A pesar de ser delicioso y nutritivo, el brócoli tiene la reputación bien merecida de ser difícil de mantener fresco. Si se almacena de forma inadecuada, el brócoli puede pasar de crujiente y refrescante a poco apetecible en tan solo un día o dos. Sin embargo, con técnicas inteligentes de almacenamiento, puedes mantener fresco tu brócoli hasta durante cinco a siete días (y si estás dispuesto a congelarlo, durará mucho más). Para empezar a sacarle el máximo provecho a tu brócoli y reducir los desperdicios en tu cocina, lee el paso 1 que se indica a continuación.

Método 1
Método 1 de 3:
Almacenar brócoli a corto plazo

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    Haz un ramillete de brócoli. Una forma inusual pero increíblemente efectiva de mantener fresco el brócoli es similar a la forma en que se suele mantener una selección de flores, es decir, en un ramillete radiante y vivaz. Simplemente pon la cabeza del brócoli (con el tallo abajo) en un bol con 1,2 cm (media pulgada) de agua en el fondo. La parte "tupida" del brócoli (la cabeza) debe apuntar hacia arriba, saliendo fuera del bol. Luego llévalo al refrigerador. Almacenar tu brócoli de esta manera debe mantenerlo fresco durante más o menos cinco a siete días.[1]
    • Para obtener una frescura óptima, cubre la cabeza del brócoli (pero sin apretar) con una bolsa de plástico que tenga algunos agujeros con el fin de permitir el paso del aire a través de esta. Cambia el agua diariamente.
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    Envuelve el brócoli en toallas de papel húmedas. Otra opción para mantener fresco el brócoli imita el efecto refrescante de los atomizadores automáticos que tal vez has visto en la sección de productos agrícolas del supermercado. Llena una botella de espray limpia y vacía (que haya sido llenada previamente con lejía u otros productos de limpieza cáusticos) con agua fría, luego rocía ligeramente las cabezas del brócoli. Envuelve holgadamente las cabezas con una toalla de papel de modo que la toalla absorba algo de la humedad. Mantén el brócoli en el refrigerador. Debe permanecer fresco durante cerca de tres días.[2]
    • No aprietes demasiado el brócoli al momento de envolverlo con las toallas de papel y no lo guardes en un recipiente sellado. El brócoli necesita que el aire circule para permanecer fresco.
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    Mantén el brócoli en una bolsa ventilada. Si no tienes el tiempo o la paciencia para poner en práctica los métodos descritos anteriormente, no te preocupes. Es fácil mantener tu brócoli suficientemente fresco con tan solo una bolsa de plástico común. Simplemente sella el brócoli en la bolsa, luego haz muchos agujeros en la bolsa cerca de la cabeza del brócoli para garantizar un buen flujo de aire. Mantenlo refrigerado. Con este método, el brócoli debe permanecer fresco durante al menos algunos días.
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    Lava el brócoli obtenido de jardín, pero no el brócoli del supermercado. Cuando se trata de almacenar brócoli, un poco de humedad puede ser algo bueno, pero el exceso de humedad puede ser muy perjudicial. La humedad puede promover el crecimiento de moho en tan solo unos días, haciendo que una cabeza de brócoli en perfectas condiciones se vuelva incomible. Es por eso que debes evitar lavar el brócoli fresco que compras en el supermercado, puesto que este ya viene lavado y secado y por ende, no necesita limpieza adicional. Sin embargo, sí debes lavar el brócoli que has cultivado tú mismo para quitar los insectos diminutos y los desechos del jardín. Después de lavar el brócoli de tu jardín, asegúrate de secarlo minuciosamente para evitar el crecimiento de moho.
    • Para lavar el brócoli obtenido de jardín, mezcla agua tibia (no caliente) y algunas cucharaditas de vinagre blanco en un bol grande. Remoja el brócoli durante 15 minutos para matar cualquier insecto pequeño y eliminar cualquier desecho que podrían estar escondidos en los cogollos bien apretados de la planta. Sácalos, enjuaga con agua fría y seca minuciosamente antes de llevarlo al refrigerador.[3]
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    Mete el brócoli al refrigerador lo más rápido posible. Independientemente de cómo elijas almacenar tu brócoli, hay algo que nunca cambiará: debes llevarlo al refrigerador lo más pronto posible. Algunas fuentes recomiendan que incluso el brócoli fresco proveniente del supermercado debe guardarse en el refrigerador dentro de 30 minutos después de haberlo comprado.[4] Mientras más rápido coloques tu brócoli en el refrigerador, menor será la probabilidad de que este empiece a perder su textura firme y crujiente y más tiempo durará antes de echarse a perder.
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Método 2
Método 2 de 3:
Congelar brócoli para almacenarlo a largo plazo

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    Prepara agua hirviendo y agua helada. Los métodos descritos anteriormente son excelentes para mantener fresco el brócoli a corto plazo, pero si tienes demasiado brócoli que no podrás acabar antes de que se eche a perder o simplemente no piensas comerlo de inmediato, considera congelarlo. El brócoli congelado puede permanecer en buen estado durante un año, así que tendrás bastante tiempo para incluirlo en tus platos antes de que se eche a perder.[5] Sin embargo, congelar brócoli no es tan simple como colocarlo en el refrigerador y olvidarte de él. Primero, tienes que prepararlo en un proceso llamado “escaldado”. Para empezar, debes preparar una olla grande de agua hirviendo junto con una olla de tamaño similar o un bol de agua helada.
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    Corta las cabezas del brócoli en trozos pequeños. Mientras esperas que hierva el agua, aprovecha la oportunidad para usar un cuchillo o un par de tijeras de cocina para cortar las cabezas de brócoli en trozos pequeños. Los trozos no deben pasar más de 2,5 cm (una pulgada) de ancho en cualquier lado, con los tallos no más grandes que 2,5 cm (una pulgada) de largo. Es importante dividir las cabezas de brócoli en trozos pequeños. Si no lo haces, el agua hirviendo podría escaldar el brócoli de manera desigual afectando los bordes externos del brócoli mucho más que la parte interna protegida.
    • Incluso puedes usar tus manos descubiertas para separar las cabezas de brócoli si es necesario. Simplemente coge algunas cabezas y arráncalas de la planta principal de modo que te quedes con un grupo de cogollos (la parte "tupida") y un tallo corto. Si los cogollos sobrepasan los 3,8 cm (una pulgada y media) de ancho, vuelve a separar el grupo de cogollos.
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    Hierve los trozos de brócoli durante tres minutos. Una vez que has dividido los pedazos de brócoli en trozos separados, échalos en el agua hirviendo para escaldarlos. No es necesario que hiervan por mucho tiempo (tres minutos es suficiente). Revuelve de vez en cuando para garantizar que los trozos de brócoli estén escaldados de forma homogénea.
    • El objetivo del escaldado es ayudar a conservar el brócoli cuando lo pongas a congelar. Todas las verduras contienen enzimas y bacterias que pueden hacer que el color, textura y sabor de las verduras se vuelvan poco apetecibles durante la congelación. El escaldado mata las bacterias e inutiliza las enzimas, lo que significa que el brócoli mantendrá en mejor estado sus propiedades deliciosas originales después de su congelación.
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    Enfría los trozos de brócoli durante tres minutos. Apenas los trozos de brócoli hayan hervido durante cerca de tres minutos, escúrrelos con un colador o escurridor. Luego, cuando el exceso de agua caliente haya pasado a través del colador y ya no haya peligro de quemarte, échalos de inmediato en el bol de agua helada. Déjalos remojando en el agua helada durante cerca de tres minutos, revolviendo de vez en cuando para garantizar que todos los trozos entren en contacto con el agua fría.
    • El objetivo de remojar el brócoli en agua helada es enfriarlo de inmediato para que no siga cocinándose. El brócoli se hierve para escaldarlo, mas no para cocinarlo. Si permites que se cocine, el brócoli finalmente se pondrá blando y poco apetecible. Colocar trozos de brócoli caliente directamente en el congelador no enfría el brócoli humeante tan rápido como el contacto directo con el agua fría, así que este último es más adecuado para nuestros fines.
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    Escurre y seca. Una vez que el brócoli se ha remojado en el agua helada durante cerca de tres minutos (al tocarlo debe sentirse tan frío como el agua), échalo en un colador o escurridor y déjalo reposar brevemente. A medida que reposa, revuelve el brócoli de vez en cuando para dejar salir la humedad atrapada. Después de un minuto o dos, dale unos golpecitos con un trapo limpio o papel toalla para eliminar cualquier exceso de humedad.
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    Guarda el brócoli en una bolsa hermética en el congelador. Traslada los trozos de brócoli a una bolsa de plástico con cierre hermético y marca la bolsa con la fecha de almacenamiento. Saca el exceso de aire de la bolsa, ciérrala y colócala en el congelador. En este punto, ¡has terminado! Una vez congelado, el brócoli debe durar hasta por un año.
    • Para obtener la máxima duración del brócoli congelado, usa un "congelador profundo" de baja temperatura y no un congelador de cero grados, ya que este último funciona en ciclos regulares por encima del punto de congelación y termina derritiendo el hielo del compartimento, lo que puede disminuir la duración del brócoli.[6]
    • Los dispositivos de sellado al vacío especiales (como el FoodSaver) son excelentes para congelar verduras. Sacando todo el aire de la bolsa o recipiente donde está almacenado el brócoli, estos dispositivos pueden extender la duración del brócoli congelado y mantenerlo más fresco que cualquier método de congelación común. Sin embargo, pueden costar más de $100.[7]
    • Para muchas recetas (en especial las recetas en horno), no debes descongelar las verduras antes de su cocción, ya que esto puede desequilibrar el contenido de humedad del plato final. Sin embargo, para las recetas que requieren brócoli descongelado, todo lo que debes hacer es remojar el brócoli en agua a temperatura ambiente durante algunos minutos para descongelarlo.
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Método 3
Método 3 de 3:
Elegir brócoli fresco

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    Busca cogollos de color verde intenso. Si quieres tener brócoli fresco, crujiente y delicioso en tu refrigerador, lo mejor es empezar con las verduras más frescas posibles. Ya sea que escojas el brócoli en el supermercado local o lo arranques fresco de tu jardín, una buena idea es saber reconocer los signos de una planta fresca y saludable de modo que puedas elegir de manera consistente el mejor brócoli. Para empezar, trata de examinar los capullos pequeños y brillantes que forman la cabeza del brócoli; estos se denominan "cogollos". Los cogollos de las mejores plantas de brócoli deben ser de color verde oscuro e intenso.
    • Presta atención a los cogollos o áreas amarillas. Esto indica que el brócoli ya no está en su estado óptimo y está a punto de florecer, lo que volverá a la planta dura y leñosa.[8]
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    Busca cogollos de tamaño similar a una cabeza de fósforo. Otra cosa que debes tener en cuenta al momento de escoger tu brócoli es el tamaño de los cogollos individualmente. ¿Son diminutos y casi indistinguibles unos de otros o son grandes y frondosos? Lo ideal es ver algunos cogollos apenas más pequeños que una cabeza de fósforo. Esta es una señal de que la planta de brócoli está madura, pero no demasiado.[9]
    • Eso no significa que necesariamente debes desechar el brócoli con cogollos exclusivamente pequeños. Estas plantas no te harán daño o tendrán mal sabor. Por ejemplo, la mayor parte de brócolis congelados que compras en la sección de alimentos congelados del supermercado no tienen cogollos grandes.
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    Trata de palpar una cabeza de brócoli firme y apretada. La textura de una planta de brócoli es esencial. No hay nada mejor que una cabeza satisfactoriamente crujiente de brócoli en un día de verano caluroso y no hay nada más repugnante que un brócoli que se ha vuelto blando y duro. No temas usar las manos al momento de escoger tu brócoli. Aprieta y tuerce ligeramente cada cabeza. Lo ideal es que las mejores cabezas de brócoli sean bien duras y firmes, pero no del todo firmes.
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    Para el brócoli obtenido del jardín, cosecha en la mañana y enfría de inmediato. Cuando compras brócoli en el supermercado, este ya ha sido recolectado, por lo tanto la forma en que el brócoli ha sido cosechado está fuera de tu control. Sin embargo, cuando cultivas tu propio brócoli en casa, tienes absoluto control sobre cómo y cuándo se cosecha el brócoli, así que aprovecha al máximo estas oportunidades. En general, para obtener un brócoli más fresco y más delicioso, debes cosecharlo durante la parte más fría del día (normalmente en la mañana). Corta la cabeza de brócoli entera desde la planta a nivel del tallo y colócalo de inmediato en el refrigerador para conservar su frescura.
    • Hacerlo minimiza la cantidad de tiempo que tu brócoli tendrá que calentarse. Mientras más frío permanezca, mejor conservará su sabor y textura original.
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Resumen del artículoX

Si quieres mantener el brócoli fresco por unos días, coloca la cabeza con el tallo hacia abajo en un tazón con un poco de agua, como si fuera un ramillete. Coloca el tazón en la refrigeradora y cambia el agua a diario para mantener el brócoli fresco por 5 a 7 días. También puedes envolver el brócoli con papel toalla húmedo o colocarlo en una bolsa plástica ventilada si vas a usarlo en unos días. Sin importar la forma en la que elijas guardar el brócoli, colócalo en la refrigeradora tan pronto como puedas luego de llevarlo a casa.

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