El sistema de tipo de personalidad Myers-Briggs fue inventado por Katharine Cook Briggs e Isabel Briggs Myers, un equipo de madre e hija que buscaba formas de ayudar a las mujeres estadounidenses a encontrar los empleos que se ajustaran mejor a sus personalidades durante la Segunda Guerra Mundial. La idea detrás del sistema es que al igual que las personas son derechas o zurdas, también estamos inclinados a pensar y actuar de determinadas maneras con las que estamos más cómodos naturalmente. El Indicador de tipo de Myers-Briggs (MBTI) analiza cuatro preferencias, dando como resultado dieciséis posibles combinaciones. ¿Cuál eres tú?

Parte 1
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Buscar tu tipo

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    Determina si eres introvertido o extrovertido. Esta preferencia no se trata tanto de cuán sociable eres (que es con lo que se suelen asociar estos términos), sino de tu tendencia a actuar. ¿Eres más propenso a actuar y después reflexionar? ¿O prefieres pensar las cosas antes de actuar?
    • Alguien que actúa primero tiende a sentirse motivado y energizado cuando lo hace y generalmente es extrovertido en términos de MTBI. También les gusta estar rodeados de gente.
    • Si eres el tipo de persona que necesita una pausa para hacer introspección y volver a energizarse (generalmente a tu propio ritmo), probablemente seas introvertido.
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    Piensa en cómo recopilas información. ¿Lo haces a través de la percepción o de la intuición? Los que perciben ven los árboles; los que intuyen ven el bosque.
    • Quienes perciben prefieren detalles y hechos concretos. Son más propensos a decir “No lo voy a creer hasta que lo vea”. Tienden a desconfiar de las corazonadas y las suposiciones cuando no tienen su raíz en la lógica, en la observación o en los hechos.
    • Quienes intuyen, por otro lado, se sienten más cómodos con las teorías y la información abstracta. Son espontáneos y más imaginativos que los que perciben, y disfrutan de explorar más allá del aquí y ahora, especialmente cuando piensan en las posibilidades del futuro. Sus pensamientos giran en torno a patrones, conexiones y destellos de ideas.
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    Observa la forma en la que tomas decisiones. Una vez que recopilas tu información, ya sea mediante la percepción o la impresión, ¿cómo llegas a una decisión?
    • ¿Eres propenso a probar verlo desde la perspectiva de todos los involucrados en un intento de encontrar la solución más equilibrada y armoniosa (por ejemplo, llegar a un consenso)? Si es así, probablemente prefieras el sentimiento.
    • Si eres propenso a buscar la solución más lógica y coherente, quizás comparándola con un conjunto de reglas o supuestos, tu preferencia de toma de decisiones probablemente sea el razonamiento.
      • Los tipos de sentimiento suelen ser muy incómodos con la presencia del conflicto, mientras que los tipos de razonamiento generalmente lo aceptan y esperan como parte integral de lidiar con otros.
      • Algunas personas suponen que la preferencia por el sentimiento implica a una persona emocional, mientras que la preferencia por el razonamiento está ligada a una persona más racional, pero este no es el caso. Ambos son enfoques racionales, y las personas con cualquiera de las dos preferencias pueden ser emocionales.
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    Piensa en cómo te relacionas con el mundo exterior. ¿Tiendes a comunicarle a los otros tus juicios y percepciones?
    • Si tienes una preferencia por juzgar, eres más propenso a explicarles a las personas cómo tomas decisiones y te gusta tener las cuestiones resueltas, el caso cerrado. Te gusta hacer planes, tachar las cosas de una lista de tareas y hacerlas antes de la fecha límite.
    • Por otro lado, si eres del tipo perceptivo, tiendes a compartir tus observaciones con el mundo, dejando las cuestiones abiertas. También prefieres hacer las cosas “sobre la marcha”, mezclar el trabajo con el ocio, y esperar hasta el último minuto antes de tomar una decisión o comprometerte.
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    Determina tu tipo de personalidad, que es una combinación de cuatro letras (por ejemplo: INTJ, ENFP).
    • La primera letra es I (para introvertido) o E (para extrovertido).
    • La segunda letra es S (para perceptivo) o N (para intuitivo).
    • La tercera letra es T (para razonamiento) o F (para sentimiento).
    • La cuarta letra es J (para juzgador) o P (para perceptivo).

Parte 2
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Toma la prueba

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    Busca en línea. Simplemente mediante una búsqueda en Internet de la combinación de las cuatro letras obtendrás como resultado varios sitios web que describan tu tipo de personalidad según Myers Briggs. Léelos en orden para obtener conocimientos sobre tu personalidad y determinar las áreas en las que puedes salir de tu zona segura y desarrollar habilidades nuevas.
    • Si la descripción no es precisa, es posible que desees realizar una prueba de MBTI. Existen muchos tipos disponibles, que van desde pruebas gratis en línea hasta evaluaciones largas y minuciosas oficiales de MBTI administradas por un profesional calificado.
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    Toma la prueba oficial de MBTI. Si no confías en el abismo que es Internet, es posible que estés interesado en tomar la prueba de MBTI con un profesional, como un psicólogo o incluso un orientador profesional. Más de 10000 compañías, 2500 colegios y universidades y 200 organismos gubernamentales utilizan la prueba para comprender a sus empleados y estudiantes.[1] ¡Úneteles!
    • Es posible que obtengas o no los mismos resultados que obtendrías en una prueba que tomes en Internet. Si estás indeciso sobre un rasgo o dos, incluso el estado de ánimo de ese día puede determinar tus resultados.
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    Investiga sobre el perfil de tu tipo. Saber simplemente tu tipo no es todo lo que puedes hacer. Existen perfiles completos que puedes buscar en Internet o que tu psicólogo o empleador puede proporcionarte. Pueden ayudarte a comprender qué significa realmente “perceptivo”. Tienen títulos asignados como, por ejemplo, “El solidario” o “El profesor”, etc.
    • El perfil completo aborda tu tipo de personalidad en diversos entornos: trabajo, relaciones personales, hogar, etc. Es posible que pienses que el código de cuatro letras no se parece a ti, pero probablemente un análisis más profundo te convenza.

Parte 3
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Utiliza tus resultados

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    Pon tu tipo en acción. Cuando sepas qué tipo eres, puedes empezar a comprender cómo puedes encajar en el mundo que te rodea. Si eres un INTJ y eres un vendedor, ¡es posible que te estés replanteando tu línea de trabajo! Existen un montón de usos diarios para esta prueba.[2]
    • Considérala cuando estés aprendiendo. ¿Cómo asimilas y percibes los hechos y los conceptos?
    • Considérala en tus relaciones. ¿Cómo combinas con otros tipos de personalidad?
    • Considérala para el crecimiento personal. Conocer tus tendencias es la única forma en la que puedes reconocerlas y empezar a diversificarte. ¡O a aprovechar tu poder!
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    Comprende que ninguna preferencia es mejor que otra. Ningún tipo de personalidad es superior a otro. El MBTI busca identificar las preferencias naturales, no las capacidades. Cuando determines tu tipo, míralo desde la perspectiva de lo que tiendes a hacer, no de lo que piensas que deberías hacer. Reconocer tus propias preferencias es una herramienta útil para el autodesarrollo.
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    Pregúntales a otros sobre su tipo. Este es un concepto fascinante. Claramente, un concepto fascinante y moderno: millones de personas toman la prueba cada año. ¡Así que pregúntales a tus amigos! Es posible que incluso te ayude a entenderte con ellos.
    • Es posible que un ESFJ y un INTP den lugar a una conversación interesante en lo que refiere al tipo de personalidad. Busca personas que sean diferentes a ti y siéntate a hablar de la prueba. Y busca a alguien que sea igual. ¿Sabías que eran iguales o te sorprendiste? A veces es difícil darse cuenta.
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    Ten en cuenta que no es de vida o muerte. Si no te gustan tus resultados, no te preocupes. Esta es una prueba muy prominente, sí, pero tienes cosas mucho más importantes que tus resultados del MBTI. Es como decir, “Ah, ¿eres de Acuario, no? ¡Nunca vas a ser puntual ni solidario!” No. No funciona así.
    • Y, de hecho, es posible que tus resultados fluctúen a lo largo de tu vida. Esto se debe en parte a que tu entorno determina mucho sobre ti. ¡Así que toma la prueba ahora y vuelve a tomarla en unos años! Es posible que hayas cambiado drásticamente en una tendencia o dos.

Consejos

  • Si tienes problemas para determinar tu preferencia, intenta imaginarte qué habrías elegido cuando eras más joven, como por ejemplo antes de los 12 años. La idea es encontrar cuál era tu preferencia natural antes de que aprendieras a comportarte o responder de formas alternativas y a “educar” elecciones donde la “naturaleza” dejó de actuar.[3]

Advertencias

  • El simple hecho de tener un determinado tipo de personalidad no es una excusa para comportarte de cierta forma. La elección siempre puede prevalecer por sobre las preferencias. Así que no juegues video juegos en tu cubículo y digas “¡Pero soy de tipo perceptivo!” cuando te atrapen. Y no alejes a las personas y grites “¡Pero soy introvertido según Myers Briggs! ¡Déjenme solo!” a través de la puerta cerrada.

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