Cuando aparecen manchas de color blanco y amarillo en la parte posterior de la garganta que se acompañan de dolor en esa área, es posible que tengas faringitis, también conocida como "dolor de garganta". Las manchas de color blanco y amarillo en realidad son acumulaciones de pus causadas por una infección bacteriana o viral. En algunos casos, la infección puede afectar las amígdalas (masas de material linfático), lo cual causa una enfermedad conocida como "amigdalitis". Si tienes acumulaciones de pus en la garganta, debes consultar con un médico, ya que la infección puede propagarse fácilmente a otras áreas del cuerpo, como los pulmones o el oído medio.[1] Sigue leyendo para saber lo que puedes hacer para eliminar las acumulaciones de pus en la garganta.

Método 1
Método 1 de 3:
Buscar un tratamiento médico

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    Determina si debes acudir al médico. La mayoría de los dolores de garganta desaparecen por sí solos después de unos cuantos días, pero si el dolor de garganta que tienes es grave o si dura más de 7 días, debes acudir al médico. Un dolor de garganta con acumulaciones de pus también puede indicar que tienes una enfermedad más grave, como amigdalitis o faringitis estreptocócica. Observa los síntomas y si tienes alguno de los siguientes, acude al médico inmediatamente:[2]
    • ausencia de síntomas de resfriado o gripe
    • dificultad para tragar o respirar
    • fiebre de más de 38 °C (101 °F)
    • inflamación en las amígdalas
    • inflamación en los ganglios linfáticos (en el cuello)
    • garganta de color rojo fuerte o manchas rojas oscuras
    • capa o manchas de color amarillo o blanco en la garganta
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    Haz una cita con el médico si tu enfermedad es grave o no mejora. Haz una cita con el médico si tu enfermedad persiste, empeora o es grave. El médico puede realizar un cultivo sencillo de la infección que tienes en la garganta para determinar si es bacteriana o viral.[3]
    • Cuando acudas al médico, asegúrate de informarle sobre todos los demás síntomas que has estado teniendo para ayudarle a hacer el mejor diagnóstico posible.
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    Recibe una receta de antibióticos si es necesario. Los antibióticos no son útiles si las acumulaciones de pus que tienes en la garganta son a causa de una infección viral, pero pueden ser útiles si se deben a una infección bacteriana. Cuando las acumulaciones de pus se deben a una bacteria, el médico puede recetarte antibióticos como eritromicina o amoxicilina.[4]
    • Sigue las instrucciones del médico y toma el ciclo completo de antibióticos que el médico te recete.[5]
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    Habla con el médico sobre la amigdalectomía. Al extirparte las amígdalas, pueden detenerse los episodios recurrentes de faringitis estreptocócica. Si las acumulaciones de pus en la garganta afectan las amígdalas y si la infección es grave o la padeces con demasiada frecuencia, puede ser necesario realizar una intervención quirúrgica.[6]
    • Una amigdalectomía es un procedimiento relativamente simple, pero un absceso cerca de las amígdalas también puede tratarse con una cirugía simple para drenarlo. Tendrás que discutir las opciones con el médico para determinar cuál es la mejor medida para tu situación.[7]

Método 2
Método 2 de 3:
Probar con remedios caseros

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    Toma analgésicos. Para calmar el dolor de garganta, también puedes tomar algo. El médico puede recetarte analgésicos locales para aliviar el dolor que se produce por las acumulaciones de pus o puedes tomar un analgésico de venta sin receta, como acetaminofén, ibuprofeno o aspirina.[8]
    • Sigue las instrucciones de la dosis que aparece en la receta o en el medicamento de venta sin receta. No excedas la dosis recomendada.
    • No tomes nada además de acetaminofén si estás embarazada.
    • Las pastillas para la garganta que contienen un anestésico también puede ser útiles contra el malestar.
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    Haz gárgaras con agua salada. Prepara una mezcla de 1 taza de agua tibia y 1 cucharadita de sal. Mezcla la solución hasta que la sal se disuelva por completo. Haz gárgaras con la mezcla al menos una vez cada hora. La combinación de sal y agua tibia te ayudará a reducir el dolor y el malestar en la garganta.[9]
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    Bebe líquidos calientes. Las bebidas calientes aumentan el flujo de sangre en la garganta, lo cual facilita el proceso del cuerpo para combatir las acumulaciones de pus. Beber una taza de té antes de acostarte (asegúrate de que sea descafeinado) también te ayudará a eliminar un poco el dolor mientras duermes.[10]
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    Usa vaporizadores. Respirar aire seco no te ayudará en absoluto a combatir la enfermedad; incluso puedes sentir más irritación y dolor en la garganta. Al usar un vaporizador para humedecer el aire, se aliviará la irritación y el dolor en la garganta. Si no dispones de un vaporizador, puedes simplemente poner un plato poco profundo con agua caliente en tu habitación. El agua le agregará humedad al aire al evaporarse.[11]
    • También puedes probar con un humidificador. Puedes buscar uno que produzca una brisa fría o uno que produzca una brisa tibia.

Método 3
Método 3 de 3:
Cuidarte

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    Mantente hidratado. Además de beber líquidos calientes para aliviar la garganta, también debes beber mucha agua para mantenerte hidratado. Beber mucha agua hará que sea más fácil tragar y también te ayudará a combatir la infección.[12]
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    Descansa bastante. Cuando se tiene una infección, el cuerpo necesita mucho descanso para curarse. Asegúrate de dormir bastante en la noche y descansar durante el día también. No te esfuerces de más cuando trates de combatir un dolor fuerte de garganta. No vayas al trabajo ni a la escuela si es posible.[13]
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    Come alimentos que sean fáciles de tragar. Si sufres de un dolor fuerte de garganta con acumulaciones de pus, debes evitar cualquier alimento que pueda irritar más la garganta, como los alimentos picantes o ácidos. Elige alimentos fáciles de tragar, como el puré de manzana, la avena molida, las sopas, el puré de papa, el yogur y los huevos cocidos. También puedes sentir más alivio comiendo paletas de hielo o helados.[14]
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    Evita cualquier irritante que pueda agravar la garganta. Mientras estés en recuperación, no fumes, no inhales gases ni uses productos fuertes de limpieza. Estas cosas pueden hacer que las acumulaciones de pus en la garganta empeoren y alargarán el tiempo que te llevará recuperarte de la infección.[15]

Consejos

  • Recuerda que las acumulaciones de pus no son una enfermedad, sino un síntoma. Asegúrate de tener en cuenta también los demás síntomas al determinar si necesitas acudir al médico.

Advertencias

  • Si tienes debilidad, falta de aliento, dolor en las articulaciones, sarpullido rojo abultado, protuberancias debajo de la piel o movimientos espasmódicos incontrolables en los brazos o en las piernas, puedes tener fiebre reumática. Busca atención médica inmediata.[16] La fiebre reumática puede causar daños en el cerebro, el corazón y otros tejidos del cuerpo.[17]
  • Si te sale un sarpullido rojo que se siente como papel de lija, es posible que tengas escarlatina. Busca atención médica inmediata.[18] La escarlatina puede tratarse con antibióticos.[19]

Acerca de este wikiHow

Erik Kramer, DO, MPH
Coescrito por:
Doctor en medicina osteopática
Este artículo fue coescrito por Erik Kramer, DO, MPH. El Dr. Erik Kramer es médico de atención primaria en la Universidad de Colorado, especializado en medicina interna, diabetes y control de peso. Recibió su doctorado en Medicina Osteopática en el Touro University Nevada College of Osteopathic Medicine en 2012. El Dr. Kramer es miembro diplomado de la Junta Estadounidense de Medicina de la Obesidad y está certificado por el colegio oficial. Este artículo ha sido visto 144 725 veces.
Categorías: Dientes y boca