Comunicarte con alguien que tiene una discapacidad intelectual puede ser difícil porque no es sencillo saber cómo te percibe o comprende. Una persona con una discapacidad intelectual o cognitiva puede tener los mismos tipos de sentimientos, pensamientos, preocupaciones, pasiones y dificultades que tú. Quizás haya más en común de lo que crees. Si comienzas con compasión, una actitud positiva y respeto, tendrás un gran comienzo.

Parte 1
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Ser respetuoso

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    Recuerda que las personas con discapacidades intelectuales o de otro tipo siguen siendo personas que experimentan un rango completo de emociones. Muestra respeto y amabilidad por todas las personas, independientemente de sus capacidades. Todas las personas merecen ser tratadas con amabilidad y respeto, tengan o no una discapacidad o disfunción. Para lograrlo, evita los insultos y asegúrate de no transmitir estar a la defensiva a través del lenguaje corporal (como al cruzar los brazos o las piernas). Esto podría interpretarse como que te sientes incómodo al estar con una persona únicamente por su discapacidad. En cambio, no cruces las piernas ni los brazos, inclínate un poco hacia adelante y sonríe. Recuerda que no tiene control sobre su discapacidad. Trátala como tratarías a cualquier persona.[1]
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    Sé amable y abierto. Las personas con discapacidades cognitivas y de otro tipo pueden y forman conexiones interpersonales fuertes. A pesar de los desafíos, incluso las personas con discapacidades importantes pueden lograr una conexión emocional profunda.
    • Háblale directamente a la persona, no a quien la acompañe. Las personas con discapacidades generalmente prefieren que se les hable de forma directa, y podrían sentirse ofendidas si hablas como si no estuviesen presentes. Si la persona no es muy conversadora, es más probable que hable si le hablas en vez de hablar de una forma que no pueda comprender.[2]
    • Haz cualquier pregunta directamente a la persona con la discapacidad.
    • Algunas personas con discapacidades tienen un lenguaje corporal distinto. Por ejemplo, es común que las personas autistas se muestren nerviosas y parezcan estar distraídas mientras escuchan atentamente a alguien hablar. No supongas que alguien no te escucha solo por su lenguaje corporal.
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    No cambies tu estilo de comunicación a menos que te lo pida. Muchas personas con discapacidades pueden comprender el discurso regular y no quieren que los demás les hablen de forma distinta. Evita sonar condescendiente y habla con normalidad.[3]
    • Habla a tu velocidad y volumen normales. Si necesita que hables más fuerte o bajo, te lo dirá.
    • Trata a la persona según su edad real. Háblale de la misma forma que le hablarías a sus colegas de la misma edad. Por ejemplo, una voz cantarina o habla infantil no son apropiados para hablarles a adolescentes y adultos con discapacidades.
    • Haz coincidir tu uso del vocabulario con el suyo. Muchas personas con discapacidades tienen vocabularios promedio. Sin embargo, si la persona solo usa palabras simples, puedes hablar con más claridad.
    • Jamás imites el acento de la discapacidad. No hará que el otro te comprenda mejor, pero podría hacer que piense que quieres burlarte de él.
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    Ofrece ayuda sin presionar. Está bien decir "Si alguna vez necesitas ayuda para facilitarte las cosas, simplemente dímelo".[4]
    • Si parece tener dificultades con algo, pregunta "¿Necesitas ayuda?" o "¿Quieres que haga _____?". Luego, escucha su respuesta. En ocasiones, dirá que no porque querrá intentarlo por cuenta propia o no necesitará ayuda.
    • Si luce desconcertado, pregúntale si está confundido con algo.
    • No te preocupes demasiado. Por más que no tengas mucha experiencia con la discapacidad, el otro la ha vivido por mucho tiempo y conocerá bien sus necesidades. Puede decirte si tiene un problema.
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    Trata a la persona como tratarías a cualquier amigo o conocido. Las personas con discapacidades son personas normales con pasatiempos, intereses, opiniones y relaciones. No es necesario que las trates distinto que a otra persona.[5]

Parte 2
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Comunicarte

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    Aborda la interacción como abordarías otras situaciones al conocer a una persona. Comienza con un saludo culturalmente apropiado, que suele consistir en reconocer su presencia, presentarte y mostrarte abierto a escuchar lo que quiera decir. Haz preguntas, escucha y comparte tus pensamientos e historias. Existen muchos tipos de discapacidades intelectuales, así que, a menos que conozcas los detalles específicos de la discapacidad, no es necesario que te comportes distinto.
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    Inicia una conversación si la persona puede hablar. Pregúntale sobre su vida. Por ejemplo, puedes decir "¿Cómo estás hoy?", "¿Qué te gusta hacer?". Si haces la pregunta correcta, su rostro se iluminará. Siempre es agradable conectar con alguien. Busca cosas que les gusten a ambos.
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    Considera métodos de comunicación alternativa para comunicarte según sea necesario. Por ejemplo, el lenguaje de señas o los gestos con las manos de canto simplificados se pueden usar con niños y adultos con habilidades de comunicación limitadas.[6]
    • Muchos de estos están disponibles en línea.
    • Para algunas personas, el uso de símbolos, fotos o calcomanías es más sencillo. Se pueden presentar para demostrar qué ocurre ese día, para ilustrar su calendario, para comunicarse, para elegir a la hora de comer, etc.
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    Utiliza los ojos para señalar si ninguna opción del uso del discurso o los gestos con las manos está disponible.[7]
    • Usa la tecnología como ayuda. En algunos casos, los dispositivos electrónicos y los programas informáticos específicamente diseñados son opciones más apropiadas. Estos pueden ayudar a una persona con una discapacidad de aprendizaje o desarrollo (discapacidad intelectual) que no puede usar la comunicación verbal y promover su independencia.
    • Incluso puedes usar aplicaciones en tu celular para interactuar con facilidad.
    • Jamás interactúes con esta persona como interactuarías con un infante. Si bien su discapacidad intelectual podría hacerte sentir que tienes que consentirlo, hacerlo podría causarle depresión e incluso odio hacia ti.
    • No reconozcas que tiene una discapacidad, pero no ignores si necesita ayuda. Sin embargo, si la discapacidad hace que algo le resulte difícil, jamás lo hagas por él, a menos que te lo pida. En cambio, dale algunos consejos sobre cómo mejorar.

Consejos

  • Las personas con discapacidades intelectuales suelen ser inteligentes con los sentimientos. Al igual que cualquier otra persona, pueden saber si juegas con ellas, así que no juegues con sus sentimientos.
  • Trata a la persona como tratarías a cualquier persona. Tener una discapacidad no significa ser estúpido. La persona sabrá si la tratas distinto, y podrías herir sus sentimientos.[8]
  • No olvides tratarla como una persona que tiene opiniones, porque las tiene. Si la tratas como si fueses superior, podrías herirla. Sin embargo, no bajes tu nivel intelectual para que se sienta más inteligente, dado que posiblemente lo note.

Advertencias

  • Dependiendo del nivel de discapacidad, la persona con la que hablas podría sentir frustración, impaciencia, distracción e incluso enojo. No lo tomes personalmente y conserva la calma. Al igual que cualquier otra persona en el mundo, sabrá que estás tenso y eso lo estresará. Relájate y disfruta la conversación. No la alejes como lo hace el resto de las personas. ¿Cómo te sentirías si te sucediera a ti?
  • Recuerda que no eres superior a la persona solo por no tener una discapacidad o por ser "más inteligente" que ella. Todas las personas son iguales, sean quienes sean. Piensa en la regla de oro "¿Cómo te gustaría que te traten si fueses esa persona?".
  • No presiones a la persona si no quiere hablar. Quizás se sienta incómoda e incluso asustada por el solo hecho de comunicarse con los demás, así que no sientas que debes hablarle para parecer agradable, respeta sus deseos y probablemente le agrades más por eso.
  • Dale tiempo para que se exprese. Algunas personas podrían tartamudear, hablar lento o tener dificultades para conectar las palabras. Ten paciencia y permite que se exprese a su propio ritmo. No solo lo valorará, sino que confiará más en ti.
  • No muestres señales obvias de incomodidad o impaciencia. Esto afectará su autoestima y confianza hacia ti.
  • Si la conversación se torna difícil o no parece tener interés en el tema, busca otro por el que sienta pasión y permite que te cuente todo. Te respetará más por escuchar y harás que se sienta respetado e interesante.
  • Todas las personas tienen algo para enseñar. No lo olvides. Presta atención y descubrirás que aprendes al menos tanta información de ellas como de ti.
  • Sé tú mismo. No es necesario que trates a la persona de manera especial. Es una cuestión de seguir una regla simple: ser humano con todos.

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Categorías: Discapacidades