Las alitas de pollo son el bocadillo perfecto para las fiestas. En lugar de hacer un pedido de aperitivos deliciosamente crocantes del tamaño perfecto, fríelas tú mismo. Puedes usar su parte más carnosa, personalizar los condimentos y disfrutar de estas alitas todavía crocantes recién salidas del aceite. No tengas temor de freírlas. Siempre que uses ollas hondas con paredes, no hay motivo para que el aceite salpique.

Ingredientes

  • 1 kg (2 lb) de alitas de pollo, cortadas en trozos
  • 1 cucharadita de sal
  • aceite de sabor neutro, por ejemplo, de cártamo, canola o aceite vegetal, para freír
  • 1 taza (120 g) de harina, opcional
  • 1/2 taza (50 g) de queso parmesano finamente rallado, opcional
  • 1 cucharadita de páprika, opcional
  • 1/2 cucharadita de mostaza seca, opcional
  • 1/4 de cucharadita de orégano seco, opcional
  • pimienta negra recién molida, al gusto
  • 1 taza (250 ml) de leche, opcional

Rinde para unas 4 porciones

Parte 1
Parte 1 de 3:
Condimentar las alitas de pollo

  1. 1
    Revuelve la harina con el parmesano y las especias secas en una fuente tendida. Saca una fuente para hornear tendida o un molde para tarta y échale 1 taza (120 g) de harina junto con 1/2 taza (50 g) de queso parmesano finamente rallado. Luego, revuelve estas especias hasta que se incorporen:[1]
    • 1 cucharadita de sal
    • 1 cucharadita de páprika
    • 1/2 cucharadita de mostaza seca
    • 1/4 de cucharadita de orégano seco
    • 1 pizca de pimienta negra recién molida

    Consejos: si no quieres enharinar las alitas con la harina condimentada, puedes omitir este paso y freírlas directamente sin condimentar.

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    Vierte 1 taza (250 ml) de leche en otro tazón. Pon el tazón de leche al lado del plato con la harina condimentada y pon un plato grande cerca de estos. Así será más fácil remojar las alitas, bañarlas y ponerlas en el plato mientras el aceite se calienta.
    • Si lo prefieres, usa suero de leche en lugar de leche. Así, la carne quedará incluso más tierna.
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    Introduce cada alita en la leche y enharínalas con la harina condimentada. Saca 1 kg (2 lb) de alitas de pollo cortadas en wingettes, drumettes o ambas. Introduce cada una en la leche y luego ponlas en el plato con la harina condimentada. Voltea cada alita de modo que esté ligeramente enharinada y ponlas en un plato grande.
    • Agita el exceso de harina para que las alitas queden más crocantes mientras fríen.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Freír las alitas

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    Pon un posafuentes o una rejilla de alambre en una olla grande. Pon una olla pesada en la estufa e introdúcele un posafuentes que entre en el fondo. El posafuentes o la rejilla de alambre evitará que las alitas se quemen en el fondo de la olla.[2]
    • Es importante usar una olla con paredes altas para evitar que el aceite salpique durante la cocción.
  2. 2
    Vierte 10 cm (4 pulgadas) de aceite en la olla. Usa un aceite de sabor neutro. Puedes usar cualquiera que tenga un punto de humeo alto, como el de cártamo, canola o vegetal.[3]
    • La cantidad de aceite que necesitarás dependerá del tamaño de la olla que vas a usar.
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    Engancha un termómetro de frituras y calienta el aceite entre 180 y 190 °C (350 y 375 °F). Pon el termómetro de modo que el extremo entre en el aceite y engánchalo a la pared de la olla. Luego, pon la olla a fuego medio o medio alto para que el aceite se caliente.[4]
  4. 4
    Fríe una tanda de alitas de 8 a 10 minutos. Lentamente, echa de unas 4 a 5 alitas de pollo condimentadas o sin condimentar en el aceite caliente. Evita tirarlas, sino el aceite caliente podría salpicar y quemarte. Una vez que estén dentro del aceite, programa un temporizador para que suene en 8 a 10 minutos.[5]
    • Como la olla estará tan llena de aceite, no es necesario voltear las alitas mientras fríen.
    • Si atiborras la olla con todas las alitas de pollo, la temperatura del aceite descenderá y demorarán más tiempo en freír. Las alitas también absorberán más grasa, así que quedarán aguadas en lugar de crocantes.

    Consejo: si vas a freír los cortes wingettes y drumettes, fríelos en tandas por separado, porque los wingettes se terminan de hacer unos cuantos minutos antes que los drumettes.

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    Saca las alitas cuando estén doradas o lleguen a los 73 °C (165 °F). Fríe las alitas hasta que estén bien doradas por todos lados. Para probar si están listas, introdúceles un termómetro de frituras de lectura instantánea. Las alitas estarán listas cuando lleguen a los 73 °C (165 °F).
    • Si todavía no llegan a los 73 °C (165 °F), fríelas 1 o 2 minutos más y vuelve a revisarlas.
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    Pasa las alitas fritas a la rejilla de alambre. Pon la rejilla sobre una bandeja para hornear y usa unas tenazas de cocina para sacarlas cuidadosamente del aceite. Ponlas sobre la rejilla para que el exceso de aceite caiga a la fuente. Luego, podrás seguir friendo el resto de las alitas por tandas.[6]
    • Evita ponerlas sobre un plato o fuente cubierto con papel toalla. El papel toalla absorberá el vapor del pollo, lo cual las dejará aguadas.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Condimentar las alitas de pollo

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    Mezcla las alitas con salsa estilo búfalo o sírvela aparte. Para hacer una salsa estilo búfalo simple, pon a calentar 1 taza (250 ml) de salsa picante hasta que hierva suavemente. Luego, añádele 4 cucharadas de mantequilla en cubos hasta que se derrita. Puedes echar la salsa sobre las alitas con una cuchara en un tazón grande y mezclarlas hasta que estén bañadas o puedes poner la salsa aparte.[7]
    • Si quieres hacer una salsa estilo búfalo más suave, usa 6 cucharadas de mantequilla en lugar de 4 cucharadas.

    Consejo:si quieres que la salsa esté más condimentada, puedes añadirle 1½ cucharadas de vinagre, 1/4 de cucharadita de pimienta cayena y 1 pizca de ajo en polvo.

  2. 2
    Haz una salsa dulce y picante para acompañar las alitas. Para darle un sabor único al pollo, saca un tazón y bate 1 taza (250 ml) de salsa dulce y picante tailandesa junto con 1/2 taza (120 ml) de salsa de soya. Luego, añade lo siguiente:[8]
    • 1/3 taza de salsa Sriracha
    • 3 cucharadas de vinagre oscuro (Chinkiang)
    • 1 cucharada de aceite de sésamo
    • 9 dientes de ajo molido
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    Sirve una salsa de queso azul con las alitas. La salsa cremosa de queso azul es una gran opción para los que no quieren comer las alitas con una salsa picante. Mezcla 1/2 taza (120 g) de crema agria con 2 cucharadas de mayonesa y 120 g (4 oz) de queso azul desmenuzado. Luego, condimenta la salsa con perejil y sal al gusto.[9]
    • Puedes añadir el jugo de 1/2 limón para darle a la salsa un sabor ligeramente ácido.
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    Sirve palitos de apio como acompañante de las alitas de pollo. Si vas a combinar las alitas con una salsa picante, los palitos crujientes de apio pueden refrescar el paladar y contrarrestar parte del picante.
    • Si lo prefieres, sirve bastones de zanahoria, rodajas de pepino o floretes de brócoli.
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Consejos

  • Fríe las alitas justo antes de servirlas para que tengan la textura más crocante. Por desgracia, se ablandarán estando guardadas. Si tienes que refrigerar las que sobran, guárdalas en un recipiente hermético por un máximo de 3 días.
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Advertencias

  • Sé siempre precavido a la hora de cocinar con aceite caliente, ya que puede salpicar y causar quemaduras graves.
  • Descongela las alitas de pollo congeladas antes de freírlas para evitar salpicaduras extremas.
  • Nunca dejes el aceite caliente sin supervisión.
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Cosas que necesitarás

Condimentar las alitas de pollo

  • tazas y cucharas medidoras
  • plato
  • platos tendidos
  • varillas o tenedor

Freír las alitas

  • termómetro para freír
  • posafuentes o rejilla de alambre pequeña
  • olla grande
  • tenazas de cocina
  • fuente para hornear
  • rejilla de alambre

Condimentar las alitas de pollo

  • platos para servir
  • tazones y cucharas

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