La tarta de limón con merengue es un postre sabroso y refrescante, perfecto para una cena o un regalo navideño. No obstante, si se almacena de forma inadecuada, el merengue puede gotear y mojarse, cambiando la textura de la tarta. Para guardar una tarta de de limón con merengue, es mejor hacerlo en el refrigerador. Cuando estés haciendo la tarta, también puedes tomar medidas para evitar que el merengue se derrita.

Método 1
Método 1 de 3:
Almacenar la tarta de limón con merengue para un uso a corto plazo

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    Coloca la tarta descubierta en una rejilla, para que se enfríe durante 1 hora. Cuando saques la tarta del horno, colócala en una rejilla para enfriar para que el aire circule por encima y por debajo del molde. Evita tocar el merengue mientras se enfría, pues esto puede causar que los huevos liberen humedad.[1]
    • Si no tienes una rejilla para hornear, coloca la tarta en un soporte de olla, que sea resistente al calor, mientras se enfría, para proteger las encimeras de quemaduras.
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    Coloca la tarta descubierta en la nevera durante 3 o 6 horas. Después de enfriar la tarta a temperatura ambiente, muévela al refrigerador. La tarta de limón con merengue siempre debe enfriarse antes de ser servida. Asegúrate de que la tarta esté en un estante superior para evitar que otros elementos del refrigerador se derramen o goteen sobre ella.[2]
    • Evita poner cualquier envoltura de plástico o papel de aluminio sobre la tarta, si la vas a refrigerar durante menos de 6 horas. Cubrir la tarta con un envoltorio puede aplastar el merengue, causando que libere humedad y que se escurra, lo que se llama "llorar".
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    Corta la tarta con un cuchillo húmedo después de enfriarla durante al menos 3 horas. Saca la tarta del refrigerador cuando estés listo o lista para servirla. Para obtener un corte limpio, sumerge un cuchillo en agua fría antes de cortar la tarta, de modo que evites que el merengue se pegue al cuchillo.[3]
    • Si es un día húmedo, puedes notar que el merengue produce agua inmediatamente después de sacarlo del refrigerador. Esto es normal, y todavía puedes cortar y servir la tarta
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    Evita guardar la tarta fuera del refrigerador por más de 2 horas. Una vez hayas servido unas pocas rebanadas de la tarta, devuelve los trozos restantes al refrigerador, para evitar el crecimiento de bacterias. Nunca dejes la tarta a temperatura ambiente durante mucho tiempo.[4]
    • Si la tarta lleva más de dos horas, es mejor tirar los trozos restantes para evitar enfermedades transmitidas por alimentos.

Método 2
Método 2 de 3:
Refrigerar la tarta para un almacenamiento a largo plazo

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    Inserta 3 mondadientes en la tarta para apoyar un envoltorio de plástico. Empuja los mondadientes a la mitad, entre el centro y la corteza, de modo que sobresalga 1 cm (1⁄2 pulgada) por encima del merengue. Colócalos en forma de triángulo para asegurar que todos los lados de la tarta estén protegidos cuando agregues el envoltorio plástico.[5]
    • Los mondadientes ayudan a mantener el envoltorio de plástico lejos del merengue. Si el plástico está demasiado cerca al merengue, la combinación de huevos y agua comenzará a llorar y a liberar agua, haciendo que el merengue parezca líquido.
    • Si tienes una tarta particularmente grande, puede que necesite usar 4 o 5 mondadientes distribuidos por toda ella.
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    Cubre con un trozo de plástico los mondadientes y la tarta. Deja la tarta en el molde o transfiérela a un plato, y consigue un trozo de plástico que sea lo suficientemente grande para cubrir la tarta. Luego, coloca el plástico con cuidado sobre los mondadientes, para que no lo atraviesen. Dobla los bordes del plástico alrededor del exterior de la bandeja o plato.[6]
    • Si uno de los mondadientes desgarra o perfora el envoltorio, tira el pedazo y consigue otro para usarlo.
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    Guarda la tarta en el refrigerador por hasta 3 días. Transfiere la tarta al refrigerador, teniendo cuidado de no tirar el envoltorio. Coloca la tarta en el estante superior, donde puedas guardarla por unos días antes de disfrutarla. Después de 1 o 2 días en el refrigerador, reemplaza el envoltorio de plástico por un nuevo trozo.[7]
    • Si necesitas sacar la tarta del refrigerador en cualquier momento, ten cuidado de no tirar o pinchar el envoltorio plástico, pues esto puede causar que los mondadientes atraviesen el plástico.
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    Evita colocar la tarta en el congelador en cualquier momento. Los merengues están hechos de huevos y azúcar, por lo que no se congelan bien. Si pones el merengue en el congelador, puede quedar plano o crujiente, arruinando la textura de la tarta.[8]
    • La mayoría de los merengues tienden a deshacerse en el congelador, dando lugar a una tarta con una textura crujiente y helada.
    • No obstante, puedes preparar y guardar el relleno y la corteza de limón en el congelador durante unos meses. Luego, cuando estés listo o lista para servir la tarta, retira el relleno prehecho y la corteza del congelador, y hornea el resto de la tarta de manera normal.

Método 3
Método 3 de 3:
Preservar el merengue

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    Añade el merengue a la tarta 10 minutos después de sacarla del horno. Prepara el merengue mientras el relleno de limón y la corteza se están cociendo en el horno. Cuando saques la parte inferior de la tarta del horno, espera unos minutos para que el relleno de limón se enfríe ligeramente para evitar que el merengue se cocine demasiado.[9]
    • El calor del relleno comenzará a cocinar el merengue, haciendo menos probable que se encoja o llore.
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    Extiende el merengue sobre la tarta para que toque la corteza. Usa una cuchara o espátula para distribuir el merengue sobre la parte superior de la tarta. Alrededor del borde, presiona el merengue ligeramente hacia afuera para asegurarte de que está tocando la corteza alrededor de la tarta, lo que "sella" el merengue para evitar que llore.[10]
    • Quizás sea más fácil usar un mondadientes o un tenedor para esparcir el delicado merengue por los bordes. Solo ten cuidado de no clavar el mondadientes en la tarta antes de hornearla, lo que puede causar que el relleno de limón y el merengue se mezclen.
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    Vigila la tarta mientras está en el horno, para evitar que se cocine demasiado. Al mínimo tiempo de cocción, saca el merengue del horno para comprobar si está hecho. Si lo está, déjalo enfriar y reposar. Si no, ponlo de nuevo en el horno por incrementos de 2 a 3 minutos en cada ocasión, para terminar de hornearlo.[11]
    • En una tarta, un merengue cocido tendrá un ligero tono marrón pero aún así será suave y esponjoso.[12]
    • Si empiezas a ver pequeñas gotas de agua en el merengue cuando lo sacas del horno, deja de hornear la tarta inmediatamente.

Consejos

  • Si quieres darle al merengue un ligero matiz de color, enciende un soplete de cocina y pásalo suavemente sobre la parte superior del merengue. Esto le dará a la tarta un aspecto profesional.
  • Nunca toques el merengue con los dedos, pues el calor de las manos puede hacer que el azúcar de la mezcla se disuelva, lo que puede llevar a que llore.
  • Si el merengue se aplasta o llora ligeramente cuando guardas la tarta, ¡aún puedes comerlo y disfrutarlo!

Cosas que necesitarás

Almacenar la tarta de limón con merengue para un uso a corto plazo

  • rejilla para enfriar
  • refrigerador
  • cuchillo

Refrigerar la tarta para un almacenamiento a largo plazo

  • mondadientes
  • envoltura de plástico
  • refrigerador

Preservar el merengue

  • cuchara o espátula

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