La tiña es una infección fúngica común que causa un sarpullido distintivo redondeado, enrojecido y pruriginoso en la piel. Este sarpullido es inofensivo, pero puede ser incómodo y antiestético. Afortunadamente, las cremas antifúngicas de venta libre suelen curar la infección dentro de dos semanas. Si prefieres usar remedios naturales, puedes probarlos para ver si te proporcionan buenos resultados. Sin embargo, estos remedios no son tan efectivos como los tratamientos fúngicos convencionales. Si has tratado la tiña en casa durante dos semanas y no has tenido éxito, visita a un dermatólogo para obtener un tratamiento.

Método 1
Método 1 de 3:
Probar remedios naturales que podrían ayudar

Existen muchos remedios caseros para la tiña que se promocionan en internet. Desafortunadamente, existen pocas investigaciones que demuestren dichas afirmaciones. Algunos remedios, como el vinagre de manzana, pueden llegar a ser peligrosos.[1] Los remedios que se describen en este artículo cuentan con cierta investigación científica y podrían funcionar. Sin embargo, probablemente no sean tan efectivos como los tratamientos antifúngicos de venta libre. Si has probado estos remedios sin éxito, usa una crema antifúngica de venta libre.

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    Aplica aceite de árbol de té para aliviar la infección. Este aceite posee propiedades antibacterianas y antifúngicas naturales que demuestran cierto éxito para tratar la tiña. Aplica una concentración del 2 % de aceite en el sarpullido dos veces al día por una semana para ver si te ayuda. Cubre el sarpullido con un vendaje o una gasa para mantener el aceite en su lugar.[2]
    • Si el aceite no viene diluido, dilúyelo antes de aplicarlo en la piel. Usa un aceite portador como de oliva o jojoba, o agua. Agrega dos gotas de aceites esenciales por cucharadita de sustancia portadora para una concentración del 2 %.[3]
    • El aceite de árbol de té generalmente es seguro y presenta pocas interacciones, pero puede causar comezón en la piel o irritación si eres sensible al mismo. Deja de usarlo si experimentas reacciones negativas. Jamás lo tomes vía oral.[4]
    • El procedimiento de aplicación podría ser distinto para los productos diferentes. Siempre debes seguir las instrucciones proporcionadas en el envase.
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    Mata el hongo con ajo. Se ha demostrado que el ajo es un tratamiento antifúngico que puede matar los hongos que causan la tiña. Pica un poco de ajo fresco y presiónalo en el sarpullido. Luego, cubre el área con un vendaje para mantener el ajo en su lugar. Reemplázalo una vez al día para ver si el sarpullido mejora.[5]
    • También puedes usar aceite de extracto de ajo, en vez de ajo fresco. Aplica el aceite sobre el sarpullido una vez al día y cúbrelo con un vendaje.[6]
    • El ajo tiene un olor fuerte, así que quizás no sea el tratamiento ideal si tienes que salir.
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    Prueba con una pasta de celestina para combatir la infección. La celestina, también conocida como plumbago o jazmín azul, es una planta medicinal de Asia. Los nativos la usan para las infecciones cutáneas, y se ha demostrado que permite combatir la tiña. Tritura toda la planta y frota la pasta en el sarpullido. Aplica la pasta una vez al día para ver si ayuda.[7]
    • Algunas recetas indican agregar un poco de sal en la pasta para incrementar las propiedades antibacterianas.
    • Asegúrate de lavar la planta antes de frotarla en la piel.
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Método 2
Método 2 de 3:
Probar tratamientos convencionales

Si bien existen algunos tratamientos naturales para la tiña, no son tan efectivos como los tratamientos recetados o de venta libre. Si has probado un enfoque natural y el sarpullido no ha desaparecido, utiliza uno de estos tratamientos.

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    Aplica una crema antifúngica de venta libre durante dos a cuatro semanas. Estos medicamentos están disponibles en las farmacias y tienen una tasa elevada de éxito como tratamiento para la tiña. Las instrucciones del producto pueden variar, pero la mayoría requiere aplicar la crema una o dos veces al día durante dos a cuatro semanas. Esto matará el hongo y eliminará el sarpullido.[8]
    • Los medicamentos antifúngicos comunes incluyen clotrimazol y terbinafina. Se comercializan bajo distintas marcas y nombres genéricos, como Lotrimin.[9]
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    Visita a tu dermatólogo para que te proporcione una crema recetada si el sarpullido no desaparece. Si has tratado la tiña con cremas de venta libre durante dos a cuatro semanas y no ha desaparecido, probablemente necesites un medicamento más fuerte. Visita a tu dermatólogo para que te examine y proporcione una crema recetada más fuerte. Aplica la crema de acuerdo a las instrucciones del profesional.[10]
    • Las instrucciones para una crema recetada probablemente sean muy similares a las de las cremas de venta libre. Aplícala una o dos veces al día durante el tiempo que el dermatólogo indique.
    • Infórmale al dermatólogo si experimentas efectos secundarios, como sarpullido o comezón. El profesional te recomendará otra crema si eres sensible a una.
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    Toma píldoras antifúngicas recetadas si el sarpullido abarca un área grande. Algunos casos de tiña requieren medicamentos orales, en vez de cremas. Generalmente, un dermatólogo receta medicamentos orales si el sarpullido se encuentra en un área grande o un lugar difícil de llegar. Sigue detenidamente las indicaciones del profesional con respecto a la toma del medicamento para obtener mejores resultados.[11]
    • El profesional también podría recetar medicamentos orales de inmediato si el sarpullido se encuentra en el cuero cabelludo o debajo de las uñas. Las cremas generalmente no funcionan en estos casos, por lo que tendrás que tomar píldoras.
    • Es posible que tengas que tomar medicamentos orales por uno a tres meses para eliminar el sarpullido por completo. Sigue las indicaciones del profesional y toma los medicamentos exactamente como debes hacerlo. Si dejas de tomarlos antes de tiempo, el sarpullido podría volver a desarrollarse.[12]
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Método 3
Método 3 de 3:
Evitar que el hongo se propague

La tiña es contagiosa y puede propagarse a otras personas o partes de tu cuerpo. Ya sea que uses remedios caseros, cremas de venta libre o tratamientos recetados, es importante que evites que el sarpullido se propague hasta que se cure. Adopta estas medidas para contener el hongo hasta que el sarpullido desaparezca por completo.

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    Limpia y seca el área suavemente todos los días. Mantener el área limpia y seca evita que el sarpullido se propague y ayuda a que se cure más rápido. Lava el sarpullido todos los días con un jabón suave y enjuaga bien. Sécalo dando golpecitos con una toalla limpia hasta que esté totalmente seco.[13]
    • Usa una toalla diferente para secarte el resto del cuerpo. El hongo podría propagarse a otras partes si limpias el sarpullido y el resto del cuerpo con la misma toalla.[14]
    • No vuelvas a usar esta toalla después de secarte el sarpullido. Ponla en el cubo de ropa sucia inmediatamente después de usarla.
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    Lávate las manos después de tocar la infección. El hongo de la tiña puede permanecer en las manos y propagarse a otras partes del cuerpo y a otras personas. Siempre que limpies o toques el sarpullido, lávate las manos de inmediato antes de tocar cualquier otra cosa.[15]
    • Mantener el sarpullido cubierto con un vendaje evita que lo toques de manera accidental.
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    Lava las toallas, las prendas y la ropa de cama todos los días. El hongo de la tiña puede vivir en la ropa y las telas, así que no vuelvas a usar nada. Cuando te quites la ropa, uses una toalla o duermas en la cama, lleva estos artículos a la lavadora de inmediato. Sigue así hasta que el sarpullido desaparezca.[16]
    • Es mejor usar agua caliente porque el calor mata el hongo.
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    No te rasques el sarpullido. Rascarte irritará el sarpullido y lo empeorará. También puede propagar el hongo a otros lugares. Esfuérzate por resistir la necesidad de rascarte hasta que el sarpullido desaparezca.[17]
    • Si rascas el sarpullido de manera accidental, recuerda lavarte las manos de inmediato.
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    No compartas la ropa, las toallas o los artículos personales. La tiña puede propagarse fácilmente a otras personas, así que no compartas artículos personales. Usa tus propias toallas, ropa y artículos de aseo para contener el hongo.[18]
    • Recuerda lavar todos tus objetos personales después de cada uso. El hongo puede propagarse a otras partes de tu cuerpo.
    • Por más que no tengas un sarpullido activo, usar tus artículos personales siempre es una buena idea en general. De esta forma, puedes evitar que las infecciones se propaguen entre las personas.
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Conceptos médicos

La tiña es una afección inofensiva que se trata fácilmente. Sin embargo, los tratamientos naturales no tienen una tasa elevada de éxito en comparación con las cremas antifúngicas de venta libre. Si has intentado tratar la tiña con remedios caseros y no has tenido mucho éxito, no dudes en visitar a tu dermatólogo para conocer otras opciones. Dentro de algunos días, las cremas recetadas o de venta libre eliminarán la infección sin problemas duraderos.

Advertencias

  • Si bien el vinagre de manzana es un remedio común para la tiña, no lo pruebes. El vinagre es ácido y puede quemarte la piel.[19]
  • Se ha demostrado que la plata coloidal es antifúngica, pero tiene efectos secundarios graves. La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos no recomienda su uso para tratar ningún problema de salud.[20]
  • No uses remedios caseros para tratar la tiña en tus mascotas. Algunos de estos tratamientos son dañinos para los animales. Visita al veterinario si una de tus mascotas muestran señales de tiña, como parches de calvicie.[21]
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Acerca de este wikiHow

Zora Degrandpre, ND
Coescrito por:
Doctora en salud natural
Este artículo fue coescrito por Zora Degrandpre, ND. La Dra. Degrandpre es una médico naturista con licencia en Vancouver, Washington. También es revisora de subvenciones para los Institutos Nacionales de Salud y el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa. Recibió su doctorado en neuropatía en el Colegio Nacional de Medicina Natural en 2007. Este artículo ha sido visto 40 094 veces.
Categorías: Eczemas

Descargo de responsabilidad médica

El contenido de este artículo no pretende ser un sustituto del consejo, examen, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre debes comunicarte con tu médico u otro profesional de salud calificado antes de comenzar, cambiar o suspender cualquier tipo de tratamiento de salud.

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