Las plantas tienen un tipo de pigmento llamado clorofila, el cual les permite absorber energía del sol. Este pigmento también las volverá verdes. En el caso de la salud humana, la clorofila se ha usado comúnmente por sus propiedades desodorantes y de curación de heridas. Recientemente se ha identificado que esta posee propiedades anticarcinogénicas, pero se necesitan más investigaciones. Las plantas como las algas, la espirulina y los vegetales de hoja verde (como la col rizada, la acelga y la espinaca) tienen un contenido elevado de este componente. Asimismo, podrás comprar suplementos de clorofila en líquido o tabletas.[1]

Método 1
Método 1 de 3:
Tomar suplementos de clorofila

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    Conversa con el médico antes de empezar a tomar suplementos de clorofila. Él podrá indicarte si requerirás estos suplementos o no, y en algunos casos, deberán evitarse. Por ejemplo, las mujeres embarazadas no deberán tomar suplementos de venta comercial, ya que no ha habido investigaciones seguras sobre estos productos.[2]
    • Si el médico te recomienda que no los tomes, aun así podrás obtener la clorofila de fuentes naturales como la col rizada, la espinaca o el brócoli.[3] Es más, si comes vegetales verdes todos los días, esta será una manera mucho mejor de incluir este componente en tu dieta junto con la fibra y otros nutrientes.
    • Ten en cuenta que estos suplementos podrían no ser recomendables para ti si tomas otros medicamentos o si estás embarazada o das de lactar. Tendrás que consultar con el médico para cerciorarte.
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    Compra suplementos de clorofila. Podrías usar estos suplementos si no puedes obtener una cantidad suficiente de clorofila de los vegetales. Estos pueden aumentar tu energía y brindarte muchos posibles beneficios para la salud. Podrás conseguir suplementos de clorofila en la mayoría de las tiendas de alimentos saludables. Pregúntale al empleado qué marcas son de buena reputación. Si no hay este tipo de tiendas cerca de tu casa, deberás comprar en internet.[4]
    • Podrás conseguir suplementos de clorofila en diversas combinaciones, como aquellas con papaya, espirulina y mezclas de vegetales con diversas vitaminas y minerales.
    • En los EE. UU., los suplementos de clorofila cuestan entre $15 y $70.
    • También deberás tener en cuenta que la FDA no regula estos productos. Tendrás que revisar las etiquetas para encontrar otros signos de calidad, como el sello de aprobación de otra organización.
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    Escoge un tipo de suplemento. Podrás conseguir los suplementos de clorofila en diversas formas, como tabletas y líquidos. Si eliges uno en líquido, tendrás que aplicar algunas gotas en un vaso con agua. Este se volverá muy verde y tendrá un sabor suave a menta y un poco amargo. Si optas por consumirlo en tableta, no tendrás que preocuparte por el sabor fuerte. Sigue las recomendaciones sobre la dosis brindadas en la etiqueta, o las pautas de un naturista o médico.[5]
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    Identifica los efectos secundarios de estos suplementos. Si tomas los suplementos de forma oral, estos podrían darles un color verde a tu lengua o tus heces. Si te los aplicas de manera tópica para tratar una herida, esto podría causarte una quemazón o comezón leves. Si tomas una cantidad abundante del suplemento y en situaciones inusuales, podrías sufrir efectos secundarios poco comunes, como la diarrea y los cólicos abdominales.[6]
    • Acude al médico si experimentas efectos secundarios poco comunes.
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    Compra agua con clorofila. Hay muchas tiendas de jugos que venden agua con clorofila, la cual contiene cierta cantidad de este componente en líquido. Si estás apurado y olvidas tomar el suplemento de clorofila en la mañana, podrás comprar agua con este elemento en una tienda de jugos.[7]

Método 2
Método 2 de 3:
Complementar tu dieta de forma natural

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    Obtén la clorofila de los alimentos. Antes de elegir un suplemento de clorofila, deberás comer suficientes vegetales de hoja y otras fuentes que la contengan. La clorofila es un pigmento que se encuentra en todos los vegetales verdes, por lo que podrás conseguirla con facilidad. Si deseas incluir una mayor cantidad de este componente en tu dieta, deberás comer muchos vegetales de hoja como la col rizada, la acelga, la espinaca y la rúcula.[8]
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    Escalda los vegetales. Si cocinas los vegetales verdes en exceso, es probable que no obtengas la cantidad deseada de clorofila, ya que la cocción reducirá la cantidad de la misma en el plato. En lugar de cocinar por un tiempo prolongado, deberás escaldar los vegetales como la col rizada o el brócoli. Coloca un tazón con agua helada en el lavabo y hierve una olla con agua en la cocina. Ahora agrégale una cucharadita de sal al agua, introduce los vegetales en ella por 30 segundos y luego retíralos para enfriarlos en el agua helada. Podrás agregárselos a tus recetas y disfrutarlas.
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    Complementa tu dieta con jugos de hierba de trigo. La hierba de trigo es una de las mejores fuentes de clorofila.[9] Podrás preparar un jugo con ella usando cualquier exprimidor de frutas común. Lava la hierba, pero deséchala si detectas una parte con moho. Prepara un jugo con hierba de trigo pura o agrégala a un jugo de naranja o zanahoria para mejorar su sabor.[10]
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    Prepara jugos de vegetales. La clorofila se encuentra presente en todos los vegetales verdes frescos, por lo que deberás consumir la mayor cantidad posible. Podrás aumentar tu consumo de clorofila tomando jugos de vegetales como la col rizada, la acelga y la espinaca. Usa un exprimidor de frutas común y experimenta con diferentes combinaciones, como un jugo de col rizada, zanahoria y jengibre.[11]

Método 3
Método 3 de 3:
Consumir clorofila por fines específicos

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    Conoce los beneficios de la clorofila. La clorofila es un tipo de pigmento que permite que las plantas absorban la energía del sol mediante la fotosíntesis. Esta se encuentra en toda planta que use la fotosíntesis, como las algas, la hierba del trigo, el brócoli y muchos otros vegetales.[12] Se ha descubierto que el consumo de suplementos de clorofila brinda beneficios para la salud relacionados con el aumento de peso, el cáncer, la curación de las heridas y otras afecciones.[13] Estos son algunos de sus beneficios:[14]
    • La clorofila podría ser de utilidad para bloquear los efectos del cáncer. No obstante, se requieren más investigaciones sobre este tema.
    • La clorofila proveniente de los vegetales verdes podría reducir el riesgo de desarrollar cáncer de hígado.[15]
    • Esta también podría usarse para aumentar la energía, evitar el mal de altura y bajar de peso; sin embargo, se requieren más investigaciones sobre estos supuestos beneficios.[16]
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    Aplícatela para curar las heridas. Uno de los usos más antiguos de la clorofila es el alivio de la inflamación y una curación más rápida de las heridas y las quemaduras. Primero tendrás que seguir el proceso normal para el tratamiento de la herida. Deberás lavarte las manos, usar un vendaje para detener la hemorragia, cubrir el área, aplicarte una crema antibiótica y luego vendarla. Luego de haberse curado un poco, podrás aplicarte un ungüento con clorofila, además de la crema antibiótica.[17]
    • En este caso, la clorofila podrá ayudar al cuerpo a combatir la infección y evitar las cicatrices generadas por las quemaduras, los cortes, las raspaduras u otras heridas.
    • Por ejemplo, podrás conseguir diversas cremas para la piel con clorofila en la tienda local de alimentos saludables. Podrás usarlas cuando la herida se haya cerrado, para así evitar la formación de diversas cicatrices.
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    Usa la clorofila para combatir el mal olor. Esta se ha usado por un largo tiempo como desodorante natural, y te limpiará desde el interior. Podrás usar jugos de hierba de trigo o clorofila, o un suplemento de esta última. Lo ideal es que sigas las pautas del suplemento oral que compres y disfrutes un vaso de clorofila después de una sesión de yoga o ejercicios.[18]

Advertencias

  • Ten en cuenta que la FDA no regula los suplementos. Por lo tanto, será vital que consultes con el médico antes de tomar alguno. Estos productos podrían interferir con determinados medicamentos, y no deberás tomarlos si estás embarazada o das de lactar.

Acerca de este wikiHow

Claudia Carberry, RD, MS
Coescrito por:
Maestría en nutrición, universidad de Tennessee Knoxville
Este artículo fue coescrito por Claudia Carberry, RD, MS. Claudia Carberry es una dietista registrada especializada en trasplantes de riñón y asesora a pacientes para perder peso en la Universidad de Arkansas para Ciencias Médicas. Es miembro de la Academia de Nutrición y Dietética de Arkansas. Claudia recibió su maestría en nutrición en la Universidad de Tennessee Knoxville en 2010. Este artículo ha sido visto 10 675 veces.