Programar tu vida te ayudará a tener más tiempo para las cosas que te gustan sin sacrificar tu trabajo en el camino. Crear un cronograma también reducirá tu nivel de estrés, ya sea que vayas a la escuela o tengas un trabajo exigente. Haz un cronograma útil para organizar tu tiempo con inteligencia y planificar tu estrategia de trabajo con anticipación. No olvides reservar un tiempo para recargar las energías todos los días.

Método 1
Método 1 de 3:
Organizar tu tiempo

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    Lleva un registro de tu tiempo. Por una o dos semanas, lleva un cuaderno o una agenda contigo y escribe todo lo que haces. Toma nota de la cantidad de tiempo que pases con el trabajo, las tareas, el entretenimiento y las tareas diarias como dormir y comer.[1]
    • No intentes cambiar tus hábitos aún. El propósito de este paso es tener una idea de cómo usas tu tiempo en este momento.
    • Sé honesto contigo mismo acerca de cómo pasas el tiempo. Siempre podrás mejorar tus hábitos más adelante.
    • Establece el objetivo de aclarar el propósito de ciertas tareas. Por ejemplo, quizás pases dos horas en internet los lunes y martes. Sin embargo, puedes aprovechar el tiempo del lunes para estar en Facebook y sitios de juego, y el tiempo del martes para aprender más sobre las habilidades necesarias para alcanzar tus objetivos. Incluye esto en tu registro para tener una mejor idea de cómo usas tu tiempo.
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    Haz una lista de tus objetivos a corto y largo plazo.[2] Evalúa el próximo día, mes y año. Pregúntate qué quieres lograr en este tiempo. Establece objetivos a corto y largo plazo para saber cómo designar tu tiempo y medir el progreso.[3]
    • Ten en cuenta tus objetivos personales y tus responsabilidades externas, como tu profesión o la tarea de la escuela.
    • Por ejemplo, tu objetivo a largo plazo podría ser obtener tu título, mientras que tu objetivo para hoy podría ser asistir a clases y terminar de escribir un informe.
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    Identifica el momento del día en que rindes al máximo. Después de llevar un registro de tus actividades por varios días, revisa tus notas para ver cuándo eres más productivo. Si sueles enfocarte mejor en cierto horario del día, probablemente sea tu ventana máxima de productividad.[4]
    • Por ejemplo, quizás descubras que te enfocas mejor por la mañana o que tienes un mejor rendimiento cuando el sol se pone.
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    Presta atención a las cosas con las que más pierdas el tiempo. Revisa nuevamente tus notas y pregúntate si aparecen actividades constantes con las que pierdas el tiempo. Si una actividad es innecesaria, no enriquece tu vida y no te acerca a tus objetivos, probablemente sea una pérdida de tiempo. Piensa cómo puedes reducir estas actividades o evitarlas por completo.[5]
    • Por ejemplo, quizás notes que pierdes demasiado tiempo en internet. Para solucionarlo, puedes instalar una aplicación que bloquee sitios que te distraigan, o puedes establecer menos tiempo para navegar en internet todos los días.
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    Sé realista. Ten en cuenta tus necesidades y limitaciones al planificar tu cronograma. El hecho de que algo funcione en papel no significa que puedas respetarlo en la vida real. Pregúntate cómo mantener tu nivel de energía alto durante el día y recuerda que necesitarás pequeños espacios en tu cronograma para cosas como comer e ir al baño.[6]
    • Sé flexible. Quizás tengas que ajustar tu cronograma en el futuro.
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    Inspírate. Busca artículos en internet sobre cómo las personas exitosas estructuran sus días. Nota cuánto tiempo dedican al trabajo, a jugar y a descansar. Toma prestadas partes del cronograma de alguien a quien admires.
    • Por ejemplo, quizás te inspire alguien como Benjamin Franklin, quien se levantaba a las cinco de la mañana todos los días para planificar su día.[7]

Método 2
Método 2 de 3:
Gestionar tus responsabilidades

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    Divide las tareas grandes entre tareas más pequeñas. Esto hará que las tareas más grandes parezcan menos abrumadoras y más fáciles de completar. Por ejemplo, divide tus objetivos a largo plazo entre objetivos más pequeños a corto plazo.[8] Luego, crea una lista de tareas que tengas que hacer para alcanzar esos objetivos más pequeños. De esta forma, podrás experimentar el logro de completar cada paso que tengas que dar para alcanzar tu objetivo final.[9]
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    Usa la regla 80-20 para trabajar de forma inteligente. La regla 80-20 establece que el 80 % de los resultados debe venir del 20 % de tu esfuerzo. Para alcanzar este objetivo, enfócate en lo que te proporcione los mejores resultados y considera la posibilidad de delegar o eliminar esas tareas que parezcan "menos urgentes" o innecesarias.[10]
    • Por ejemplo, quizás decidas lavar los platos cada dos noches para tener tiempo para completar una tarea necesaria para alcanzar tu objetivo.
    • Hazte estas preguntas:
      • ¿Cada tarea de la lista es urgente?
      • ¿Hay tareas en la lista dentro de mi ámbito o pertenecen a otro lugar?
      • ¿Estoy pasando mucho tiempo en ciertos tipos de tareas?
      • ¿Hay tareas que deba delegar?
      • ¿Todas estas tareas son realmente necesarias para el resultado general?
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    Haz listas de cosas que tienes que completar. Estas listas ayudan a llevar un registro de todas las tareas que tienes que completar. Es recomendable hacer varias: una para hoy, una para la semana o el mes, y otra para todo el año. Esto te ayudará a mantener una visión general de tus responsabilidades sin abrumarte.[11]
    • Sé consciente de las cosas que incluyas en la lista. Escoge tareas que te importen y para las que realmente estés preparado.
    • Agrupa las tareas similares para maximizar tu lista. Por ejemplo, puedes combinar los recados. En vez de ir corriendo a la tienda por cada uno, agrupa los recados.
    • Una buena cantidad de elementos para esta lista es de tres a cinco.
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    Usa una agenda. Puedes organizar y reducir tu nivel de estrés si decides con anticipación cómo te ocuparás de las tareas específicas. Divide tu día entre bloques de tiempo y asigna actividades como hacer la tarea, responder correos electrónicos y preparar las comidas en ciertos bloques.[12]
    • Cuando escribas el plan, no tendrás que invertir energía en recordarlo todo.
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    Ocúpate del trabajo más importante cuando te sientas más agudo. Programa tu cronograma para ocuparte de las cosas más importantes en tu lista de cosas por hacer durante tu horario pico de productividad. Para muchas personas, esta ventana ocurre algunas horas después de despertarse.[13]
    • Las obligaciones como las clases y las reuniones podrían evitar que trabajes durante tu horario más productivo del día. Si no puedes modificar tu cronograma, busca el segundo mejor horario del día para los trabajos más importantes.
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    Enfócate en una cosa a la vez. Lleva toda tu atención a una tarea antes de seguir con otra. Hacer muchas cosas a la vez podría parecer productivo, pero hará que seas menos eficiente en general.[14]
    • Si sueles desviarte, busca formas de bloquear las distracciones. Cierra la puerta, ponte auriculares de cancelación de ruidos o ve a algún sitio sin wifi para terminar tu trabajo.
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    Crea rutinas. Identifica las tareas básicas que tengas que hacer una y otra vez, como cocinar o preparar a los niños para la escuela. Desarrolla métodos eficientes para ocuparte de estas tareas y repítelos hasta tener el hábito diario.[15]
    • Por ejemplo, puedes crear una rutina matutina nueva o una rutina de preparación de comidas el fin de semana.
    • Cuando puedas hacer las tareas simples en modo automático, liberarás tu mente para enfocarte en cosas más desafiantes.
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    Evita asumir demasiados compromisos. Es importante que logres tanto como puedas, pero hacer demasiado puede abrumarte rápidamente. En vez de ayudarte a vivir mejor, asumir demasiados compromisos puede causar un gran desgaste. Antes de incorporar cosas nuevas en tu agenda o lista de cosas por hacer, pregúntate si tienes tiempo para ello.
    • Revisa tu cronograma para asegurarte de tener tiempo.
    • Pregúntate si vale la pena renunciar a algo para agregar una cosa nueva.

Método 3
Método 3 de 3:
Encontrar el equilibrio entre el trabajo y el ocio

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    Reserva un tiempo para tus seres queridos. Revisa tu cronograma diario o semanal y decide cuándo te conectarás con tu familia y te pondrás al día con tus amigos. Si estás ocupado, quizás te resulte útil incorporar tu tiempo social en tus rutinas diarias.
    • Por ejemplo, puedes ponerte al día con tu familia todos los días durante la cena.
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    Establece un tiempo límite para la tecnología. Es demasiado fácil perder todo el tiempo libre por la noche en dispositivos como tu teléfono o tableta, y usar estos productos electrónicos cerca del horario de acostarse puede evitar que descanses bien por la noche. Ahorra tiempo y duerme mejor al apagar todos los dispositivos al menos una hora antes de acostarte.[16]
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    Incorpora la relajación en tu cronograma. El tiempo personal es importante para tu salud general y felicidad, así que priorízalo como lo harías con el trabajo o la escuela. Piensa qué necesitas para sentirte renovado y recargado todos los días. Luego, reserva un bloque de tiempo para ello en tu agenda.[17]
    • Por ejemplo, puedes levantarte 20 minutos antes cada mañana para meditar o reservar un tiempo los domingos por la noche para un pasatiempo.
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    Reserva un tiempo para tu salud. Descansa al menos siete horas por noche, y reserva algunas horas a la semana para hacer ejercicio y preparar comidas nutritivas. Mantenerte saludable te ayudará a funcionar mejor en todas las áreas de tu vida. También disfrutarás años de una mejor calidad de vida en el camino si te ocupas de tu salud en el presente.[18]

Acerca de este wikiHow

Leah Morris
Coescrito por:
Coach de vida
Este artículo fue coescrito por Leah Morris. Leah Morris es coach de vida y transición de relaciones, y es propietaria de Life Remade, un servicio integral de coaching personal. Con más de tres años como coach profesional, se especializa en guiar a las personas a medida que avanzan en las transiciones de sus vidas a corto y largo plazo. Leah tiene una licenciatura en Comunicación Organizacional de la Universidad Estatal de California, Chico, y es una entrenadora certificada de Transformational Life por medio del Instituto Southwest de Artes de Sanación.