En ocasiones, las personas fingen tener una enfermedad mental o física cuando en realidad no es así. Por lo general, lo hacen para conseguir atención o evitar hacer algo. Si bien podrían hacerlo sin una intención maliciosa, este es un tipo de manipulación y mentira, y puede lastimar a otras personas que hagan un esfuerzo para cuidarlas, o limitar su propio desarrollo y oportunidades. Sin importar el caso, ser capaz de reconocer la mentira puede brindarte una manera de empezar a ayudar a esta persona a conseguir formas más constructivas de lidiar con los problemas subyacentes.

Método 1
Método 1 de 4:
Mantener una actitud justa

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    Reconoce que las enfermedades no diagnosticadas siguen siendo enfermedades. En ocasiones, las personas podrían tener un problema que no saben cómo llamar, y que los doctores no pueden clasificar al principio. Este puede ser un proceso confuso y frustrante para el paciente, pero es probable que con el tiempo encuentre un diagnóstico exacto y ya no tenga que buscar más.[1]
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    Ten en cuenta que una serie de diagnósticos no siempre indica que el paciente los finge. En ocasiones, las personas reciben un diagnóstico incorrecto, o solo para una enfermedad cuando tienen varias. Podría pasar mucho tiempo antes de identificar los correctos.[2]
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    Recuerda que las experiencias de otras personas podrían ser diferentes a las tuyas. Ellas pueden experimentar una afección sobre la cual nunca has escuchado o la misma que has tenido, pero un caso mucho más grave. No asumas que alguien finge tan solo porque no entiendes lo que padece.
    • Por ejemplo, si nunca has tenido cólicos menstruales fuertes, esto no significa que no pueden tener esta intensidad. Una persona podría solo tener cólicos leves, mientras que otra podría tener un dolor y agotamiento tan graves que no puede desempeñarse en el trabajo o la escuela.
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    Evita todo prejuicio o estereotipo que puedas tener. Las personas con diferentes enfermedades pueden ser de todo tipo. Ellas no tienen que encajar con el estereotipo de una enfermedad para tenerla.
    • Las enfermedades y discapacidades mentales son tan reales y graves como las físicas.
    • El simple hecho de que no hayas presenciado los síntomas de alguien (en especial los no visibles) no significa que no existan.
    • La persona puede lucir bien por fuera y sufrir por dentro. Esto puede ocurrir en especial con las enfermedades mentales.
    • Aquellas que padecen enfermedades crónicas pueden tener días “buenos” y “malos”. Durante un brote, sus síntomas pueden empeorar. El hecho de que sus síntomas sean menos graves algunos días no significa que sean falsos.
    • No todas las personas con una enfermedad o discapacidad coinciden con su estereotipo. Por ejemplo, las que sufren de depresión pueden sentirse felices de vez en cuando, y las que usan sillas de ruedas podrían pararse o caminar por distancias muy cortas.
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    Evalúa si tienes alguna motivación oculta. ¿Por qué quieres acusarla de fingir estar enferma? ¿Podrías estar tratando de perjudicar su reputación? Sé sincero contigo mismo. Debes hacerlo por los motivos correctos.
    • ¿Buscas algo de lo cual acusarla porque no te agrada?
    • ¿Estás celoso de la atención que recibe?
    • ¿Simplemente no quieres ayudarla o dedicarle tu energía emocional a su bienestar?
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    Ten en cuenta que acusar a alguien de fingir una enfermedad puede ser grave. Esta acusación puede arruinar relaciones, a veces de forma irreparable. Verifícalo antes de hacer alguna acusación grave.
    • Si acusas a alguien de fingir una enfermedad cuando en realidad la padece, esto podría cambiar la opinión que los demás tienen de ti.
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Método 2
Método 2 de 4:
Notar los signos

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    Observa si muestra los síntomas cuando está sola (o piensa que está sola). Si la persona finge una enfermedad, no necesitará mantener la mentira cuando crea que nadie la mira. Podrías notar que milagrosamente vuelve a estar “bien” cuando está sola.
    • Ten en cuenta que las personas podrían experimentar menos síntomas mientras reposan. Por ejemplo, alguien que sienta dolor podría sentir cierto alivio si sostiene el área afectada y mantiene la mente ocupada en algo más (como un programa de televisión).
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    Considera si parece disfrutar sus síntomas y los cuidados que recibe. Una persona enferma podría apreciar la amabilidad de los demás, pero su objetivo es mejorar y dejar de depender de ellos (hay excepciones, pero este suele ser el caso). Su enfermedad puede causarle frustración, tristeza o una angustia general.
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    Nota cómo reacciona a la idea de recibir medicamento y tratamiento. Si alguien se siente mal, probablemente acepte tomar medicamentos de venta sin receta, ya que quiere sentirse mejor. Por otro lado, alguien que finge podría rehusarse, ya que no los necesita.
    • Hay algunas razones por las que una persona lesionada o enferma podría rechazar el tratamiento. Algunas (en especial los hombres) podrían ser muy orgullosas como para admitir que necesitan tratamiento, y los fanáticos de las teorías conspiradoras o los que se oponen a las vacunas podrían temer que la medicina moderna los perjudique. Debes tener en cuenta su personalidad.
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    Observa cómo reacciona a la idea de acudir a un doctor. Una persona enferma podría aceptar por el deseo de mejorar, o quizás prefiera esperar un poco para notar si se cura. Por otro lado, es poco común que tenga una reacción extrema como las ansias o un rechazo empático. Si tiene una reacción muy fuerte, podría estar fingiendo su enfermedad.
    • Si la finge para evitar o conseguir algo, es probable que no quiera acudir al doctor, ya que podría descubrir que miente. Podría rehusarse a acudir a uno y empezar a “sentirse mejor” justo después de que se lo menciones.
    • Las personas a las que les gusta hacerse las enfermas podrían estar entusiasmadas por acudir a un doctor, ya que disfrutan jugar el papel del paciente.
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    Nota lo cómoda que esté en un entorno médico. La mayoría de las personas se sienten un poco nerviosas en el consultorio de un doctor o un hospital. Alguien que finge podría temer que lo descubran. Sin embargo, las personas con el trastorno facticio podrían estar muy relajadas y felices por estar allí, ya que su objetivo es recibir atención médica.
    • Ten en cuenta que todos reaccionamos diferente al tratamiento médico. Algunos se sienten menos nerviosos, y tal vez solo estén cansados o aliviados de que por fin recibirán ayuda.
    • Las personas a las que les gusta ser pacientes podrían tener mucho conocimiento médico, y podrían sorprender a los doctores y las enfermeras con lo mucho que saben.
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    Evalúa el motivo por el que la persona parezca aliviada al recibir un tratamiento. Una persona enferma podría sentirse aliviada por recibir un diagnóstico y tratamiento, ya que quiere sentirse mejor. Si finge, podría estar aliviada porque creen su mentira o porque está desempeñando el papel de “paciente” que le gusta.
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Método 3
Método 3 de 4:
Considerar las causas

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    Ten en cuenta las causas no graves de fingir una enfermedad. En ocasiones, las personas (sobre todo los niños) fingen una enfermedad para no ir a la escuela o el trabajo, o para recibir atención. Este podría ser un problema que solo ocurra una vez o de vez en cuando.[3] Podrían hacerlo por los siguientes motivos:
    • evitar una demanda
    • evitar una situación estresante (como a un acosador en la escuela)
    • querer atención
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    Observa si se hace la enferma. Las personas que se hacen las enfermas esperan conseguir algo (como dinero) al fingir una enfermedad.[4]
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    Identifica el trastorno facticio (antes conocido como el síndrome de Munchausen). Las personas con esta afección buscan atención y cuidados, y creen que fingir estar enfermas es la única manera de conseguirlos. Ellas disfrutan jugar el papel del paciente y recibir tratamientos médicos.[5] Muchas personas con este trastorno tienen un historial de traumas o dificultades en la niñez, y pueden tener enfermedades mentales subyacentes como la ansiedad, la depresión o el trastorno bipolar.
    • Podrían indicar que sus síntomas han empeorado después de recibir tratamiento.
    • Podrían mencionar que tienen una nueva enfermedad luego de que reciban tratamiento para la anterior.
    • Pueden tratar de falsificar los resultados de los exámenes o hacerse las enfermas.
    • Pueden tener mucho conocimiento médico que usan para fingir diversos trastornos.
    • También pueden fingir una enfermedad o lesión por motivos sociales, como hacer que sus familiares dejen de pelear.
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    Considera los trastornos que no involucren el acto de fingir una enfermedad. Algunas personas en verdad se sienten enfermas por motivos inusuales o misteriosos. Ellas suelen frustrarse y angustiarse por sus síntomas, y no pueden controlarlos. Estos son trastornos que podrían confundirse con el acto de “fingir una enfermedad”:
    • Hipocondría: esta ocurre cuando la persona se preocupa por su salud de forma obsesiva. Ella podría temer que los dolores normales sean problemas de salud graves. No lo hará a propósito, y el tratamiento para la ansiedad puede ayudar a reducir los síntomas.
    • Trastorno de conversión: este ocurre cuando el estrés excesivo se manifiesta como problemas de salud (como temblores, debilidad, entumecimiento, dificultad para caminar, etc.) y la persona no lo controla. Esto puede surgir al abordar el problema principal: el estrés crónico o grave.
    • Autismo y discapacidades de desarrollo: estos a veces pueden hacer que la persona se confunda con el motivo por el que siente algo determinado. Por ejemplo, quizás no sepa cómo diferenciar un resfriado y una combinación de alergias y agotamiento. Esta confusión no es intencional, y podría ser de utilidad que familiares atentos verifiquen cómo se encuentra con frecuencia.
    • Enfermedades mentales comunes (como la depresión, la ansiedad y el TOC): estos pueden causar síntomas físicos como dolores de estómago o fatiga. Una evaluación de salud mental podría identificar el problema, de modo que la persona pueda recibir el tratamiento apropiado.
    • Enfermedades extrañas o no diagnosticadas: estas pueden causar síntomas misteriosos hasta que la persona reciba la ayuda adecuada.
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Método 4
Método 4 de 4:
Seguir adelante

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    Sé amable, pero firme, con un niño que busque atención. Si crees que lo hace porque se siente ignorado, aborda el problema. Dile que mentir es malo y anímalo a buscar atención de una manera más constructiva.[6]
    • Por ejemplo, dile algo como “Joey, mentir sobre lo que sientes está mal. Si quieres mi atención, puedes decirme que te sientes solo o invitarme a pasar el rato contigo. ¿Eso es lo que quieres? Si es así, puedes pedírmelo”.
    • Escúchalo y bríndale una manera más eficaz de recibir atención, o podría aprender que fingir que está enfermo es la única manera confiable de conseguir tu atención.
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    Conversa con un niño que trata de faltar a la escuela. Los niños a los que les va bien pocas veces mienten para faltar a la escuela. Pregúntale por qué finge que está enfermo y qué le asusta de la escuela. Podría estar tratando de evitar algo que lo asusta. Tu hijo podría afrontar lo siguiente:
    • acoso
    • demasiado trabajo escolar o muy difícil
    • un profesor cruel
    • un trastorno de la ansiedad
    • una discapacidad no diagnosticada que haga que la escuela sea muy difícil (p. ej., un niño con discalculia al que le dan miedo las matemáticas, o uno con asma que deteste la clase de gimnasia)
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    Sé amable sin dedicar mucha energía emocional, si tienes dudas. Sé respetuoso con ella y cubre sus necesidades básicas. No tienes que darle mucha atención o amor. Sé diligente sin esforzarte demasiado por ella.
    • Si busca atención, esto le indicará que fingir una enfermedad no es una manera eficaz de conseguir mucha atención.
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    Fija límites con un adulto que tenga el hábito de fingir estar enfermo. Puede ser agotador lidiar con alguien que siempre busca atención de una manera negativa. No tienes que prestarle atención, y puedes cambiar de tema con amabilidad o abandonar la conversación. Estas son algunas cosas que puedes decirle:
    • “No puedo ayudarte hoy. Tengo un compromiso anterior”. Si te pregunta qué, di que es personal.
    • “Tía Cass, el tío Henry está tratando de hablar sobre algo difícil. Puedes esperar tu turno y hablaremos después sobre lo que quieres”.
    • “Lamento escucharlo. En fin, te decía que saldré de la ciudad este fin de semana”.
    • “Temo que no podré ir. Ya tengo planes”.
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Consejos

  • Apoya a tu amigo. Reconfórtalo y dile que puede hablar contigo cuando quiera.
  • Lee sobre la enfermedad que describa.
  • Ten en cuenta que las personas con discapacidades que afectan la comunicación (como el autismo) podrían tener dificultades para entender y describir sus síntomas. Tómatelo con seriedad si trata de decirte que algo anda mal.
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Advertencias

  • El simple hecho de que sus síntomas no coincidan, esto no significa que no tenga la enfermedad. Tal vez solo esté ocultándolos o protegiéndote de lo peor de su enfermedad, ya que no quiere que la veas sufrir.
  • No actúes con furia, no sospeches de ella ni la trates de forma condescendiente. Esto solo empeorará las cosas.
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Categorías: Trastornos mentales
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