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¿Has preparado alguna vez una ensalada con una lechuga que parecía mustia o marchita? Este artículo de wikiHow te dirá cómo hacer que la lechuga quede más crujiente y fresca con poco tiempo y esfuerzo. La lechuga más crujiente hará que la ensalada se vea más fresca y sabrosa.
Pasos
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1Vacía 1 o 2 bandejas de hielo en un recipiente grande.
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2Coloca la lechuga (lavada o no lavada) en el recipiente.
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3Llena el recipiente con agua fría, de forma tal que la lechuga quede lo más sumergida que sea posible.
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4Espera de 15 a 20 minutos.
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5Saca la lechuga del agua y si es posible sécala usando un escurridor para ensaladas. Por si no los conoces son unos recipientes que se giran con el fin de "escurrir" toda el agua posible de la lechuga cuando se ha lavado.
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6Prepara la ensalada y sírvela inmediatamente.
Consejos
- Prepara los demás ingredientes para la ensalada mientras la lechuga esté en remojo. De esta forma aprovechas bien el tiempo.
- Prepara la lechuga completamente antes de ponerla en el agua con hielo (por ejemplo, lávala, sepárala, trocéala, etc.). De esta forma, cuando termine el tiempo que tiene que estar la lechuga en remojo en el agua con hielo, solo tendrás que escurrirle toda el agua y preparar la ensalada para servirla inmediatamente.
Advertencias
- Lava bien la lechuga, comprobando que no tenga bichos (ni vivos ni muertos) dentro de la misma. Un insecto en la ensalada realmente haría sentir mal a aquel que le apareciera.
Cosas que necesitarás
- Lechuga
- Recipiente grande
- 1 o 2 bandejas de cubos de hielo
- Agua
- Escurridor de ensalada (opcional, pero muy recomendado)