Una piscina es un lugar con un montón de reglas. Estas reglas son necesarias para asegurar que todos los que están en la piscina disfruten de su tiempo allí de una manera segura y controlada. Cuando estás en la piscina, puedes usar el crol frontal, la brazada de espalda o la brazada de pecho para nadar. Además de estas técnicas, puedes probar movimientos más avanzados como hacer clavados o girar en la pared para nadar en sentido contrario.

Método 1
Método 1 de 3:
Seguir las reglas de conducta

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    Camina por los lados de la piscina en lugar de correr. Puede ser tentador correr por los lados de la piscina, pero es muy peligroso hacerlo. Podrías resbalar fácilmente sobre los azulejos mojados y golpearte la cabeza contra el piso o el costado de la piscina. Siempre camina de manera calmada y mesurada para una máxima seguridad.[1]
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    Sigue las órdenes del salvavidas. Trata al salvavidas como la autoridad número uno en lo que puedes y no puedes hacer cuando estás en la piscina. El salvavidas tiene mucha experiencia en cuidar a las personas y asegurarte de que no se lastimen cuando están en la piscina. Escucha lo que el salvavidas dice en todo momento.[2]
    • El salvavidas puede sacarte de la piscina si no prestas atención a lo que dice.
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    Usa una gorra de natación. El sistema de filtrado de la piscina puede obstruirse fácilmente por todo el cabello suelto que flota en ella y se acumula. Compra una gorra de natación en la recepción de la piscina. Asegúrate de dejártela puesta mientras estás en la piscina.[3]
    • Si tienes el cabello largo, átalo y ponte la gorra.
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    Evita la piscina si tienes una herida abierta o verrugas. Las piscinas públicas pueden ser un caldo de cultivo para las infecciones debido a la cantidad de gente que las usa sin pensar en sus compañeros de natación. Si tienes una gran herida abierta, considera la posibilidad de esperar a que se cure antes de ir a la piscina.[4]
    • Si tienes verrugas en los pies, puedes comprar calcetines especiales para nadar. Estos calcetines harán imposible que las verrugas se extiendan a otros nadadores.
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    Evita dejar que los niños naden en las profundidades sin supervisión. Si llevas niños a la piscina, vigilalos todo el tiempo. A los niños les gusta explorar y entrarán en la parte profunda sin pensar. Siempre puedes permanecer en el extremo profundo con tu hijo, si quieres intentar nadar allí.[5]
    • Si tu hijo no es un buen nadador, hazle llevar flotadores en los brazos mientras esté en el agua.
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    Evita tragar el agua de la piscina. Aunque el agua de la piscina se filtra constantemente, no es segura para beber. Algunas personas no se asean muy a menudo, y otras pueden estar enfermas. El agua tendrá que entrar en tu boca en algún momento, pero no la tragues.[6]
    • No nades en agua decolorada, viscosa o turbia.
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Método 2
Método 2 de 3:
Usar técnicas básicas de natación

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    Realiza el crol si vas a ir a toda velocidad. Mantén el cuerpo tan plano como te sea posible en el agua, y dirige la cabeza y los ojos hacia adelante y hacia abajo. Usa las piernas para remar lo más rápido posible para mantenerte flotando. Estira la mano hacia adelante y atraviesa el agua. Mueve las caderas y los hombros para generar movimiento y velocidad adicional.[7]
    • Para encontrar la velocidad correcta a la que debes nadar, cuenta hasta seis rápidamente e intenta remar con las piernas al mismo tiempo que cuentas.
    • Recuerda respirar cuando te apetezca. Solo gira la cabeza cuando necesites respirar. Respira por un lado de la boca, pues la mitad del rostro debe estar todavía en el agua cuando gires la cabeza para respirar.[8]
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    Haz la brazada de espalda para nadar tranquilamente. Asegúrate de que tu cuerpo sea lo más plano posible mientras estás en el agua. Mantén la cabeza y el cuello relajados. Concéntrate en el hombro mientras levanta el brazo para salir del agua. Rota el brazo a través del agua y gira la palma de la mano en dirección a los pies. Luego flexiona el brazo y empuja a través del agua. Patea desde las caderas y mantén las piernas juntas.[9]
    • Inhala cuando cada brazo termine un movimiento completo.
    • Usa la respiración para calcular el ritmo de tu brazada.
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    Nada con la brazada de pecho si quieres nadar tranquilo. Al realizar la brazada, mantener el nivel del cuerpo es vital para asegurar el uso eficiente de la energía y para asegurar que mantengas el equilibrio. Relaja el cuello y los hombros tanto como puedas. Apunta los brazos hacia adelante y coloca las manos hacia abajo y hacia afuera. Dobla las rodillas y lleva los pies hacia el trasero.[10]
    • Levanta un hombro cuando necesites respirar. Debes respirar cuando sientas que es necesario. Levanta el hombro para que la barbilla toque la superficie del agua y respires. Exhala cuando tu cabeza esté de nuevo bajo el agua.
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Método 3
Método 3 de 3:
Probar técnicas avanzadas

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    Zambúllete en la piscina. Dependiendo de la piscina, los trampolines se colocarán a diferentes alturas. Párate con los pies juntos y los dedos de los pies sobre el borde del trampolín. Estira los brazos por encima de la cabeza, con los bíceps tocando las orejas. Flexiona ligeramente las rodillas, mete la barbilla en el pecho y lánzate al agua, con las manos primero.[11]
    • Practica zambullirte desde el borde de la piscina. Una vez hayas perfeccionado eso, sube y zambúllete desde el trampolín más bajo.
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    Nada hasta el fondo de la piscina si quieres probarte a ti mismo. Practica poniéndote de pie y dejándote hundir lentamente en el fondo de la piscina. Antes de hundirte, inhala profundamente y exhala el aire desde la boca mientras te mueves hacia abajo. Cuando empieces a quedarte sin aire, no entres en pánico. Necesitas ser capaz de relajarte por unos segundos y decirle a tu cuerpo que no estás en peligro. Después de unos segundos en la parte inferior, vuelve a subir a la parte superior.[12]
    • Practica esta técnica unas cuantas veces antes de nadar hasta el fondo de la piscina.
    • Obviamente, si tienes poco aire, vuelve a la superficie tan pronto como puedas.
    • Haz que un amigo te observe las primeras veces que nades hasta el fondo o que practiques este ejercicio. Esto te tranquilizará en caso de que algo salga mal.
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    Gira en la pared para mejorar tus habilidades. El giro es un movimiento de natación efectivo pero difícil. Cuando llegues al final de la piscina, puedes patear la pared y nadar de vuelta por donde viniste. Pon las manos en la pared y mantén el cuerpo plano mientras flotas en el agua. Patea las piernas si quieres. Cuando estés listo, o lista, mete las piernas y patea la pared con las plantas de los pies.[13]
    • Mientras pateas, lleva uno de los codos hacia atrás y gira los hombros. Endereza el codo que trajiste de vuelta para que esté al nivel de la superficie del agua.
    • Coloca el otro brazo sobre la cabeza. Corta en el agua con la mano. Vigila tu mano cuando pase por encima de tu cabeza.
    • Empuja lejos de la pared con las plantas de los pies y gira el cuerpo para volver a la posición inicial.
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    Haz carreras con tus amigos si quieres un desafío divertido. Una buena forma de disfrutar de la natación en la piscina, y de mejorar como nadador, es hacer una carrera con tus amigos. Si tu amigo es mejor nadador que tú, date una ventaja en la carrera. Naden en un carril cada uno, hacia el lado opuesto de la piscina y de regreso.
    • Asegúrate de no molestar a ningún otro nadador cuando hagas carreras en la piscina.
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Consejos

  • Siempre dúchate antes de entrar y después de salir de la piscina.
  • Vigila a los demás nadadores mientras nadas.
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Advertencias

  • Nunca nades a menos de una hora después de haber comido. El movimiento del agua puede hacer que te enfermes.
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Acerca de este wikiHow

Brad Hurvitz
Coescrito por:
Instructor de natación de supervivencia certificado
Este artículo fue coescrito por Brad Hurvitz. Brad Hurvitz es instructor certificado de natación para My Baby Swims, una escuela de natación para jóvenes con sede en La Jolla, California. Brad está entrenado como instructor de recursos de natación infantil (ISR, por sus siglas en inglés) con el programa Self-Rescue® de ISR. Se especializa en entrenar a niños de edades comprendidas entre los seis meses y los seis años de edad, como flotar boca arriba para respirar y nadar hacia la pared, y al mismo tiempo educar a los padres sobre cómo mantener a sus hijos seguros. Tiene una maestría en Administración de Empresas de la Oregon State University. Este artículo ha sido visto 1102 veces.
Categorías: Natación y buceo
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