Los rábanos tienen un sabor crujiente y refrescante, y, a la vez, ofrecen muchos beneficios para la salud. Al igual que muchas otras verduras, los rábanos no se mantendrán frescos y crujientes por un periodo de tiempo largo. Si escoges una estrategia de almacenamiento, como el enfriamiento con agua o cerrar los rábanos en bolsas de plástico, podrás guardarlos por el mayor tiempo posible.

Método 1
Método 1 de 4:
Almacenar a corto plazo con enfriamiento de agua

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    Llena un bol grande con 2 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de agua. Escoge un bol o una olla grande y llénalo con 2 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de agua fría. Escoge un recipiente que tenga el tamaño suficiente para que quepan todos tus rábanos, pero no tiene que ser muy profundo.[1]
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    Coloca los rábanos en el agua hasta por 3 días. Espárcelos en el agua para que parezca que están creciendo hacia afuera de ella. Los rábanos deben estar enteros, no es necesario cortarles los extremos. Cada uno debe quedar sumergido parcialmente en el agua con las raíces en el fondo y de manera uniforme. Esta es una opción de almacenamiento a corto plazo pues tendrás los rábanos a temperatura ambiente, así que solo durarán un par de días.[2]
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    Pon el bol en el refrigerador entre 5 y 8 días. Si te gustaría que tus rábanos se conserven frescos en el bol por un poco más de tiempo, ponlo dentro del refrigerador. Esta medida contribuirá a que se demoren más en marchitarse y durarán entre 5 y 8 días en el refrigerador.[3]
    • Si las hojas de los rábanos se están poniendo marrones o blandas, es porque se están malogrando.

Método 2
Método 2 de 4:
Poner rábanos en una bolsa plástica

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    Corta las cabezas frondosas y las raíces de los rábanos. Saca las hojas y las raíces de cada rábano con un cuchillo o una tijera. Si no les quitas estas partes, la parte superior con hojas le quitará agua a la raíz y el rábano se secará.[4]
    • No hay problema en lavar los rábanos, pero quizás no te duren tanto tiempo como cuando no se lavan. El exceso de humedad provoca que las verduras se malogren más rápido, lo que quiere decir que unos rábanos lavados se pondrán mal varios días o una semana antes que unos que no se lavaron.
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    Coloca los rábanos en una bolsa de plástico con capas de papel toalla. Abre una bolsa de plástico hermética y pon el primer pedazo de papel toalla en el fondo. Coloca una primera capa que rábanos que no queden sobrepuestos sobre el papel toalla y luego cúbrela con otro pedazo de papel toalla húmedo. Repite el proceso con el resto de los rábanos. Asegúrate de tener una capa de papel toalla húmeda al final.[5]
    • Si no tienes papel toalla, puedes reemplazarlo con paños limpios o pañuelitos de papel.[6]
    • Como has cortado las raíces, es importante que los rábanos estén húmedos para que conserven su frescura.
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    Sella la bolsa y quítale el exceso de aire. Después de poner todos los rábanos en la bolsa, elimina el aire extra. Puedes hacerlo aplanando la parte superior de la bolsa o succionando el aire con una pajilla. Cierra la bolsa con cuidado de modo que nada les entre a los rábanos.[7]
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    Guarda la bolsa de rábanos en el refrigerador por 1 a 2 semanas. Coloca la bolsa de plástico con los rábanos dentro de este aparato, en un área oscura y fría como el compartimento para frutas y verduras. Cuando se ponen en el refrigerador, los rábanos durarán varias semanas.[8]
    • Para saber si los rábanos se están malogrando, revisa si se están marchitando. Si están aguados y no firmes, probablemente ya no estén frescos.

Método 3
Método 3 de 4:
Colocar rábanos en un frasco de envasado

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    Lava los rábanos, y córtales las raíces y las cabezas. Lava los rábanos con agua limpia para quitarles toda la tierra. Usa tijeras o un cuchillo para cortarles las raíces delgadas y las cabezas de hojas.[9]
    • No hay problema en lavar los rábanos porque vas a quitarles las raíces.
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    Pon los rábanos en un frasco de envasado. Utiliza un frasco de envasado o un recipiente similar para guardarlos, pero asegúrate de que el tamaño sea suficiente para que entren todos. Coloca los rábanos en el frasco o el recipiente, acomodándolos uno sobre otro.[10]
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    Llena el frasco con agua y ponlo en el refrigerador hasta por 8 días. Después de que todos los rábanos cortados estén en el frasco, llénalo con agua limpia. Tapa el frasco o el recipiente y asegúrate de que esté bien cerrado. Luego, colócalo en el refrigerador. Los rábanos se mantendrán frescos hasta por 8 días.[11]
    • Revisa si los rábanos todavía tienen la parte externa dura y no están blandos después de varios días. Busca que estén un poco crujientes, lo que quiere decir que están frescos.

Método 4
Método 4 de 4:
Guardar rábanos en el sótano o la bodega

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    Llena una caja con arena húmeda y ponla en tu sótano o bodega. Si tienes alguna de estas dos habitaciones que se conserve un poco fría, podrás guardar ahí tus rábanos. Encuentra una caja en la que quepan todos los rábanos y llénala con una capa uniforme de arena húmeda.[12]
    • Para humedecer la arena, rocíala con agua empleando una manguera, una botella con atomizador o una herramienta similar.
    • La arena debe quedar húmeda, no empapada. Si te parece difícil mover la arena de un lado a otro con los dedos y se siente muy grumosa, estará muy húmeda.
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    Coloca los rábanos sin lavar en la caja de arena. Esparce los rábanos entre capas de arena. Asegúrate de que ninguna de las raíces se toque entre ellas para evitar que se propague la podredumbre. También es importante que la arena permanezca húmeda para garantizar que los rábanos estén frescos.[13]
    • No es necesario lavar los rábanos antes de ponerlos en la arena. Las verduras sin lavar duran más que las lavadas y la arena húmeda les dará a los rábanos toda la humedad que necesitan. Además, tendrás que lavar los rábanos cuando los saques de la arena.
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    Guarda los rábanos en la arena hasta por 3 meses. Los rábanos sumergidos en arena húmeda permanecerán frescos hasta por 3 meses. Para no olvidarte cuándo los pusiste en la arena, pega una nota en la caja que tenga la fecha en que los pusiste en el sótano o la bodega.[14]
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    Revisa los rábanos para ver si se están pudriendo una vez a la semana. Más o menos una vez por semana, míralos para asegurarte de que ninguno se esté pudriendo o enmoheciendo. Si ves que alguno se está malogrando, sácalo de la arena de modo que el moho o la podredumbre no se propague.[15]
    • Cada semana, asegúrate de que la arena esté húmeda con una prueba de tacto. Si tiene que humedecerse nuevamente, usa la manguera o la botella con atomizador para rociarla con agua.

Consejos

  • Los rábanos se pondrán pastosos si los dejas reposar a temperatura ambiente por más de un día.[16]
  • Si tienes un jardín con un entorno frío, puedes guardar rábanos ahí durante los meses más fríos.[17]
  • Revisa los rábanos semanalmente si vas a guardarlos a largo plazo para asegurarte de que no les estén apareciendo puntos blandos o decoloraciones.

Cosas que necesitarás

  • un cuchillo o unas tijeras
  • papel toalla
  • un bol grande (método de enfriado con agua)
  • una bolsa hermética de plástico (método de la bolsa de plástico)
  • un frasco para envasado (método del frasco para envasado)
  • una caja vacía (método del sótano o bodega)
  • arena (método del sótano o bodega)

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