Los bebés comienzan a descender, un proceso también llamado “encajamiento”, cerca del final del tercer trimestre, en las últimas semanas de un embarazo. Sin embargo, algunos bebés recién descienden unas cuantas horas antes del parto. No te preocupes si tu bebé no desciende un par de semanas antes a la fecha programada del parto. Algunos expertos creen que es posible utilizar diferentes técnicas para ayudar a que el bebé se encaje en la pelvis.[1] Rebotar o mover las caderas realizando un movimiento circular sobre una pelota para facilitar el parto puede estimular al bebé a descender. El ejercicio (como caminar, sentarse en cuclillas y hacer inclinaciones pélvicas) también puede hacer que el bebé descienda. Asegúrate de primero consultar con un doctor o una obstetra si puedes realizar estos ejercicios.

Método 1
Método 1 de 4:
Usar una pelota para facilitar el parto

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    Escoge una pelota para facilitar el parto según tu estatura. Cuando te sientes sobre la pelota, es muy importante que puedas colocar tus pies planos sobre el piso. Tus rodillas deben situarse ligeramente más más abajo que tus caderas cuando te sientes sobre ella. Si mides 1,73 cm (5 pies, 8 pulgadas) o menos, compra una pelota que mida 65 cm (2 pies). Si mides 1,75 cm (5 pies, 9 pulgadas) o más, compra una pelota que mida 75 cm (2,5 pies).[2]
    • Asegúrate de que la pelota pueda resistir 300 kg (660 libras) de presión.
    • El costo de una pelota para facilitar el parto puede oscilar entre 20 a 50 dólares. Escoge una pelota de buena calidad para asegurarte de que tú y tu bebé estén a salvo.
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    Rebota sobre una pelota para facilitar el parto. Siéntate sobre ella con los pies separados a la altura de los hombros. Relaja los brazos hacia los lados. Asegúrate de que tu espalda esté recta y las caderas estén por encima de las rodillas. Rebota ligeramente sobre la pelota en un ritmo cómodo durante 10 minutos. Descansa de 1 a 2 minutos. Rebota durante otros 10 minutos.[3]
    • Si no tienes una pelota para facilitar el parto, puedes utilizar una pelota de ejercicios.
    • Hazlo mientras mires la televisión o escuches música.
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    Mueve las caderas en círculos mientras te sientes sobre la pelota. Siéntate sobre ella con los pies separados a la altura de los hombros. Coloca las manos sobre las caderas. Comienza moviendo las caderas con un movimiento suave, lento y circular hacia la derecha. Hazlo durante 20 minutos. Después, cambia de direcciones.[4]
    • Finge moverte como si hicieras el hula hop, pero sin él.
    • Asegúrate de que tus caderas se sitúen más arriba de tus rodillas.
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    Inclínate hacia adelante sobre la pelota para facilitar el parto. Coloca la pelota frente a ti y arrodíllate frente a ella. Separa las rodillas a la altura de los hombros. Inclínate hacia adelante sobre la pelota para facilitar el parto apoyando tu cabeza y pecho sobre ella. Además, rodéala con los brazos. Usa la parte superior de tu cuerpo para hacer rodar la pelota alrededor haciendo círculos lentos y suaves. Haz rodar la parte superior de tu cuerpo hacia la derecha o la izquierda, lo que te haga sentir más cómoda. Hazlo durante 10 minutos.[5]
    • Coloca una toalla debajo de tus rodillas para soporte y comodidad.

Método 2
Método 2 de 4:
Hacer ejercicios para ayudar a que el bebé descienda

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    Camina durante 10 a 30 minutos al día. Comienza caminando 10 minutos al día en caso de que no hayas hecho ejercicio a lo largo de todo el embarazo. En caso de que hayas hecho ejercicio de manera constante, camina durante 20 a 30 minutos. Camina a un paso cómodo alrededor de tu vecindario, en el parque, o en la playa.[6]
    • Caminar abre las caderas y relaja la pelvis, lo cual puede inducir a que el bebé descienda.
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    Haz estocadas de 5 a 10 veces. Párate con los pies separados a la altura de los hombros. Estira los brazos hacia el frente para que tengas equilibrio. Mientras mantengas tu espalda recta, ponte en cuclillas hasta llegar a un nivel cómodo. Ponte en cuclillas de 5 a 10 veces. En caso de que no hayas hecho ejercicio de manera constante, comienza poniéndote en cuclillas 5 veces.[7]
    • Usa una pared o una silla para mantener el equilibrio en caso de que lo necesites.
    • En caso de que tengas una pelota para facilitar el parto, ponte en cuclillas sobre ella para que tengas un soporte adicional.
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    Levanta la pelvis. Recuéstate boca arriba sobre una colchoneta. Flexiona las rodillas y coloca los pies planos sobre el piso en una posición cómoda. Coloca los brazos a los lados con las palmas planas sobre el piso para hacer un efecto de palanca. Luego, levanta la pelvis fuera del piso y bájala nuevamente. Hazlo de 5 a 10 veces. Descansa. Luego, haz otros 5 a 10 levantamientos pelvicos.[8]
    • En caso de que no hayas hecho ejercicio constantemente a lo largo del embarazo, comienza con 5 levantamientos pélvicos.
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    Mantente en movimiento mientras trabajes. Si tu trabajo requiere que te sientes durante largos periodos de tiempo, pídele a tu jefe si puedes tomar descansos de 10 minutos cada hora o cada dos horas. Si tu jefe te da permiso de hacerlo, camina alrededor de la oficina o el edificio por 10 minutos.[9]
    • Si los descansos de 10 minutos por hora se ponen en el medio de tus responsabilidades laborales, párate cada pocos minutos cerca de tu escritorio.

Método 3
Método 3 de 4:
Mantenerte sentada apropiadamente

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    Siéntate con la espalda recta y las rodillas separadas. Sentarte con la espalda recta inclinará tu pelvis hacia adelante. Si estás en casa, inclínate hacia adelante hasta que tu vientre se cuelgue. Mantén esa posición durante 5 a 10 minutos. De ese modo, el peso del bebé se enfocará en la pelvis, lo cual podría inducirlo a descender.[10]
    • Practica esa posición de 5 a 7 veces a la semana para inducir al bebé a bajar.
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    Asegúrate de que tus caderas se sitúen más arriba de las rodillas mientras te sientes. Si tus rodillas están más arriba de las caderas, la pelvis se inclinará hacia atrás. Si la silla en tu trabajo o casa ocasiona que tus rodillas se eleven por encima de tus caderas, siéntate sobre un cojín para levantar las caderas[11]
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    Evita reclinarte sobre sofás y sillas. Reclinarte sobre sofás y sillas también puede hacer que tu pelvis se incline hacia atrás. En lugar de eso, siéntate sobre una pelota para facilitar el parto o una pelota para ejercicios con los pies separados y la espalda recta. De ese modo, la pelvis se abrirá.[12]
    • Pregúntale al administrador o jefe de tu trabajo si puedes llevar una pelota para facilitar el parto para sentarte sobre ella mientras trabajes en tu escritorio.

Método 4
Método 4 de 4:
Reconocer los síntomas de que tu bebé ha descendido

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    Observa si tu vientre luce más bajo. Mírate al espejo y observa tu vientre. Si luce más bajo que lo normal, es un signo de que el bebé ha descendido. Además, si notas un incremento en la distancia entre el vientre y los senos, es un signo de que tu vientre ha cambiado a una posición más baja.[13]
    • Si no puedes distinguirlo, pregúntale a tu pareja o un familiar si tu vientre luce más bajo.
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    Siente una liberación de presión desde el estómago y los pulmones. Una vez que el bebé haya descendido, habrá menos presión sobre los pulmones y el estómago. Si notas que te resulta más fácil tomar aire y respirar hondo, el bebé habrá descendido. Asimismo, si puedes comer más durante las comidas o tus síntomas de acidez estomacal se han reducido, eso significa que el bebé habrá bajado.[14]
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    Nota un incremento de presión en tu pelvis. Una vez que el bebé cambie en tu pelvis, sentirás más presión en esa área. Debido al incremento de presión, quizá te resulte difícil pararte durante mucho tiempo o caminar dando pasos normales o largos. Quizá también necesites orinar con mayor frecuencia debido a la presión incrementada sobre tu vejiga.[15]
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    Cierra las piernas. Siéntate sobre una silla y trata de cerrar las piernas. Si no puedes hacerlo, ese es otro signo de que el bebé ha descendido y se ha encajado en la pelvis.[16]
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    Acude al doctor u obstetra para evaluar tu progreso. El doctor o la obstetra podrá medir tu progreso con mayor precisión. Conversa con ellos sobre las estrategias diferentes que utilices para hacer que el bebé descienda. Si estás progresando, excelente. De lo contrario, quizá te recomienden otras estratégicas para inducir al bebé a descender.[17]
    • Una vez que el bebé haya descendido, comunícate con el doctor o la obstetra inmediatamente si el proceso viene acompañado de contracciones dolorosas.

Consejos

  • Por último, el hecho de que el bebé “descienda”, está determinado por varios factores. Estos pueden incluir el tamaño del bebé, la forma de la pelvis, la posición del bebé en el útero, la cantidad de espacio que el bebé tenga para moverse, la posición de la placenta y si tienes un embarazo múltiple.[18]

Acerca de este wikiHow

Sarah Gehrke, RN, MS
Coescrito por:
Enfermera registrada
Este artículo fue coescrito por Sarah Gehrke, RN, MS. Sarah Gehrke es enfermera registrada y terapeuta de masajes licenciada en Texas. Sarah tiene más de 10 años de experiencia enseñando y practicando flebotomía y terapia intravenosa (IV) utilizando apoyo físico, psicológico y emocional. Recibió su licencia de Terapeuta de Masajes en el Instituto de Terapia de Masajes de Amarillo en 2008 y un master en Ciencias de Enfermería en la universidad de Phoenix en 2013. Este artículo ha sido visto 5633 veces.
Categorías: Embarazo