Lograr que no te importe lo que los demás piensen puede ser difícil. No obstante, existen medidas que puedes adoptar para volverte más seguro, desarrollar tu propio estilo y formular tus propias opiniones. Evita asumir que los demás observan y juzgan cada paso que das, y no prestes demasiada atención a sus opiniones. Formula tus opiniones teniendo en cuenta los hechos y la evidencia. Toma decisión basadas en tus valores, en lugar de renunciar a ellos debido a que los demás piensen. En lo que respecta al estilo, ten en cuenta que el gusto es subjetivo, y nadie tiene la última palabra.

Método 1
Método 1 de 3:
Volverte más seguro

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    Acéptate por quien eres. Sé tú mismo, mejora en lo que puedas y acepta los aspectos de tu persona que no puedas cambiar. No intentes cambiar tu persona tan solo para complacer a otros. Recuerda que todos tenemos dudas, talentos y aspectos que podemos mejorar.[1]
    • Elabora una lista de todo lo que te gusta de tu persona y otra de lo que te gustaría mejorar. Idea pasos específicos que puedas seguir para mejorar, como lo siguiente: “A veces reacciono de forma exagerada y les grito a los demás. Cada vez que alguien exprese su opinión, tomaré una pausa antes de responder y pensaré en lo que voy a decir antes de decirlo”.
    • Acepta los aspectos de tu persona que no puedas cambiar. Por ejemplo, podrías querer ser más alto, pero esto es algo que no puedes cambiar. En lugar de centrarte en el motivo por el que desearías ser alto, piensa en los pequeños beneficios de ser más bajo, como el hecho de que te golpearás menos la cabeza.
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    Visualiza los resultados exitosos, en lugar de temerle a la vergüenza. Evita centrarte en el fracaso, la vergüenza o lo que las demás personas pensarán si haces algo mal. Divide las metas en objetivos pequeños, y visualízate teniendo éxito en cada paso.[2]
    • Por ejemplo, si deseas tener más seguridad cuando converses, divide la meta en partes pequeñas: mantener el contacto visual, escuchar a la otra persona, asentir cuando exprese una opinión, hacerle preguntas y brindarle respuestas sinceras teniendo en cuenta tus propias experiencias.
    • Si no obtienes el resultado que habías planeado, aprende de ello en lugar de sentirte avergonzado. Ten en cuenta que todo es un proceso de aprendizaje y que nadie es grandioso en todo, en especial al primer intento.
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    Deja de cuestionar cada paso que des. No asumas que todos juzgarán cada pequeña cosa que hagas. Antes de perderte en un ciclo de inseguridad, recuerda que todo aquel que merezca tu tiempo estará más centrado en sus preocupaciones que en hacer críticas de cada pensamiento o acción que tengas.[3]
    • Haz lo mejor posible por notar los momentos en los que empieces a pensar demasiado o cuestionarte. Repítete “Deja de analizar demasiado. Tranquilízate y no te preocupes”.
    • La autorreflexión y aprender de tus errores son buenas acciones, siempre y cuando te centres en el desarrollo positivo, en lugar de pensar demasiado de forma negativa.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Rahti Gorfien, PCC

    Rahti Gorfien, PCC

    Coach de vida
    Rahti Gorfien es coach de vida y fundadora de Creative Calling Coaching, LLC. Rahti es una coach certificada profesional (PCC, por sus siglas en inglés) acreditada por la International Coach Federation, coach de TDAH acreditado por ACCG por la Academia de Entrenadores de ADD, y una proveedora de servicios especializados (CSS, por sus siglas en inglés). Fue elegida como una de los 15 mejores coaches de vida en la ciudad de Nueva York por Expertise en 2018. Es exalumna del programa de actuación de posgrado de la Universidad de Nueva York y ha trabajado como artista de teatro durante más de 30 años.
    Rahti Gorfien, PCC
    Rahti Gorfien, PCC
    Coach de vida

    Presta atención al momento en que te preocupas por las opiniones de las otras personas. Una vez que estés consciente de que te enfocas en otras personas, pausa esos pensamientos y elige dónde más quieres enfocarlos. Para dejar de preocuparte en lo que piensen las demás personas, primero necesitarás prestarle atención a lo que prestas atención de modo que puedas redireccionarte.

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    No permitas que las críticas negativas de una persona definan tu identidad. Mantén una perspectiva equilibrada no consideres a una crítica negativa como un hecho absoluto y permanente. Si crees que la crítica tiene algo de cierto, utilízala como una oportunidad para mejorar, en lugar de permitir que te defina.[4]
    • Por ejemplo, imagina que alguien dice que tienes un mal temperamento. Si casi nunca has interactuado con esa persona y no te conoce del todo, no hagas caso a su crítica. No obstante, si es un compañero de clases o de trabajo que pasa mucho tiempo contigo, ten en cuenta el motivo por el que piensa que tienes un mal temperamento. Esfuérzate por desarrollar estrategias para mantenerte tranquilo, como contar mientras respiras lento cuando empiezas a sentirte molesto.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Rahti Gorfien, PCC

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    Coach de vida
    Rahti Gorfien es coach de vida y fundadora de Creative Calling Coaching, LLC. Rahti es una coach certificada profesional (PCC, por sus siglas en inglés) acreditada por la International Coach Federation, coach de TDAH acreditado por ACCG por la Academia de Entrenadores de ADD, y una proveedora de servicios especializados (CSS, por sus siglas en inglés). Fue elegida como una de los 15 mejores coaches de vida en la ciudad de Nueva York por Expertise en 2018. Es exalumna del programa de actuación de posgrado de la Universidad de Nueva York y ha trabajado como artista de teatro durante más de 30 años.
    Rahti Gorfien, PCC
    Rahti Gorfien, PCC
    Coach de vida

    La única persona sobre la cual tienes el control eres tú mismo. No puedes controlar o cambiar los pensamientos de otra persona; solo tienes el poder de cambiar tus pensamientos. En lugar de desperdiciar tu tiempo preocupándote por lo que las personas piensen de ti, redirecciona tu atención hacia algo más, algo mejor.

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    Ten cuenta si la crítica de la persona tiene buenas intenciones. La forma en la que una persona expresa una opinión sobre ti puede indicarte si debes hacerle caso omiso o tomártela en serio. Pregúntate “¿Esta persona tiene en mente mi beneficio? ¿Es algo en lo que puedo esforzarme para volverme una mejor persona, o tan solo es una crítica insignificante que busca insultarme?”.
    • Por ejemplo, tu buen amigo podría decirte “últimamente luces desconectado, no parecer ser tú mismo”. Esta es una crítica que deberías tomarte en serio. Por otra parte, solo deberás ignorar una crítica si alguien que no conoces mucho te dice “Nunca prestas atención, ¡eres tan tonto!”.

Método 2
Método 2 de 3:
Formular tus propias opiniones

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    Conoce los hechos a través de varias fuentes. Al formar una opinión sobre algo como una noticia, busca varias fuentes. Lee artículos publicados por diferentes medios informativos, e intenta incluir las perspectivas que cuestionen tus propias creencias. Reúne tu propia información en lugar de aceptar o mostrar desacuerdo de forma instintiva por lo que otra persona piense.[5]
    • Por ejemplo, tus padres podrían tener una opinión sobre una noticia. En lugar de solo estar de acuerdo con ellos porque son tus padres, podrías navegar en Internet para buscar artículos sobre el tema en diversos corresponsales. Luego de leer algunos puntos de vista sobre el tema, podrás formular tu propia opinión teniendo en cuenta lo que has aprendido.
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    Determina si la persona se ha informado sobre el tema. Antes de preocuparte demasiado por lo que alguien piensa, ten en cuenta su pericia y la manera en la que expresa su opinión. Si tu profesor ha escrito su tesis de postgrado sobre un acontecimiento histórico determinado, tendrás que valorar más su opinión que la de otra persona menos informada.[6]
    • Además de tener en cuenta la fuente, piensa en la forma de expresarse: ¿es una persona informada sobre el tema y te habla de forma clara y considerada? ¿O tan solo te insulta y critica tu opinión por estar en desacuerdo contigo?
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    No finjas estar de acuerdo tan solo para complacer a los demás. No temas si tienes una opinión que va en contra de la norma, en especial si has dedicado tiempo y has reflexionado para formular dicha opinión. Establece un equilibrio entre la evidencia y tu instinto, en lugar de tratar de concordar con los demás y satisfacerlos. Respeta lo que los demás piensen y acepta que no todos pensarán igual que tú.[7]
    • Por ejemplo, si prefieres a los perros en lugar de los gatos, no finjas que estos últimos te gustan más tan solo para complacer a tus amigos que piensan que los gatos son mejores. Debes formular tu propia opinión, incluso si todos tus amigos prefieren a los gatos.
    • Puede ser saludable que cuestiones tus principales valores y creencias, pero no debes renunciar a ellos tan solo para ser popular. Por ejemplo, si te han criado en una tradición religiosa, podrías notar que si te cuestionas un poco, esto profundizará tu fe a largo plazo. No obstante, esto no significa que debas modificar tus creencias tan solo porque alguien las critica por ignorancia.[8]

Método 3
Método 3 de 3:
Descubrirte a ti mismo y tu estilo

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    Esfuérzate por comunicarte contigo mismo. Ten en cuenta las similitudes y las diferencias entre la forma en la que te comportas en privado y tu manera de actuar cuando estás rodeado de muchas personas. Pregúntate ¿En qué forma me represento ante los desconocidos, las personas con las que me siento más cómodo y yo mismo?[9]
    • Piensa en todo lo que te haga ser tú mismo. Anota una lista de los rasgos de tu personalidad que sean importantes para ti, como la sinceridad, la lealtad o el sentido del humor.
    • Dedica un tiempo considerable a reflexionar sobre tus rasgos, tus talentos y tus cosas favoritas. Trata de desarrollar aprecio por lo que te haga una persona única.
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    Toma decisiones teniendo en cuenta tus propios valores. Toma decisiones que coincidan con tus prioridades, en lugar de hacer lo que los demás consideran genial. Por ejemplo, imagina que tus amigos desean ir a una fiesta y emborracharse, pero tienes un partido de fútbol al día siguiente, y este deporte es muy importante para ti. En lugar de ir a la fiesta solo para lucir genial, opta por estar bien preparado y recuperado para tu partido, ya que es importante para ti.[10]
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    Represéntate de formas que te vuelvan feliz. Idea la forma de incluir tus intereses, lo que te gusta y lo que no en tu ropa, tu entorno y tu estilo de vida. Céntrate en crear un estilo que te haga feliz, en lugar de solo elegir lo que esté a la moda o sea popular.[11]
    • Por ejemplo, si notas que te gusta combinar patrones en tu guardarropa, no temas usar lo que te gusta tan solo por lo que alguien podría pensar.
    • Adorna tu departamento o habitación con objetos decorativos pequeños que tengan un valor sentimental, incluso si alguien te indica que deberías usar objetos más de moda o darle una apariencia más minimalista. Por otra parte, no uses objetos decorativos en lo absoluto si no puedes tolerar el desorden. Tan solo utiliza lo que creas que haría que tu espacio luzca más habitable.
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    Crea una carpeta de inspiración para entrar en contacto con tu propio estilo. Al desarrollar tu sentido de estilo para la ropa, busca inspiración en revistas y blogs de moda. Guarda o recorta imágenes que te motiven, y úsalas para crear un “muestrario” o carpeta de inspiración en formato digital o físico. Utiliza tu nueva colección para crear looks que te hagan lucir único y seguro.[12]
    • Los artículos característicos (como una joya determinada, una bufanda, un sombrero a la moda o un patrón) también pueden ayudarte a tener un estilo único. Ten en cuenta un artículo o un elemento estético específicos que te hagan feliz y expresen algo que ames de tu persona. Por ejemplo, si adoras navegar o los botes, quizás un collar con un ancla y las franjas náuticas llamativas sean un toque único.[13]
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    Ten en cuenta que el gusto es subjetivo. Si alguien dice algo sobre tu gusto, ten en cuenta que su opinión sobre el estilo no es la palabra final. El gusto es subjetivo, y es probable que no adores todo sobre sus gustos decorativos o de la moda. La variedad es un elemento grandioso; ¡imagina lo aburrido que sería que la ropa y las casas de todas las personas luzcan exactamente idénticas![14]
    • Es grandioso vestirse de una manera que exprese individualidad; sin embargo, ten en cuenta el nivel de lo apropiado para cada situación. Si te vistes de forma profesional o siguiendo el código de vestimenta en el trabajo, es probable que te ganes un respeto mayor al que obtendrías si usaras una camiseta y jeans rasgados.[15]
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    Evita las críticas no solicitadas. Las redes sociales son una manera grandiosa de mantenerte conectado con las personas. No obstante, estas también hacen que las personas tengan muchas oportunidades para criticar tus opciones de estilo de vida. Por ejemplo, si no deseas que las personas critiquen tu ropa o tu imagen, puedes compartir menos autorretratos en las plataformas de redes sociales.[16]

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