Patalear es una habilidad básica de natación que se realiza con las piernas, para estabilizar e impulsar el cuerpo hacia adelante dentro del agua. Aprende a patalear correctamente para nadar de forma eficiente y sentar las bases de otras brazadas de natación.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Intentar patalear en una posición estacionaria

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    Sujétate a una pared de la piscina o a un marcador del carril. Agárrate a una pared de la piscina, a un marcador de carril o a otro objeto estático que te permita extender el cuerpo dentro del agua, por detrás de este. Mantén los brazos rectos y extendidos desde la pared, con el resto del cuerpo tan horizontal como te sea posible hacerlo dentro del agua.
    • Lo ideal sería que el rostro se sumergiera en el agua, de modo que la cabeza esté en la misma línea que el cuerpo. Consigue un esnórquel para hacer más fácil el mantener esta posición, sin tener que levantar el rostro para tomar aire.
    • Puedes tener la cabeza fuera del agua para respirar, pero con esta modalidad puede ser más difícil permanecer horizontal y estable en el agua.
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    Empuja una pierna dentro del agua. Flexiona ligeramente la cadera de una pierna para empujarla hacia abajo, y continúa el movimiento bajando la pierna, doblando ligeramente la rodilla y empujando la parte superior del pie con fuerza y hacia abajo.
    • Asegúrate de que los dedos de los pies estén en punta y ligeramente doblados hacia adentro. Imagina que la parte más ancha de la parte superior del pie está lo más paralela posible al suelo de la piscina.
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    Repite con la pierna opuesta. Deja que la primera pierna flote en el agua mientras repites la misma patada con la pierna opuesta, recordando impulsar el movimiento hacia abajo, desde la cadera, y empujando con un dedo del pie en punta.
    • Asegúrate de que mientras alternas el pataleo, ningún pie rompa la superficie del agua. Los pies tampoco deben moverse demasiado por debajo de la línea del cuerpo.[1]
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    Continúa alternando las piernas para patalear. Sigue pataleando con una pierna hacia abajo, mientras la otra flota hacia arriba, y aumentando la velocidad hasta que estés alternando rápidamente.
    • Observa cómo la fuerza del pataleo impulsa las caderas y piernas hacia arriba. Puedes ajustar la fuerza del pataleo hasta el punto en que todo el cuerpo está flotando en una línea horizontal y uniforme con el agua.[2]
    • Si tienes problemas con unas piernas que se hunden demasiado, intenta hundir el pecho un poco más abajo, dentro del agua. Si las piernas se elevan demasiado, haz lo contrario, o patalea con menos fuerza y velocidad.[3]
    • Fíjate si puedes mantener el pataleo y la posición horizontal y equilibrada dentro del agua mientras apenas te agarras o te apoyas en la pared o el marcador del carril. Esto te preparará para empezar a moverte pataleando en el agua.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Moverse con el pataleo

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    Prueba con una tabla de nado. Consigue una tabla de nado para piscina y úsala para apoyar las manos frente a ti. Asume la misma posición horizontal con el cuerpo dentro el agua, luego realiza el pataleo como lo hiciste sosteniéndote de la pared.
    • Evita el uso de una tabla de nado con alguien menor de 6 años, ya que puede que no le enseñe la técnica de natación adecuada.[4]
    • Nota cómo se siente el pataleo mientras actúa para impulsarte hacia adelante dentro el agua, así como para mantenerte a flote. Ajusta la fuerza y la velocidad del pataleo de acuerdo a esto.
    • Puedes mantener la cabeza fuera del agua para no tener que detenerte a respirar, pero puede que no encuentres el equilibrio horizontal adecuado del modo en que lo harías sumergiéndote en el agua y levantándote para respirar cuando lo necesites.
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    Impúlsate desde la pared de una piscina. Impúlsate desde la pared de la piscina, con las piernas, y endereza el cuerpo horizontalmente bajo el agua. Deslízate por el agua hasta que sientas que pierdes el impulso, entonces empieza a patalear.[5]
    • Intenta que el cuerpo sea lo más aerodinámico posible cuando te deslices lejos de la pared. Coloca los brazos en posición de torpedo y delante de ti, con una mano sobre la otra, y pon los dedos de los pies en punta.
    • Si quieres, puedes impulsarte desde la pared y deslizarte unas cuantas veces sin patalear, para sentir la posición correcta del cuerpo a través del agua. Cuando añadas el pataleo, solo debe ser para mantener esta misma posición aerodinámica y equilibrada.[6]
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    Intenta añadir movimiento en los brazos al mismo tiempo. Mueve los brazos en sincronía con el pataleo, para una simple brazada de estilo libre. El brazo derecho sale del agua y se coloca por encima de la cabeza para volver a entrar en el agua, delante de ti, al mismo tiempo en que la pierna izquierda patalea hacia abajo. Repite en el lado opuesto.
    • Intenta un pataleo de dos tiempos pataleando dos veces (una vez con cada pierna) por cada ciclo (una brazada en cada brazo). A menudo, este ritmo es usado por nadadores de larga distancia y triatletas.
    • Haz un pataleo de cuatro tiempos pataleando cuatro veces (dos veces por pierna) por cada ciclo (una brazada en cada brazo). A menudo, este ritmo se considera la velocidad más natural, y puede ser usado por nadadores de corta, media y larga distancia.
    • Prueba la patada de seis tiempos pataleando seis veces (tres veces por pierna) por cada ciclo (una brazada en cada brazo). Esta velocidad se considera tradicional en el pataleo, y es utilizada por nadadores de corta distancia y de otros tipos.[7]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Usar el pataleo con brazadas de natación

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    Intenta una brazada de estilo libre. Haz una brazada de estilo libre, también llamada crol, usando el pataleo al mismo tiempo que una brazada de molino de viento. Cada brazo sale del agua para bajar y "recoger" el agua delante de ti, impulsándote hacia delante.[8]
    • Lleva el brazo hacia adelante y lo más lejos posible de ti en cada brazada, y recuerda mantener la misma posición horizontal del cuerpo para completar el pataleo. Notarás que patalear ayuda a estabilizarte en el agua para apoyar el movimiento de los brazos.
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    Intenta una brazada de espalda. Realiza una brazada de espalda posicionándote boca arriba sobre el agua y encontrando una posición horizontal equilibrada. Alterna la rotación de los brazos de la misma manera en que lo harías con una brazada de estilo libre.
    • Notarás una sensación y un movimiento ligeramente diferente en las piernas cuando patalees de espaldas, ya que las piernas están ahora empujando hacia arriba, dentro el agua, en lugar de hacia abajo. No obstante, el movimiento es el mismo: impulsa el movimiento desde las caderas, con los dedos de los pies en punta, y no dobles demasiado las rodillas.[9]
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    Haz una brazada de perro. Aunque no es una brazada de natación oficial, prueba la brazada de perro como una forma intuitiva de mantenerte a flote y nadar distancias cortas. Usa el pataleo mientras la cabeza está sobre el agua y los brazos hacen pequeños movimientos circulares por debajo, para impulsarte hacia arriba y hacia delante.
    • Ten en cuenta que esta brazada no es ideal para nadar una distancia significativa, ya que no está en posición horizontal y por lo tanto los brazos y las piernas tienen que trabajar más duro para mantenerte a flote.

Consejos

  • Intenta usar aletas de natación si no tienes la flexibilidad de tobillo necesaria para poder poner los dedos de los pies en punta de manera sencilla.
  • El uso de gafas para nadar puede permitirte ver tu propia sombra en el fondo de la piscina, lo que puede ayudarte a observar y corregir la forma.

Advertencias

  • Aprender a nadar se logra mejor con un instructor de natación. Nada siempre en una piscina, u otra zona de natación designada, que tenga un socorrista de guardia.
  1. Videos proporcionados por SwimTechnique TV

Acerca de este wikiHow

Brad Hurvitz
Coescrito por:
Instructor de natación de supervivencia certificado
Este artículo fue coescrito por Brad Hurvitz. Brad Hurvitz es instructor certificado de natación para My Baby Swims, una escuela de natación para jóvenes con sede en La Jolla, California. Brad está entrenado como instructor de recursos de natación infantil (ISR, por sus siglas en inglés) con el programa Self-Rescue® de ISR. Se especializa en entrenar a niños de edades comprendidas entre los seis meses y los seis años de edad, como flotar boca arriba para respirar y nadar hacia la pared, y al mismo tiempo educar a los padres sobre cómo mantener a sus hijos seguros. Tiene una maestría en Administración de Empresas de la Oregon State University. Este artículo ha sido visto 3983 veces.
Categorías: Natación y buceo