El sangrado rectal o anal puede ser sorpresivo, pero generalmente es una señal de un problema leve como una fisura (corte) anal o hemorroides. De todas formas, también puede ser un indicio de una condición médica subyacente más grave. Si tienes sangrado rectal inexplicable, pide una cita con tu médico de inmediato. Un sangrado grave que estuviera acompañado por cólicos estomacales dolorosos o que durara varios días puede ser una señal de cáncer de colon. El médico te realizará un examen abdominal que determine la causa y la gravedad del sangrado.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Identificar los tipos de sangrado rectal

  1. 1
    Presta atención si aparece sangre en el papel higiénico. Un sangrado rectal leve dejará manchas o pequeñas gotas de sangre en el papel higiénico. Si proviene del ano, la sangre tendrá un color rojo intenso.[1]
    • El sangrado durante la evacuación puede ser causado por fisuras anales o hemorroides. Sin embargo, también puede indicar una enfermedad más seria por lo cual siempre debes verificarlo con un médico.
  2. 2
    Busca restos de sangre en el agua del inodoro. Si el sangrado fuera un poco más grave, podrás ver sangre de un color un poco rosado después de la evacuación o, en algunos casos, observarás gotas de sangre o coágulos gruesos en el agua. Como máximo, dejarás de una a dos cucharadas de sangre en el inodoro.[2]
  3. 3
    Observa si las heces tienen un color marrón o negro. El sangrado rectal no es siempre tan aparente como un papel higiénico manchado con sangre. Si se originó algunos centímetros o pulgadas por encima del recto, será absorbido por las heces que luego tendrán un color oscuro o poco común.[3] Las heces negras, oscuras y sangrientas, llamadas melena, son siempre un motivo de preocupación. Visita a tu médico inmediatamente si observas este tipo de decoloración, en especial si dura uno o dos días.
    • Algunos alimentos pueden decolorar las deposiciones. Una sola evacuación de color marrón oscuro no es suficiente para sugerir un sangrado rectal.
    • Sin embargo, si esto sucede por dos o tres días seguidos, tendrás una mayor certeza de que estás experimentando un sangrado interno en el recto o más arriba, en el tracto gastrointestinal.
    Anuncio

Parte 2
Parte 2 de 3:
Visitar al médico

  1. 1
    Pide una cita con tu médico si experimentas sangrado rectal. Siempre que esto ocurra, es importante visitar al médico para identificar o descartar cualquier causa grave. Busca ayuda médica inmediata si:[4]
    • el sangrado rectal está acompañado de fiebre o náuseas;
    • tu piel se vuelve pálida y sudorosa durante el sangrado rectal;
    • tienes cólicos abdominales graves.
  2. 2
    Pregúntale al médico acerca del examen rectal o de heces. Inicialmente, el médico puede realizar un examen anal y rectal visual y digitalmente. Insertará un dedo enguantado en tu ano y en la parte inferior del recto para verificar si existe un trauma, hemorroides o algún cuerpo extraño.[5]
    • Posiblemente también sentirá y aplicará presión en el abdomen externamente para ver si hay bultos o posibles tumores dentro de tu cuerpo.
  3. 3
    Realízate los exámenes de sangre y de heces. Si el examen visual no fuera concluyente, el médico podría pedirte una muestra de sangre, heces o ambas. El examen de sangre le permitirá determinar cuánta has perdido y si coagula correctamente.[6] El médico o la enfermera pueden extraer una muestra mientras estás en el consultorio.
    • Tanto el examen de sangre como el de las heces tendrán que ser enviadas a un laboratorio externo para su examinación. Los resultados pueden demorar hasta una semana.
  4. 4
    Acepta realizarte una colonoscopía, en caso de ser necesario. A veces, el médico puede pedir una colonoscopía para determinar la causa o la ubicación del sangrado rectal. Durante el procedimiento, el profesional insertará en el recto un tubo plástico flexible con una cámara que le permitirá tener una imagen clara y determinar la causa del sangrado.[7]
    • En lugar de una colonoscopía, el médico puede realizar otro tipo de examen interno, incluyendo una endoscopía o una sigmoidoscopia flexible.
    • Si el profesional identifica una fuente externa obvia para el sangrado como, por ejemplo, hemorroides, no será necesario hacer la colonoscopía.[8] Sin embargo, es posible que te recomiende un examen interno para descartar cáncer u otras enfermedades subyacentes más graves.
    • Si tienes 40 años o más, el profesional te recomendará una colonoscopía para verificar la posibilidad de que un cáncer de colon esté causando el sangrado.
  5. 5
    Toma los medicamentos según las indicaciones del médico. El profesional puede recetarte varios medicamentos según las causas específicas del sangrado. Quizás te recomiende un suavizador de heces, analgésicos, suplemento de hierro para incrementar la producción de sangre y medicamentos para comprimir los vasos sanguíneos y así disminuir el sangrado.[9]
    • Si tienes hemorroides, te recomendará el uso de una crema hemorroidal o esteroide para reducir la inflamación rectal.
    Anuncio

Parte 3
Parte 3 de 3:
Detener y prevenir el sangrado rectal

  1. 1
    Consume más fibra. Una alimentación rica en fibras es una solución a largo plazo para un sangrado ocasional y leve en el recto. Generalmente, las fisuras anales son causadas por el estreñimiento o el esfuerzo excesivo al evacuar. Si padeces algunas de estas condiciones con cierta frecuencia, el consumo más elevado de fibras facilitará la evacuación.[10] Los alimentos ricos en fibras incluyen:[11]
    • legumbres como lentejas, guisantes partidos y garbanzos
    • frutas como peras y manzanas sin pelar
    • muffins, bagels y pasta integral
  2. 2
    Bebe agua para mantener el cuerpo hidratado. Cuando el cuerpo está deshidratado, produce heces más duras que son más difíciles de evacuar. Las fisuras anales y el sangrado rectal leve son consecuencias frecuentes. Evita este problema al mantenerte hidratado para facilitar la evacuación y no dañar el recto o las hemorroides. [12]
    • En promedio, una mujer adulta debe beber 11 tazas (2,7 L) de agua y otros líquidos por día. Un hombre adulto debe beber 15 tazas (3,7 L) de agua y otros líquidos por día.[13]
  3. 3
    Espera a que el sangrado leve de las fisuras o las hemorroides cese solo. La mayoría de los casos de sangrado rectal por fisuras anales se detienen por sí solas cuando la evacuación termina. Si ya has ido al médico y sabes que el sangrado es producto de un problema menor como una fisura o hemorroides, espera a que el sangrado se detenga o limpia suavemente el ano con papel higiénico para detener el flujo de sangre.[14]
  4. 4
    Aplica una crema sin receta. Si el sangrado rectal de las hemorroides o las fisuras anales persisten por dos o tres días, dirígete a una farmacia y compra una crema de hidrocortisona o para las hemorroides. Este producto disminuirá la incomodidad y el dolor y ayudará a frenar el sangrado de las heridas o fisuras y las sanará. [15]
    • Consulta a tu médico antes de aplicar una crema medicamentosa. Si bien la mayoría de las cremas sin receta son suaves y seguras, el médico podrá recomendarte qué marca usar.
    • También puede recetarte una crema más fuerte, en caso de ser necesaria.
    Anuncio

Consejos

  • El sangrado rectal puede ser una señal temprana de cáncer de colon. Sin embargo, esto solo ocurre en el 1 a 2 % de los casos. El médico te informará si estás en riesgo.[16]
  • El término “sangrado rectal” aplica a cualquier caso de sangre emergiendo del ano. Generalmente, este término describe cualquier sangrado proveniente de las partes inferiores del colon.[17]
Anuncio

Acerca de este wikiHow

Dale Prokupek, MD
Coescrito por:
Internista certificado y gastroenterólogo
Este artículo fue coescrito por Dale Prokupek, MD. Dale Prokupek es un internista y gastroenterólogo certificado por el consejo, quien posee un doctorado en Medicina y dirige una práctica privada con sede en Los Ángeles, California. El Dr. Prokupek también es médico en el Centro Médico Cedars-Sinai y profesor clínico asociado de medicina en la Facultad de Medicina Geffen de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA). El Dr. Prokupek tiene más de 25 años de experiencia médica y se especializa en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades del hígado, el estómago y el colon, incluyendo la hepatitis C crónica, el cáncer de colon, las hemorroides, el condiloma anal y las enfermedades digestivas relacionadas con la inmunodeficiencia crónica. Tiene una licenciatura en Ciencias en Zoología de la Universidad de Wisconsin-Madison y un doctorado en Medicina de la Facultad de Medicina de Wisconsin. Completó una residencia de medicina interna en el Centro Médico Cedars-Sinai y una beca de investigación de gastroenterología en la Facultad de Medicina Geffen de UCLA. Este artículo ha sido visto 83 438 veces.
Categorías: Estreñimiento
Anuncio