El judío errante es una bella planta conocida por sus hojas sólidas o multicolores. Esta planta perenne resistente prospera al exterior como cubierta vegetal o en macetas que permiten la caída en cascada de sus zarcillos. Es fácil de cuidar y muy simple de propagar, lo que lo convierte en una excelente planta para interiores.

Parte 1
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Empezar el cultivo de la planta judío errante

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    Determina las condiciones de cultivo. El judío errante es nativo de Sudamérica y prefiere abundante luz solar y temperaturas cálidas, de 13 a 24 °C (55 a 75 °C). Esto no será un problema si piensas mantener la planta en el interior. Sin embargo, si vas a cultivarlo al exterior, debes garantizarle las condiciones adecuadas. Consulta la segunda parte de este artículo para saber cómo brindarle suficiente luz solar.
    • El departamento de agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) ha elaborado un mapa de este país dividido en zonas que indican las temperaturas mínimas promedio. En este se asigna a las plantas una o varias zonas en las que pueden prosperar.[1] Por ejemplo, la planta judío errante se desarrolla mejor en las zonas 9 a 11. De acuerdo con dicho mapa, estas zonas corresponden a la mayor parte del sur y una franja estrecha de la costa oeste. Consúltalo para saber si las temperaturas de tu zona son lo bastante cálidas para soportar el cultivo de judío errante, en caso de que pienses mantenerlo al exterior.
    • Si vives fuera de las zonas de rusticidad 9 a 11 de la USDA, ten presente que no podrás mantener la planta al exterior durante el invierno. Es mejor cultivarla en interiores.
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    Elige una maceta adecuada para la planta. Puedes utilizar una maceta común para jardinería con un platillo o una canasta colgante. Al margen de lo que elijas, verifica que tenga agujeros para drenar el agua.
    • Si utilizas una canasta colgante, recuerda girarla todos los días para que reciba una cantidad uniforme de luz solar.
    • Debes elegir una maceta no muy pesada, sobre todo si piensas colgarla. Por dicha razón también debe ser de plástico en vez de cerámica. Una maceta ligera facilitará el traslado de la planta al interior en caso de heladas.
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    Coloca el judío errante en una maceta. Llénala hasta dos tercios de su capacidad con la tierra para macetas y luego coloca la planta en el centro de ella. Añade tierra para rellenar los espacios de los costados. Presiónala con suavidad alrededor de la planta y riégala hasta que se humedezca por completo.
    • La planta judío errante está disponible en muchos centros de jardinería y tiendas de mejoramiento del hogar. Otra buena forma de empezar a cultivarla es por medio de esquejes. Necesitarás conseguir varios esquejes de una planta ya establecida de judío errante y deberás aprender cómo cultivar esquejes a partir de plantas establecidas.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Cuidar de la planta

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    Dale suficiente luz del sol a la planta. Si es posible, bríndale una combinación de luz solar directa y filtrada.
    • El marco de una ventana orientada al este es una buena ubicación para el judío errante. Así recibirá luz solar indirecta e intensa durante el día, pero vigila que el espacio no se ponga muy caliente en la tarde. Si es así, aleja la maceta varios centímetros o filtra la luz por medio de una cortina.[2]
    • Si vas a mantener la planta principalmente al exterior, busca una zona que reciba luz indirecta del sol, como un porche expuesto al sol matutino por varias horas. Asegúrate de que no permanezca bajo la luz solar directa sin nada de sombra por la mayor parte del día.
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    Riega la planta con frecuencia. Al judío errante le encanta la tierra húmeda, pero detesta inundarse. Mete tu dedo en la tierra cada día. Si la sientes seca, añade suficiente agua para humedecerla por completo. El agua excedente debe filtrarse por el fondo de la maceta.
    • Si has puesto un platillo debajo de la maceta, vacíalo cuando se llene.
    • No riegues directo en la corona de la planta o se pudrirá.[3] Puedes regarla menos durante el invierno, cuando su crecimiento se vuelve lento.[4] Solo déjala permanecer un poco seca por un poco más de tiempo antes de regarla.
    • Algunas personas consideran que es práctico instalar bolas de riego automáticas en sus macetas. Sin embargo, necesitan limpieza y llenado regular. Aún debes vigilar la humedad de la planta si optas por ellas.
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    Fertilízala de forma regular. Cada dos semanas, aplica un fertilizante líquido de proporción 10-10-10 previamente diluido con una parte igual de agua.[5]
    • El producto de proporción 10-10-10 es un fertilizante de uso general que está compuesto de 10 % nitrógeno, 10 % fósforo y 10 % potasio.[6] Lee con cuidado las instrucciones del envase, puesto que algunos fertilizantes líquidos vienen en la forma de polvo que requieren la adición de agua.
    • Solo es necesario fertilizar durante la parte más intensa del periodo vegetativo, desde primavera hasta inicios de otoño.
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    Pódala. Para evitar que la planta se ponga larguirucha, corta los tallos por encima del nudo de hojas. No temas cortar demasiado. Puedes cortar hasta un cuarto de la planta. Así harás que ella crezca frondosa en vez de que siga creciendo hacia afuera por los zarcillos.[7]
    • El momento más adecuado para podar la planta es durante los meses de primavera y verano, ya que este es su periodo de crecimiento más activo. Una vez que hayas podado, dale la oportunidad de producir nuevos brotes y ponerse frondosa.
    • Si notas que la planta está muy densa y tupida, deberás podar alrededor de la base para que pueda recibir una buena circulación de aire y adecuada luz solar.
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    Retira las hojas enfermas, podridas y muertas. En algún momento la planta dejará de desarrollar hojas en la base, pero seguirá produciendo zarcillos, lo que te indicará que es necesario cambiarla de maceta para revivirla.[8] Para lograrlo, planta esquejes, enraíza algunos de los brotes en agua o solo coloca los esquejes por encima de la tierra.[9]

Parte 3
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Solucionar los problemas comunes

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    Trata los pulgones. Los nuevos brotes de la planta judío errante con frecuencia atraen a insectos verdes y diminutos llamados pulgones. Por lo general, están cerca de los tallos. Un tratamiento eficaz es cortar los tallos afectados y rociar el resto de la planta con abundante agua.[10] También puedes utilizar una manguera o un chorro de agua de alta potencia para despegarlos de las hojas.
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    Refresca las hojas marrones. Rocía la planta con frecuencia. Sus hojas se pondrán marrones cuando el nivel de humedad esté bajo. Pero si la rocías de forma regular, las hojas se mantendrán vivaces. Mantener las hojas húmedas también permitirá solucionar los problemas de pulgones que podría desarrollar la planta. Llena una botella de espray con agua y solo rocía hasta humedecer las hojas de forma ligera.
    • Las hojas marrones también pueden indicar que la planta está recibiendo luz solar excesiva. Si es así, traslada la maceta o coloca un filtro (como una cortina) entre la planta y la ventana para evitar la exposición directa al sol.
    • Utiliza agua destilada o de botella cuando rocíes las hojas para lograr resultados óptimos.
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    Restaura las hojas desteñidas. Si las hojas carecen de su color e intensidad notorios, es probable que no estén recibiendo suficiente luz del sol.[11] Aumenta de forma gradual la cantidad de sol que recibe la planta para evitar traumarla. Esto puede requerir acercar más la maceta a una ventana que reciba más luz o buscar una zona más soleada en el jardín para colocarla.
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    Elimina la pudrición de las raíces. Si la planta está destiñéndose y las hojas se vuelven amarillentas, es posible que esté recibiendo un exceso de agua y que las raíces estén pudriéndose.[12] Si es así, la planta no produce muchos brotes nuevos (o incluso ninguno). Debes cortar la porción de la planta que está pudriéndose, saca un esqueje de la parte sana y replántalo.

Advertencias

  • Ten cuidado, ya que la savia de la planta judío errante puede irritar la piel en los humanos y provocar reacciones alérgicas en los perros.[13]

Cosas que necesitarás

  • esquejes o una planta de judío errante
  • tierra para macetas a base de turba
  • una maceta o una canasta colgante
  • agua
  • un fertilizante
  • bolas de riego (opcional)
  • tijeras de podar (opcional)

Acerca de este wikiHow

Katie Gohmann
Coescrito por:
Profesional en jardinería
Este artículo fue coescrito por Katie Gohmann. Katherine Gohmann es profesional en jardinería en Texas. Desde el año 2008 ha sido profesional en jardinería y ha trabajado en jardinería doméstica. Este artículo ha sido visto 8646 veces.