La menta es una planta maravillosa que tiene muchos usos. Sin embargo, puede crecer fuera de control si no se planta y poda adecuadamente. Aprender a cuidar de tu planta de menta te ahorrará toneladas de tiempo y muchos dolores de cabeza en el futuro. ¡Verás que una vez que sepas lo que haces, podar menta te resultará sencillo!

Método 1
Método 1 de 3:
Podar una cosecha cuantiosa de menta

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    Poda la menta a alrededor de un tercio de su tamaño después de que florezca. A fin de podar la menta, espera hasta después de que haya florecido plenamente. Usa un par de tijeras de jardín para cortar cada tallo a alrededor de un tercio de su tamaño.[1] La menta es una hierba relativamente abundante que crece con rapidez, así que no temas podarla, tu planta estará bien.
    • Ten en cuenta que podar tu planta podría, de hecho, alentarla a seguir creciendo, no le estás haciendo ningún daño.
    • Si no tienes tijeras de podar o no te agrada utilizarlas, también puedes podar la menta con los dedos. Este proceso te llevará un poco más de tiempo, pero es igualmente efectivo. Toma cada tallo con los dedos a alrededor de 2,5 centímetros (1 pulgada) sobre la tierra. Usa las uñas cuando quiebres los tallos a fin de lograr un corte limpio.[2]
    • Podría ser más sencillo usar los dedos si vas a podar una pequeña cantidad de menta de una planta de interiores.
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    Dale forma a tu planta de menta. Mientras estés podando tu planta de menta, considera qué tipo de forma te agradaría que tenga. Querrás darle una forma que la ayude a crecer en los confines de su maceta sin salirse de control. La menta puede crecer rápido y en muchas direcciones, así que querrás podar tu planta dándole una forma que sea compatible con la maceta.[3]
    • Dales forma a los tallos de la menta a fin de que no tengan demasiadas hojas y brotes sobresaliendo de la planta.
    • Concéntrate en podar alrededor de la planta. Asegúrate de que la menta no esté sobresaliendo demasiado de la maceta.
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    Almacena la menta para usarla en el futuro. Después de la cosecha, es importante guardar la menta apropiadamente a fin de que puedas usarla en los meses siguientes. Hay varias maneras de almacenar la menta, la más popular es secarla. Algunos de los métodos para secar la menta incluyen hornearla, colgarla para que se seque y deshidratarla.
    • Puedes congelar la menta. Revisa las hojas de menta y quita todas las que estén dañadas. Seca dando golpecitos suaves con una toalla. Corta las hojas de menta y retira los tallos. Coloca entre 1 y 2 cucharaditas de menta en varios compartimentos de una cubetera, llénalos con agua y coloca la cubetera en el congelador. Una vez que se hagan los cubitos de hielo, guárdalos en una bolsa de plástico o recipiente hermético y déjalos en el congelador. La menta congelada se conservará por tres meses.
    • También puedes envasar la menta al vacío. Nuevamente, revisa la menta para eliminar las hojas dañadas y seca dando pequeños golpecitos con una toalla, guarda la menta en una bolsa y ponle la fecha. Usa un sellador al vacío, que puedes comprar en línea, para cerrar la bolsa. Cada sellador al vacío opera de una manera levemente distinta, así que tendrás que seguir las instrucciones del fabricante.
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    Espera hasta seis semanas después de la primera helada para podar la menta. Si vas a cosechar menta al aire libre, el momento en el que la podes es muy importante. Dado que la menta generalmente se planta en la primavera o el otoño, debería estar madura para la primera helada de la temporada. Sin embargo, querrás esperar seis semanas después de a primera helada para podar la menta. Ten en cuenta que si la podas durante las primeras seis semanas, los cortes que quedarán en la planta no sanarán con la suficiente rapidez y la menta no estará protegida del invierno.[4]

Método 2
Método 2 de 3:
Podar una pequeña cantidad de menta

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    Poda la planta de menta con regularidad. La menta está madura cuando comienza a florecer, después de 90 días, pero se puede cosechar en cualquier momento una vez que alcance entre los 7,5 y los 10 centímetros (3 y 4 pulgadas) de alto. Podar tu planta de menta con regularidad le permitirá estar sana y alcanzar la plenitud. Además, podrás usar la menta fresca después de cada mini cosecha.
    • Asegúrate de podar tu planta de menta cuidadosamente cada vez que lo necesite. Recuerda podar la menta a fin de que crezca con la forma aproximada de la maceta en la que esté. Si podas plantas de menta que se encuentren al aire libre, asegúrate de cortarlas de manera tal que no invadan todo tu jardín.
    • Si bien puedes usar tijeras de jardín para podar la menta, considera que las plantas pequeñas también se pueden cortar con los dedos.
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    Usa la menta para cocinar. Puedes usar pequeños trozos de menta en muchas recetas. Si la receta pide menta seca, intenta usarla fresca, recién cortada, en su lugar. Esto podría añadirle al platillo un sabor a menta más fuerte. Además, puedes agregarles hojas de menta a bebidas tales como la limonada o los mojitos para añadirles sabor.[5]
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    Convierte una cosecha pequeña en una nueva planta de menta. Si quieres más plantas de menta, puedes hacerlas usando los recortes de la planta que ya tengas. Corta un tallo de 15 centímetros (6 pulgadas) de tu planta de menta y colócalo en una maceta con tierra. Este tallo se transformará en una planta si recibe mucho sol y la riegas abundantemente.[6]
    • Llena una maceta con tierra para macetas mezclada con una buena cantidad de compost. Toma el tallo que cortaste de tu planta original de menta e introdúcelo en la tierra.
    • También puedes poner los tallos de menta en un vaso con agua, en un tiempo comenzarán a desarrollar raíces.

Método 3
Método 3 de 3:
Cultivar menta

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    Planta la menta en una maceta. Las plantas de menta tienen un sistema de raíces que crece rápidamente, por lo que es mejor que la plantes en una maceta. Ten en cuenta que si plantas la menta en tu jardín sin un recipiente, esta se propagará rápidamente para adueñarse de todo el espacio.
    • Si plantas la menta al aire libre, cava un hoyo de al menos 12,5 centímetros (5 pulgadas) de profundidad y coloca un recipiente, como por ejemplo una maceta o bolsa de malla, en el mismo. Luego planta la menta en el interior del recipiente y afirma la tierra sobre esta. El recipiente evitará que las raíces se extiendan por todo el jardín.
    • Si vas a plantar la menta en el interior de tu casa, compra una maceta en la cual hacerlo. Coloca la maceta cerca de una ventana en la que reciba sombra y luz del sol durante el día. No coloques la planta cerca de una fuente de calor.[7]
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    Escoge el momento adecuado para plantar la menta. Si vas a dejar la planta al aire libre, será importante el momento en el que la plantes. Asegúrate de plantar la menta en la primavera si vives en una zona con un periodo invernal muy frío. Si vives en un clima en el que no hiele, la menta se desarrollará bien si la plantas a mediados del otoño.[8]
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    Riega la planta de menta con frecuencia. Asegúrate de regar la menta con frecuencia, ya que esta se desarrolla mejor en la tierra mojada. La menta puede crecer en una gran variedad de suelos, pero no se desarrolla bien en los ambientes secos. Si vives en un área con clima seco, considera la posibilidad de plantar la menta bajo techo, cerca de un humidificador. Riega la planta de menta al menos una vez al día.
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    Fertiliza la menta ocasionalmente. En general, la menta debería crecer bien por sí misma. Sin embargo, es recomendable que ocasionalmente le agregues una pequeña cantidad de fertilizante a la tierra que rodea a la planta. Esto la ayudará a tener un crecimiento saludable y podría ser especialmente útil si la podas con frecuencia.[9]
    • No fertilices la menta con frecuencia, con podarla cada 3 o 4 semanas debería ser suficiente.
    • Escoge un fertilizante bajo en sal, ya que esta puede ocasionar que la punta de las hojas de la menta se vuelvan marrones.
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    Planta la menta apropiadamente. Cuando plantes la menta, hazlo de manera tal que esté a alrededor de 6 milímetros (1/4 de pulgada) de la superficie. Si vas a usar macetas, solo debes plantar un plantín por recipiente, si la plantarás en el jardín, cada plantín debería estar a una distancia de 61 centímetros (2 pies) de distancia de los demás. Asegúrate de plantar cada plantín en su propio recipiente.
    • Asegúrate de plantar la menta en un lugar en el que reciba la luz del sol. Cuando plantes menta en macetas, asegúrate de poder moverlas para que reciban la luz directa del sol. No elijas macetas demasiado grandes como para acomodar en un porche o un patio.
    • Si bien es mejor cultivar menta al aire libre, puedes plantarla en el interior. Si eliges hacerlo, escoge un área en la que la planta siempre esté expuesta a la luz de la mañana. También es recomendable que no la acomodes cerca de un calentador o de una estufa, ya que se podría secar.
    • Asegúrate de que la maceta que uses para plantar la menta no esté rajada. La menta crece con rapidez y se propagará a través de las grietas de una maceta dañada.

Acerca de este wikiHow

Andrew Carberry, MPH
Coescrito por:
Especialista en sistemas alimentarios
Este artículo fue coescrito por Andrew Carberry, MPH. Andrew Carberry ha estado trabajando en sistemas alimentarios desde 2008. Tiene una maestría en Nutrición de Salud Pública y, Planificación y Administración de Salud Pública de la Universidad de Tennessee-Knoxville. Este artículo ha sido visto 48 616 veces.