Un pequeño porcentaje de mujeres embarazadas sufre de una condición conocida como cérvix incompetente, la cual genera un riesgo de nacimiento prematuro o aborto si no se le da tratamiento. Un cérvix incompetente o una insuficiencia cervical se diagnostica con más frecuencia en una etapa temprana o en el segundo trimestre del embarazo. Sin embargo, también se puede presentar en el tercer trimestre. Tu doctor podría realizar el diagnóstico mediante un examen interno o través de un ultrasonido.[1]

Método 1
Método 1 de 3:
Diagnosticar un cérvix incompetente

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    Averigua si estás en riesgo. Es muy probable que las mujeres que hayan tenido abortos durante el segundo trimestre de embarazo sufran de insuficiencia cervical. Cuéntale a tu doctor sobre cualquier complicación o aborto durante embarazos previos. Esto es particularmente importante si has experimentado una pérdida anterior durante el segundo trimestre de embarazo. Desafortunadamente, algunas mujeres no reciben un diagnóstico de cérvix incompetente hasta que han experimentado uno o más abortos. Saber sobre esta condición con anticipación le permitirá a tu doctor monitorear tu estado con mayor cuidado desde el comienzo del embarazo. Esto puede resultar en una detección temprana de un cérvix incompetente, lo cual produce una mayor probabilidad de prolongar el embarazo. Asimismo, cualquier cirugía efectuada en el cérvix pone a las mujeres en riesgo, incluida la cirugía luego de obtener resultados anormales en un Papanicolaou.[2]
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    Permanece atenta a los síntomas que se puedan presentar. Aunque es posible que un cérvix incompetente se presente sin síntomas aparentes, en algunos casos, pueden presentarse señales de advertencia. Por lo general, estas se presentarán entre las 14 y 22 semanas del embarazo e incluirán dolores de espalda, secreciones o líquidos tibios que se expulsan por la vagina, presión pélvica, dolor al orinar o la sensación de un nódulo en la vagina.[3]
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    Comunícate con tu obstetra o ginecólogo de inmediato si notas alguno de estos síntomas. Aunque quizás los síntomas no estén relacionados con un cérvix incompetente, siempre es mejor tener precaución y pedirle al doctor que te haga un examen completo para descartarlo. Esto podría incluir un ultrasonido. Ten en mente que la mayoría de diagnósticos de insuficiencia cervical se basan en la historia médica de una mujer que ha tenido abortos durante el segundo trimestre de embarazo. Si sufres de insuficiencia cervical, tienes algunas opciones médicas a tu disposición.[4]

Método 2
Método 2 de 3:
Someterse a un tratamiento médico

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    Habla sobre las opciones de tratamiento con tu doctor. Él o ella podrán explicarte las posibles opciones (cerclaje, pesario y progesterona) y te dirá cuáles están disponibles para ti. Ten en mente que un cerclaje (la sutura del orificio cervical) es el tratamiento más común y permite que muchas mujeres con historias previas de abortos lleven al bebé en su vientre hasta culminar el periodo de gestación. Por otro lado, un pesario, el cual se asimila al aro exterior de un diafragma, cambia el ángulo del cérvix y lo refuerza. Finalmente, los tratamientos de progesterona consistirán en inyecciones semanales de una hormona llamada caproato de hidroxiprogesterona.[5]
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    Consulta con tu doctor si los ultrasonidos en serie son un buen primer paso. Al realizar un ultrasonido cada dos semanas durante el segundo trimestre de tu embarazo, el doctor podrá monitorear el riesgo de un cérvix incompetente. Si él o ella ven señales de advertencia, entonces es posible que te realicen un cerclaje o un tratamiento de progesterona.[6]
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    Debes someterte a una cirugía menor para obtener un cerclaje. Una vez que te diagnostiquen con cérvix incompetente, es probable que tu doctor sugiera un cerclaje, el cual corresponde a una cirugía menor en la que se sutura el cérvix. Existen cinco tipos de cerclaje que se pueden realizar y será tu doctor quien determine qué tipo se adecúa mejor a tu situación, dependiendo de cuánto tiempo de embarazo tengas. Por lo general, el cerclaje se retira aproximadamente al final del embarazo para permitir tener un parto normal. En algunas ocasiones, dependiendo de las condiciones que se presenten durante el embarazo, el cerclaje se dejará en su lugar y la madre tendrá que someterse a una cesárea para que el bebé nazca.[7]
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    Habla con tu doctor sobre la colocación de un pesario. Un pesario es un aparato que se coloca dentro de la vagina para ayudar a levantar y reforzar el cérvix. Se podría usar el pesario en lugar de un cerclaje o junto con este.[8]
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    Pregunta si la progesterona podría mejorar tu condición. Este tratamiento hormonal ha probado ser efectivo para las mujeres con un cérvix corto. Sin embargo, los resultados no son claros en el caso de mujeres con un historial previo de abortos durante el segundo trimestre de embarazo.[9]
    • También es posible que necesites abstenerte de tener sexo durante un periodo de reposo en cama y pélvico.

Método 3
Método 3 de 3:
Cuidar de ti misma

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    Asegúrate de descansar lo necesario. Quizás resulte necesario que tu doctor te recomiende reposo en cama por algún tiempo o incluso durante el resto de tu embarazo. Si te hacen esta recomendación, no la tomes a la ligera. El reposo en cama es exactamente como suena: descansas en la cama con tus pies hacia arriba sin hacer ninguna actividad extenuante. Recostarse sobre la cama puede ayudar a reposicionar a tu bebé, de modo que se alivie la presión sobre el cérvix.
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    Pregúntale a tu doctor sobre el ejercicio vigoroso. Él o ella podrían sugerir que no realices ningún entrenamiento altamente intensivo, así como que te abstengas de tener sexo. Debido a que tu cérvix es débil, el ejercicio puede empeorar tu condición aún más.[10]
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    Haz tus ejercicios de Kegel. Estos ejercicios fortalecen los músculos pélvicos. Para asegurarte de que los estás haciendo correctamente, contrae tus músculos mientras orinas para detener el flujo de orina y luego libéralos para que el flujo continúe. Así es como los ejercicios de Kegel deben sentirse. Si bien no es seguro que los ejercicios de Kegel prevengan un cérvix incompetente, estos sí tienen ciertos beneficios, incluida la generación de mayor placer sexual, la ayuda en el parto vaginal, la prevención de incontinencia y una recuperación posparto más rápida.

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