pulgada) necesitan estar hirviendo en el agua alrededor de 2 minutos para escaldarse.[6]
    • El escaldado es un proceso muy necesario antes de congelar cualquier vegetal. Esto evita que las chirivías pierdan su sabor, color y textura cuando las coloques en el congelador.
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    Saca los cubos de la olla y ponlos en un tazón de agua helada durante 5 minutos. Toma un bol grande, llénalo con agua fría y añade unos cubitos de hielo al bol. Usa un cucharón para sacar los cubos de chirivía de la olla de agua hirviendo cuando los 2 minutos de escaldado estén completos.[7]
    • Después de sacarlos del agua hirviendo, transfiere los cubos de chirivía al cuenco tan pronto como puedas.
    • Las chirivías habrán empezado a cocinarse en la olla de agua. Poniéndolas en el tazón de agua helada, se detiene el proceso de cocción.
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    Extiende una toalla y coloca las chirivías sobre ella para que se sequen. Después de, más o menos, 5 minutos en el tazón de agua helada, saca los cubos de chirivía y ponlos en una toalla. Usa la toalla para palmear los cubos para que se sequen.[8]
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    Pon los cubos en una bolsa de plástico lista para el congelador o para envasar al vacío. Coloca los cubos en la bolsa y ciérrala cuando hayas terminado. Pon la bolsa en el congelador tan pronto como puedas. Pon una etiqueta con la fecha en la bolsa. Esto te permitirá saber cuánto tiempo han estado las chirivías en el refrigerador cuando las revises.[9]
    • Si usaste una bolsa de plástico lista para el congelador, puedes dejar tus chirivías en el congelador durante 9 meses. Si usaste una bolsa para envasar al vacío, deja tus chirivías en el congelador hasta por 14 meses.
    • Si no quieres que las chirivías se congelen juntas en el congelador, congélalas primero en una bandeja. Colócalas separadas una de otra en una bandeja en el congelador. Luego, cuando se hayan congelado, colócalas en las bolsas para envasar al vacío.
    • Congelar las chirivías podría causar un ligero cambio en la textura y el sabor. Cuanto más tiempo las dejes en el congelador, más cambiarán la textura y el sabor.
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    Descongela las chirivías cuando quieras usarlas. Saca las chirivías de la bolsa del congelador y ponlas en un plato cuando quieras usarlas. Puedes dejarlas a temperatura ambiente para descongelarlas o puedes ponerlas en el refrigerador.[10]
    • Si las descongelas a temperatura ambiente, coloca un papel toalla debajo de las chirivías para recoger toda la humedad del proceso de descongelación.
    • Para descongelarlas en el refrigerador, pon el plato en él y deja que las chirivías se descongelen durante la noche.

Cosas que necesitarás

  • tazón o recipiente grande
  • grifo con agua fría
  • cepillo de uñas pequeño
  • pelador o cuchillo afilado
  • cortador de verduras (opcional)
  • olla grande
  • tazón
  • hielo
  • toalla
  • bolsas listas para congelador o bolsas para envasar al vacío


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