Sin importar si eres un profesional independiente que comienza su propio negocio o si intentas aumentar tu eficiencia en un trabajo de oficina, aprender a organizarte puede determinar si tienes éxito o no. Primero, debes asegurarte de que tus expectativas sean manejables y luego debes desarrollar un procedimiento de trabajo que funcione para ti. Por último, asegúrate de ajustar tus expectativas a lo largo del año.

Método 1
Método 1 de 3:
Organiza tu puesto

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    Comprende cuáles son tus metas personales para este trabajo. Anota entre una y tres metas y asegúrate de que sean algo en lo que creas. Organizar una carga de trabajo generalmente requiere motivación y estas metas deben mantenerte motivado.
    • Si no puedes encontrar razones personales por las que haces este trabajo, entonces intercambia ideas para encontrarlas o reevalúa si podrás completar el trabajo.
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    Crea una recompensa personal en caso de que el trabajo sea un éxito. Crear metas trimestrales o anuales puede ayudar a que te mantengas motivado para cumplir los plazos o para alcanzar las metas.
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    Consigue ayuda especializada para la cosas que no puedas hacer tú mismo. Esto puede adoptar la forma de un diseñador gráfico, un contador, un asistente administrativo o un especialista en informática. No desperdicies mucho tiempo al intentar lograr todo si puede dar como resultado el fracaso en completar el trabajo que te propusiste hacer.
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    Aprende a decir “no. Rechazar un trabajo que no puedes hacer o que no tienes tiempo de hacer es difícil para la mayoría de los emprendedores. Decir “sí” a todo te sobrecargará y te forzará a salir del camino.
    • Solo acepta trabajos adicionales cuando puedas garantizar la conclusión.
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    Programa vacaciones regulares. Si es posible, deja a alguien de confianza a cargo o simplemente elige un momento en que seas capaz de despejar tu mente e invierte algo de tiempo en tus intereses personales. Si es posible deja tu base de operaciones por una semana más o menos, de modo que no te sientas atraído hacia el trabajo.
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    Observa atentamente tu actitud. Trata de mantener una actitud positiva durante periodos de tensión. Si te das cuentas de que empiezas a volverte negativo hacia tu trabajo, es momento de ajustar tus expectativas.[1]

Método 2
Método 2 de 3:
Organiza tu día de trabajo

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    Escribe una lista de tareas pendientes. Aunque tal vez este no sea tu estilo, ayudará a sacar las cosas de tu cabeza al papel. Serás capaz de enfocarte mejor si sabes que no olvidarás lo que tienes que hacer hoy.
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    Escribe tu lista de tareas pendientes por orden de prioridad. Conoce tus plazos y completa los proyectos por orden de vencimientos. Si no lo haces, te crearás un día estresante en el trabajo. En una crisis siempre intenta cumplir con los plazos inminentes.
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    No reserves de más. Si tu lista de tareas pendientes no es algo que puedas terminar razonablemente en un día haz una para el día siguiente, de modo que puedas reducir la carga. Cuando te enfrentas a demasiado trabajo, puedes desmotivarte al saber que no puedes terminar todo.[2]
    • Opta por tener una lista de tareas pendientes para cinco o siete días. Usa una pizarra o un lápiz, de modo que puedas cambiarla cada mañana antes de empezar. Esto dará como resultado que menos cosas se pasen por alto.
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    Trata de compartimentar tu tiempo. Si no lo intentaste antes, programa un día donde tengas dos periodos para responder correos electrónicos, un periodo para hacer llamadas y tiempo para el uso de Internet y varios descansos. Las llamadas, los correos electrónicos y lo mensajes de texto pueden interrumpir el flujo de trabajo en un proyecto, lo que lleva a distracciones y dilaciones.
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    Coloca un temporizador. Tu teléfono celular probablemente tiene un temporizador sencillo. A menos que te guste trabajar en algo por más de unas horas, coloca una alarma en intervalos de una hora para levantarte, moverte y cambiar de tareas.
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    Establece un fin a la jornada laboral. Evita revisar tu correo electrónico laboral después de este momento. La mayoría de los emprendedores exitosos son capaces de establecer un balance entre su vida y su trabajo que incluye las relaciones, los pasatiempos y las vacaciones.
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    Limpia tu escritorio y archiva los papeles antes dejar la oficina todos los días. Regresa a una pizarra limpia y ordenada por la mañana.

Método 3
Método 3 de 3:
Ajusta los procedimientos de trabajo

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    Programa momentos para reportar o examinar tu propio trabajo. Si eres un profesional independiente, tal vez no sea necesario rendir cuentas a nadie. Sin embargo, un análisis razonado de tu trabajo cada trimestre puede ayudarte a perfeccionar tus habilidades.
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    Busca oportunidades educativas cuando puedas. Si careces de habilidades esenciales o de conocimiento sobre un tema, toma la iniciativa de leer un libro pertinente, inscríbete en una clase o mira un seminario a través de Internet.
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    Consigue un mentor. Si conoces una persona en el campo que respetas altamente, invítala a tomar un café o a almorzar, o incluso a una sesión de Skype, para descubrir cómo organizó su vida profesional.
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    Confía en los demás para completar las tareas. Controlar de forma excesiva a los demás no es una manera efectiva de organizarte. Delegar cuando lo necesites puede determinar cuán exitoso eres.
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    Construye relaciones mientras haces negocios. Es más sencillo mantener trabajos que encontrar unos nuevos. Organizarte puede implicar que dediques una parte de tu tiempo para hablar con los clientes o para dar seguimiento a los trabajos realizados anteriormente.

Cosas que necesitarás

  • Lista de tareas pendientes
  • Teléfono inteligente
  • Temporizador

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