Al quitar la tapa de la miel por propósitos culinarios o gastronómicos, no querrás que las hormigas descubran un dulce y comiencen a arruinar las cosas. Una forma de arruinar un pícnic es encontrar hormigas ahogadas en tus condimentos. Aprende la forma correcta de guardar la miel para que nunca tengas que volver a preocuparte por las hormigas.

Método 1
Método 1 de 3:
Guardar la miel correctamente

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    Mantén la tapa del frasco de la miel bien cerrada. Cuando no uses la miel y otros endulzantes, asegúrate de que las tapas o los selladores estén totalmente cerrados. Esta es la forma más sencilla de evitar que cientos de hormigas "tomen un baño" en tus preciados condimentos.[1]
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    Limpia el frasco y las superficies después de su uso. La miel es líquida y conocida por dejar gotas al costado de los frascos y en las encimeras. Cualquier resto de miel atrae a las hormigas, así que limpia cuando termines de cocinar o preparar la comida. Toma una toalla de papel húmeda con un poco de detergente para platos y limpia el frasco de la miel, la mesa y cualquier utensilio que hayas usado en el fregadero o el lavavajillas.
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    Guarda en un recipiente de vidrio o plástico en un área a temperatura ambiente. Se recomienda guardar la miel a una temperatura de 21 a 27 °C (70 a 80 °F) y lejos de la luz solar directa.[2] Los mejores lugares para guardar la miel generalmente son las despensas o los armarios, dado que los factores climáticos no la afectarán tanto. Si la miel no viene en un recipiente hermético, viértela en un frasco de vidrio reciclado o un recipiente plástico sellado.
    • Si quieres tener la miel en una encimera, presta atención al lugar donde la luz del sol pase por la ventana de la cocina para evitar colocarla en dicho sitio.
    • La miel no reacciona bien a las fluctuaciones de la temperatura, así que mantenla alejada de las áreas con corrientes y ventilación en tu casa.
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    Guarda la miel en el refrigerador. Si bien puedes guardar la miel en el refrigerador, ten en cuenta que se cristalizará a una temperatura inferior a 18 °C (65 °F). Siempre y cuando la temperatura no fluctúe, está bien guardar la miel en un lugar más fresco.[3] Sin embargo, te tomará más tiempo verterla cuando quieras usarla.
    • Coloca el frasco en un recipiente o agua caliente para romper y disolver los cristales.
    • La miel también se puede congelar.
    • Sin embargo, ten cuidado, dado que la humedad que entra en la miel puede hacer que se fermente en el refrigerador o la despensa. Esto puede causar que se convierta en aguamiel, pero no arruinará la miel original.[4]
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Método 2
Método 2 de 3:
Atrapar y disuadir a las hormigas

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    Haz una trampa de señuelo de miel. Puedes alejar a las hormigas de la fuente principal de miel al poner un pequeño plato con una cucharada de miel o agua con azúcar afuera, cerca de tu casa. Las hormigas irán a esta fuente en primer lugar y, a medida que consuman el contenido del plato, vuelve a llenarlo y aléjalo de forma periódica de tu casa para alejarlas.[5]
    • Para preparar agua dulce, mezcla una parte de agua con una parte de azúcar (en una proporción de 1:1). Disuelve el azúcar al verter agua caliente y permite que se enfríe.
    • Otra trampa que puedes hacer es con mantequilla de maní y grasa de tocino o una combinación de azúcar y bórax. Llena un recipiente pequeño con la mezcla, coloca papel de aluminio en la parte superior y haz agujeros para que las hormigas ingresen.
    • Estas desviaciones no matarán a las hormigas, sino que las distraerán para que se alejen de la cocina. Asegúrate de alejar la trampa de tu casa para prevenir una invasión.
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    Construye un foso para atrapar a las hormigas. Las hormigas no pueden atravesar el agua, por lo que es un impedimento natural y una protección para la miel. Llena la parte inferior de un plato pequeño o un platillo y coloca el recipiente de la miel allí. Asegúrate de no llenar demasiado con agua, solo lo suficiente para crear un charco pequeño. Es mejor utilizar este método si guardas la miel en una encimera de la cocina.[6]
    • Revisa el plato de manera frecuente para asegurarte de que el agua no se haya evaporado.
    • Puedes implementar este método si has perdido la tapa. Simplemente agrega agua según sea necesario.
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    Compra trampas para hormigas y colócalas en la casa. Las trampas comerciales son formas probadas y verdaderas de capturar a las hormigas y matarlas. La única salvedad es que las trampas solo matarán a las hormigas que entren en tu casa, no las alejarán. Coloca trampas cerca de los electrodomésticos de la cocina o en cualquier rincón que acumule suciedad y migas.
    • También puedes comprar hormigas para el exterior que atrapen a las hormigas antes de que entren en tu casa.
    • Mantén las trampas fuera del alcance de los niños y las mascotas, dado que contienen químicos tóxicos.
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    Elimina a las hormigas sin pesticidas. Si tienes niños pequeños, mascotas o alergias, quizás la mejor opción para tu casa sea matar a las hormigas persistentes sin sustancias químicas. Coloca un plato en el piso con una solución tóxica para que las hormigas suban o rocíalas directamente con vinagre y jugo de limón.
    • En un recipiente, mezcla una parte de bicarbonato de sodio con una parte de azúcar en polvo y colócalo en su lugar. El azúcar atrae a las hormigas y el bicarbonato de sodio reacciona en sus sistemas digestivos y explotan.[7]
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    Mata a cualquier hormiga tan pronto como la veas. Procura estar pendiente de los intrusos al apretarlos en una toalla de papel o un pañuelo tan pronto como los veas. Atrapar a las hormigas lo más rápido posible te ayudará a detenerlas para que no encuentren tus dulces. Dependiendo del tamaño de la invasión, esto quizás no sea práctico, pero es una buena solución temporal.
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Método 3
Método 3 de 3:
Repeler a las hormigas

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    Limpia las superficies de la cocina y los recipientes de comida con vinagre. Mezcla una parte de vinagre blanco con una parte de agua, y vierte en una toalla de papel o en una botella rociadora. Usa esta mezcla para limpiar las encimeras, el interior de los armarios y debajo de los electrodomésticos. También puedes rociar las puertas, los alféizares o cualquier lugar donde hayas visto hormigas.[8]
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    Cubre las entradas de la casa con repelentes de hormiga domésticos. Las hormigas adoran las cosas dulces, pero se alejan de cualquier cosa amarga, picante o especiada. Puedes usar la mayoría de los condimentos en tu despensa para espolvorear un sendero continuo a lo largo de las puertas y los alféizares. Estos son algunos ingredientes comunes que puedes usar:
    • pimienta de Cayena
    • pimienta negra
    • jugo de limón
    • vinagre blanco
    • canela
    • hojuelas molidas de pimiento rojo
    • dientes de ajo cortados por la mitad[9]
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    Traza líneas de límite con tiza alrededor de tu casa. La tiza y los polvos a base de minerales hacen que las hormigas se tropiecen y queden atrapadas en los polvos finos. Sigue las vetas de los escalones del porche, los alféizares o cualquier lugar donde haya un hueco hacia tu casa que se conecte con el exterior. Vuelve a trazar los límites después de lluvias o cuando comiences a ver hormigas nuevamente.[10]
    • También puedes sellar tu casa de manera permanente si usas una pistola de calafateo y la pasas por cualquier grieta o posible entrada diminuta. El pegamento rellenará los agujeros que podrías haber pasado por alto a simple vista.
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    Planta hierbas repelentes de hormigas alrededor de tu casa. Crea un límite natural alrededor de tu casa con hierbas y plantas que alejen a las pestes de manera natural. Puedes crear un área de jardín alrededor de las entradas o los pasillos, o colocar macetas pequeñas en los alféizares. La menta, el tanaceto, la milenrama, el ajo y los crisantemos son algunas opciones que puedes plantar.[11]
    • Si buscas una planta distinta y divertida, coloca una Venus Atrapamoscas en la ventana de la cocina. Esta planta se comerá a las hormigas, y es una alternativa divertida a las mascotas para los apartamentos y los inquilinos.
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    Recorta los arbustos o las plantas alrededor de tu casa. Las hormigas permanecen en los arbustos y otras áreas sombreadas. Si hay arbustos que estén en contacto con tu casa, toma un cortasetos y corta las ramas que lleguen hasta tu propiedad. Al hurgar, quizás descubras el hormiguero y puedas deshacerte de él.[12]
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Consejos

  • Puedes eliminar un hormiguero entero al revolver detergente para platos en una olla con agua hirviendo. Luego, vierte directamente en el hormiguero.
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Cosas que necesitarás

  • condimentos de cocina
  • vinagre blanco
  • bolas de algodón
  • toalla de papel o trapo
  • recipientes herméticos

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