Los pies son dos de las partes del cuerpo más usadas y maltratadas con todo lo que se camina y se corre todos los días. Sin embargo, a la hora de cuidar nuestra salud y realizar nuestras rutinas de belleza, con frecuencia dejamos de lado los pies y las uñas de los pies. Sea cual sea la estación, es importante que siempre los pies y sus uñas estén en sus mejores condiciones. Aprende a cuidarlos practicando una buena higiene, mimándolos para aliviar el dolor, las callosidades y recurriendo a atención médica cuando sea necesario.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Practicar una buena higiene

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    Asegúrate de lavarte los pies todos los días. Los pies tienden a ensuciarse y a sudar más que otras partes del cuerpo, así que tener buenos hábitos higiénicos es importante. Si te duchas en la mañana y no en la noche, como mínimo procura que lavarte los pies sea una rutina cuando llegues a casa por la noche. Aparte de ser una costumbre de buena higiene, también evitará que contamines tu cama con suciedad.
    • Lávalos con jabón y agua tibia. Así limpiarás tus pies del sudor, del polvo y de las bacterias que podrían habitar en ese lugar. Pon mayor atención a los espacios entre los dedos de los pies. Después, sécalos con suavidad con una toalla.
    • Mantén limpias las uñas de los pies. Si caminas en sandalias durante el verano, verás que las uñas se ensucian, por eso tómate el tiempo para limpiarlas cada vez que laves tus pies.
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    Hidrata tus pies todos los días. Como parte de tu rutina, échate crema corporal o crema para pies. Una de las maneras para que los pies estén suaves e hidratados consiste en frotarse un poco de crema corporal o vaselina antes de dormir y después ponerse calcetines. Cuando te despiertes a la mañana, ¡verás que tus pies estarán suaves y sin resequedad! Solo recuerda que no deberás hidratar en exceso el área entre los dedos de los pies, sino podrían brotar hongos.
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    Ponte el calzado apropiado para cada ocasión. Tus pies estarán más sanos si usas el calzado apropiado para que estén limpios, secos y a una temperatura cómoda. Se supone que te pones ropa para estar cómodo en las diferentes condiciones climáticas, así que deberás hacer lo mismo por tus pies.
    • Mantenlos frescos en el verano con sandalias y calzado que se ventile. Si en el verano te pones zapatos que los calienten, podrías terminar con mal olor o una infección micótica.
    • Mantenlos abrigados en el invierno con botas a prueba de agua y calcetines. Si te pones zapatos que no los abriguen lo suficiente, estarás más propenso a sufrir de congelación.
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    Elimina el mal olor. Lidiar con el mal olor es un problema que muchas personas enfrentan, ya que los pies producen más sudor que el resto del cuerpo y tienden a abrigar bacterias que generan el mal olor. Si tu caso se ha salido de control, podrás tomar ciertas medidas para que el olor mejore de inmediato.
    • Trata de cambiarte los calcetines con mayor frecuencia. Si tus pies tienden a sudar mucho durante el día, lleva contigo un par de calcetines extra para que disminuya el olor que se acumule. Cámbiate de calcetines cuando se humedezcan con sudor.
    • Mantén tus zapatos limpios. A veces, el mal olor es peor cuando el sudor y las bacterias se acumulan en los zapatos, porque después de que te los pongas, el problema persistirá. Ponte los zapatos con calcetines, límpialos frecuentemente y compra un par nuevo de zapatos cuando sea hora de reducir el mal olor.
    • Prueba el talco para pies. Hay muchos productos diseñados para mantener los pies secos y sin mal olor. Prueba echarles talco para pies, para bebés o uno regular a tus zapatos antes de ponértelos.
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    Mantelos secos. El pie de atleta y demás tipos de hongos tienden a desarrollarse en condiciones húmedas. Unas cuantas variaciones en tu rutina de higiene evitará que tengas que lidiar con esas afecciones desagradables, que suelen provocar sarpullidos que pican. Haz lo siguiente para que tus pies se mantengan limpios y secos:
    • Cámbiate de calcetines frecuentemente. Este es el método por excelencia para evitar todo tipo de problemas relacionados con los pies, desde el mal olor hasta los hongos. Usar calcetines húmedos brinda el ambiente perfecto para que los hongos crezcan, así que cámbiatelos a menudo, sobre todo si sudas mucho.
    • Usa talco para pies. Mucha gente les echa talco a sus zapatos para que todo esté limpio y seco.
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    Dúchate con tranquilidad. Si te duchas en un vestuario u otro lugar público, toma las medidas para que no termines con los hongos de los pies de otra persona. Las duchas normalmente son ambientes húmedos que albergan hongos y bacterias. No te recomendamos bañarte en una ducha pública sin proteger tus pies previamente.
    • Cuando te duches en vestuarios u otros lugares públicos, ponte sandalias o zapatos para ducha.
    • También es importante que no compartas tus zapatos con otras personas. Si eres atleta, no compartas tus botines con tacos y demás equipos atléticos.
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    Córtate las uñas de los pies adecuadamente. Cada ciertas semanas, córtate las uñas de los pies para que se mantengan sanas y fuertes. Cortarlas incorrectamente podría causar uñas encarnadas, las cuales pueden ser dolorosísimas. Córtatelas rectas, no cortes los bordes en curva. También deberás evitar cortártelas demasiado, sino podrías terminar con una uña encarnada o una infección.[1]
    • Si realmente prefieres una forma redondeada y no un cuadrado recto, suaviza los relieves y dale curva a los bordes con una lima para que tengas la forma cuadrada con bordes redondeados.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Hacerte una pedicura

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    Hazte una pedicura cada dos semanas. Pintarlas no tiene que ser necesariamente parte de todas tus rutinas de pedicura, pero si son periódicas, marcará una gran diferencia y verás que tus pies se mantendrán suaves y tersos, además tus uñas estarán pulcras. No tendrás que gastar demasiado dinero para que te hagan una pedicura profesional en un salón. Solo con unas cuantas herramientas, podrás hacértela tú mismo en la comodidad de tu hogar.
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    Empieza con un masaje para pies. Si estás mucho tiempo de pie y suelen dolerte, masajéalos antes de empezar la pedicura. Si bien este paso no es absolutamente necesario, es excelente para mimarte un poco. Si te vas a tomar el tiempo para hacerte una pedicura, ¿por qué no masajearte?
    • Masajea las plantas de los pies. Con tus pulgares, presiona las plantas de tus pies con movimientos circulares. Hacerlo ayudará a soltar los músculos tensos en esa zona.[2]
    • Estira los dedos de los pies. Uno por uno, hala suavemente los dedos hacia atrás y hacia adelante para estirarlos y aliviar la tensión y el dolor.
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    Remoja tus pies unos 5 a 10 minutos en un tazón grande con agua tibia. Como detalle adicional, podrías también aromatizar el agua con algunas gotas de aceites esenciales o sales del mar muerto para que los pies huelan bien y para suavizar la piel dura, respectivamente. El tiempo indicado es solo nuestra sugerencia, pero si quieres relajarte o si la piel dura de tus pies necesita hidratarse mucho más, podrás remojar tus pies por más tiempo.
    • Exfolia tus pies con un exfoliante para esa zona para eliminar la piel seca y muerta, y también para hidratar los pies. La piel de esa zona es más gruesa, por eso para que se mantenga suave y tersa, será importante que elimines la piel muerta exfoliándote. Masajea el exfoliante con movimientos circulares y enjuágate luego. Para exfoliar los talones duros y la parte inferior de los pies, hazlo con una lima para pies o con una piedra pómez. Asegúrate de hacer movimientos suaves a la hora de limar, nunca lo hagas con demasiada fuerza. Si tienes callosidades duras, prueba usar una cuchilla para callos para eliminarlos de tus talones y de la parte lateral de los dedos. Así evitarás que sean más grandes y te duelan.
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    Cuida las uñas de tus pies. Cortar las uñas mientras todavía están suaves por el agua con la que te remojaste los pies facilitará mucho el proceso. Recuerda cortarlas rectas y no demasiado cortas. Con un palito de naranjo o un moldeador de cutícula, empuja las cutículas hacia la piel. Por último, échate un poco de aceite de cutículas en las uñas y cutículas para hidratar esa zona y evitar que se rompan.
    • Córtate las uñas rectas, no en curva, para evitar que termines con uñas encarnadas. Si realmente quieres tener una forma redondeada y no una cuadrada, suaviza los relieves y dales curva a los bordes con una lima para que tengan la forma cuadrada pero con bordes curvos. Asegúrate de que tus uñas estén cortadas y limadas en el largo correcto: cortas, pero no tanto al punto de que te cause dolor.
    • Recuerda también incluir las cutículas. Si bien no deberás cortar las cutículas, si lo deseas podrás aplicarte aceite de cutículas a las uñas de los pies para suavizarlas e hidratar los bordes duros y podrás empujar las cutículas hacia atrás con un palito de naranjo para que quede un área abierta y suave, lista para pulir. Asegúrate de no empujar demasiado, sino podrías correr el riesgo de cortar las cutículas y exponer tus pies a posibles infecciones micóticas. Algunos prefieren omitir este paso por completo y dejar sus cutículas intactas, cosa que no supone ningún problema.
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    Hidrata tus pies. Con todo el maltrato que sufren los pies, es importante hidratarlos de vez en cuando. Después de haberlos remojado, de haber exfoliado la piel y de haberte cortado las uñas, échate una loción o crema para proteger tu piel. Aplícatela por toda la parte superior e inferior de los pies, incluidos los dedos.
    • Si tienes la tendencia a sufrir de callosidades, podrías echarte una crema muy espesa. Esta mantendrá la piel hidratada y ralentizará el crecimiento de más callosidades.
    • Si tus talones tienden a agrietarse con un clima seco, ponte calcetines para dormir después de hidratártelos.
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    Si lo deseas, aplícate un esmalte para uñas. Si quieres darle un lindo toque final a tu pedicura, aplícate el esmalte de uñas de tu elección. Si quieres que tu pedicura sea duradera, te recomendamos empezar con una capa de base transparente. Deja que seque, luego píntate del color que hayas elegido con el “método de tres trazos”, el cual consiste en pasar un trazo a cada lado y uno en el medio. De esta manera, te asegurarás de que el esmalte se aplique de manera uniforme a toda la uña. Termina con otra capa transparente para que el esmalte se mantenga en su lugar y no se descascare.[3]
    • Mantén tus dedos separados con separadores para pedicura. Estos te facilitarán el proceso de pintar las uñas y evitará que el esmalte fresco manche el dedo de al lado.
    • Quítate el esmalte de uñas después de unos cuantos días para que no manche. Si dejas el esmalte en las uñas demasiado tiempo, cuando finalmente te lo saques, tus uñas podrían verse amarillentas.[4]
    • La acetona, el ingrediente activo en la mayoría de quitaesmaltes, tiene un grave efecto secante en la piel y en las uñas. Considera la posibilidad de usar un quitaesmalte que no contenga acetona.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Tratar los problemas de los pies

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    Corrige una uña encarnada. Esta es una afección común que podrás tratar solo en casa. Ten cuidado con el equipo que vayas a usar, pues una uña encarnada puede infectarse fácilmente. Primero, corta la uña recta. Con suavidad, levanta la parte encarnada y pon una bola muy pequeña de algodón debajo de ella para que no se entierre más. Cambia el algodón todos los días hasta que el problema se haya corregido.
    • Protege el dedo mientras esté sanando. Quizá debas vendarlo para asegurarte de que no se infecte.
    • Si ves algún signo de infección, acude a un médico.
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    Trata los hongos de los pies. Si tienes un sarpullido que pica, lo más probable es que sea pie de atleta. Hay muchas cremas de venta libre que sirven para tratar el pie de atleta y otros tipos de hongos. Aplícate la crema según las indicaciones del envase hasta que el sarpullido desaparezca y sientas una mejoría en el pie. Mientras tanto, asegúrate de cambiarte los calcetines a menudo.
    • Si esta afección no desaparece después de unos cuantos días, acude a un médico.
    • Los hongos de las uñas son otro tipo de hongos, que son mucho más difíciles de tratar. Si tus uñas están marrones, amarillas o agrietadas, acude a un médico para que te brinde una receta que te pueda ayudar.
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    Detén los juanetes antes de que se salgan de control. El juanete aparece cuando el hueso de uno de los lados del pie sufre presión y empieza a crecer hacia afuera. Esta afección podría ser dolorosísima si no tomas las medidas para corregir el problema. Los juanetes suelen ser genéticos, pero también pueden aparecer por usar zapatos demasiado puntiagudos (como tacones o zapatillas de ballet).
    • Asegúrate de que tu calzado no te cause problemas. Quizá sea hora de cambiar esos zapatos de tacón aguja por unas chatitas cómodas.
    • Ponte almohadillas para juanetes. Se venden en las farmacias. Se ponen sobre el juanete para que no esté en contacto con los zapatos.
    • Toma en cuenta la cirugía. Si tu juanete es muy doloroso, quizá tengas que considerar la posibilidad de someterte a una cirugía, porque no podrás hacer nada por tu cuenta para que desaparezca.
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    Si tienes dolor en el pie, acude a un podólogo. Si tienes un dolor que no desaparece, será importante que busques atención médica.
    • El pie tiene muchos huesos que pueden fracturarse de verdad.
    • Caminar con un pie adolorido puede agravar el problema.
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Consejos

  • Si no tienes separadores de dedos para aplicarte el esmalte, podrías también ponerte pañitos de papel torcidos entre los dedos.
  • ¡No cortes tus uñas en exceso, sino podrías sangrar!
  • No cortes ni peles las cutículas.
  • Hidrata tus pies todos los días.
  • Usa siempre un quitaesmalte sin acetona, porque esa sustancia reseca las uñas, la piel y las cutículas.
  • Usa las puntas de un palito de naranjo envuelto en algodón y remojado con quitaesmaltes para ayudar a limpiar los leves derrames de esmalte alrededor de la cutícula o de la piel alrededor de los dedos.
  • Cuando tus pies saludables y glamorosos estén listos para el verano, lúcelos con unas chancletas hermosas o unas sandalias geniales del color que quieras.
  • Puedes aprender mucho de los profesionales, así que mímate con una pedicura profesional cuando la “necesites” y ¡aprovecha para hacer preguntas y prestar atención!
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Advertencias

  • Si padeces de diabetes, sé mucho más cuidadoso a la hora de exfoliarte, de cortarte las uñas o de empujar las cutículas durante la pedicura. Asegúrate de no lastimarte para evitar correr el riesgo de alguna infección.
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Cosas que necesitarás

  • Tazón grande
  • Toalla
  • Aceites esenciales
  • Sal del mar muerto
  • Exfoliante para pies
  • Piedra pómez o lima para pies
  • Cortaúñas
  • Aceite para cutículas
  • Palito de naranjo
  • Bolitas de algodón
  • Quitaesmalte
  • Separadores de dedos de los pies
  • Esmalte del color de tu elección, base y capa final
  • Crema para pies, crema corporal o vaselina


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