Es una lástima desperdiciar la sobreabundancia de productos agrícolas. Si te encontraste con muchos pimientos o tus plantas fueron muy exitosas, considera congelar el exceso para usarlo durante todo el año.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Prepara los pimientos

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    Escoge pimientos que estén maduros y crujientes. Cocina los pimientos excesivamente maduros de inmediato.
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    Enjuaga en agua fría corriente la superficie de los pimientos.
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    Usando un cuchillo afilado, pártelos a la mitad. Sácales las semillas y la membrana interior.
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    Dependiendo de cómo quieras usar los pimientos en tus recetas, córtalos en tiras verticales o en cubos. También puedes hacer una porción de cada uno y congelarlas por separado.[1]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Congela los pimientos

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    Consigue una charola para galletas que quepa en tu congelador. Para garantizar que la charola para galletas tenga un espacio plano donde descansar durante una hora, reorganiza el contenido de tu refrigerador.
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    Para evitar que las verduras se peguen a la charola para galletas, cúbrela con papel pergamino o papel encerado.
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    Extiende las tiras o los cubos de pimiento. Asegúrate de que no queden amontonados. Cada pedazo de pimiento necesitará que el aire circule por completo alrededor del mismo.[2]
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    Mete los pimientos al congelador y congélalos rápidamente. Tu congelador debe de estar a 0 grados o menos.
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    Déjalos en el congelador de 30 minutos a una hora. Cuando los saques, revisa que estén congelados individualmente.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Guarda los pimientos congelados

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    Usando una cuchara o una espátula plana levanta los pimientos del papel encerado.
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    Vierte los pimientos en bolsas pequeñas para congelar, aproximadamente de media taza a una taza (de 90 a 175 g) a la vez.
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    Sácale todo el aire a la bolsa para congelar. Séllala bien. Si tienes una máquina de sellado al vacío, esto ayudará a conservar tus pimientos más frescos todavía.
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    Etiqueta la bolsa con los contenidos y la fecha.
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    Guarda las verduras en tu congelador hasta por ocho meses.

Vídeo
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Consejos

  • Mientras la mayoría de los alimentos necesita blanquearse antes de congelarse, los pimientos soportan más y son más versátiles cuando se congelan rápidamente sin blanquearse. Si quieres blanquearlos para usarlos en recetas cocidas, como el chile (chili) o la lasaña, puedes sumergir las tiras por dos minutos y luego meterlas en un baño de hielo por otros dos minutos, antes de congelarlas rápidamente.[3]

Cosas que necesitarás

  • Pimientos
  • Agua
  • Tabla de picar
  • Cuchillo
  • Charola para galletas
  • Papel encerado o papel pergamino
  • Congelador
  • Bolsas para congelar
  • Espátula
  • Máquina de sellado al vacío (opcional)
  • Marcador

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Resumen del artículoX

Para congelar pimientos, comienza por enjuagarlos con agua fría y córtalos en tiras o cubos. Luego, cubre una bandeja para hornear con papel para hornear para que las verduras no se peguen, y extiende los pimientos picados. Luego, coloca la bandeja en el congelador durante 1 hora. Cuando los pimientos estén congelados, transfiérelos a bolsas para congelar, sácales todo el aire y sella las bolsas. Finalmente, etiqueta las bolsas con la fecha y guárdalas en el congelador hasta por 8 meses. Si quieres consejos sobre cómo quitarles las semillas a los pimientos, ¡sigue leyendo!