Si bien es posible congelar el repollo, su estructura tiende a colapsar cuando se congela. Blanquearlo ayudará a preservarlo mejor, aunque no será igual que cuando está fresco. Si estás de acuerdo con eso, puedes usar los siguientes métodos para congelar repollo.

Método 1
Método 1 de 3:
Hojas enteras de repollo

  1. 1
    Elige un repollo adecuado. Debe estar fresco, limpio y no debe tener moho ni estar dañado.
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    Retira las hojas externas que estén ásperas. Deséchalas o utilízalas para hacer abono.
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    Separa las hojas restantes de la base del repollo. Usa un cuchillo para marcar un corte en la base, y luego arranca las hojas sobrantes sin dañarlas.
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    Hierve agua en una cacerola grande. Blanquea las hojas en la cacerola por 1 ½ minutos. No intentes blanquear todo el repollo de una vez, hazlo en tandas.
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    Retíralas y sumérgelas en un bol con agua helada. Esto detiene el proceso de cocción inmediatamente.
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    Escurre las hojas. Primero sacúdelas suavemente, para eliminar el exceso de agua. Luego colócalas a escurrir sobre papel absorbente o una rejilla de alambre.
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    Empaqueta en bolsas resellables o en un recipiente. Deja espacio libre para la expansión, aproximadamente 1,5 cm (½ pulgada). Si usas una bolsa resellable, elimina tanto aire como sea posible.
    • Otra posibilidad consiste en acomodar las hojas en una bandeja forrada con papel de horno, congelarlas y luego embolsarlas o guardarlas en un recipiente.
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    Sella el recipiente o la bolsa. Etiqueta y anota la fecha en el paquete. Coloca en el congelador.
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    Utilízalas. Las hojas congeladas pueden añadirse directamente a sopas, guisos y otros platos cocidos. También pueden usarse para hace rollos de repollo, pero primero debes descongelar las hojas en la nevera.

Método 2
Método 2 de 3:
Repollo rebanado

  1. 1
    Elige un repollo adecuado. Debe estar fresco, limpio y no tener moho o estar dañado.
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    Retira las ásperas hojas externas. Deséchalas o utilízalas para hacer abono.
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    Corta el repollo. Puedes rebanarlo en rodajas gruesas o cortarlo en tiras medianas.
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    Blanquea igual que en el primer método. Lo más probable es que puedas blanquear un poco más en cada tanda; ya que el repollo estará cortado, tendrás más espacio.
    • Si tienes rodajas, debes blanquearlos por 3 minutos.[1]
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    Escurre el repollo blanqueado. Colócalo en un colador o un utensilio similar y deja que el agua gotee. También puedes extender el repollo sobre papel toalla absorbente y dejarlo secar al aire una vez que has eliminado el exceso de agua.
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    Empaqueta y sella como se indica arriba. Si así lo prefieres, puedes usar bolsas resistentes al agua hirviendo en vez de bolsas resellables.
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    Utilízalo. Puedes partir el repollo congelado en trozos o montones del tamaño necesario y usarlo en sopas, guisos, saltados, etc. Puede añadirse congelado durante la cocción o descongelarse antes. Si usarás repollo en tiras para hacer una ensalada o un saltado, descongélalo en la nevera primero.
    • Nota: No todos están de acuerdo sobre si el repollo congelado es adecuado para preparar ensalada, ya que puede ponerse bastante blando. Toma en cuenta que eso podría suceder; si es así, usa el repollo en un plato cocido.

Método 3
Método 3 de 3:
Congelar chucrut[2]

  1. 1
    Usa solo chucrut que esté totalmente fermentado.
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    Llena bolsas para congelador con capacidad de 600 o 950 ml o un recipiente adecuado para el congelador con el chucrut.
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    Deja un espacio de 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) en la parte superior para permitir la expansión durante el congelamiento. Si usas bolsas, presiona suavemente para eliminar tanto aire como sea posible antes de sellarlas.
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    Sella las bolsas. Etiqueta y anota la fecha.
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    Colócalas en el congelador. Mientras esté congelado, el chucrut se conservará por 8 a 12 meses.
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    Utilízalo. Descongela la cantidad que desees en la nevera, luego úsala como harías normalmente.

Consejos

  • El repollo blanqueado y congelado se conservará por 10 a 12 meses.
  • Nota: El repollo perderá parte de su sabor al congelarse. Que no sea tan sabroso como cuando está fresco es el costo que tiene la posibilidad de no desperdiciar el repollo y poder conservarlo por más tiempo.

Cosas que necesitarás

  • Tabla de cortar y cuchillo
  • Cacerola lo suficientemente grande las hojas
  • Bol con agua helada
  • Colador
  • Papel toalla absorbente
  • Bolsas resellables o recipientes adecuados para el congelador
  • Marcador para las etiquetas

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Resumen del artículoX

Para congelar repollo con las hojas enteras, primero elige uno limpio y retira las hojas exteriores ásperas. Luego corta la cabeza con un cuchillo y jala las hojas restantes de la base. Ahora hierve una olla con agua y coloca las hojas en ella por un minuto a un minuto y medio. Luego de aproximadamente un minuto, retira las hojas del agua y colócalas en un baño helado de inmediato. A medida que las hojas se enfríen, colócalas en un colador para que se sequen y luego pásalas a bolsas plásticas sellables. ¡Coloca las bolsas en la congeladora y úsalas cuando las necesites!