Tomar las cosas muy en serio puede ser un atributo excelente, demuestra que eres sincero, humanitario y trabajador. Pero tomarte las cosas demasiado en serio puede causarte un estrés innecesario y hacer que te preocupes por cosas que no valen la pena.[1] Al saber por qué existe la tendencia de tomar la vida demasiado en serio y aprender la forma de agregarle un poco de humor y ligereza a la vida, puedes dejar de ser tan serio y pasar más tiempo disfrutando.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Piensa en fomentar la alegría

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    Usa una lista para mantener las cosas en perspectiva. Quítate el comportamiento serio haciéndote preguntas que te ayuden a poner en orden tus prioridades. Cuando sientas que una seriedad intensa empieza a burbujear en tu interior, hazte las siguientes preguntas:[2]
    • ¿Vale la pena que te enojes por esto?
    • ¿Vale la pena que los demás puedan enojarse por esto?
    • ¿En verdad es tan importante?
    • ¿Está tan mal para empezar?
    • ¿La situación no tiene ningún arreglo?
    • ¿Es un problema tuyo en realidad?
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    Interpreta a los demás con generosidad. Una mentalidad seria puede hacer que sea más difícil ver cuando las cosas deben tomarse a la ligera o en broma.[3] Podrías sacar conclusiones apresuradas de lo que alguien quiso decir o hizo. Por ejemplo: si alguien te señala que tienes una manchita en la camisa, es posible que pienses que está señalando tu incapacidad para estar presentable. Así de fácil, un comentario útil puede convertirse en una ofensa.
    • Trata de buscar significados alternativos a tu respuesta instintiva de interpretar lo que dice la gente como si tuviera implicaciones muy graves. Ten en cuenta que la mayoría de la gente no tiene una agenda; nadie está tratando de enviarte indirectas que vayan más allá de lo que en realidad te está diciendo.[4]
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    Mira el humor a tu alrededor. Poder encontrar el humor en la vida es tan importante como poder encontrar la forma más práctica y simple de ver las cosas.[5] Cuando te sientas tentado a pensar: "Soy demasiado maduro para esto" o "¿En verdad a alguien le parece divertido esto?", trata de encontrar la parte de ti que pueda disfrutarlo, aunque eso signifique ponerte en los zapatos de otra persona.
    • Después de todo, las investigaciones demuestran que las dos cualidades que más se espera que tengan los líderes son una buena ética de trabajo y un buen sentido del humor.[6] Prueba la idea de que puedes ser dedicado y trabajador sin ser serio todo el tiempo. Trabajas duro y juegas duro, ¿no?
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    Desarrolla la flexibilidad.[7] Debido a que nunca sabes a dónde te llevará la vida o por qué, los planes destruidos y las metas sin alcanzar podrían significar que te espera algo completamente diferente e inesperado. Todos conocemos el viejo dicho de que la vida se trata del viaje, no del destino. Por eso, mantente tranquilo y deja descansar las riendas, ya que lo no planificado y lo incierto suelen traer la mayoría de regalos y sorpresas que nunca habrías pensado buscar por ti mismo.
    • Trata de volver a imaginar tus metas de mayor prioridad como posibles puntos de referencia a lo largo de la travesía.[8] De esta forma, las metas no serán fines en sí mismas (esto te da esa actitud seria y esa visión de túnel de ellas). En lugar de eso, las metas simplemente serán momentos que te darán la inspiración para seguir haciendo limonada con los limones que te dé la vida.
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Parte 2
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Acciones para fomentar la alegría

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    Cambia tu rutina de vez en cuando.[9] Cuando te desvías y dejas que otras cosas interrumpan tu rutina regular, te sientes cada vez más cómodo con las pequeñas sorpresas de la vida. Además, experimentas más de los beneficios que surgen de lo no planificado, como conocer nuevos amigos en un bar a quienes decides darles una oportunidad.
    • Incluso las pequeñas desviaciones de la rutina, como tomar una nueva ruta al trabajo, te recordarán que debes hacer una pausa y concentrarte en las cosas que normalmente pasas por alto. Los cambios pequeños también ayudan despejar la mente (y por lo tanto, a distraerla de las preocupaciones que causan la seriedad) y a enfocarla en el presente.
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    Aprende técnicas para lidiar con el estrés. Cuando estás estresado, es mucho más probable que tomes las cosas en serio; el estrés es cuando tu cuerpo está preparado para reaccionar de una forma intensa.[10] Esto crea un ciclo en el que te estresas por tomar las cosas en serio y tomar las cosas en serio intensifica el estrés. Es esencial que aprendas algunos métodos mentales y físicos para disminuir el estrés. Algunos ejemplos incluyen los siguientes:[11]
    • Haz cambios de estilo de vida saludables a largo plazo, como dieta y ejercicio
    • Haz una lista de las tareas pendientes
    • Reduce el diálogo interno negativo
    • Practica la relajación muscular progresiva
    • Aprende a hacer meditaciones de visualización y concientización
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    Exprésate con el movimiento. Aflojarte (literalmente) hará que sea mucho más fácil afrontar la vida con gracia y alegría. Existe una gran variedad de artes orientadas al movimiento que pueden ayudarte a aliviar un poco de la tensión corporal que suele acompañar a una mente seria. Dependiendo de tus intereses, es posible que quieras tomar clases de danza, yoga, aeróbicos o artes expresivas como la comedia improvisada o la actuación básica.
    • Tomar una clase en cualquiera de estas áreas podría ser más útil que aprender por ti mismo, porque soltarte en presencia de otras personas puede ser más alentador que tratar de aprender solo.
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    Incorpora la música en tu vida. Escuchar música con más frecuencia puede ser una forma excelente de cambiar tu estado de ánimo porque ayuda a exagerar ciertos sentimientos.[12] Esto significa que si tratas de relajarte y concentrarte en las partes más alegres de la vida, escuchar música alegre puede centrar más claramente tu atención en esos aspectos.
    • Trata de escuchar música de ritmo rápido en tonalidades mayores. Cualquier género funcionará, siempre y cuanto te haga sentir relajado y cómodo.
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    Busca oportunidades para reír. Al aumentar la tendencia a reír más, de forma intencional, recordarás cuánto humor hay en todas las situaciones. A continuación, encontrarás algunas formas simples para empezar a reír más:[13]
    • Mira una película o un programa de televisión gracioso
    • Visita un club de comedia
    • Lee la sección de cómics del periódico
    • Comparte una historia divertida
    • Organiza noches de juegos con tus amigos
    • Juega con tu mascota (si tienes una)
    • Asiste a una clase de “yoga de la risa”
    • Haz tonterías con los niños
    • Tómate un tiempo para hacer actividades divertidas (por ejemplo: ir a jugar bolos, minigolf, karaoke, etc.).
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    Bromea para combatir las frustraciones menores.[14] Siempre habrá pequeños inconvenientes que se interpongan en tu camino, pero siempre tienes la opción de convertirlos en chistes. Si no crees que sea gracioso encontrar un pelo en la sopa por ejemplo, ríete del hecho de que algo tan pequeño pueda causar una complicación tan grande en tus planes (o haga que tengas una pequeña conversación con el mesero...).
    • Podrías irritarte y mortificarte por el hecho de que la impresora no funcione correctamente o puedes bromear sobre recibir lo que te mereces por seguir usando la misma impresora de los años 90.
    • Prueba deliberadamente exagerar un problema trivial solo para ver lo tonto que es cuando lo haces sin querer.[15] Habla enojado y enfurécete porque te rompiste una uña o dejaste caer una moneda de veinticinco centavos en una rejilla, como si fuera lo más grave en el mundo. De esta forma, tendrás la perspectiva de un espectador de cómo podrías comportarte cuando en verdad tengas un problema grave.
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    Rodéate de gente divertida y que te apoye.[16] Probablemente la forma más fácil de recordar que debes dejar de tomar la vida muy en serio es dejarte llevar por un grupo de personas divertidas y cariñosas, cuya sola presencia elimine tu seriedad. Ten en cuenta a los amigos que ya tienes y a las nuevas personas que conozcas que parezcan reírse sin esfuerzo y te animen a hacer lo mismo.
    • Incluso cuando no estén juntos, imagina lo que estos amigos pensarían de la seriedad con que la estás tomando cualquiera que sea el último problema. ¿Cómo responderían ellos al mismo problema?
    • Además, la risa compartida es una forma muy eficaz de mantener fuertes las relaciones. Reírte con los demás construye los mismos lazos de intercambio emocional, pero con los elementos adicionales de alegría y vitalidad.[17]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Descubre el origen de la seriedad

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    Reflexiona sobre la búsqueda de la perfección.[18] La seriedad excesiva a veces puede surgir por esforzarse demasiado para vivir la vida de una forma en particular. Imagina que te concentras mucho en la meta de comer bien, te prepararas solo comidas sin gluten y alimentos extraordinarios. Lo más probable es que si alguien te ofrece un pedazo de pastel en una fiesta de cumpleaños, te pondrás serio, incómodo y darás una explicación interminable sobre tu dieta. Imagínate lo que piensa la persona que te ofreció el pastel: "Caray, solo es un pedazo de pastel. Tampoco es para tanto".
    • Aunque las metas son excelentes, perseguirlas con tanta intensidad puede hacer que los pequeños contratiempos parezcan obstáculos enormes, lo cual hará que las cosas que tomes en serio sean cada vez más insignificantes.
    • Las investigaciones en realidad demuestran que el perfeccionismo está relacionado con menos éxito y productividad porque con frecuencia está acompañado de la postergación.[19]
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    Pregúntate si estás tratando de probarte.[20] A veces, la seriedad sucede cuando ves todo como prueba de tus capacidades y valor como persona. ¿Recuerdas a ese estudiante que actúa como si cada tarea pequeña fuera tan importante como el examen final? Aún una calificación mala indica que es un mal estudiante y va rumbo al fracaso.
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    Ten en cuenta que algunas culturas premian la orientación hacia las metas. Con el gran enfoque de la sociedad capitalista en la eficiencia y la productividad, poder establecer y alcanzar metas se estima al máximo.[21] Es fácil perder de vista el hecho de que esta solo es una táctica especialmente buena para los negocios. Cuando se aplica a todas las áreas de la vida, te convences de que sabes exactamente lo que tienes que hacer y cómo debes hacerlo.
    • Ser un producto de la cultura es algo maravilloso, pero el hecho de saber de dónde proviene esta actitud puede ayudarte a usarla de una forma más responsable y no compulsiva.
    • Esta actitud puede limitar seriamente tu capacidad de ser un buen estudiante del mundo y tomar lo que la vida te lanza con facilidad y con el gozo de las sorpresas agradables.
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    Date cuenta cuando la seriedad se vuelva defensiva.[22] Una causa importante de la seriedad es una sensación intensa de peligro. Después de todo, es imposible relajarte y tomar las cosas a la ligera si estás sumergido en el supuesto de que es posible que tengas que defenderte de las amenazas de daño. Trata de reducir la seriedad buscando los aspectos positivos en lo que encuentres y teniendo en cuenta cómo te beneficiarás al encontrar cosas nuevas.
    • A muchas personas, sus padres las animan a desarrollar una especie de conciencia hiperactiva.[23] Aunque las intenciones de los padres sean buenas, las advertencias constantes de los peligros posibles y la importancia de ser cuidadoso pueden hacer que veas (y te concentres en) el lado grave y amenazante de todo.
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    Aprende los efectos de la seriedad excesiva. Uno de los principales inconvenientes de tener una actitud seria todo el tiempo es que tus posibilidades de correr riesgos y tener iniciativa son muy limitadas.[24] Un énfasis excesivo en la seriedad crea una forma restringida de entender a qué vale la pena dedicarle tu tiempo y a qué no. Cuando ignoras las cosas que te intrigan o que te hacen sentir bien de una forma incalculable, puedes llegar a perder un poco de tu habilidad natural para ampliar tus horizontes.
    • Irónicamente, ser demasiado serio incluso puede hacer que seas menos productivo, al ponerte muy nervioso por algo en particular. Cuando tienes la mentalidad de que el cielo se caerá si la cena no está lista a las 7 en punto, por ejemplo, te apresuras y te olvidas de las alegrías de cocinar que realmente te motivan para que tus platillos sean más estimulantes y originales.
    • Ser serio también puede afectar tus relaciones con los demás porque te hace más proclive a juzgar y a criticar lo que ves a tu alrededor.[25] Es posible que te encante la risa de alguien, pero una actitud seria te obligará a darte cuenta de que una buena risa no pagará las cuentas médicas en un accidente.
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Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 46 772 veces.
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