Una tos persistente genera dolor y frustración. Esta puede deberse a muchos factores, desde una garganta seca y una secreción sinusal, hasta el asma. Para combatir la tos con rapidez, la clave es elegir la solución adecuada para tu tipo de tos.

Método 1
Método 1 de 3:
Hidratarte

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    Consume líquido. Al igual que con otras enfermedades, mantenerte hidratado es tu primera línea de defensa contra la tos. Si tu tos se debe a una garganta seca, hidratarte un poco podría ser todo lo que necesites. No obstante, incluso si tu tos se debe a otra razón, beber bastante líquido nunca es una mala idea.[1]
    • Si tu garganta está sensible o irritada a causa de la tos, no debes consumir bebidas que podrían causar una mayor irritación, como los jugos cítricos.
    • Asimismo, ten cuidado con los lácteos. La idea de que la leche genera más mucosidad es un mito; sin embargo, la leche (en particular la entera) podría recubrir tu garganta y hacerte sentir como si tuvieras más flema. Por otra parte, si tu tos se debe a la irritación o la sequedad, los productos lácteos podrían aliviarla.[2] [3]
    • Si tienes dudas, consume agua.
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    Calienta los líquidos. En algunos tipos de tos, como las que se deben a la congestión o las secreciones sinusales, los líquidos tibios pueden tener una eficacia incluso mayor que la de los líquidos fríos o a temperatura ambiente.
    • No importa si consumes tu té de hierbas habitual favorito junto con miel o tan solo agua caliente con limón, “todo líquido caliente puede ser de utilidad para descomponer la mucosidad en tus vías respiratorias”, según el director médico de la American Lung Association.[4]
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    Emplea el agua con sal. El agua con sal es de mucha utilidad, en particular en los casos de tos generada por el resfriado o la gripe.
    • Puedes hacer gárgaras de agua con sal o emplear un aerosol nasal de solución salina para eliminar los virus o las bacterias que causan el goteo postnasal que genera tu tos. Además, esto te brindará un alivio a corto plazo, ya que expulsará la mucosidad de tu garganta.
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    Considera usar el vapor, en algunos casos. Con frecuencia, las creencias populares indican que el vapor de la ducha o de un humidificador puede ser de utilidad para combatir la tos. No obstante, esto solo ocurre si tu tos se debe al aire seco.
    • El aire húmedo podría hacer que tu tos empeore si esta se debe a la congestión, el asma, los ácaros del polvo, el moho, entre otras causas.[5]

Método 2
Método 2 de 3:
Modificar tu entorno

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    Mantente erguido. Si te encuentras en posición horizontal, esto puede hacer que la mucosidad se drene hacia tu garganta.
    • Por ejemplo si tienes tos y te vas a dormir, debes elevar tu cabeza usando almohadas, así evitarás que las secreciones sinusales se acumulen en tu garganta, lo que causará tu tos.[6]
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    Mantén el aire limpio. Aléjate del aire sucio, como el humo del cigarrillo.[7] Las partículas en el aire podrían causar tu tos o agravarla si se debe a otras causas.
    • Las fragancias fuertes (como los perfumes) pueden causarle tos a algunas personas, incluso si no generan irritación en otras.[8]
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    Evita el aire en movimiento. Evita el viento, los ventiladores de techo, los calefactores y el aire acondicionado, ya que la tos puede agravarse a causa del aire en movimiento.[9]
    • Muchas personas con tos creen que las corrientes de aire pueden agravarla secando más sus vías respiratorias o generando sensaciones adicionales de cosquillas que podrían provocar una tos.
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    Realiza ejercicios de respiración. La mayor parte de los ejercicios de respiración están destinados a las personas con condiciones crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica); no obstante, todo persona que sufra de tos puede emplearlas.
    • Puedes emplear la “tos controlada” o la “respiración con los labios fruncidos”, entre otras técnicas. Port ejemplo, en el caso de la respiración con los labios fruncidos, empezarás tomando un respiro profundo por la nariz y contando hasta dos. Luego exhalarás con lentitud contando hasta 4 y frunciendo los labios como si fueras a silbar.[10] [11]

Método 3
Método 3 de 3:
Adoptar las siguientes medidas

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    Consume medicamentos. Si tu tos persiste, puedes probar medicamentos contra la tos.
    • Los medicamentos para la tos suelen combinar dos ingredientes: un expectorante que afloja la mucosidad, y un supresor que bloquea el reflejo de la tos. Revisa las etiquetas de los productos para escoger el que sea más apropiado para tu tos.[12]
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    Alivia tu tos. Si la tos ha inflamado tu garganta, puedes aliviarla chupando pastillas masticables para la garganta, comiendo golosinas congeladas (como paletas heladas) o haciendo gárgaras de agua con sal.[13]
    • Muchos medicamentos para la tos cuentan con un anestésico suave, para reducir el reflejo de la tos. Asimismo, se cree que los productos fríos (como las paletas heladas) entumecen la garganta de manera temporal.[14]
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    Usa productos con mentol. Se ha demostrado que el mentol alivia la tos, ya sea en forma de pastillas masticables, ungüentos o vapores.[15] [16]
    • El mentol aumenta el “umbral de la tos”, con el que eleva la gravedad de las sensaciones necesarias para provocar la tos.[17]
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    Determina cuál es el momento en el que debes acudir a un doctor. Debes acudir a un doctor si además de la tos, tienes dificultad para respirar, mucosidad con sangre, dolor intenso o una fiebre mayor a los 38 °C (100,4 °F), entre otros síntomas.[18]

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