Este artículo fue coescrito por Eric Christensen, DPT. Eric Christensen es un fisioterapeuta que reside en Chandler, Arizona. Con más de una década de experiencia, Eric trabaja en los campos ortopédico y neurológico, y se especializa en prescripción y yesos ortopédicos personalizados, reprogramación vestibular y terapia manual. Tiene una licenciatura en Ciencias del Ejercicio con especialización en Medicina Deportiva de la Universidad Estatal de Colorado y un Doctorado en Terapia Física de la Universidad Regis. En la práctica, Eric adopta un enfoque de desarrollo para la rehabilitación utilizando la evaluación del movimiento funcional selectivo. Utiliza patrones de movimiento funcional y terapia manual para devolver a los pacientes a los niveles anteriores de función.
Las cirugías de ligamento cruzado anterior (LCA) se realizan para reparar la rodilla luego de una lesión o un desgarre en el ligamento. Sin embargo, el proceso de rehabilitación luego de la cirugía es tan importante como la cirugía en sí, ya que restablece el funcionamiento y el movimiento normales de la rodilla. La rehabilitación ha evolucionado con el tiempo. Antes se creía que una rodilla lesionada debía inmovilizarse por completo hasta que se cure, pero en la actualidad se sabe que rehabilitarla con un rango de ejercicios de movimiento es mucho más eficaz. Empieza con el paso 1 a continuación para conseguir instrucciones detalladas sobre la manera de rehabilitar la rodilla luego de una cirugía de ligamento cruzado anterior.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 4:Inmediatamente después de la cirugía
-
1Usa una rodillera para estabilizar la rodilla luego de la cirugía. En las horas posteriores a la cirugía, te colocarán una rodillera para darle soporte y estabilidad a la rodilla. Debes usarla durante las siguientes 4 a 6 semanas, mientras la rodilla esté en reposo (es decir, no debes usarla mientras realices los ejercicios de rehabilitación). Debes usar la rodillera en la rótula y verificar que esté bien ajustada.
-
2Mantén la rodilla elevada para evitar la hinchazón. En la primera semana posterior a la cirugía, podrían colocar la rodilla en una máquina de movimiento pasivo. Esta máquina mantiene la pierna elevada por encima del nivel del corazón para evitar la hinchazón. Asimismo, esta puede modificarse para doblar la rodilla a un ángulo de 0 a 30°, el cual es el primer paso en la rehabilitación de la rodilla.[1]
-
3Toma medicamentos para aliviar todo dolor. Es necesario que tomes medicamentos para el dolor luego de una cirugía de rodilla a fin de aliviar el dolor y reducir la inflamación o hinchazón. Además de ser desagradables, el dolor y la hinchazón pueden ser perjudiciales para la recuperación adecuada, ya que debilitan los músculos que rodean la articulación de la rodilla y hacen que la rodilla se vuelva débil y rígida. El medicamento ketorolaco se receta comúnmente en los días posteriores a la cirugía.
-
4Coloca compresas de hielo en la rodilla para reducir toda hinchazón. Si la rodilla empieza a hincharse luego de la cirugía, puedes reducir la hinchazón aplicándole una compresa de hielo. El frío del hielo estrecha los vasos sanguíneos, lo que reduce la cantidad de fluido alrededor de la rodilla. Las compresas de hielo solo deben aplicarse por 20 minutos por sesión a fin de evitar que el hielo se derrita y la herida se humedezca. Toma un descanso luego de cada periodo de 20 minutos y vuelve a aplicar la compresa de hielo cuando la rodilla vuelva a calentarse.
- Si bien un dispositivo de compresión y frío automático (también conocido como “Cryo Cuff”) puede ser costoso, este puede ser de mucha utilidad para la aplicación de frío. Estas máquinas permiten aplicar frío sin ningún problema durante el periodo postoperatorio, y pueden seguir usándose a lo largo de la rehabilitación. Si tu seguro cubre estas máquinas o puedes comprar una, podrías considerar esta opción.
-
5No coloques almohadas debajo de la rodilla, ya que esto evita que la rodilla se estire adecuadamente. Es una mala idea colocar almohadas debajo de la rodilla para elevarla o darle soporte, ya que esto evitará que se estire de forma apropiada. Estirarla es una parte esencial de la rehabilitación; de lo contrario, podrías requerir una cirugía posterior. Si quieres darle soporte a la rodilla o elevarla, coloca una almohada debajo del talón o la pantorrilla, ya que esto ayudará al proceso de estirarla.
-
6Haz ejercicios de estiramiento de pierna. Tal como se ha mencionado, la capacidad de estirar la rodilla por completo es vital para tener una recuperación exitosa. Estirar la rodilla ayuda a reducir la hinchazón, lo que fomentará una recuperación más rápida. Prueba los siguientes ejercicios de estiramiento:
- Siéntate con las piernas estiradas delante de ti y coloca una toalla debajo del tobillo de la pierna lesionada para mantenerla recta. Tensa la rodilla y mantenla así por 6 segundos antes de relajarla. Esto contará como una repetición. Haz 3 series de 10 repeticiones con reposos de un minuto entre ellas. No debes sentir ningún dolor mientras realizas este ejercicio.
- Recuéstate con la pierna lesionada estirada y la “saludable” doblada. Levanta la pierna lesionada de forma vertical hasta que esté alineada con la altura de la otra rótula. No levantes la rodilla tan alto como para que te cause dolor. Haz 3 series de 10 repeticiones con un reposo de un minuto entre ellas.
- Siéntate en una silla resistente y coloca el pie de la pierna saludable debajo del tobillo de la pierna afectada. Levanta la pierna afectada usando la saludable para que esté lo más recta que puedas sin sentir incomodidad.
Parte 2
Parte 2 de 4:Luego de las dos primeras semanas
-
1Haz deslizamientos de talón para practicar el movimiento de doblado. Los deslizamientos de talón son un ejemplo de un ejercicio de rango de movimiento que ayudan a la pierna a seguir su movimiento natural con una tensión o resistencia mínima. Este ejercicio ayudará a la rodilla a recuperar el movimiento de doblado usando solo la tensión muscular como resistencia.[2]
- Recuéstate con las piernas estiradas delante de ti. Notarás que el ejercicio es más fácil si te recuestas en una superficie plana y usas calcetines, ya que esto reducirá la fricción entre el talón y el suelo.
- Mueve lentamente el talón de la pierna lesionada hacia tu cuerpo doblando la rodilla. El talón debe estar en contacto con el suelo en todo momento, mientras la pierna saludable permanece recta.
-
2Haz deslizamientos en pared para entrenar la rodilla y hacer que soporte peso. Los deslizamientos en pared son otro ejercicio de rango de movimiento y permiten que practiques el acto de doblar la rodilla mientras soporta el peso de tu cuerpo.
- Párate aproximadamente a 30 cm (1 pie) de una pared e inclínate hacia atrás contra ella mientras mantienes las piernas estiradas. Mantén la parte posterior de la cabeza, los omóplatos y el trasero en contacto con la pared en todo momento durante el ejercicio.
- Mete el abdomen mientras inhalas de forma relajada. Esto ejercitará los músculos del torso, lo cual es importante para evitar que el ligamento cruzado anterior vuelva a lesionarse.
- Desciende la espalda con lentitud por la pared doblando las rodillas. Podría ser de utilidad que imagines que te estás sentando en una silla imaginaria. Continúa hasta que empieces a sentir resistencia en las rodillas, pero sin sentir dolor.
- Vuelve a elevarte hacia la posición inicial, manteniendo una postura adecuada. Esto cuenta como una repetición. Haz 3 series de 10 repeticiones y reposa por un minuto entre ellas.
-
3Haz sentadillas con almohada para estabilizar la articulación de la rodilla. Este es un ejercicio funcional que ayuda a mejorar el soporte de peso, el equilibrio y la coordinación. Además, estas sentadillas ayudan a fortalecer el músculo vasto medial, el cual tiene forma de lágrima y es esencial para estabilizar la articulación de la rodilla.
- Párate erguido con los pies separados a la altura de las caderas. Mete el abdomen y mantén los omóplatos hacia atrás y hacia abajo. Esta postura brindará una base estable para el ejercicio y mantendrá el torso activo.
- Dobla una almohada gruesa a la mitad y apriétala entre las rodillas para sostenerla con firmeza en dicho punto. Esto activará el músculo vasto medial.
- Flexiona las caderas y dobla las rodillas, empujando el trasero hacia afuera como si estuvieras a punto de sentarte. Continúa hasta que las rodillas estén a la mitad del trayecto para estar paralelas al suelo. No trates de ir más allá; una sentadilla a la mitad bastará para entrenar el músculo vasto medial.
- Regresa a la posición inicial. Haz 3 series de 10 repeticiones con un minuto de reposo entre ellas.
-
4Experimenta con ejercicios de piscina para fortalecer la rodilla. Ejercitarse bajo el agua brinda un ejercicio de bajo impacto para la rodilla, lo que permite fortalecerla sin extenuarla. Uno de los ejercicios de piscina más simples, pero más eficaces, que puedes probar es caminar en la piscina:
- Caminar en la piscina permite que las rodillas se readapten a los patrones de caminata normales, sin ejercer demasiada presión en las articulaciones de las rodillas. Todo lo que tienes que hacer es caminar de un extremo de la piscina al otro hasta que te sientas cansado.
- Aumenta el tiempo que camines poco a poco hasta los 30 minutos por sesión. Trata de incluir una o dos sesiones de piscina en la rutina de rehabilitación semanal.
- No empieces a realizar ejercicios en la piscina hasta que las incisiones se hayan curado por completo, ya que no debes correr el riesgo de sufrir una infección.
-
5Considera la terapia de ultrasonido para fomentar la curación. La terapia de ultrasonido transmite ondas de alta frecuencia a los tejidos blandos debajo de la piel, incluidos los ligamentos y los tendones.
- Estas ondas de sonido ayudan a rejuvenecer los tejidos blandos y producir calor en ellos, lo que fomenta una mejor flexibilidad y acelera el proceso de curación.
- Consulta con un doctor o fisioterapeuta si puedes recibir terapia de ultrasonido.
-
6Realiza ejercicios de equilibrio para mejorar la coordinación. El equilibrio y la coordinación suelen verse afectados luego de una cirugía de rodilla. Por lo tanto, es importante que realices ejercicios de equilibrio para recuperar el equilibrio y la coordinación adecuados. Un buen ejercicio de equilibrio es apoyarte en una pierna y mantener el equilibrio, en el cual depositarás todo el peso del cuerpo de una pierna a la otra (lo ideal es que no te caigas). Esta es la manera de hacerlo:
- Párate erguido y levanta la pierna saludable, manteniendo el equilibrio con la pierna afectada. Mantén los ojos mirando hacia adelante, los omóplatos hacia atrás y hacia abajo, y el abdomen metido.
- Mantén esta posición por 10 segundos. Repítelo 3 veces con la pierna afectada y una vez con la saludable.
- Detén el ejercicio siempre que te tambalees. Debes mantener el cuerpo en una postura erguida. Este ejercicio podría parecerte fácil, pero puede ser muy difícil para los pacientes que se están recuperando de una cirugía de ligamento cruzado anterior.
Parte 3
Parte 3 de 4:Luego de cuatro semanas
-
1Haz sentadillas con una banda de ejercicio para fortalecer los músculos, los ligamentos y los tendones de la rodilla. Este es un ejercicio funcional que ayuda a desarrollar la fuerza en la parte inferior del cuerpo. Con este tipo de ejercicios, se agrega resistencia poco a poco para desarrollar la fuerza de los ligamentos, los músculos y los tendones que rodean a la articulación de la rodilla.
- Párate erguido con los pies separados a la altura de las caderas y coloca la banda a la altura de las articulaciones de las rodillas. La banda ejercerá una presión interior en las rodillas, lo que las obligará a ejercer resistencia a ella empujando hacia afuera. Esta reacción activará a los músculos vastos mediales de forma instantánea.
- Flexiona las caderas y dobla las rodillas, empujando el trasero hacia atrás como si te fueras a sentar en una silla. El objetivo es alcanzar un nivel en el que los muslos estén paralelos al suelo; no obstante, debes detenerte si sientes dolor o empiezas a tambalearte.
- Regresa a la posición inicial. Haz 3 series de 10 repeticiones con reposos de un minuto.
-
2Haz estocadas hacia adelante a fin de preparar las rodillas para más actividades de alto impacto. Las estocadas hacia adelante son un ejemplo de un ejercicio unilateral, el cual se usa para entrenar a la pierna lesionada con el fin de que soporte el mismo peso que la saludable. Esto es importante, ya que el cuerpo suele depositar su peso de forma natural en la pierna saludable luego de una lesión.
- Párate erguido y da un paso hacia adelante con la pierna lesionada, hasta que haya aproximadamente 30 cm (1 pie) de espacio entre los pies. Levanta el talón del pie trasero, de modo que solo el metatarso de dicho pie toque el suelo.
- Deposita tu peso corporal en el pie delantero a medida que desciendas. Continúa hasta que el muslo de la pierna delantera esté paralelo al suelo, pero no dejes que la rótula de la pierna delantera se extienda más allá de los dedos del pie, ya que esto aumentará la tensión en la articulación de la rodilla.
- Regresa a la posición inicial y repítelo por 3 series de 10 repeticiones con reposos de un minuto entre ellas, antes de cambiar de pie.[3]
-
3Haz planchas para dejar el torso esbelto y eliminar la presión de las rodillas. Las planchas se usan para fortalecer el torso y dejarlo esbelto. Esto podría parecerte innecesario cuando rehabilitas una lesión en la rodilla, pero los ejercicios de torso son muy importantes, ya que un torso fuerte alivia la carga en las articulaciones de las rodillas. Asimismo, estos ayudan a mantener esbelta la parte superior del cuerpo, lo que evita el desgaste diario excesivo de las rodillas.
- Adopta una posición de planchas, manteniendo las manos directamente debajo de los hombros y los pies juntos. La cabeza, los omóplatos y el trasero deben formar una línea horizontal recta.
- Tensa el abdomen como si fueras a recibir un puñete en el estómago. Mantenlo metido, ya que esto ayudará a mantener la posición de caderas adecuada durante todo el ejercicio.
- Mantén esta posición por 10 segundos y luego relájate. Repite el ejercicio 3 veces con periodos de reposo de 30 segundos entre ellas. Con el tiempo, puedes aumentar poco a poco el tiempo que mantengas la posición a 30 segundos cada vez.
-
4Practica remos con mancuernas para entrenar los músculos de la espalda y el torso. Los remos con mancuernas inclinado entrenan los músculos de la espalda y el torso, pero también ejercitan los músculos del área inferior del cuerpo. Para realizar este ejercicio, haz lo siguiente:
- Párate erguido con los pies separados a la altura de las caderas y las rodillas un poco dobladas. Sostén una mancuerna de 4,5 kg (10 lb) en cada mano. Las mancuernas de 4,5 kg (10 lb) suelen ser un desafío suficiente para los principiantes mientras mantienen una ejecución adecuada, pero puedes usar un peso mayor si tu fuerza lo permite.
- Inclínate a la altura de la cintura empujando las caderas hacia atrás y el trasero hacia afuera, como si fueras a cerrar una puerta con el trasero. Detente cuando sientas un estiramiento en los músculos isquiotibiales (los cuales están en la parte posterior de los muslos). Mantén el abdomen tenso durante todo el ejercicio.
- Procura mantener el arco natural de la espalda y no dejes que se encorve. Junta los omóplatos para trabajar todas las fibras musculares de la espalda.
- Levanta las mancuernas a la altura de la caja torácica, juntando los omóplatos en la parte superior del movimiento. Desciende las mancuernas y repítelo. Haz 3 series de 10 repeticiones y reposa por 1 minuto entre las series.
-
5Usa una bicicleta estática para aumentar el flujo de sangre. Este es un buen ejercicio cardiovascular que mantiene a los músculos, los ligamentos y los tendones calientes y activos sin ejercer demasiada presión en las rodillas ni extenuarlas. Empieza con una resistencia cero y aumenta el tiempo poco a poco hasta 30 minutos por sesión.[4]
Parte 4
Parte 4 de 4:Luego de seis semanas
-
1Sigue realizando todos los ejercicios antes indicados. Debes seguir realizando todos los ejercicios anteriores 6 semanas después de la cirugía de LCA, ya que son esenciales para la rehabilitación adecuada de la rodilla. Sin embargo, debes aumentar el nivel de dificultad y la intensidad de cada ejercicio aumentando el nivel de resistencia o el número de repeticiones para cada uno.
-
2Haz pasos laterales con una banda de ejercicio para aumentar el movimiento lateral. De las seis semanas en adelante, es una buena idea que incluyas algunos ejercicios de movimiento lateral en la rutina de rehabilitación. Hasta este punto, el enfoque de los ejercicios ha sido el movimiento de la rodilla hacia adelante y hacia atrás. Sin embargo, es importante que tengas en cuenta que la rodilla se mueve en un plano tridimensional. Por lo tanto, los ejercicios de movimiento lateral (como los pasos laterales con banda de ejercicio) son esenciales para la estabilidad de la rodilla.
- Ahora párate en una posición atlética con las rodillas un poco dobladas y el trasero hacia atrás y hacia afuera. Mantén la parte superior del cuerpo erguida y el pecho hacia afuera.
- Envuelve una banda de ejercicio alrededor de los tobillos, luego da un paso lateral hacia la derecha mientras mantienes los dedos del pie apuntando hacia adelante. Da cinco pasos a la derecha, manteniendo la postura atlética en todo momento.
- Da cinco pasos en la dirección opuesta, hacia la izquierda. Repite todo el ejercicio dos veces más, reposando por un minuto completo entre cada repetición.
-
3Haz sentadillas desde la semana 9 para fortalecer las rodillas. Luego de 9 semanas, habrás alcanzado las fases finales del proceso de rehabilitación. En este punto, solo tendrás que readaptar la rodilla fortaleciendo todo ángulo débil que hayas descuidado. Un buen ejercicio para ello son las sentadillas pausadas.
- Párate erguido con una postura recta y los abdominales tensos. Los pies deben estar separados a la altura de las caderas.
- Empuja las caderas hacia atrás y dobla las rodillas, como si fueras a sentarte en una silla. Sigue descendiendo hasta que los muslos estén paralelos al suelo y luego mantén esta posición por 3 segundos.
- Mantener esta posición crea tensión y ejercita más fibras musculares, lo que ayuda a fortalecerlas.
- Regresa a la posición inicial luego de tres segundos. Haz 3 series de 10 repeticiones con un reposo de un minuto entre cada serie.
-
4Trota en una caminadora a partir de la semana 13. De la semana 13 en adelante, habrás recuperado cierto grado de movimiento total en la rodilla, siempre y cuando no haya habido problemas u obstáculos durante el proceso de rehabilitación. Como resultado, podrás empezar a trotar en una caminadora.
- Para las primeras sesiones, un fisiólogo tendrá que supervisarte cuando trotes y te observará con atención para garantizar que mantengas la ejecución correcta mientras corres.
- Basándose en esta observación, determinará si tus rodillas están listas para correr al aire libre en un terreno más difícil. Esto te permitirá retomar tu entrenamiento de fuerza y rutina de ejercicios cardiovasculares habituales.
- Sin embargo, tendrás que someterte a un curso de preparación de fuerza para retomar los deportes antes de poder participar en ellos. Esto protegerá a las rodillas de las lesiones futuras preparándolas con movimientos que imiten a los del deporte.[5]
Referencias
- ↑ https://nismat.org/education/injury-evaluation-and-treatment/lower-body/care-after-acl-reconstruction/
- ↑ http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2953314/
- ↑ Baechle, Thomas y Roger Earle. Essentials of Strength Training and Conditioning, tercera edición. Colorado: National Strength and Conditioning Association, 2008.
- ↑ Anterior Cruciate Ligament Reconstruction Rehabilitation Protocol. Center for Orthopedics. Accedido el 18 de mayo de 2014.
- ↑ Tammy White, MS, PT y Phyllis Clapis, PT, DHSc, OCS. Anterior Cruciate Ligament (ACL) Injury Rehabilitation Exercises. Sports Medicine Advisor. 9 de febrero de 2009.