Es probable que las contracciones te resulten dolorosas, pero también indican que tu bebé está a punto de nacer, lo cual constituye un momento emocionante. Si crees que te encuentras en trabajo de parto, es importante que aprendas a diferenciar las contracciones reales de las falsas. Esto será posible solo si sabes cómo se sienten. Además, debes aprender a diferenciarlas de las contracciones de Braxton Hicks y el dolor del ligamento redondo.

Método 1
Método 1 de 3:
Reconocer las contracciones de parto

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    Determina si las contracciones son regulares. Las contracciones reales desarrollan rápidamente un patrón de duración y frecuencia. Si bien la cantidad de tiempo y los intervalos en que las experimentas pueden variar, los cambios se desarrollan de manera progresiva y constante.[1]
    • Además, serás capaz de predecir el momento en el que ocurrirán las contracciones.
    • No existen espacios de tiempo en los que las contracciones se detengan (por ejemplo, un descanso de una hora).
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    Controla el tiempo de las contracciones para verificar su frecuencia y duración. Puedes utilizar un cronómetro, un reloj de pared o uno de pulsera (que cuente con un segundero) para verificar la duración de las contracciones (que oscila entre 30 y 70 segundos). Luego, debes verificar cuánto tiempo pasa entre una contracción y otra para determinar la frecuencia con la que se producen. A medida que se acerca el parto, tus contracciones deben durar más tiempo y ocurrir con mayor frecuencia.[2]
    • Debes controlar el tiempo de cada contracción de principio a fin. El valor resultante representa la duración.
    • El intervalo entre una contracción y otra representa la frecuencia.[3]
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    Verifica si el dolor se vuelve más intenso. Las contracciones de parto se vuelven más dolorosas y prolongadas a medida que se acerca el momento del parto, por lo que debes juzgar la intensidad de tu dolor y verificar si aumenta.[4]
    • Debes utilizar una escala de 0 a 10 para juzgar el dolor tal y como se presenta (donde 0 significa que no hay dolor y 10 representa el peor dolor que puedas imaginarte). Si los índices aumentan de manera constante, es probable que lo que experimentas sean contracciones de parto reales. La escala de dolor funciona mejor cuando el propio médico se encarga de la madre.[5]
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    Controla el dolor que irradia en la parte inferior de la espalda y la parte superior del vientre. Si bien las contracciones se originan en la parte inferior del vientre, es probable que sientas dolor en la parte inferior de la espalda o en la parte superior del vientre, lo que constituye un indicio de trabajo de parto real en comparación con otros dolores que se asocian con el embarazo (por ejemplo, las contracciones Braxton Hicks).[6]
    • El dolor irradiado descarta las contracciones de Braxton Hicks y es un indicador de trabajo de parto real. Sin embargo, la falta de dolor irradiado no necesariamente significa que no presentes contracciones. Algunas mujeres solo experimentan un dolor intenso en la parte inferior del abdomen, mientras que otras experimentan un dolor sordo en la parte inferior de la espalda y el abdomen y una presión en la pelvis. Además, otras mujeres describen las contracciones como dolores parecidos a un cólico menstrual fuerte.
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    Trata de hablar o reír cuando sientas dolor. A medida que aumentan las contracciones, no podrás hablar ni reírte mientras las experimentas. Si aún puedes hacerlo, es probable que no se traten de contracciones de parto.[7]
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    Verifica si sientes presión sobre la pelvis. Debido a que las contracciones indican que tu cuerpo se está preparando para el nacimiento del bebé, debes comenzar a sentir una presión sobre tu pelvis que coincide con el dolor de las contracciones. Si esto ocurre, es probable que tengas contracciones de parto.[8]
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    Prepárate para el espectáculo sangriento. Si experimentas contracciones de parto reales, debes observas manchas rojas o rosadas sobre tu ropa interior. Las contracciones pueden hacer que los vasos sanguíneos estallen en el cuello uterino, lo que da como resultado una mancha de sangre. Si experimentas un trabajo de parto falso, este sangrado irregular no ocurriría.[9]
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    Cambia de posición o de nivel de actividad para verificar si el dolor aumenta. Puedes evitar un trabajo de parto falso al estirar los músculos mientras reposas o cambias de posición. Las contracciones reales no se detendrán sin importar cuánto te acomodes. Si continúas sintiendo dolor después de colocarte en una posición relajada, es probable que te encuentres en trabajo de parto.[10]
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Método 2
Método 2 de 3:
Reconocer las contracciones de Braxton Hicks

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    Verifica si son irregulares. Debes observar los intervalos entre las contracciones para verificar si varían en longitud. Las contracciones de Braxton Hicks son inconsistentes y suelen disminuir, mientras que las contracciones de parto se desarrollan de manera progresiva.[11]
    • Por ejemplo, es probable que experimentes dolores cada pocos minutos durante media hora, pero luego el dolor se detiene durante una hora.
    • Como alternativa, puedes observar que el dolor ocurre en intervalos impares (por ejemplo, a cada minuto durante unos cuantos minutos), pero luego cada cinco minutos durante la siguiente media hora.
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    Examina si sientes incomodidad o tensión. La mayoría de las mujeres describen las contracciones de Braxton Hicks como incómodas, pero no tan dolorosas. Durante estas contracciones, es probable que además experimentes una tensión en el abdomen.[12]
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    Verifica si las contracciones ocurren en la parte inferior del abdomen en lugar de la parte inferior de la espalda. Las contracciones de parto se irradian desde la espalda, mientras que las de Braxton Hicks se localizan principalmente en la parte inferior del abdomen.[13] La incomodidad o la tensión de una contracción de Braxton Hicks comienza en la parte superior del abdomen y se desplaza hacia la parte inferior de este.[14]
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    Controla el tiempo de las contracciones. Puedes utilizar un cronómetro, un reloj de pared o uno de pulsera (que cuente con un segundero) para determinar cuánto tiempo dura el dolor. Las contracciones de Braxton Hicks suelen durar entre 15 y 30 segundos.[15]
    • Si los dolores que experimentas son más breves, es poco probable que se traten contracciones de parto o de Braxton Hicks. Debes comunicarte con tu médico si el dolor persiste.
    • Si los dolores se vuelven más prolongados (duran de 30 a 70 segundos o más) a medida que avanza el trabajo de parto, es probable que se traten de contracciones reales.
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    Trata de sentir los movimientos de tu bebé. Si puedes sentir a tu bebé moviéndose, entonces es probable que las molestias que experimentas sean contracciones de Braxton Hicks. El movimiento del bebé puede causarte incomodidad, ya que no deberías sentir al bebé durante las contracciones de parto.[16]
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    Cambia de posición para verificar si las contracciones se detienen. Debes colocarte en una posición más cómoda y luego descansar durante 15 o 30 minutos. Si el dolor se detiene, es probable que se traten de contracciones de Braxton Hicks. Estas contracciones pueden ocurrir debido a ciertas posiciones que adoptas y pueden aliviarse si te acomodas mejor o caminas. Sin embargo, las contracciones de parto no se pueden aliviar con solo cambiar de posición.[17] [18]
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Método 3
Método 3 de 3:
Reconocer el dolor del ligamento redondo

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    Percibe un dolor que sube y baja por los costados. El dolor del ligamento redondo es causado por los músculos que se estiran debido al crecimiento del bebé. A medida que tus músculos se estiran, un dolor te recorre los costados y la ingle. Si bien este dolor ocurre entre el estómago y la pelvis, es poco probable que lo confundas con los dolores de parto. Los músculos se encuentran en el área incorrecta, por un lado, mientras que el dolor por lo general ocurre durante el segundo trimestre y se describe como diferente a los del parto (una sensación de apuñalamiento breve que solo dura unos segundos).[19]
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    Verifica si el dolor es causado por el movimiento. El dolor del ligamento redondo ocurre cuando cambias de posición, toses, estornudas o utilizas el baño. Debes prestar atención cuando sientes el dolor para verificar si podría ser causado por los músculos que se estiran. Debes descansar durante varios minutos para verificar si el dolor disminuye.[20]
    • Cuando sientas dolor en los costados, debes sentarte o acostarte en una posición cómoda. Concéntrate en tu respiración para calmarte, pero no inhales tan profundamente, ya que podrías provocarte espasmos musculares.
    • Si desaparece, es probable que se trate del dolor del ligamento redondo.
    • Si el dolor no desaparece o se produce con mayor frecuencia, debes comunicarte con tu médico.
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    Determina la duración de tu dolor. El dolor del ligamento redondo aparece de repente y solo dura unos cuantos segundos. No suele ser recurrente. Recuerda que las contracciones de parto suelen durar de 30 a 70 segundos y luego reaparecen, por lo que es probable que las pequeñas ráfagas de dolor no tengan que ver con el trabajo de parto.[21]
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    Reconoce el momento en el que debes llamar al médico. A veces, un parto prematuro puede confundirse con un dolor del ligamento redondo. Además, el dolor abdominal durante el embarazo puede ser el indicio de una afección más grave que el médico tiene que tratar o descartar. Debes comunicarte con el médico si experimentas alguno de los siguientes síntomas:
    • dolor intenso (que dura más de unos cuantos minutos) o dolor con sangrado
    • fiebre o escalofríos
    • dolor al orinar
    • dificultad para caminar
    • fugas de líquido amniótico
    • disminución del movimiento fetal
    • sangrado vaginal irregular (que no sea ligero)
    • contracciones frecuentes y dolorosas cada 5 o 10 minutos durante una hora
    • ruptura de la fuente (en especial si el líquido es de color marrón verdoso oscuro)
    • sospecha de encontrarte en trabajo de parto prematuro (que ocurre antes de la semana número 37 del embarazo)
    • preocupación por la salud y el bienestar del bebé o de ti misma
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Consejos

  • Beber agua y realizar un poco de ejercicio ligero puede ayudarte a contrarrestar las contracciones de Braxton Hicks.[22]
  • Busca distraerte y acomodarte mejor mientras experimentas las contracciones.
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Advertencias

  • Si tienes menos de 37 semanas de embarazo y sospechas que te encuentras en trabajo de parto, debes comunicarte con el médico de inmediato.[23]
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Acerca de este wikiHow

Jennifer Butt, MD
Coescrito por:
Obstetra y ginecóloga certificada por lel colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Jennifer Butt, MD. Jennifer Butt tiene un doctorado en Medicina, y es una obstetra y ginecóloga certificada por el colegio oficial que opera su consultorio privado, Upper East Side OB/GYN, en la ciudad de Nueva York. Está afiliada al Hospital Lenox Hill. Recibió una licenciatura en estudios biológicos en la Universidad de Rutgers y un doctorado en Medicina en la Facultad de Medicina Robert Wood Johnson. La doctora Butt está certificada por la Junta Americana de Obstetricia y Ginecología. Es miembro del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, y miembro de la Asociación Médica Estadounidense. Este artículo ha sido visto 5340 veces.
Categorías: Parto
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