Los medicamentos contra el acné podrían detener los brotes, pero también pueden causar resequedad, decoloración e irritación de piel. Además de los efectos secundarios indeseados, ¡estos medicamentos son costosos! Usa estos remedios naturales científicamente comprobados y ahorra algo de dinero usando ingredientes que podrías tener en casa.

Método 1
Método 1 de 6:
Limpiar tu cara con vapor

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    Prepara tu cara para limpiarla al vapor. Si tu cabello cae sobre tu cara, colócalo hacia atrás y sujétalo con una cinta, una vincha u horquillas. Lávate la cara con un limpiador facial suave (un producto sin aceite o uno a base de aceite de plantas). Muchos dermatólogos recomiendan usar aceites de glicerina, semillas de uva o girasol, ya que los aceites son los mejores para absorber y disolver otros aceites.[1]
    • Usa las yemas de tus dedos en lugar de un paño o una esponja, los cuales podrían dañar más tu piel.
    • Aplica el limpiador en tu piel por aproximadamente un minuto usando un movimiento circular suave. No lo frotes, solo ayuda a que el limpiador se extienda y absorba la suciedad y los aceites.
    • Enjuágate bien la cara con agua tibia.
    • Seca tu piel dándole toques suaves con una toalla de algodón limpia. Nunca frotes tu rostro con la toalla, ya que esto podría irritar más tu piel.
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    Elige los aceites esenciales. Los aceites enumerados en esta sección cuentan con propiedades antibacterianas o antisépticas, lo que significa que pueden matar a las bacterias que causan el acné y prevenir la formación de nuevas espinillas. Puedes elegir según tu preferencia personal (¿cuál huele mejor?) o tu situación particular. Si sueles ser ansiosa o deprimirte, usa el aceite de lavanda. Si tienes algunas espinillas (por lo general, bacterianas), además de puntos negros, usa una hierba con propiedades antibacterianas. Si tienes una infección de las vías respiratorias superiores, usa el tomillo para tratar la infección y aliviar la congestión con calor.
    • Los aceites de hierbabuena o menta pueden ser irritantes para algunas personas, así que realiza una prueba previa en tu piel colocando una sola gota en tu muñeca y esperando de 10 a 15 minutos. Si no hay irritación, puedes usar el aceite. Empieza con 1 gota por 946 ml (1/4 de galón) de agua. La menta y la hierbabuena contienen mentol, el cual tiene propiedades antisépticas y propiedades que fortalecen el sistema inmunológico.[2]
    • El tomillo mejora el sistema inmunológico y cuenta con propiedades antibacterianas. Este también aumenta la circulación de la sangre abriendo los vasos sanguíneos.[3]
    • La caléndula acelera el proceso de curación y cuenta con propiedades antimicrobianas.[4]
    • La lavanda es relajante y puede ser de ayuda para la ansiedad y la depresión. Esta también cuenta con propiedades antibacterianas.[5]
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    Prepara el agua hirviendo. Llena una olla de 946 ml (1/4 de galón) con agua y hiérvela por uno o dos minutos. Una vez que el agua haya hervido por unos minutos, agrega 1 o 2 gotas de cualquiera de los aceites esenciales indicados.
    • Si no cuentas con los aceites esenciales, usa ½ cucharadita de la hierba seca por 946 ml (1/4 de galón) de agua.
    • Después de agregar las hierbas o los aceites, deja que el agua hierva por otro minuto.
    • Después de un minuto, apaga la hornilla y mueve la olla a un área cómoda para exponer tu piel al vapor. Asegúrate de no tener que encorvarte de forma incómoda cerca de la olla, ya que tendrás que quedarte en esa posición por un momento.
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    Prueba si tu piel es sensible a las hierbas.[6] Siempre ten en cuenta que puedes desarrollar una sensibilidad a un aceite de hierba. Incluso si en el pasado has usado un aceite sin ningún problema, vuelve a probarlo cada vez que vayas a limpiar tu cara al vapor con él. Prueba todo aceite por aproximadamente un minuto, luego aleja tu cara del vapor por 10 minutos. Si no estornudas y tu piel no reacciona mal, vuelve a calentar el agua y procede con la limpieza al vapor.
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    Expón tu cara al vapor. Coloca una toalla de algodón larga y limpia sobre tu cabeza. Tendrás que usarla para crear un tipo de “cubierta” para retener el vapor cerca de tu cara. Después de colocar tu cubierta de toalla, inclínate hacia la olla para colocar tu cara en el vapor.
    • Mantén los ojos cerrados durante el proceso de limpieza al vapor para protegerlos y que el vapor no los lastime.[7]
    • Mantén tu cara alejada del agua, a una distancia de al menos 30 cm (12 pulgadas) para no quemar tu piel. El calor debe dilatar los vasos sanguíneos y abrir los poros, pero definitivamente no debes dañar tu piel con el calor.
    • ¡Respira con normalidad y relájate! Esta debe ser una experiencia placentera y relajante.
    • Mantén tu cara sobre el vapor por aproximadamente 10 minutos.
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    Trata tu piel después de exponerte al vapor. Enjuágate bien la cara con agua tibia y sécala dándole toques suaves con una toalla de algodón limpia, recuerda no frotar tu piel. Humecta tu piel con una loción o una crema no comedogénica que no obstruya los poros y empeore el acné. Revisa el empaque para asegurarte de que sea un producto no comedogénico.
    • Los productos “no comedogénicos” no fomentan la formación de acné (como barrillos, puntos negros, granos con pus o espinillas).[8] Es probable que todo producto que te apliques en la cara (desde lociones y limpiadores hasta maquillaje) sea producido con una fórmula no comedogénica para las personas con una piel vulnerable al acné.
    • El aceite de coco es un humectante para la piel. Puedes usar el aceite de coco por sí solo o una mezcla de ajo y aceite de coco: añade el zumo de un diente de ajo a una jarra de aceite de coco y bate bien. El periodo de conservación es aproximadamente 30 días en el refrigerador. Aplica esta mezcla de forma moderada en tu cara una o dos veces al día. El ajo y el aceite de coco eliminan los gérmenes del acné. Los ácidos grasos de cadena media disuelven los barrillos y mantienen abiertos a los poros de tu piel. El ajo agrega un poco de su olor; si esto no te gusta, puedes usar solo aceite de coco.[9]
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    Repite este procedimiento hasta que notes alguna mejoría. Al inicio, puedes aplicarle vapor a tu cara dos veces al día, una en la mañana y otra en la noche. Después de aproximadamente dos semanas, debes notar algún tipo de mejoría en tu piel. Cuando notes una mejoría, reduce la frecuencia del tratamiento con vapor a una vez al día.

Método 2
Método 2 de 6:
Aplicarte una mascarilla de hierbas

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    Aprende por qué las mascarillas de hierbas funcionan. Los ingredientes de la mascarilla descritos en este artículo cuentan con propiedades astringentes que limpian, reafirman y ayudan a curar la piel mientras tratan las espinillas. Los astringentes pueden resecar la piel, así que no te los apliques a las áreas ya resecas.[10] Sin embargo, si tienes una piel grasosa, una mascarilla con propiedades astringentes ayudará a normalizar el nivel de humedad de tu piel.
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    Mezcla la base de tu mascarilla de hierbas. En un tazón, agrega 1 cucharada de miel, 1 clara de huevo y una cucharadita de zumo de limón. Estos ingredientes cuentan con propiedades naturales que ayudarán a curar tu piel. Por ejemplo, la miel cuenta con propiedades antibacterianas y astringentes.[11] La clara de huevo no solo espesa la mascarilla, también actúa como un astringente, y el zumo de limón es un astringente y un agente blanqueador natural.[12] [13]
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    Añade un aceite esencial. Después de preparar la base de tu mascarilla, agrega 1/2 cucharadita de cualquiera de los siguientes aceites esenciales:
    • Menta
    • Hierbabuena
    • Lavanda
    • Caléndula
    • Tomillo
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    Colócate la mascarilla. Usa las yemas de tus dedos para esparcir la mezcla en toda tu cara, tu cuello o cualquier área en la que tengas problemas. Este proceso podría ensuciar un poco, así que asegúrate de hacerlo en un área que pueda limpiarse con facilidad, como el baño. No te apliques tanto como para que se derrame de tu rostro o tarde demasiado en secar.
    • Si no quieres aplicarte una mascarilla facial completa, puedes usar la mezcla para tratar las áreas específicas con problemas. Simplemente usa un hisopo para aplicar la mascarilla directamente en las espinillas.
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    Deja que la mezcla seque. Dependiendo de la cantidad de la mezcla que te hayas aplicado en la cara, el tiempo de secado puede variar. Sin embargo, debe tomar alrededor de 15 minutos. Ten cuidado de no dejar que la mascarilla gotee por todos lados mientras esperas que seque.
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    Enjuágate la cara. Después de que hayan transcurrido los 15 minutos y la mezcla haya secado, y surtido efecto en tu piel, es momento de enjuagarla. Enjuágatela por completo usando tus manos y agua tibia. No uses un paño o una esponja, ya que podrían irritarte más la piel con acné. Sécate la cara dándote toques suaves con una toalla de algodón limpia, asegurándote de no irritar tu piel frotándola.
    • Aplícate un humectante no comedogénico para terminar.

Método 3
Método 3 de 6:
Usar sal marina

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    Aprende cómo la sal marina cura el acné. Los expertos en realidad no saben exactamente cómo la sal marina reduce el acné. Podría deberse a que la alta concentración de sal ayuda a eliminar las bacterias o a que la sal marina repone los minerales que ayudan a curar la piel.[14] La sal marina también puede ser de utilidad para disolver el sebo.
    • Este método ha ayudado a curar muchos casos de acné leve a moderado y no interfiere con ningún medicamento.
    • Aun así, siempre es mejor indicarle al dermatólogo (si acudes a uno) qué haces en casa para tratar tu acné.
    • Ten cuidado de no usar la sal marina en exceso, ya que puede resecar tu piel y estimular la producción de sebo, lo cual podría causar un brote.
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    Prepara tu piel para el tratamiento. Siempre límpiate la cara primero con un limpiador suave sin alcohol. Coloca el limpiador en las yemas de tus dedos y emplea movimientos circulares suaves para soltar todo rastro de suciedad. Lávate por aproximadamente un minuto, luego enjuágate con agua fría o tibia. Sécate dando toques suaves con una toalla limpia y emplea uno de los métodos con sal marina descritos más adelante, como un tratamiento posterior a la limpieza.
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    Elabora una mascarilla de sal marina. Una mascarilla es útil si el acné que quieres curar se encuentra en tu cara. Mezcla 1 cucharadita de sal marina con 3 cucharaditas de agua caliente. El agua debe estar lo suficientemente caliente como para disolver la sal marina por completo cuando los mezcles. Agrégale a esta solución 1 cucharada de alguno de los siguientes productos:
    • Gel de aloe vera (para ayudar a curar el acné)[15] [16]
    • Té verde (por los antioxidantes)[17] [18]
    • Miel (por su acción antibacteriana y para fomentar la curación)[19] [20]
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    Colócate la mascarilla. Esparce la mezcla en toda tu cara con las yemas de tus dedos, asegurándote de no ensuciar demasiado. Evita colocar la mezcla cerca de tus ojos. Déjala en tu piel por 10 minutos, no más. La sal marina absorbe el agua y puede resecar demasiado tu piel.
    • Después de 10 minutos, enjuaga la mascarilla con agua fría o tibia y sécate la cara dándote toques suaves con una toalla limpia.
    • Aplícate un humectante no comedogénico para terminar.
    • Si bien puedes sentir la tentación de emplear este baño o lavado facial más veces, solo debes hacerlo una vez al día; de lo contrario, podrías resecar demasiado tu piel, incluso usando un humectante.
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    Haz un aerosol de sal marina como alternativa a una mascarilla. Los ingredientes del aerosol son básicamente los mismos de la mascarilla. Sin embargo, mezcla 10 cucharaditas de sal marina con 30 cucharaditas de agua caliente y 10 cucharadas de gel de aloe vera, té verde o miel. Después de preparar la solución, viértela en un rociador limpio.
    • Guarda esta mezcla en el refrigerador para conservarla.
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    Rocía la mezcla en tu cara. Cada vez que trates tu piel con algún producto, siempre debes lavarla con agua tibia y un limpiador suave. Cierra o cubre tus ojos para protegerlos del ardor producido por el agua salada, luego rocía la mezcla en tu cara y tu cuello.
    • Al igual que con la mascarilla, no debes dejar la mezcla en tu piel por más de 10 minutos. Luego de ese tiempo, debes enjuagarte bien con agua fría o tibia.
    • Seca tu piel dándole toques suaves, luego termina aplicándote un humectante no comedogénico.
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    Emplea el método de sumergir “todo tu cuerpo” en un baño de sal. Si tienes brotes de acné en zonas extensas de tu cuerpo, sumergirlo por completo en agua tratada podría ser una mejor opción que usar una mascarilla o un rociador. Si bien la sal de mesa común no lastimará tu piel, tampoco le brindará todos los beneficios de los otros minerales que se encuentran en la sal marina: el calcio, el magnesio, el sodio, el cloro, el yodo, el potasio, el zinc y el hierro.[21] El baño no valdrá la pena si vas a usar sal de mesa común.
    • Vierte 2 tazas de sal marina en agua muy tibia o caliente mientras se llena la bañera. Esto ayuda a disolver la sal marina.
    • Permanece en el agua hasta por 15 minutos, no más. Si permaneces en el agua por más tiempo, esto podría resecar demasiado tu piel.
    • Si tienes espinillas en tu cara, moja un paño con el agua de la bañera y colócalo en tu cara de 10 a 15 minutos.
    • Enjuágate el agua con sal marina usando agua fría.
    • Seca tu piel dándole toques suaves y aplícate un humectante en el cuerpo para evitar que la sal marina reseque demasiado tu piel.
    • Solo báñate con sal marina una vez al día.

Método 4
Método 4 de 6:
Usar una solución limpiadora natural hecha en casa

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    Aprende cómo se forma el acné.[22] El sebo es un aceite que se produce de forma natural y que, al brotar en cantidades excesivas, obstruye tus poros, lo que causa puntos negros y granos con pus. Si la piel también se infecta con la bacteria propionibacterium acnes, esto causa la formación de espinillas, pústulas, quistes y abscesos.
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    Familiarízate con la teoría del tratamiento natural del acné. El sebo, la causa más común del acné, es un aceite. Según los principios de la química, la mejor forma de disolver un aceite (y la suciedad, los residuos celulares, las bacterias, etc.) es usar otro aceite.[23] Nos hemos acostumbrado a pensar que el aceite siempre es malo para la piel, por lo que usamos limpiadores que, con frecuencia, contienen químicos irritantes. Olvidamos que los aceites naturales de la piel tienen la función de protegerla, humectarla y mantenerla saludable. El aceite tiene la capacidad no solo de descomponer la suciedad y los aceites no deseados, sino que también evita pelar la piel, lo cual puedes notar cuando usas jabones.[24]
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    Elige un aceite primario. Elige bien los aceites, asegurándote de evitar toda sensibilidad y alergia. Por ejemplo, si tienes alergia a las nueces, no debes usar un aceite de avellana. La siguiente lista de aceites es variada, algunos son más caros o más fáciles de conseguir que otros. Sin embargo, todos son no comedogénicos, no obstruirán tus poros y serán de ayuda para tu problema de acné:[25]
    • Aceite de argán
    • Aceite de semillas de cáñamo
    • Aceite de nueces de karité (oleína de karité)
    • Aceite de girasol
    • Otros aceites que puedes usar (que son no comedogénicos para la mayoría de las personas) incluyen al aceite de oliva y al aceite de castor. El aceite de castor puede causar resequedad en algunas personas, mientras que en otras puede humectar la piel.
    • El aceite de coco es diferente de los demás aceites, ya que contiene ácidos grasos de cadena media. Este elimina a las bacterias, incluido el propionibacterium acnes. Este contrarresta a los ácidos grasos de cadena larga del sebo, los cuales obstruyen los poros de la piel.[26]
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    Elige un segundo aceite, antibacteriano o antiséptico. Los aceites esenciales de hierbas de esta lista son conocidos por tener propiedades que ayudan a reducir la presencia de la bacteria p. acnes. Muchos de estos aceites tienen aromas agradables, por lo que podrías elegir uno según tu preferencia personal. Sin importar cuál sea el aceite que coloques en tu piel, recuerda siempre probarlo antes en un área pequeña de tu piel para determinar si eres sensible a él.
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    Prepara el limpiador a base de aceite. Puedes preparar la cantidad que desees. Puede ser más eficaz preparar muchos recipientes y almacenarlos en un lugar fresco y alejado de la luz. La proporción que debes mantener en cada uno de ellos es:
    • Por cada 29 ml (1 oz) de aceite primario, agrega de 3 a 5 gotas del aceite esencial de hierba secundario.
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    Usa tu limpiador natural. Vierte una cantidad pequeña de la mezcla de aceites en la palma de tu mano y aplícatela en la cara. Nunca uses un paño o una esponja, ya que podría irritar más tu acné. Aplica suavemente el aceite en tu piel por 2 minutos, empleando movimientos circulares pequeños.
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    Lávate la cara. Un simple enjuague no será tan eficaz como suele serlo, ya que el agua no disuelve el aceite. Para eliminar el limpiador a base de aceites de tu cara, coloca en ella un paño remojado en agua tibia por 20 segundos. Limpia el aceite de forma lenta y suave, luego enjuaga el paño en agua tibia. Repite este procedimiento hasta eliminar todo el aceite de tu cara.
    • Usa una toalla de algodón para secar tu cara dándole toques suaves.
    • Usa este método dos veces al día y después de sudar mucho.

Método 5
Método 5 de 6:
Desarrollar una buena rutina de limpieza

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    Haz que el lavado sea una parte frecuente de tu rutina. Lávate la cara al menos dos veces al día, una vez al despertar para eliminar los aceites que se acumulan en tu piel mientras duermes, y antes de irte a dormir para limpiar todo lo que se haya acumulado durante el día.[32] Asimismo, siempre lávate la cara después de haber sudado mucho, ya sea por haber ido al gimnasio o simplemente por haber estado fuera de casa en un día caluroso. Toma un baño al menos una vez al día y considera tomar una ducha después de haber sudado mucho.
    • Siempre usa un producto no comedogénico o tu limpiador casero a base de aceites.
    • Usa la sal marina según lo indicado. Exponer excesivamente tu piel a la sal marina que causa resequedad podría deshidratarla, lo que causaría un brote de acné.
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    Usa una técnica de lavado apropiada. Puedes sentir la tentación de usar un paño o guantes exfoliantes para lavarte la cara, pero tus mejores herramientas son las yemas de tus dedos. No debes irritar tu piel con superficies abrasivas, en especial si esta ya sufre de acné. Aplica los limpiadores en tu piel empleando movimientos circulares suaves por aproximadamente 10 segundos.
    • No exfolies la piel con acné, ya que esto podría arrancar la piel que aún no está lista para desprenderse. Esto es como extraerse una costra que aún está curando tu piel, lo cual dejaría cicatrices y causaría una decoloración.[33]
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    No revientes tus espinillas.[34] [35] [36] Sin importar lo mal que luzca el acné, tienes que comprender que esas espinillas y pústulas en realidad están reteniendo a las bacterias perjudiciales. El pus que brota al reventar una espinilla está repleto de bacterias p. acnes. Puede ser satisfactorio verlo salir de tu piel, pero todo lo que en realidad estás haciendo es exponer a las otras áreas saludables de tu piel a la bacteria que la espinilla estaba reteniendo. Esto podría hacer que el acné se extienda, en lugar de desaparecer tu espinilla. Reventar granos también puede dejar cicatrices y causar una decoloración.
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    Protege tu piel del sol. Un mito popular sugiere que un bronceado puede ayudar a tratar y prevenir el acné, pero los científicos no han encontrado evidencia que lo sustente. Es más, tanto el sol como las cámaras de bronceado dañan tu piel y elevan el riesgo de sufrir de cáncer. Ten en cuenta que algunos medicamentos para el acné o de otro tipo en realidad pueden hacer que tu piel sea más sensible al sol. Estos medicamentos incluyen a los antibióticos como el ciprofloxacino, la tetraciclina, el sulfametoxazol y la trimetoprima; los antihistamínicos como la difenidramina (Benedryl); los medicamentos usados para tratar el cáncer (el 5-fluorouracilo, la vinblastina, la dacarbacina); los medicamentos para el corazón como la amiodarona, la nifedipina, la quinidina y el diltiazem; los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos como el naproxeno; y los medicamentos para el acné como la isotretinoína (Accutane) y la acitretina (Soriatane).

Método 6
Método 6 de 6:
Modificar tu dieta

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    Consume alimentos que tengan un índice glucémico bajo. Los especialistas de la piel nos indican que a pesar de las historias que podrías haber escuchado acerca de la leche y el chocolate, la dieta no es una causa directa del acné. Sin embargo, una investigación reciente examinó las dietas de las poblaciones indígenas de todo el mundo en las que la subpoblación adolescente no tenía acné. Cuando se compararon las dietas de los grupos de control de los EE.UU. que tenían un promedio de acné de más del 70 % con las de los adolescentes indígenas sin acné, era evidente la ausencia de productos con leche y demasiada azúcar en las dietas de los adolescentes sin acné, los cuales estaban presentes en las dietas de los grupos de control de los EE.UU.[37] Esto explica por qué en el caso de algunas personas, ciertos alimentos (como los productos lácteos y las dietas con alto contenido de azúcares procesados) aumentan el riesgo de sufrir de acné. Estos alimentos aumentan la inflamación y brindan un entorno en el que las bacterias pueden desarrollarse.[38] Los estudios han indicado que los alimentos con un índice glucémico bajo reducen la gravedad del acné.[39] Los alimentos con un índice glucémico bajo son aquellos que liberan azúcares en tu sangre con más lentitud. Los alimentos con el índice glucémico más bajo son los siguientes:[40]
    • Los cereales de salvado, la granola natural, las hojuelas de avena
    • El trigo integral, el pan de centeno, los panes integrales
    • La mayoría de los vegetales, salvo la beterraga, la calabaza y la chirivía
    • Las nueces
    • La mayoría de las frutas, salvo la sandía y el dátil. El mango, la banana, la papaya, la piña, las pasas y los higos tienen un índice glucémico medio.
    • Las legumbres
    • El yogur
    • Los granos integrales tienen un índice glucémico bajo a medio. El índice glucémico más bajo se encuentra en el arroz integral, la cebada y la pasta integral.
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    Completa tu dieta con vitaminas A y D. Además de comer alimentos con un índice glucémico bajo, debes asegurarte de que tu cuerpo obtenga los nutrientes apropiados para la salud de tu piel. Las vitaminas que parecen ser las más importantes para la piel son las vitaminas A y D.[41] Incluye en tu dieta los siguientes alimentos:[42] [43]
    • Vegetales: camote, espinaca, zanahoria, calabaza, brócoli, pimiento rojo, calabacín de verano
    • Frutas: melón, mango, albaricoque
    • Legumbres: frejoles de ojo negro
    • Carnes y pescados: hígado de res, arenque, salmón
    • Pescado: aceite de hígado de bacalao, salmón, atún
    • Productos lácteos: leche, yogur, queso
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    Obtén la vitamina D a través de la exposición al sol. Muchos alimentos están fortificados con vitamina D, pero esta no existe en abundancia en los alimentos que consumimos. Si bien puedes tratar de aumentar tus niveles de vitamina D a través de alimentos, la mejor forma de hacerlo es exponiendo tu piel al sol de 10 a 15 minutos a la semana. La luz del sol hace que la piel produzca vitamina D.[44] No uses bloqueador solar y deja expuesta la mayor cantidad de piel con la que te sientas cómoda.
    • No expongas demasiado tu piel a la luz del sol sin usar un bloqueador solar, ya que esto es muy peligroso y puede causar cáncer.[45]
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    Aumenta tu consumo de grasas omega-3. Los estudios sugieren que las grasas omega-3 pueden beneficiar a las personas que sufren de acné.[46] Las grasas omega-3 limitan la producción de leucotrieno B4 en tu cuerpo, el cual aumenta la producción de sebo y causa un acné inflamatorio. El sebo es un aceite natural producido para humectar la piel, pero si se produce en exceso, este obstruye la piel y causa acné. Al aumentar la cantidad de grasas omega-3 en tu dieta, puedes ayudar a controlar tu acné. Los alimentos que debes consumir incluyen a los siguientes:
    • Semillas y nueces: semillas y aceite de linaza, semillas de chía, nueces blancas, nueces de nogal
    • Pescado y aceites de pescado: salmón, sardinas, caballa, pescado blanco, sábalo
    • Hierbas y especias: albahaca, orégano, clavo, mejorana
    • Vegetales: espinaca, semillas de rábano germinadas, brócoli chino

Consejos

  • Coloca una toalla limpia en tu almohada todas las noches (¡o simplemente dobla la misma toalla para así lavar menos!). Los aceites y las bacterias de tu cara y tu cabello permanecen en la almohada por un largo tiempo. Prueba este método para detener la propagación de las bacterias. Este es eficaz para ayudar a combatir los brotes de acné.
  • Usa un solo tratamiento a la vez para determinar qué funciona y qué no. Podrás examinar uno a la vez y deducir cuáles son los que generan mejores resultados para reducir el desarrollo del acné.
  • Lávate la cara con una barra de jabón, luego aplícate una pasta hecha con agua y bicarbonato de sodio. Por último, échate agua en la cara. Hazlo dos veces a la semana.
  • En las mujeres con un problema de acné grave, puede haber un desequilibrio hormonal que podría ser parte de la causa del acné. Por ejemplo, cuando las mujeres con el síndrome de ovario poliquístico (SOP) se realizan exámenes de hormonas a través de pruebas de saliva, su nivel de estrógeno podría ser demasiado elevado y su nivel de progesterona, demasiado bajo. Esta condición se llama “dominancia del estrógeno” y se trata con cremas de progesterona bioidéntica. Cualquier médico naturista podrá tratar esta condición de forma eficaz. Las mujeres que tienen esta condición notarán que el acné que la acompaña mejorará al menos en un 50 % o incluso más si se usa una crema de progesterona. Sin embargo, no todos los casos de acné son causados por un desequilibrio hormonal.
  • Si has probado todos estos métodos y aún no mejoras, puedes acudir al doctor para que te derive a un especialista de la piel (dermatólogo).

Advertencias

  • No coloques sal marina seca directamente sobre tu piel, ya que puede arder bastante y si la usas mucho, puede cansarte.

Referencias

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Acerca de este wikiHow

Lisa Bryant, ND
Coescrito por:
Médica naturópata
Este artículo fue coescrito por Lisa Bryant, ND. La Dra. Bryant tiene licencia de médica naturópata y experta en medicina natural en Portland, Oregón. Completó su residencia en medicina familiar en neuropatía en el Colegio Nacional de Medicina Natural en 2014. Este artículo ha sido visto 27 970 veces.

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