Las ensaladas son una excelente manera de incluir frutas y vegetales frescos en tu dieta, pero puedes tener dificultades para garantizar que se mantengan frescas si las preparas con anticipación. Si no quieres comértela justo después de prepararla, tendrás que guardar los vegetales en la refrigeradora con un papel toalla o mantener fresca tu ensalada de fruta con agua o zumo de cítricos. Ninguna ensalada se mantendrá fresca de forma indefinida, pero si empleas algunos trucos sencillos, podrás disfrutar la tuya hasta por una semana luego de prepararla.

Método 1
Método 1 de 3:
Conservar las ensaladas de vegetales de hoja

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    Corta y lava la lechuga y otros vegetales de hoja. Corta las raíces de la lechuga y retira el centro si se trata de una lechuga iceberg. Llena un tazón con agua fría, deja que las hojas se remojen por alrededor de 10 minutos y luego retíralas. Si el agua luce sucia, arrójala al drenaje y vuelve a llenar el tazón para repetir el proceso hasta que el agua salga limpia. Enjuaga las hojas y colócalas sobre un papel toalla limpio.[1]
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    Seca las hojas con un centrifugador de ensaladas. Coloca las hojas dentro del filtrador del centrifugador y tápalo con firmeza. Usa el dispositivo por 15 a 20 segundos para eliminar el exceso de agua.[2]
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    Envuelve la lechuga con un paño de cocina si no tienes este dispositivo. Abre el paño y extiende las hojas húmedas sobre él. Enrolla la toalla con las hojas en su interior, sécalas dándoles toques suaves y desenrolla para retirarlas una vez que estén secas.[3]
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    Corta los demás ingredientes y lávalos. Muchos vegetales (como los tomates y los pepinos) puede enjuagarse con agua corriente y secarse con papel toalla limpio. Otros (como las zanahorias) podrían requerir que los restrieguen con un cepillo para vegetales o que los pelen con un pelador para estos alimentos, así se eliminará toda suciedad apelmazada en las hendiduras externas de la cáscara.
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    Mezcla la ensalada en un tazón. Coloca los vegetales más pesados (como las zanahorias y los pepinos) en el fondo del tazón, y la lechuga y otras verduras de hoja en la parte superior. Deposítalos con cuidado, pero no les apliques el aderezo, ya que esto hará que las hojas estén flácidas.
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    Agrega el aderezo justo antes de comer la ensalada. Guarda todo aderezo en un recipiente aparte en la refrigeradora. Si lo agregas demasiado pronto, esto hará que las hojas estén flácidas y empapadas.
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    Coloca un papel toalla seco y limpio sobre el tazón. Mantenlo plano por encima de las hojas o dóblalo si tienes un tazón más pequeño. El papel absorberá el agua y la condensación, lo que evitará que las hojas se empapen.[4]
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    Coloca capas de papel toalla si la ensalada tiene vegetales con un contenido de agua elevado. Adopta medidas adicionales si la ensalada tiene vegetales como los tomates y los pepinos, ya que estos poseen una concentración elevada de agua y podrían empapar las hojas de forma prematura. Deposita un poco de ensalada en el tazón y coloca un papel toalla encima. Luego vierte más ensalada encima y coloca otra capa de papel toalla. Podrás repetirlo por 2 a 4 capas más, pero cerciórate de que el papel repose sobre la parte superior.
    • Estos son otros vegetales con un contenido elevado de agua: apio, rábanos, calabacines, calabacitas y pimentón.[5]
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    Sella el recipiente con una tapa, una envoltura plástica o ambos. Coloca una capa ajustada de papel film sobre el tazón para así evitar que el aire ingrese y estropee las hojas. Si el tazón tiene tapa, deberás colocarla sobre el papel film para así brindar una capa protectora adicional.
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    Refrigera la ensalada a fin de mantenerla fresca por una semana. Revísala en intervalos de unos días y mezcla las hojas con suavidad. Reemplaza el papel toalla si está empezando a mojarse.

Método 2
Método 2 de 3:
Mantener frescas las ensaladas de frutas

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    Corta y lava la fruta. Enjuaga toda la fruta (salvo las bananas) y córtala en pedazos del tamaño de un bocado. Deposita la fruta cortada, lavada y seca en un tazón.
    • Enjuaga la cáscara de las frutas como los melones y las sandías. Corta la parte superior, la inferior y luego el medio, y corta la carne en cuadrados o usa una cuchara parisina.
    • Enjuaga las manzanas y sécalas con un papel toalla limpio, ahora corta cerca del centro y luego el resto de la fruta en cubos o tajadas.
    • Enjuaga bien las bayas y colócalas en una papel toalla para que se sequen.
    • Si vas a usar bananas, tan solo pélalas, tiéndelas y córtalas con cuidado en tajadas circulares pequeñas.
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    Cubre la fruta cortada con zumo cítrico si vas a usar una fruta oxidante. Corta un limón, una lima, una piña o una naranja, y exprime su zumo en un tazón pequeño aparte. Agrega una cucharada de zumo cítrico a una taza de agua, luego viértelo sobre la fruta y mezcla.[6]
    • Solo necesitarás el zumo cítrico si tienes frutas oxidantes. Si la ensalada de frutas solo contiene frutas no oxidantes (como las bayas, los melones o los cítricos), podrás mantenerla fresca en la refrigeradora dentro de un recipiente de cierre hermético.
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    Guárdala en agua fría si no tienes zumo cítrico. Colócala en un tazón de plástico (de preferencia, uno con tapa) y llénalo con agua fría hasta la abertura de la tapa, así la fruta estará totalmente sumergida.[7]
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    Coloca una tapa hermética en el tazón. La fruta se estropeará con más rapidez que los vegetales de hoja debido a su elevado contenido de agua, por lo que tendrás que guardar estas ensaladas en un tazón con tapa, si es posible. De lo contrario, puedes cubrir la parte superior del tazón con papel film.
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    Refrigera la ensalada por 3 a 5 días. Esta deberá refrigerarse para mantener la fruta fresca, incluso si no es oxidante. Puedes comerla como máximo hasta dentro de 5 días; si excedes este punto, los ingredientes habrán perdido gran parte de su frescura.[8]
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    Drena la ensalada antes de servirla. Retira el tazón de la refrigeradora y, si has guardado la fruta en agua, deberás verterla en un colador sobre el fregadero o recogerla con una cuchara con ranuras.
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    Agrega el aderezo cuando estés listo para servir. Guarda el aderezo en la refrigeradora, dentro de un recipiente aparte. Viértelo en la ensalada antes de comerla.

Método 3
Método 3 de 3:
Conservar las ensaladas hechas con carne, huevo y pasta

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    Guarda la ensalada en un recipiente sellado de cierre hermético. Muchas otras ensaladas (como la de pollo, atún o pasta) tendrán ingredientes cocinados previamente, por lo que será vital que mantengas el alimento protegido contra el aire en la medida de lo posible. Si solo puedes usar papel film, lo mejor será no guardar la ensalada por más de 2 o 3 días.[9]
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    Guarda el recipiente en la refrigeradora lo más pronto posible. Las ensaladas con ingredientes cocinados previamente tendrán que guardarse en la refrigeradora para así evitar el desarrollo de bacterias o que se estropeen los alimentos.
    • Deséchala si la has tenido fuera de la refrigeradora por más de 2 horas o si ha desarrollado un mal olor, en especial si está hecha con huevos o papas, y con un aderezo de mayonesa.[10]
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    Guárdala por un máximo de 5 días. Muchas ensaladas cocinadas previamente tienen aderezos hechos con mayonesa o productos que se estropearán luego de 5 días incluso si se refrigeran. Identifica los ingredientes y no la guardes por un tiempo mayor al del periodo de conservación del ingrediente más propenso a estropearse.[11]
    • La ensalada de pasta sin mayonesa puede mantenerse fresca por 5 a 7 días.

Cosas que necesitarás

  • centrifugador de ensaladas
  • papel toalla limpio
  • recipiente plástico de cierre hermético
  • paño de cocina

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Resumen del artículoX

Para mantener fresca una ensalada, primero forra los lados y el fondo de un recipiente de plástico hermético con papel de cocina. Seca suavemente las verduras para ensalada con papel de cocina seco para eliminar el exceso de humedad, y luego transfiere la ensalada al recipiente de plástico. Coloca papel de cocina encima de la ensalada y cierra el recipiente. Guarda la ensalada en el refrigerador hasta por 10 días. Para guardar la ensalada en una bolsa de plástico sellable, primero coloca un poco de papel de cocina en la encimera y vierte la ensalada encima. Envuelve la ensalada en el papel de cocina, y luego mete el papel y la ensalada en una bolsa hermética. Presiona la bolsa para sacar el exceso de aire y séllala. Guárdalo en el refrigerador hasta por 1 semana. Cuando prepares la ensalada, mantén el aderezo separado de las verduras para que sea más fácil de almacenar. Si quieres aprender a mantener fresca una ensalada de frutas, ¡sigue leyendo el artículo!