Aunque la fórmula verdadera de los cheetos picantes es un secreto industrial, puedes hacer una versión en casa que será igual de crujiente y picante. Haz la masa con queso y moldéala para formar cheetos individuales. Luego, hornéalos hasta que estén dorados y cúbrelos con una mezcla de sazonador de cheetos picantes hecha en casa. Si no tienes mucho tiempo, solo vierte el sazonador en una bolsa de cheetos clásicos y agítalos hasta que estén cubiertos.

Ingredientes

Para la masa de cheeto

  • 1 cucharadita de sal
  • 1/8 de cucharadita de ajo en polvo
  • 250 g (2 tazas) de harina para todo uso
  • 4 cucharaditas de harina de maíz
  • 8 cucharadas de mantequilla
  • 225 g (1 taza) de queso cheddar rallado
  • 1/3 de taza (50 g) de queso en polvo
  • 1 cucharada de sazonador de cheetos picantes
  • cerca de 100 ml de agua, opcional

Rinde 2 porciones

Para el sazonador de cheetos picantes

  • 2 cucharaditas de paprika
  • 1 pizca de pimienta de cayena o más, si quieres
  • 1/8 de cucharadita de ajo en polvo
  • 1/2 de cucharadita de cebolla en polvo
  • 1/2 de cucharadita de sazonador de pimienta y limón
  • 1/4 de de cucharadita de azúcar
  • 1/4 de cucharadita de sal o más, si quieres

Rinde alrededor de 1 cucharada de sazonador

Parte 1
Parte 1 de 3:
Hacer la masa de cheetos hecha en casa

  1. 1
    Mezcla la harina, la harina de maíz, el ajo en polvo y la sal en un tazón. Pon 250 g (2 tazas) de harina para todo uso en un tazón y agrega 4 cucharaditas de harina de maíz. Mézclale 1 cucharadita de sal y 1/8 de cucharadita de ajo en polvo.[1]

    Consejo: Si quieres cheetos más ligeros y crujientes, sustituye la harina de maíz con maicena.

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    Mezcla 8 cucharadas de mantequilla con la mezcla de ingredientes secos. Corta la mantequilla en cubos y agrégala al tazón con la harina sazonada. Mezcla los ingredientes hasta que se incorpore la mantequilla con las manos o con una batidora de pie. Luego, pon la mezcla a un lado.[2]
    • Si vas a usar una batidora, apágala ocasionalmente y raspa los lados del tazón.
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    Agrega cerca de 100 ml de agua para formar una masa suave. Saca 100 ml de agua fría y vierte unas cucharadas a la mezcla de harina y mantequilla. Usa una cuchara para revolver la masa y continúa agregando cucharadas de agua hasta que la masa se despegue de los lados del tazón.
    • Tal vez no necesites toda el agua. No le pongas demasiada para que no sea difícil manipular la masa por estar muy pegajosa.
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    Procesa 225 g (1 taza) de queso rallado hasta que se desmorone en pedazos pequeños. Coloca el queso cheddar rallado en un procesador de alimentos y ponle la tapa. Luego, procesa el queso presionando “pulse” hasta dejarlo lo más fino qué puedas.[3]
    • Pulverizar el queso hace que sea más fácil de distribuir dentro de la masa.
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    Mezcla el queso con la masa hasta que se incorpore. Incorpora el queso pulverizado con la masa usando una batidora de pie. Luego, combina la mezcla hasta que el queso se distribuya uniformemente.[4]
    • Puedes usar una cuchara rígida o una espátula para combinar la mezcla si no tienes una batidora de pie.
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    Cubre la masa con envoltura de plástico y enfríala durante 2 horas. Corta un pedazo de envoltura de plástico y envuelve la masa. Pon la masa en el refrigerador para que descanse durante 2 horas. Esto ayuda a que el gluten de la masa se relaje para que los cheetos no se encojan mientras se cocinan.[5]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Moldear y cocinar los cheetos

  1. 1
    Precalienta el horno a 180 ºC (350 ºF) y forra una bandeja con papel para hornear. Coloca una bandeja para hornear con borde en la superficie de trabajo y ponle un trozo de papel para hornear. Esto evitará que los cheetos se peguen a la bandeja mientras los horneas.[6]

    Variación: Si quieres que los cheetos sean más crujientes, calienta una olla con 5 cm (2 pulgadas) de aceite vegetal y fríelos durante unos 15 segundos o hasta que estén dorados y floten a la superficie del aceite.

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    Moldea la masa en pedazos largos de 5 cm (2 pulgadas). Saca la masa del refrigerador y pellizca una cucharada de masa. Haz un rollo entre las palmas de las manos con el pedazo de masa para formar un cheeto de 5 cm (2 pulgadas) de largo. Repítelo con el resto de la masa.[7]
    • Si quieres que los cheetos se vean más realistas, dóblalos para que estén ondulados en lugar de perfectamente rectos.
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    Ordena los cheetos en la bandeja para hornear. Haz solo una capa para que haya al menos (1/2 pulgada) de 1 a 2 cm de espacio entre cada uno. Si en la bandeja para hornear no caben todos los cheetos, usa 2 bandejas y hornéalos por grupos.[8]
  4. 4
    Hornea los cheetos de 15 a 20 minutos. Coloca la bandeja en el horno precalentado y hornea los cheetos hasta que los extremos estén dorados. Saca con cuidado 1 de la bandeja y rómpelo por la mitad para saber si están listos. Si no se rompe por la mitad fácilmente, hornéalos por otros 2 o 3 minutos e intenta de nuevo.[9]
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    Pon los cheetos calientes a un tazón. Una vez que los cheetos estén crujientes, saca la bandeja con guantes de cocina. Cuidadosamente, transfiere todos los cheetos a un tazón grande y ponlo a un lado mientras haces el sazonador de cheetos picantes.[10]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Mezclar el sazonador de cheetos picantes

  1. 1
    Coloca todos los ingredientes en un tazón pequeño. Mide 2 cucharaditas de paprika y ponla en un tazón junto con al menos 1 pizca de cayena, 1/8 de cucharadita de ajo en polvo, 1/2 cucharadita de cebolla en polvo, 1/2 cucharadita de sazonador de pimienta y limón, 1/4 de cucharadita de azúcar y al menos 1/4 de cucharadita de sal.[11]
    • Si quieres un sabor ligeramente ahumado, puedes utilizar paprika ahumada.
    • Si quieres almacenar el sazonador para usarlo en otro momento, ponlo en un recipiente hermético y guárdalo a temperatura ambiente por hasta 6 meses. Aunque puedes usarlo después de 6 meses, las especias comenzarán a perder sus sabores fuertes.
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    Revuelve o bate las especias. Puedes combinar las especias con un batidor pequeño o una cuchara. Deshaz cualquier grumo en las especias para que el sazonador tenga un color uniforme. Ten en mente que se hace aproximadamente 1 cucharada de sazonador, por lo que no necesitas hacerlo en un tazón grande.[12]
    • Si solo quieres hacer suficiente sazonador para una bolsa de cheetos pequeña, reduce las cantidades a la mitad o guarda la mitad del sazonador para más tarde.
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    Cubre los cheetos con el sazonador picante y el queso en polvo. Espolvorea 50 g (1/3 de taza) de queso en polvo y el sazonador sobre los cheetos calientes en el tazón. Usa pinzas de cocina o una cuchara para remover los cheetos y cubrirlos completamente.[13]
    • Si el sazonador no se pega a los cheetos, rocíalos con aceite en aerosol e intenta revolverlos de nuevo.

    Consejo: Puedes comprar una bolsa de cheetos clásicos y verter el sazonador en la bolsa. Cierra la bolsa y sacúdela para cubrir los cheetos con el sazonador de cheetos picantes hecho en casa.

Consejos

  • ¡Puedes agregar el sazonador a una bolsa de cheetos picantes para hacer un bocadillo aún más picante!

Cosas que necesitarás

Para hacer la masa de cheetos picantes hecha en casa

  • tazas y cucharas medidoras
  • tazón para mezclar
  • cuchara
  • procesador de alimentos
  • batidora manual o de pie
  • envoltura de plástico

Para moldear y cocinar los cheetos

  • bandeja para hornear con borde
  • papel para hornear
  • tazón

Para hacer el sazonador de cheetos picantes

  • cucharas medidoras
  • tazón pequeño
  • cuchara o batidor
  • pinzas de cocina, opcional

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