Las medias de compresión son medias elásticas o pantimedias que se usan para reducir la inflamación en las piernas (edema) y para mejorar la circulación sanguínea. Estas medias suelen ofrecer una compresión graduada, lo que significa que quedan más ajustadas en el área del pie y del tobillo y se aflojan ligeramente a medida que suben en la pierna. Debido a que las medias de compresión deben quedar ajustadas alrededor de las piernas, puede ser difícil ponértelas. Será más fácil incorporar estas medias en tu rutina diaria si sabes cuándo usarlas, eliges el ajuste adecuado y sabes cómo ponértelas.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Ponerte las medias de compresión

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    Usa las medias de compresión a primera hora de la mañana. Cuando te despiertas en la mañana, las piernas han estado ligeramente elevadas o al menos en posición horizontal. Como resultado, probablemente no tengas las piernas tan inflamadas como podrían estar más tarde en el día. Esto hará que sea más fácil ponerte las medias de compresión.[1]
    • Trata de elevar las piernas mientras duermes, apoyando los pies sobre una almohada. También puedes inclinar ligeramente hacia arriba la base inferior del colchón, colocando un trozo de madera de 5x10 cm (2x4 pulgadas) debajo del extremo del colchón.[2]
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    Espolvoréate un poco de talco en las piernas. Si tienes algún tipo de humedad en las piernas, es posible que no puedas subirte las medias de compresión. Espolvoréate un poco de talco o fécula de maíz en los pies y en las pantorrillas para absorber el exceso de humedad.[3]
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    Mete la mano en la media y toma la punta donde quedan los dedos. Una de las formas más fáciles de ponerte las medias de compresión es colocar al revés la parte superior de la media. Debes dejar la punta de la media con el lado derecho hacia afuera. Mete la mano en la media y toma la punta.[4]
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    Baja la parte superior de la media alrededor del brazo. Pellizca la punta donde quedan los dedos para que se mantenga con el lado derecho hacia fuera mientras bajas la parte superior de la media sobre el brazo. Esto hará que la parte superior quede al revés.
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    Tira de la media para quitarla del brazo. Desliza con cuidado la media para quitarla del brazo, de forma que la parte superior se mantenga al revés, mientras la punta está lista para colocar el pie.
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    Siéntate en una silla o a un lado de la cama. Ponerte las medias de compresión puede ser difícil, sobre todo si tienes dificultades para alcanzar tus pies. Trata de sentarte en una silla o a un lado de la cama para que puedas agacharte para alcanzar tus pies.
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    Usa unos guantes de látex o de goma. Al usar unos guantes, será más fácil agarrar las medias y subirlas. Elige unos guantes de látex como los que usan los médicos o unos de tipo similar. Los guantes que se usan para lavar los platos también funcionarán.[5]
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    Coloca los dedos del pie en la media. Desliza los dedos del pie en el extremo de la media y alinéalo de forma que la punta de la media quede uniforme y recta.
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    Sube la media al talón. Mientras los dedos de los pies sostienen la parte inferior de la media en su lugar, sube la parte inferior de la media sobre el talón de forma que todo el pie quede dentro de la media.
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    Desliza la media por la pierna. Sube la media con las palmas de las manos hasta cubrir la pantorrilla. La parte superior de la media que está al revés rodará hacia arriba y quedará al derecho. Podrás agarrar mejor las medias con los guantes que con las manos descubiertas.
    • No tires de la parte superior de la media para subirla por la pierna, ya que probablemente se romperá.
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    Ajusta la media mientras la subes. Asegúrate de mantener la media recta y lisa al subirla por la pantorrilla. Alisa las arrugas mientras lo haces.
    • Si usas unas medias de compresión hasta la altura de la rodilla, deben llegar a un punto que esté a 2 dedos de distancia por debajo de la rodilla.[6]
    • Algunas medias de compresión llegan hasta la parte superior del muslo.
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    Repite el procedimiento con la otra pierna. Si el médico te ha recetado unas medias de compresión para ambas piernas, sigue estas instrucciones para ponerte la media en el otro pie. Trata de que las medias lleguen hasta la misma altura en ambas piernas.
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    Usa las medias de compresión todos los días. Si el médico te recomienda que uses unas medias de compresión para mejorar la circulación sanguínea, es probable que tengas que usarlas todos los días. De lo contrario, puede ser difícil mantenerlas en los pies.[8]
    • Quítate las medias de compresión todas las noches antes de acostarte.
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    Usa un calzador. Si tienes dificultades para alcanzar tus pies o para ponerte las medias de compresión, es posible que sea útil usar un calzador. Este es un artefacto o estructura que se asemeja a la forma del pie. Coloca la media sobre el artefacto y desliza el pie en él. Luego, quita el artefacto y la media quedará colocada adecuadamente en el pie.[9]
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    Eleva los pies. Si tienes dificultades para ponerte las medias de compresión porque tienes los pies o las piernas inflamados, trata de elevar los pies por encima del corazón durante 10 minutos. Acuéstate en la cama con los pies apoyados en una almohada.[10]
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Quitarte las medias de compresión

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    Quítate las medias de compresión en la noche. Antes de acostarte, quítate las medias de compresión. Esto les dará un descanso a tus piernas y también te dará la oportunidad de lavar las medias.
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    Baja la parte superior de la media. Baja suavemente la parte superior de la media con las dos manos. Esto hará que la media baje por la pantorrilla de forma que quede de nuevo al revés. Quítate la media del pie.[11]
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    Usa un bastón médico para vestir para quitarte las medias. Si tienes dificultades para quitarte las medias de los tobillos o de los pies, sobre todo si no puedes alcanzar tus pies muy bien, trata de usar un bastón médico para vestir para agarrar la media de compresión y empujarla para quitarla del pie. Para esto necesitarás hacer un poco de fuerza con los brazos, lo cual puede ser difícil para algunas personas.[12]
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    Lava las medias de compresión después de cada uso. Lava las medias a mano, con jabón para la ropa y agua tibia. Exprime el exceso de agua, enrollando las medias en una toalla. Cuélgalas para que se sequen.[13]
    • Trata de tener al menos dos pares de medias de compresión para que puedas usar un par mientras lavas el otro.
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Saber cuándo usar las medias de compresión

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    Habla con el médico si tienes dolor o inflamación en las piernas. Puede ser incómodo vivir con el dolor o la inflamación en las piernas y las medias de compresión podrían hacer que tus piernas se sientan mejor. Habla con el médico para averiguar si esta opción reducirá la incomodidad.[14]
    • Si tienes mala circulación sanguínea en las piernas, las medias de compresión no son la opción correcta.
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    Usa las medias de compresión si tienes una disminución de la circulación sanguínea en las piernas. El médico te examinará para ver si tienes várices, úlceras venosas en las piernas, trombosis venosa profunda (un coágulo de sangre en una vena profunda) o linfedema (inflamación en las piernas). Si sufres de una de estas condiciones, el médico puede recetarte las medias de compresión.
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    Usa las medias de compresión si te aparecen várices durante el embarazo. Casi un tercio de las mujeres embarazadas sufrirán de várices[16] , que son venas que suelen encontrarse en las piernas y en los pies y que se han agrandado debido al aumento de la presión en las venas.[17] Al usar las medias de compresión, es posible que tus piernas se sientan mucho más cómodas y mejorará la circulación sanguínea.
    • Pregúntale al médico si las medias de compresión te ayudarán con tu condición.
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    Usa las medias de compresión después de una cirugía. En algunos casos, las medias de compresión se les recetarán a los pacientes después de una cirugía para reducir el riesgo de sufrir de tromboembolismo venoso (TEV) o para evitar la formación de coágulos de sangre en las venas. Si la recuperación después de la cirugía restringe tu movilidad o debes reposar en cama durante mucho tiempo, el médico puede recetarte unas medias de compresión.[18]
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    Trata de usar las medias de compresión después del ejercicio. Aunque las investigaciones sobre los beneficios para la salud de usar las medias de compresión durante el ejercicio son variadas, el tiempo de recuperación después del ejercicio disminuye a medida que la circulación sanguínea mejora.[19] En la actualidad, muchos corredores y otros atletas usan medias de compresión, ya sea durante el ejercicio o después del mismo. Depende de ti si sientes comodidad al usarlas.
    • Suelen venderse como calcetines de compresión y están disponibles en las tiendas de artículos deportivos y en otras tiendas de suministros atléticos.
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Elegir las medias de compresión

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    Determina el grado de presión que necesitas que tengan las medias. La compresión de las medias se mide en milímetros de mercurio (mmHg).[20] El médico te dará el grado de presión adecuado para que puedas recibir el tratamiento correcto.
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    Averigua la longitud de la media. Las medias de compresión están disponibles en diferentes longitudes, incluyendo las que llegan a la rodilla y las que llegan a la parte superior del muslo. Pregúntale al médico qué longitud necesitas.
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    Mídete las piernas. Tendrás que medirte las piernas para saber el tamaño correcto de las medias de compresión que necesitas. El médico puede medirte las piernas; de lo contrario, un dependiente de una tienda de equipo y suministros médicos puede ayudarte.[21]
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    Visita una tienda de equipo y suministros médicos o una farmacia. Localiza la tienda local de equipo médico y verifica que tengan medias de compresión.
    • También puedes encontrar las medias de compresión en algunas tiendas minoristas en línea. Es preferible que visites a un profesional para que te tome las medidas para comprar las medias de compresión adecuadas, pero si no tienes esta opción, trata de comprar las medias en línea.
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    Consulta los beneficios de tu seguro médico. Algunos planes de seguros médicos cubren las medias de compresión.[22] Es probable que necesites una receta médica para que el seguro cubra estas medias.
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Consejos

  • Cambia las medias de compresión cada 3 a 6 meses para asegurarte de que conserven la elasticidad correcta.[23]
  • Pídele al médico que te tome las medidas después de unos meses para asegurarte de que tu talla aún sea la adecuada.[24]
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Advertencias

  • Nunca enrolles ni dobles las medias de compresión.
  • Si tienes diabetes o disminución de la circulación sanguínea en las piernas, debes evitar usar las medias de compresión.[25]
  • Quítate las medias si observas un color azulado en tus piernas o pies, o si sientes alguna sensación de hormigueo en las piernas o en los pies.[26]
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Acerca de este wikiHow

Vlad Gendelman, MD
Coescrito por:
Cirujano ortopédico certificado por el colegio oficial.
Este artículo fue coescrito por Vlad Gendelman, MD. El Dr. Vlad Gendelman, doctor en medicina, es especialista en cirugía ortopédica en Los Ángeles, California. Con más de 15 años de experiencia, se especializa en cirugía ortopédica general, incluidos traumatismos ortopédicos, lesiones deportivas y reemplazos de articulaciones. El Dr. Gendelman tiene una licenciatura en Biología de la Universidad del Sur de California y recibió su Doctorado de la Universidad de California en Irvine. Luego completó su residencia en Cirugía Ortopédica en SUNY Downstate. El Dr. Gendelman está certificado por la Junta Americana de Cirugía Ortopédica y es miembro de la Academia Americana de Cirugía Ortopédica. Es miembro de la Asociación Médica del Condado de Los Ángeles, la Asociación Médica de California, la Asociación Ortopédica de California y la Academia Americana de Cirugía Ortopédica. El Dr. Gendelman es autor publicado de múltiples artículos en el campo de la cirugía ortopédica. Este artículo ha sido visto 24 116 veces.
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