El café preparado en frío está de moda, pero ¿por qué no probar también el té preparado en frío? Es fácil de hacer, siempre y cuando tengas tiempo para dejarlo en infusión durante toda la noche. Puedes utilizar bolsitas de té u hojas de té, según tu preferencia, aunque las hojas permitirán lograr un mejor sabor. Como alternativa, prepara el té con hielo, lo que implica dejar reposar el té en el hielo mientras se derrite.

Ingredientes

Té en frío simple

  • 1 bolsita de té o 1 a 2 cucharaditas de hojas de té
  • de 180 a 250 ml (6 a 8 onzas) de agua

Té helado con hojas sueltas

  • 1 o 2 cucharaditas de hojas de té
  • 1 cubito de hielo grande
  • un poquito de agua

Té helado rápido

  • 1 o 2 cucharaditas de hojas de té
  • 3 cubitos de hielo regulares
  • 1/4 de taza (60 ml) de agua

Método 1
Método 1 de 3:
Té en frío con bolsitas de té u hojas de té sueltas

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    Elige el té. Puedes utilizar cualquier té que desees para preparar té en frío, desde té blanco o té verde hasta té herbal y negro. Algunas personas prefieren no utilizar té negro, debido a que contiene más taninos que otros tés, lo que puede hacer que la lengua se sienta seca, pero aún puedes utilizarlo para preparar té en frío.[1]
    • Prueba el té verde, el té blanco o el oolong como algunas opciones.
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    Coloca las bolsitas u hojas de té en un frasco o una jarra. Puedes preparar tanto té como deseas. Solo mantén la misma proporción, 1 bolsita de té por cada 180 a 250 ml (6 a 8 onzas) de agua. Elige un frasco o una jarra lo suficientemente grande para contener la cantidad de té que deseas preparar. Puedes abrir las bolsitas de té para ayudar a que el agua y el té se mezclen, pero no es necesario.[2]
    • Como alternativa, añade 1 o 2 cucharaditas de hojas de té sueltas por cada 180 a 250 ml (6 a 8 onzas) de agua.
    • Si utilizas hojas sueltas, prepara el té en una prensa francesa para colarlo con facilidad al día siguiente. Solo añade el agua y las hojas sueltas a la jarra de la prensa y abre la tapa, dejando el émbolo hacia arriba. Al día siguiente, presiona el émbolo con lentitud para colar las hojas de té del agua y verter el té.
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    Añade de 180 a 250 ml (6 a 8 onzas) de agua por cada bolsita de té o cucharada de té. Mide suficiente agua a temperatura ambiente o fría para las bolsitas de té que colocaste en el frasco o la jarra. Como alternativa, añade la misma cantidad de agua por 1 o 2 cucharaditas de hojas sueltas de té que añadiste.[3]
    • Experimenta con la proporción de té y agua. Algunas personas utilizan hasta 1 cucharada de hojas de té por cada 180 a 250 ml (6 a 8 onzas) de agua. Todo depende de qué tan fuerte lo prefieras.[4]
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    Deja reposar el té en la encimera por 1 hora. Esto les da a las hojas de té la oportunidad de empezar a infusionarse antes que bajes la temperatura. Si no tienes mucho tiempo, 30 minutos es suficiente.[5]
    • En este punto, también puedes añadir otros saborizantes como las hierbas frescas o secas, rodajas de frutas frescas como las fresas o el limón, rodajas de pepino o menta fresca. Corta un puñado de hierbas frescas o frutas para añadir a la jarra o añade una cucharada de hierbas secas al agua.
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    Deja la mezcla en infusión durante toda la noche en el refrigerador. El té necesita estar en infusión al menos 8 horas. Pero no te preocupes si lo olvidas, puesto que es difícil que el té en frío se infusione en exceso.[6]
    • A algunas personas incluso les gusta dejar reposar el té hasta 24 horas.
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    Cuela el té o las bolsitas de té. Si utilizaste bolsitas de té, sácalas con una cuchara y disfruta de tu té. Si utilizaste hojas sueltas de té, viértelas a través de un colador de malla en otro recipiente limpio antes de disfrutar del té.[7]
    • Si deseas endulzarlo, prueba con un jarabe simple o miel, ya que el azúcar puro no se mezclará muy bien.

Método 2
Método 2 de 3:
Té helado con hojas sueltas

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    Coloca un cubito de hielo grande en un vaso pequeño. Utiliza uno de los cubitos de hielo cuadrados grandes o redondos que suelen incluirse en el whisky o whisky escocés. Estos se derriten con más lentitud que otros cubitos.[8]
    • Si no tienes el tipo adecuado de cubitera, haz un cubo de hielo más grande en el fondo de un vaso desechable. Vierte el agua y colócala en el congelador hasta que esté sólida. Para sacar el cubo, dale la vuelta al vaso para que corra agua por el fondo durante unos segundos. Así saldrá más fácilmente.
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    Salpica un poquito de agua sobre el cubito de hielo. Solo necesitas unas gotas. El agua ayuda a que el hielo empiece a derretirse, lo que acelera un poco el proceso.[9]
    • Si lo prefieres, puedes utilizar unas gotas de un jarabe simple saborizado.
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    Añade 1 o 2 cucharaditas de hojas sueltas de té. Añade las hojas al vaso. Puedes verterlas por encima, pero no te preocupes si se caen por el costado o incluso debajo del cubito. No hay problema con que las hojas se caigan en cualquier lugar.
    • De hecho, puedes añadir el té antes que el cubito si lo prefieres.
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    Deja reposar el cubito de 30 a 60 minutos hasta que el hielo se derrita. A medida que el hielo se derrite, extraerá los sabores del té. Una vez que se haya derretido por completo, prueba un sorbo para ver si el té está demasiado fuerte. De ser así, puedes añadir un poco más de agua antes de consumirlo.
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    Vierte el té a través de un colador. Si no te importa tomar el té con las hojas, puedes dejarlas. De lo contrario, retíralas vertiendo el té a través de un colador de malla fina.

Método 3
Método 3 de 3:
Té helado rápido

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    Añade 3 cubitos de hielo normales a un vaso. No es necesario medirlos. Cualquier cubitera o máquina de hacer hielo funcionará. Además, siempre puedes ajustar la infusión añadiendo más agua al final si es demasiado fuerte.
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    Hierve 1/4 de taza (60 ml) de agua y déjala enfriar un poco antes de verterla. Utiliza agua que esté justo por debajo del punto de ebullición, ya que si hierve, estará demasiado caliente. Déjala enfriar durante 2 o 3 minutos y luego viértela sobre el té.[10]
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    Añade 1 o 2 cucharaditas de hojas de té. No importa donde las pongas. Puedes colocarlas debajo o encima del hielo. Al final, el agua las alcanzará.[11]
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    Deja reposar el té por 6 minutos. El té se infusionará mucho más rápido que con otros métodos de té en frío o té helado. Una vez que el hielo se haya derretido por completo, el té estará listo para tomarlo.[12]
    • Si el té está muy fuerte, añade un chorrito de agua fría.

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