Este artículo fue coescrito por Amer Alnajar, MD. El Dr. Alnajar es socio fundador, médico y jefe de estrategia en Vytaliz en Nueva York, y se especializa en medicina interna. Recibió su doctorado en Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Drexel en 2011. Tiene licencia en Pennsylvania y en Nueva York.
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Un hígado dañado genera tejido nuevo para curarse por su cuenta, pero uno con cirrosis no puede regenerarse apropiadamente porque empieza a reemplazarse por fibra conectiva y a alterar su estructura.[1] [2] La cirrosis en etapa temprana puede remediarse con el tratamiento de su causa subyacente, pero si está en una fase avanzada, suele ser irreversible y requiere un trasplante de hígado. Si la cirrosis no se trata, con el tiempo puede causar insuficiencia hepática o cáncer. Conocer los signos de la cirrosis puede ayudarte a identificar la condición en su etapa temprana y tratable.
Pasos
Método 1
Método 1 de 4:Comprender los factores de riesgo
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1Piensa en la cantidad de alcohol que consumes. El alcohol daña el hígado bloqueando su capacidad de procesar carbohidratos, grasas y proteínas. Cuando estos elementos se acumulan en el hígado en niveles dañinos, el cuerpo puede reaccionar con una inflamación reactiva que causa hepatitis, fibrosis y cirrosis.[3] Sin embargo, el consumo excesivo de alcohol no es suficiente como para fomentar el desarrollo de una hepatopatía alcohólica. Solo 1 de cada 5 bebedores asiduos desarrolla una hepatitis alcohólica, y 1 de cada 4 desarrolla cirrosis.[4]
- A los hombres se les considera “bebedores asiduos” si consumen 15 o más bebidas a la semana. A las mujeres se les considera “bebedoras asiduas” si consumen 8 o más bebidas a la semana.[5]
- Incluso después de haber dejado de beber, podrías desarrollar una cirrosis. Sin embargo, la abstinencia de alcohol es recomendable para todas las personas con cirrosis. Esta será de ayuda para el tratamiento y la curación, sin importar la etapa de la enfermedad en la que te encuentres.[6]
- Si bien la cirrosis es más común en los hombres, en las mujeres es más probable que surja a causa del alcoholismo.[7]
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2Sométete a exámenes para detectar las hepatitis B y C.[8] La inflamación y la lesión crónicas del hígado provocadas por ambos virus pueden convertirse, luego de varias décadas, en una cirrosis.
- Los factores de riesgo para la hepatitis B incluyen al sexo sin protección, las transfusiones de sangre y el uso de inyecciones de droga con agujas contaminadas. Esta es mucho menos frecuente en los EE. UU. y otros países desarrollados gracias a las vacunas.
- Los factores de riesgo para la hepatitis C incluyen a las infecciones debido al uso de inyecciones de droga, las transfusiones de sangre y los piercings y tatuajes en el cuerpo.
- La cirrosis y la hepatitis C son la causa más frecuente de los trasplantes de hígado.
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3Ten en cuenta la correlación entre la cirrosis y la diabetes. En el 15 a 30 % de las personas con cirrosis, la diabetes es un factor de riesgo para el desarrollo de una “esteatohepatitis no alcohólica (EHNA)”.[9] La diabetes también es común en las infecciones crónicas por hepatitis C (una causa común de la cirrosis), probablemente debido a la disminución de la función pancreática.
- Otra causa de la cirrosis que suele correlacionarse con la diabetes es la hemocromatosis.
- Esta condición se caracteriza por presentar acumulaciones de hierro en la piel, el corazón, las articulaciones y el páncreas. La acumulación pancreática provoca diabetes.
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4Ten en cuenta tu peso actual. La obesidad causa una gran variedad de problemas de salud, desde diabetes tipo 2 y enfermedades cardiacas hasta artritis y derrames cerebrales.[10] Pero el exceso de grasa en el hígado causa una inflamación y una lesión que podrían convertirse en una esteatohepatitis no alcohólica.[11]
- Para determinar si tu peso se encuentra en un rango saludable, usa una calculadora de índice de masa corporal (IMC) en Internet.[12]
- El cálculo del IMC toma en cuenta tu edad, altura, sexo y peso.
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5Conoce los riesgos que posan las enfermedades autoinmunes y cardiacas. Si tienes una enfermedad autoinmune como la enfermedad inflamatoria intestinal, la artritis reumatoide o una enfermedad de la tiroides, ten cuidado. Si bien no contribuyen de forma directa con la cirrosis, estas aumentan el riesgo de sufrir complicaciones en otros trastornos que sí la causan.[13] Las enfermedades cardiacas son un factor de riesgo para la esteatohepatitis no alcohólica, la cual provoca cirrosis. Además, las enfermedades cardiacas relacionadas con la insuficiencia cardíaca del lado derecho del corazón pueden causar una congestión hepática (hígado con apariencia de nuez moscada) y cirrosis cardiaca.[14] [15]
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6Examina el historial de tu familia. Ciertos tipos de enfermedades hepáticas que causan cirrosis tienen un patrón de herencia genética. Revisa el historial clínico de tu familia para verificar la presencia de enfermedades que aumentan el riesgo de que sufras una cirrosis:[16]Anuncio
Método 2
Método 2 de 4:Reconocer los síntomas y los signos
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1Reconoce los síntomas de la cirrosis. Si observas estos síntomas, debes decírselo al doctor lo más pronto posible. Él podrá darte un diagnóstico profesional y empezará el proceso de tratamiento de inmediato. Si tratas de averiguar si otra persona tiene cirrosis, asegúrate de incluir a esa persona en tu evaluación, ya que podría haber síntomas que no puedan percibirse por fuera. Los síntomas de la cirrosis incluyen a los siguientes:[20]
- Fatiga o sensación de cansancio
- Sufrir moretones o hemorragias con facilidad
- Edema (hinchazón) en extremidad inferior
- Piel y ojos de color amarillo (ictericia)
- Fiebre
- Falta de apetito o pérdida de peso
- Náuseas
- Diarrea
- Picazón intensa (prurito)
- Aumento del perímetro abdominal
- Confusión
- Perturbación del sueño
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2Observa si tienes arañas vasculares.[21] Los nombres más técnicos de esta condición son angiomas aracniformes, nevos aracniformes o telangiectasias. Las arañas vasculares son agrupaciones anormales de venas que provienen de un vaso sanguíneo con una lesión. Estas suelen aparecer en el torso, la cara y las extremidades superiores.[22]
- Para verificar la presencia de arañas vasculares, presiona con un pedazo de vidrio la agrupación de venas de la que sospechas.
- El punto rojo en el centro de la agrupación de venas parecerá palpitar, se enrojecerá conforme la sangre ingrese y luego se blanqueará cuando la sangre salga hacia las venas más pequeñas.
- La presencia de angiomas aracniformes largos y abundantes es un signo de una cirrosis más severa.[23] [24]
- Sin embargo, estos también son comunes en las mujeres embarazadas y en los casos graves de desnutrición. En ocasiones, también pueden observarse en las personas saludables.
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3Observa si las palmas de tus manos se enrojecen. El eritema palmar luce como motas de manchas rojas en la palma de la mano y es provocado por un cambio en el metabolismo de las hormonas sexuales.[25] El eritema palmar afecta principalmente a los bordes exteriores de las palmas de tus manos, en tus pulgares y meñiques, y evita la zona central.
- Otras causas del eritema palmar incluyen al embarazo, la artritis reumatoide, el hipertiroidismo y los problemas sanguíneos.[26]
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4Observa si hay algún cambio en tus uñas. Las enfermedades hepáticas en general suelen afectar a la piel, pero observar tus uñas puede brindarte información adicional útil. Las bandas de Muehrcke son bandas o franjas pálidas horizontales que se extienden por el lecho ungueal. Este es el resultado de una producción inadecuada de albúmina, la cual es producida únicamente por el hígado.[27] Presionar estas uñas hará que las bandas se vuelvan blancas y que desaparezcan antes de regresar rápidamente a la normalidad.
- En el caso de las uñas de Terry, los dos tercios de la lámina ungueal más cercanos al nudillo lucen blancos. El tercio más cercano a la punta del dedo luce rojo. Esto también se debe a una cantidad inadecuada de albúmina.
- La acropaquia es una curvatura o agrandamiento del lecho ungueal y la punta del dedo. En los casos severos, los dedos pueden lucir como palillos de tambor, por lo cual se le denomina “dedos de palillo de tambor”. Esta suele observarse con más frecuencia junto a la cirrosis biliar.
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5Revisa las articulaciones de los huesos largos para verificar si hay hinchazón. Por ejemplo, si notas una hinchazón recurrente en la rodilla o el tobillo, esto puede ser un signo de una “osteoartropatía hipertrófica (OAH)”. Las articulaciones de los dedos y los hombros también pueden sentir un dolor artrítico. Esto se debe a la inflamación crónica del tejido conectivo que rodea al hueso, lo cual puede ser muy doloroso.[28]
- Ten en cuenta que la causa más común de la OAH es el cáncer de pulmón, lo cual debe descartarse.
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6Observa si tienes dedos contraídos. La “enfermedad de Dupuytren” es el engrosamiento y acortamiento de la fascia palmar, el tejido que conecta a las diferentes partes de la palma. Esto causa problemas con la flexibilidad de los dedos, lo que hace que se contraigan de forma permanente. Es más común en el dedo anular y el meñique, y suele ir acompañado de dolor o picazón. La persona tendrá dificultades para sostener objetos, ya que la condición afecta a la fuerza de agarre.
- La enfermedad de Dupuytren es común en la cirrosis alcohólica, esta ocurre en aproximadamente un tercio de los casos.[29]
- Sin embargo, esta también se observa en fumadores, consumidores de alcohol que no tienen cirrosis, trabajadores que realizan movimientos repetitivos con las manos y en las personas con diabetes mellitus y la enfermedad de Peyronie.
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7En el caso de los hombres, se debe revisar si tienen una masa firme en el pecho. La ginecomastia es el crecimiento del tejido glandular en el pecho de los hombres, el cual se extiende desde las tetillas.[30] Esto surge debido a un aumento de la hormona estradiol y ocurre en hasta dos tercios de los casos de cirrosis. La ginecomastia podría lucir como una pseudoginecomastia, en la que el pecho se agranda debido a la grasa, no a la proliferación glandular.
- Para diferenciarlas, recuéstate boca arriba y coloca tu pulgar y tu dedo índice en cada lado del pecho.
- Júntalos lentamente. Vas a sentir un disco de tejido concéntrico que puede ser algo elástico o firme, y que se encuentra directamente debajo del área de la tetilla.
- Si sientes la masa, hay una ginecomastia. Si no sientes la masa, tienes pseudoginecomastia.
- Otros trastornos de masa, como el cáncer, suelen estar ubicados de forma excéntrica (no centrados cerca de la tetilla).[31]
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8Observa la presencia de los síntomas del hipogonadismo en los hombres.[32] Los hombres con problemas hepáticos crónicos como la cirrosis sufren una reducción en la producción de testosterona.[33] Los síntomas del hipogonadismo incluyen a la impotencia, la infertilidad, la pérdida del deseo sexual y el achicamiento de los testículos. Esto puede deberse a una lesión en el testículo o por un problema con el hipotálamo o la glándula pituitaria.
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9Fíjate si tienes dolor e inflamación abdominal. Estos pueden ser signos de una ascitis, una acumulación de líquido en la cavidad peritoneal (abdominal).[34] Si se acumula una cantidad de líquido considerable, también podrías experimentar dificultad para respirar.
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10Revisa tu abdomen para verificar si hay venas pronunciadas. El caput medusae es una condición en la que la vena umbilical se abre y permite que la sangre regrese al sistema porta. Luego esa sangre se desvía a la vena umbilical y después a las venas de la pared abdominal. Esto hace que las venas sean muy visibles en el estómago. Esta mayor pronunciación se llama caput medusae, ya que se parece a la cabeza (caput) de Medusa, de la mitología griega.
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11Huele tu aliento para verificar si tiene un olor rancio.[35] Esto indica la presencia del “hedor hepático” y es provocado por los casos severos de hipertensión, la cual también causa el caput medusae y la enfermedad de Cruveilhier-Baumgarten. El olor surge debido al aumento de sulfuro de dimetilo provocado por la hipertensión.
- El zumbido se vuelve más silencioso cuando el doctor aplana los vasos sanguíneos aplicando presión sobre la piel, por encima del ombligo.
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12Observa si tus ojos y tu piel tienen un color amarillo. La ictericia es una condición que causa una decoloración amarilla debido al incremento de bilirrubina que ocurre cuando el hígado no puede procesarla de forma eficaz. Las membranas mucosas también pueden volverse amarillas y la orina puede lucir oscurecida.
- Ten en cuenta que la piel amarilla también puede deberse al consumo de mucho caroteno a través de las zanahorias. Sin embargo, las zanahorias no volverán amarillas a las partes blancas de los ojos; la ictericia, sí.
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13Revisa las manos para verificar la presencia de una asterixis. Pídele a la persona que podría tener cirrosis que extienda sus manos por completo en frente de ella, colocando sus palmas rectas y hacia abajo. Sus manos empezarán a moverse y “ondearse” en el área de la muñeca, de forma similar a las alas de un ave.
- La asterixis también ocurre en los casos de uremia y de insuficiencia cardiaca severa.
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Método 3
Método 3 de 4:Buscar el diagnóstico médico de un experto
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1Pídele al doctor que verifique si hay un cambio en el tamaño del hígado o del bazo. Al examinar el hígado con cirrosis, este suele sentirse firme y nodular. La esplenomegalia (agrandamiento del bazo) se produce debido a la hipertensión que provoca una congestión en el bazo. Ambas condiciones son signos de una cirrosis.
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2Haz que el doctor determine si tienes la enfermedad de Cruveilhier-Baumgarten.[36] La mayoría de los doctores de atención primaria no revisarán si tienes esta enfermedad. Esta consiste en un zumbido en las venas, el cual puede oírse con un estetoscopio en la región epigástrica (zona central superior) del abdomen. Al igual que el caput medusae, esta enfermedad también es causada por un problema en la forma en la que los diferentes sistemas de venas del cuerpo se conectan entre sí cuando hay una presión elevada en las venas.
- El doctor realizará la maniobra de Valsalva, una técnica de exploración que aumenta la presión abdominal. Esta le permitirá escuchar el zumbido con más claridad, si es que existe.
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3Haz que el doctor realice exámenes de sangre para diagnosticar la cirrosis. Él te extraerá sangre y hará que un laboratorio realice exámenes que son de utilidad para el diagnóstico de la cirrosis. Estos exámenes pueden incluir a los siguientes:
- Un conteo sanguíneo completo para identificar la presencia de anemia, leucopenia, neutropenia y trombocitopenia (las cuales suelen presentarse en la cirrosis), entre otras condiciones.
- Un examen para identificar los niveles séricos elevados de las enzimas aminotransferasas, los cuales podrían indicar la presencia de una cirrosis alcohólica. La cirrosis alcohólica suele presentar una proporción de aspartato transaminasa (AST) y alanina transaminasa (ALT) mayor a 2.[37] [38]
- Una medición de la cantidad total de bilirrubina para comparar tus niveles con los niveles de referencia aceptables. Los resultados pueden ser normales en la etapa temprana de la cirrosis, pero los niveles suelen aumentar a medida de que la cirrosis empeora. Ten en cuenta que la bilirrubina en aumento es un signo de pronóstico insuficiente en la cirrosis biliar primaria.[39]
- Una medición de los niveles de albúmina. La incapacidad de un hígado cirrótico deficiente para sintetizar albúmina generará niveles bajos de esta proteína. Sin embargo, esto también se observa en los pacientes con insuficiencia cardiaca congestiva, síndrome nefrótico, desnutrición y algunas enfermedades intestinales.
- Otros exámenes incluyen a los de fosfatasa alcalina y gamma glutamil transpeptidasa (GGT),[40] [41] [42] el tiempo de protrombina, el examen de globulinas,[43] el de sodio sérico[44] y el de hiponatremia.
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4Haz que el doctor realice estudios de diagnóstico por imágenes. Las imágenes del cuerpo pueden ayudar a reconocer la cirrosis, pero son más útiles para detectar las complicaciones que causa, como la ascitis.
- Los ultrasonidos no son invasivos y los realizan en muchos lugares. En un ultrasonido, un hígado cirrótico luce pequeño y nodular. El hallazgo típico en la cirrosis es el achicamiento del lóbulo derecho y el agrandamiento del izquierdo. Los nódulos observados en el ultrasonido pueden ser benignos o malignos, y necesitan una biopsia. Los ultrasonidos también pueden detectar un aumento en el diámetro de la vena porta o la presencia de venas colaterales que indican la existencia de una hipertensión portal.[45]
- Las tomografías computarizadas no son exámenes de rutina realizados para el diagnóstico de la cirrosis, ya que brindan la misma información que un ultrasonido. Además, estas requieren radiación y la exposición al material de contraste. Si el doctor te sugiere este procedimiento, pregúntale cuál es la razón y pide una segunda opinión.
- El uso de imágenes de resonancia magnética es limitado debido al costo y la intolerancia del paciente, ya que el proceso puede tomar tiempo y ser incómodo. La señal de baja intensidad en las imágenes potenciadas en T1 indica un exceso de hierro causado por una hemocromatosis hereditaria.[46]
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5Recurre a una biopsia para obtener un diagnóstico definitivo. Verificar la presencia de signos y síntomas, y realizar exámenes de sangre son buenos métodos para confirmar tus sospechas de una cirrosis. Sin embargo, la única forma de saber con certeza si un hígado es cirrótico es hacer que un doctor le realice una biopsia. Después de procesar y examinar la muestra del hígado con un microscopio, el doctor podrá determinar con certeza si el paciente tiene cirrosis.Anuncio
Método 4
Método 4 de 4:Recibir un tratamiento para la cirrosis
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1Deja que el personal médico dirija tu tratamiento. En la cirrosis, la mayoría de los casos leves a moderados son controlados de forma ambulatoria, con algunas excepciones. Si el paciente presenta una hemorragia gastrointestinal significativa, una infección severa o una sepsis, insuficiencia renal o un estado mental alterado, será necesario un tratamiento en el hospital.[47]
- Si sufres de toxicidad hepática, es probable que el doctor te pida que evites consumir alcohol, fármacos y medicamentos. El doctor evaluará el problema de manera individual. Asimismo, ciertas hierbas como la kava y el muérdago pueden dañar más el hígado.[48] Conversa con el doctor sobre todos los tratamientos alternativos o con hierbas que sigas actualmente.
- El doctor te inmunizará contra la enfermedad neumocócica, la influenza y las hepatitis A y B.
- El doctor también establecerá el protocolo para la esteatohepatitis no alcohólica, en el que seguirás un plan para bajar de peso, ejercitarte y controlar de forma óptima tus lípidos y tu glucosa (grasas y azúcares o carbohidratos).[49]
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2Consume medicamentos siguiendo las indicaciones del doctor. Tal como se mencionó en las secciones anteriores, hay muchas causas subyacentes que pueden provocar cirrosis. Los medicamentos que el doctor te recete serán muy específicos para tu caso en particular. Estos medicamentos tratarán las causas subyacentes (hepatitis B y C, cirrosis biliar, etc.), así como los síntomas causados por la cirrosis y una insuficiencia hepática subsecuente.
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3Prepárate para las opciones quirúrgicas. Los doctores no siempre sugieren una cirugía, pero podrían hacerlo si surgen ciertas condiciones debido a la cirrosis. Estas condiciones incluyen a las siguientes:
- Varices o vasos sanguíneos dilatados, las cuales se tratan con una ligadura (atadura quirúrgica del vaso).
- Ascitis, la cual es una acumulación de líquido en el abdomen que puede tratarse con una paracentesis, un procedimiento de drenaje.
- Insuficiencia hepática fulminante, una aparición rápida de una encefalopatía (alteración de la estructura o la función del cerebro que surge dentro de las 8 semanas posteriores al diagnóstico de la cirrosis hepática). Esta condición requiere un trasplante de hígado.[50]
- El carcinoma hepatocelular es el desarrollo de un cáncer de hígado. Las opciones de tratamiento incluyen a la ablación por radiofrecuencia, la resección (extirpación quirúrgica del carcinoma) y el trasplante de hígado.[51]
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4Comprende tu pronóstico. Después de un diagnóstico de cirrosis, las personas suelen tener una esperanza de vida de 5 a 20 años con esta enfermedad, ellas tendrán pocos síntomas o ninguno en absoluto.[52] Después de la aparición de los síntomas y las complicaciones severos de la cirrosis, la muerte suele ocurrir dentro de 5 años, si no se realiza un trasplante.[53]
- El síndrome hepatorrenal es una complicación severa que puede ocurrir debido a la cirrosis. Este consiste en el desarrollo de insuficiencia renal en los pacientes con una enfermedad hepática, lo que requiere un tratamiento para la insuficiencia renal.[54]
- El síndrome hepatopulmonar, otra complicación seria, se produce debido al ensanchamiento de las arterias en los pulmones de los pacientes con enfermedad hepática. Este provoca dificultad para respirar e hipoxemia (niveles bajos de oxígeno en la sangre). El tratamiento para esta condición es el trasplante de hígado.[55]
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Consejos
- No consumas ninguna medicina, salvo que el doctor te la recete. Mantente activo consumiendo vitaminas, jugo o frutas.
- Las etapas tempranas de la cirrosis pueden ser potencialmente reversibles con el tratamiento de la causa subyacente, como controlar la diabetes, evitar el consumo de alcohol, curar la hepatitis y eliminar la obesidad para conseguir un peso normal.
Advertencias
- Las etapas avanzadas de la cirrosis suelen ser irreversibles y la enfermedad y las complicaciones llegan a ser mortales, lo que hace que el trasplante de hígado sea la única opción para recuperar la salud de la persona y salvarle la vida.
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