Las mazorcas de maíz secas son ideales para una decoración otoñal, sobre todo si se atan por las hojas para formar un ramo. No son solo ornamentales: los granos secos también pueden almacenarse para cocinar, ya sea para desgranarlos y hacer palomitas de maíz, molerlos para hacer harina de maíz o hacer nixtamal casero. También son adecuados para alimentar a los animales, desde el ganado de la granja hasta la fauna silvestre del patio. El método de secado dependerá del tipo de maíz que uses, pero todos los métodos requieren tiempo y paciencia. Puedes secar maíz dulce en un horno a baja temperatura, y dejar que el maíz criollo seque al aire.

Método 1
Método 1 de 2:
Secar maíz dulce

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    Escoge las mazorcas. El maíz dulce es el típico tipo de maíz comestible que encontrarás en la mayoría de supermercados. Aunque la temporada alta va desde mayo hasta septiembre, a menudo puedes encontrarlo todo el año si es importado.[1]
    • No hay diferencia entre el maíz dulce de color blanco y el de color amarillo, salvo por la tonalidad, así que escoge el que prefieras.[2]
    • Palpa la mazorca a través de las hojas antes de ponerla en la cesta. Si notas vacíos en donde deberían ir granos, vuelve a colocar la mazorca en su lugar. Sea cual sea tu objetivo final, necesitas el mayor número de granos posible.
    • Evita el maíz que se sienta blando, ya que podría ser un signo de moho o putrefacción.
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    Retira las hojas y los pelos. Una vez hayas traído las mazorcas a casa, pela las hojas. Desecha los pelos del maíz, o las fibras finas que crecen dentro de la mazorca.
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    Escalda las mazorcas de maíz poniendo a hervir una olla grande con agua. Asegúrate de que la olla que escogiste es lo suficientemente grande como para acomodar todas las mazorcas de maíz que quieres secar. Coloca las mazorcas en una cesta de alambre. Sumerge esta última en el agua hirviendo y déjala hervir sin tapar por dos o cinco minutos.[3]
    • Antes de escaldarlas, puedes cortar las mazorcas por la mitad, transversalmente. Así será más fácil secarlas por completo.
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    Llena un recipiente grande con agua helada. Colócalo en una encimera cerca de la estufa. Retira de la olla la cesta de alambre que contiene al maíz. Sumérgela inmediatamente en el agua helada para detener el proceso de cocción. Asegúrate de que cada mazorca quede sumergida. Deja la cesta ahí durante tres o cinco minutos, y pasa al siguiente paso mientras se enfría.
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    Coloca las mazorcas de maíz en una o dos bandejas para hornear. Una vez las mazorcas se hayan enfriado, levanta la cesta del recipiente de agua helada y escúrrela. Seca las mazorcas suavemente con un paño o un papel toalla. Colócalas en la bandeja o plancha para hornear. Mantenlas separadas por 5 u 8 cm (2 a 3 pulgadas) para asegurarte de que sequen de manera uniforme.
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    Enciende el horno a 60 °C (140 °F). Coloca la bandeja o plancha de hornear en las rejillas del horno. Deja la puerta del horno entreabierta por unos 13 cm (5 pulgadas), para favorecer la libre circulación del aire.[4]
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    Deja las mazorcas de maíz ahí durante 8 horas, rotando cada una hasta la mitad. Repite este paso hasta que las mazorcas estén bien secas y se sientan quebradizas.
    • Quizás sean necesarias tres o cuatro sesiones de secado de 8 horas a lo largo de varios días para completar este proceso.
    • Para acelerar el proceso y minimizar el uso del horno, puedes colocar la temperatura a 79 °C (175 °F) y dejar la puerta del horno cerrada durante un único periodo de 8 horas. Luego puedes completar el proceso secándolas al aire libre en una rejilla, durante uno o dos días. No obstante, tendrás que revisar las mazorcas de maíz y girarlas cada una o dos horas mientras estén en el horno, para evitar que se doren o se quemen.[5]
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    Guarda las mazorcas secas dentro de un recipiente hermético, en un entorno seco y acondicionado. Pueden durar años si se almacenan adecuadamente. Solo revisa periódicamente que no haya insectos o putrefacción.[6]

Método 2
Método 2 de 2:
Secar el maíz criollo o nativo

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    Consigue el maíz criollo, también conocido como "nativo". Los agricultores recogen estas coloridas variedades cuando ya están secas, o las secan manualmente antes de llevarlas al mercado.[7] Si encuentras algunas en la tienda, es posible que no tengas que tomar ninguna medida adicional. No obstante, si las recolectas por tu cuenta, necesitarás saber qué hacer.
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    Espera hasta que el maíz esté seco para cosechar. Sabrás que es el momento cuando las borlas (los trozos de pelo que salen de la parte superior de la mazorca) se vuelvan marrones y las hojas ya no sean verdes.[8]
    • Si las plantaste en mayo, es probable que el maíz esté listo para septiembre, dependiendo de las condiciones regionales.
    • Si vives en un clima húmedo, quizás quieras cosechar el maíz antes de que llegue la lluvia, para secarlo en interiores.
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    Saca el maíz tirando de la mazorca con fuerza, hacia abajo. Asegúrate de dejar las hojas, ya que esto ayudará al proceso de secado y añadirá un toque decorativo.[9]
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    Coloca el maíz que cosechaste sobre una rejilla de secado, en un área al interior, con calefacción y baja humedad. Como alternativa, puedes atar las hojas con un cordel y colocarlas en un tendedero. La idea es que necesitas que estén expuestas al aire tanto como sea posible.[10]
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    Deja las mazorcas de maíz afuera para que sequen durante una semana. Si presionas sobre un grano, debería ser imposible que hagas una abolladura, ya que estará completamente endurecido por el proceso de secado. Guarda estas mazorcas dentro de un recipiente hermético, en un lugar seco y caliente de casa.

Consejos

  • Si usas la mazorca de maíz seca para fines decorativos, prolonga su vida útil usando un pincel para aplicar una capa de goma laca.[11] Usar un rociador de barniz protector de fotos o papel también puede disuadir a los insectos y preservar el color.
  • Si piensas cocinar con el maíz dulce que secaste, quizás sea más fácil retirar los granos después de la fase de escaldado pero antes de la fase de secado. No obstante, es posible quitar los granos secos frotando dos mazorcas secas en un recipiente o cubo profundo, o haciendo palanca con un cuchillo para untar.[12]

Advertencias

  • Antes de secar, inspecciona cada mazorca en busca de signos de putrefacción o infestación de insectos. No uses mazorcas que no estén en buen estado.

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