Una rutina diaria es una manera excelente de seguir haciendo tus labores. En cuanto más tiempo te ciñas a esta, más cada labor se volverá un hábito y menos probabilidades tendrás de tener dificultades con tu motivación. La parte difícil es elaborar una rutina que puedas seguir cada día. Comienza con algunos cambios pequeños si tienes problemas para hacer tus labores y experiméntalos para averiguar qué te retiene de hacer lo que debes.

Método 1
Método 1 de 2:
Crear una rutina diaria

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    Pasa un día registrando todo lo que haces. Lleva un planificador, un cuaderno de apuntes o un teléfono móvil con una aplicación de calendario. Escribe la hora de inicio y fin de cada actividad, sin importar cuán pequeña sea. Al final del día, tendrás una lista que te indique exactamente qué haces todo el día.
    • Haz otra lista al día siguiente o una para cada día de la semana si hoy no es un día típico para ti.
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    Reduce las actividades no deseadas de tu día. El objetivo es ajustar tu programa verdadero para formar tu rutina diaria, en vez de tratar de inventar un plan completamente nuevo para tu día. Revisa tu lista de actividades para el día que registras. Decide en cuáles te gustaría invertir menos tiempo, como la dejadez o los medios sociales. Elimina algunas actividades de tu lista.
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    Escribe unas actividades productivas que reemplacen las anteriores. Cuenta el tiempo ahorrado al eliminar esas actividades de tu día. Escribe las actividades que pueden llenar ese tiempo, como el trabajo, el estudio, la limpieza de la casa u otras actividades productivas.
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    Organiza tu día y conviértelo en un horario. Utiliza el horario de tu día verdadero y la lista de los cambios que te gustaría hacer para escribir una rutina que puedas seguir. Puedes reorganizar las actividades en cualquier orden que quieras, pero no cambies el tiempo que toman. Asume que mañana también te tomará treinta minutos desayunar si te tomó ese tiempo hacerlo hoy.
    • Imagina cuánto tiempo te tomará realizar las actividades nuevas que agregas al horario y luego añádeles un cuarto de tiempo más de lo que imaginaste.
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    Reserva un tiempo para dormir. La mayoría de los adultos necesitan 7 a 8 horas para dormir de noche para seguir estando alerta y siendo muy funcionales. Los niños y los adolescentes suelen requerir 9 horas o más. Planifica una hora para dormir y despertar que te brinde bastante tiempo para dormir. De lo contrario, tu rutina diaria no será sostenible.
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    Reserva un tiempo para los descansos y las interrupciones. Es probable que te extenúes o te retrases la primera vez que algo inesperado suceda si el borrador de tu rutina está lleno de actividades desde el momento en que te despiertas hasta el momento en el que vas a dormir. Ajusta tu horario para permitir que haya al menos un espacio de 30 a 60 minutos de tiempo libre dentro de lo posible y haya varios descansos de 5 a 15 minutos entre las actividades productivas.
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    Prueba la rutina por un día. Pon a prueba el horario que has escrito. Esfuérzate por seguirlo exactamente. De lo contrario, escribe lo que hiciste diferente del horario y la razón para ello.
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    Cambia tu horario según tu experiencia. Siéntate al final del día y mira tu horario. Asigna más tiempo para una actividad y redúcelo del tiempo de una menos importante si el que estimaste resulta ser poco realista. Asigna menos tiempo para una actividad en tu horario si lo terminas 20 minutos antes de lo estimado. Finalmente, trata de realizar las actividades en un orden diferente si el que hiciste fue inconveniente o no parecía ser el correcto.
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    Repite el horario hasta que puedas seguirlo. Trata de seguir tu horario después de realizar los cambios. Sigue haciendo algunos ajustes y sigue intentando si tienes problemas para seguirlo. Lee el consejo a continuación si tienes problemas para seguir tu rutina.
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Método 2
Método 2 de 2:
Motivarte para seguir la rutina

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    Adáptate a tu ritmo natural. El cuerpo de cada persona tiene un horario natural diferente o un ritmo circadiano que ayuda a determinar cuándo una persona se sienta cansada o está alerta. Trata de crear una rutina que utilice los momentos más alertas de tu día para las actividades que requieran de un esfuerzo mental y físico y date tiempo para relajarte durante los momentos del día en los que te sientas cansado o tengas problemas para pensar.
    • Comunícate con un doctor o consigue una idea aproximada por medio de una evaluación en línea para tener un consejo para descubrir o adaptar tu ritmo natural.
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    Encuentra una manera de comenzar el día. Las mañanas pueden ser el punto débil en tu rutina diaria si te sientes apresurado o confundido durante este tiempo. Experimenta con diferentes opciones hasta que ingenies una rutina muy específica con la que puedas comenzar cada día:
    • Comienza el día con un vaso de agua para rehidratarte y despertar, seguido de un café o té si eso es lo que bebes.
    • Utiliza una rutina de estiramiento o de ejercicio ligero para despertarte. El saludo al sol es un ejemplo popular del yoga.
    • Ten el mismo desayuno listo cada día o al menos decide en la noche lo que desayunarás al día siguiente.
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    Piensa en tu rutina dos veces al día. Toma al menos 10 minutos cada mañana para revisar tu día. Decide qué actividades se pueden obviar hoy de ser necesario si tienes una obligación adicional hoy, una fuente temporal de estrés en tu vida u otra razón hoy que sea inusual. Al final del día, mira en retrospectiva y piensa en cómo terminó una decisión y si puedes mejorar tu rutina.
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    Encuentra unas actividades que te renueven. Debes de tener al menos unos 5 a 15 minutos de descanso programados incluso en el día más atareado para renovarte y prepararte para el resto de tu rutina. Encuentra una actividad diferente si sueles sentirte estresado durante estos descansos o si te absorben y terminan tomándote más tiempo del que deberían. Te brindaremos algunas sugerencias:
    • El ejercicio ligero, como caminar o trotar, puede renovarte y darte energía.
    • Una actividad divertida con una hora clara para finalizarla dificulta extralimitar tu descanso. Por ejemplo, encuentra un episodio de un podcast de quince minutos o lee un capítulo de un libro.
    • Recuéstate con los ojos cerrados o medita para recuperar tu fortaleza. Establece una alarma si se aproxima una labor urgente.
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    Motívate con el sonido. Establece una alarma en tu teléfono móvil o reloj de mano cuando comiences una actividad si sueles perder el hilo del tiempo. De esta forma, sabrás cuándo pasar a la siguiente actividad. Asimismo, puedes utilizar la música como una motivación más placentera al organizar tu música en listas de reproducción o categorías según el tipo de labor en el que trabajas. Por ejemplo:
    • Escoge una música que no te distraiga y con un ritmo estable cuando necesites concentrarte.
    • Escoge una música calmada cuando te relajes o trabajes en unos proyectos personales sencillos.
    • Escoge una música ruidosa y enérgica si estás cansado y realmente necesitas un estímulo para continuar.
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    Deja de postergar las cosas. Deshazte de las distracciones en tu área laboral. Bloquea las páginas web que desperdicien tu tiempo si trabajas en una computadora y postergas las cosas por estar en línea.
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    Utiliza algunas herramientas electrónicas para la productividad. Existe todo tipo de herramientas que pueden motivarte, hacerte recordar o darte recompensas virtuales por permanecer productivo. Prueba Habitica si te motivan los juegos o cualquier programa de calendario para hacerte recordar tu próxima labor.
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    Evita las interferencias en tu horario para dormir. La luz azul de las pantallas electrónicas puede evitar que tu cuerpo libere las hormonas para dormir. Minimiza el uso de la computadora, el teléfono y la televisión a altas horas de la noche o instala Flux para cambiar el color de tu pantalla en la noche. La cafeína, el alcohol y otras drogas también pueden dificultar dormir bien de noche.
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Consejos

  • Copia o imprime la lista de tu rutina diaria y dibuja una casilla de verificación al lado de cada actividad. Todos los días, utiliza un lapicero o un lápiz para marcar las rutinas diarias que ya has hecho de modo que no olvides ninguna.
  • Es posible que tengas que hacer una rutina diaria separada para cada día de la semana si tienes un trabajo o unas clases diferentes en los diferentes días de la semana.
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Acerca de este wikiHow

Jennifer Butler, MSW
Coescrito por:
Coach de vida amorosa y de empoderamiento
Este artículo fue coescrito por Jennifer Butler, MSW. Jennifer Butler es coach de vida y propietaria de Jenn Joy Coaching, una empresa de servicio de coach de vida con sede en Miami, Florida. Con más de cuatro años de experiencia en servicios como coach de vida, Jennifer también es copresentadora del Podcast de Deep Chats junto con Leah Morris, presentadora de la temporada 2 "Divorce and Other Things You Can Handle" ("el divorcio y otras cosas que se pueden manejar) de Worthy, y su trabajo ha aparecido en ESME, DivorceForce y Divorced Girl Smiling. Tiene una maestría en Trabajo Social de la Universidad de Nueva York. También es coach de salud certificada, especialista en comunicaciones y dominio de la vida y coach certificada en divorcios concientes y coach de "Calling in The One". Este artículo ha sido visto 66 093 veces.
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