La constancia es una característica fantástica que deberás desarrollar e implementar en tu vida. La clave para obtenerla será establecer y alcanzar metas específicas. Primero tendrás que identificar la manera en la que quieras ser más constante en tu vida, y tratar de cumplir estas metas pequeñas. Con el tiempo, deberás mantenerte motivado y asumir tus responsabilidades conforme te vuelvas más constante. Esto podría requerir algunos cambios en tu manera de pensar, de modo que mantengas una actitud optimista y productiva a lo largo del proceso.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Implementar medidas para ser constante

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    Crea metas específicas y realistas. Tendrás dificultades para ser constante si no tienes una idea sólida de lo que necesitas hacer. Al iniciar tu nuevo trayecto, tendrás que crear metas simples y sencillas con resultados específicos y medibles.[1]
    • Primero deberás definir lo que la constancia significa para ti. ¿Necesitas ser constante con tus hábitos de ejercicio? ¿Quieres lograr una mayor calidad en tu trabajo? ¿Quieres ser más accesible y confiable en tus relaciones?
    • Luego de haber identificado tu meta final, deberás concebir pasos más pequeños que te permitan alcanzarla. Por ejemplo, si quieres tener un mejor estado físico, podrías fijarte la meta de ejercitarte por 5 días a la semana o inscribirte en una clase.
    • Sé específico. En lugar de decir “Voy a valorar a mi pareja de forma constante”, podrías fijarte algo como “Voy a agradecer a mi pareja cuando lave los platos, haga la cena o ayude en la casa”.
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    Créate un horario. Las tareas y los compromisos pueden acumularse con facilidad, pero podrás mantenerte encaminado con un calendario, una agenda o un horario. Si tienes un horario, esto te ayudará a planificar tu día, para así poder realizar todas tus tareas a tiempo. Asimismo, este te ayudará a conocer los compromisos para los que tengas tiempo y aquellos para los que no.[2]
    • Usa una agenda de papel o un calendario de escritorio. También puedes descargar una aplicación de horario en tu teléfono, como Google Calendar o Outlook.
    • Reserva un tiempo realista para cada tarea. Si no sabes con certeza cuánto te tomará una tarea, deberás dedicar un tiempo adicional para culminarla.
    • En el caso de las metas más grandes (como escribir un libro o perder peso), deberás establecer tareas diarias pequeñas que puedas llevar a cabo para alcanzarlas. Por ejemplo, podrías fijar un conteo diario de palabras que debas alcanzar, o planificar comidas específicas para cada día.
    • ¡No olvides incluir los descansos! No realices ninguna tarea durante dichos días o momentos.
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    Coloca recordatorios en tu casa, espacio de trabajo y en tus pertenencias. En ocasiones, puedes olvidar con facilidad tus nuevas metas, hábitos, compromisos o promesas; en especial si son personales. Podrás recordártelos en el transcurso del día si colocas mensajes en áreas visibles.[3]
    • Anota tus metas en notas autoadhesivas y colócalas en tu espejo, computadora, refrigeradora, el panel de instrumentos de tu auto y tu agenda.
    • Coloca un papel con tus metas en tu billetera, la gaveta de tu escritorio o tu bolso.
    • Si tratas de implementar una medida diaria, podrás crear un recordatorio en tu teléfono. Programa una alarma o usa una aplicación de recordatorio que te notifique cuando necesites emplearla.
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    Solo haz promesas si puedes cumplirlas. La constancia suele requerir que la persona haga compromisos y los mantenga. No obstante, es fácil abrumarse si prometes demasiadas cosas. Si crees que algo que te pidan podría ser difícil de realizar, deberás negarte.[4]
    • Por ejemplo, si le dices a tu pareja que vas a encargarte de la mitad de las tareas domésticas, verifica que tengas tiempo después del trabajo para hacerlo.
    • En algunos casos, podrás llegar a un acuerdo sobre algo que puedas cumplir. Si alguien te pide ayuda para mudarse, podrás decirle “Bueno, no puedo llegar antes de las 3 p.m., pero podría visitarte después. ¿Qué te parece?”.
    • Esto también incluye hacerte promesas. Si sabes que es poco realista que escribas 10 páginas al día para tu nueva novela, prométete que solo escribirás como mínimo un poco cada día.
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    Prémiate al culminar algo que te hayas fijado. Si cumples tus metas, deberás darte un premio. Incluso las metas pequeñas merecerán premios pequeños que te ayuden a mantenerte motivado durante el proceso.[5]
    • Por ejemplo, si has logrado terminar tu trabajo a las 5 p.m. todos los días durante una semana, deberás tomarte una noche libre. Ve a ver una película o come una cena especial.
    • Si estás entrenando para una maratón y has cumplido tus metas diarias de ejercicio, podrás inscribirte en una maratón de 5 km para así experimentar una noción de éxito.
    • Si has podido mejorar tus relaciones al ser más constante, tus amistades podrían ser el premio. Si estás orgulloso de ti, invita a tus amigos a salir o prepara una cena.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Mantener la constancia

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    Sigue adelante si cometes un error. Incluso las personas más constantes y organizadas cometen errores de vez en cuando. Incluye en tus planes a los posibles fracasos, y no te atormentes si cometes un error en el proceso.[6]
    • El simple hecho de haber tenido que cancelar una cita, romper una promesa o perderte una fecha límite no significa que carezcas de constancia. En ocasiones, habrá factores externos que se interpondrán a pesar de haber planificado de la mejor manera.
    • Incluye a los obstáculos y los fracasos. Si un agente literario rechaza tu manuscrito, determina a qué otra persona se lo enviarás o revísalo para identificar lo que podrías mejorar.
    • La constancia no es sinónimo de perfección. Si faltas un día al gimnasio o no le lees un libro a tu hijo por la noche, anímate para empezar de nuevo al día siguiente.
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    Tómate un tiempo libre para recuperar energías. La constancia no consistirá en trabajar en todo momento. Es más, si te tomas un descanso, mejorarás tu productividad y no te agotarás. Reserva un tiempo para ti y no dejes que el trabajo u otros compromisos interfieran.[7]
    • Podrías tomarte una hora cada noche para leer, darte un baño o mirar televisión. No trabajes durante este tiempo.
    • La meditación será una manera fantástica de silenciar la mente y darte un poco de tranquilidad. Medita como mínimo por 5 minutos al día y aumenta el tiempo poco a poco hasta alcanzar los 15 minutos por sesión.
    • No omitas tu tiempo personal si tienes otras responsabilidades. Por ejemplo, si necesitas las mañanas de los sábados para dormir hasta más tarde, no le prometas a tu pareja que despertarás para podar el césped. Dile que lo harás otro día o en otro momento (¡y cumple esta promesa!).
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    Usa elementos que te motiven para así mantenerte incluso cuando no tengas ganas de hacerlo. Si estás cansado o estresado, podrías olvidar tus metas por un día con facilidad, pero estas acciones pueden hacer que te desvíes con rapidez. Si te sientes desanimado o con pereza, podrás buscar otras fuentes de motivación.[8]
    • Bríndate premios pequeños en el transcurso del día para mantenerte enfocado. Si vas a escribir un ensayo largo, tómate un descanso de 5 minutos cada vez que termines 1 o 2 páginas.
    • Recuérdate tus metas a largo plazo. Recuérdate que, si quieres alcanzar tus metas, tendrás que encargarte de las tareas en cuestión. En lugar de decir algo como “No quiero escribir estos informes”, podrías pensar “Cuando termine estos informes, tendré tiempo para hacer algo más”.
    • Si tienes un día difícil, deberás comprometerte a cumplir algo. Por ejemplo, si quieres comer alimentos saludables de forma más constante, pero no puedes cocinar, deberás elegir una ensalada en lugar de comida rápida.
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    Asume tus responsabilidades. Para ser constante, deberás reconocer los momentos en los que no alcances los estándares y las metas que te has fijado. En estos momentos, deberás determinar si tus metas son realistas o preguntarte qué puedes hacer para mejorar.[9]
    • Deberás tachar en tu horario o calendario las tareas que hayas culminado. Esto te dará una sensación de satisfacción y también te ayudará a determinar qué es lo que puedes lograr de forma realista en un día.
    • Pídele a un amigo, familiar, tutor o compañero de trabajo que te ayude a asumir tus responsabilidades. Pídeles que acudan a ti una vez a la semana para saber cómo va tu progreso. Si notan que no te comportas de forma constante, deberás permitir que te lo señalen.
    • No te atormentes si no cumples tu objetivo. Lo importante será que sigas esforzándote por alcanzar tus metas y ser constante.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Cambiar tu manera de pensar

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    Espera un tiempo para notar los cambios. Siempre que quieras implementar nuevos hábitos, deberás tener en cuenta que esto puede tomar tiempo. En lugar de adoptar varias medidas nuevas al mismo tiempo, deberás tomarte un tiempo para determinar qué te funciona. Sé realista con lo que esperes ver luego de un tiempo.[10]
    • Por lo general, se requerirá hacer algo por 3 semanas de forma constante para así desarrollar un nuevo hábito. Cada 3 semanas, deberás fijarte una meta pequeña que tendrás que cumplir en dicho periodo. No abarques demasiado, empieza con rituales pequeños y aumenta tu actividad poco a poco.
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    Fija límites para tus compromisos y relaciones personales. Los límites te ayudarán a mantener los compromisos con más facilidad, ya que tendrás un margen específico al cual ceñirte. Antes de asumir tareas o compromisos nuevos, deberás establecer aquello que puedas y estés dispuesto a hacer, así como lo que sepas que no podrás cumplir.[11]
    • Por ejemplo, podrías decidir que no responderás llamadas telefónicas durante una cena familiar. Dile a tu jefe, tus compañeros de trabajo y tus amigos que este será un límite. Deberás dejar tu teléfono en otra habitación durante la cena.
    • También puedes fijarte indicadores de calidad. Podrías determinar que vas a revisar tu trabajo dos veces antes de enviárselo a tu jefe. Tómate un tiempo adicional para culminar esta tarea, de modo que puedas lograr una calidad constante.
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    Desarrolla tu fuerza de voluntad. Se requiere fuerza de voluntad para desarrollar constancia, ya que por lo general tendrás que realizar tus labores incluso cuando no tengas ganas de hacerlas. Para lograrlo, necesitarás la voluntad necesaria para ello.[12]
    • Evita las tentaciones siempre que sea posible. Por ejemplo, si quieres comer sano de forma constante, deberás tener alimentos saludables a la mano cuando tengas hambre. No tengas alimentos perjudiciales cerca.
    • El agotamiento puede hacer que omitas las tareas. Duerme como mínimo de 7 a 9 horas cada noche para así poder mantener tus esfuerzos.
    • Recuerda los beneficios a largo plazo siempre que te sientas desmotivado. Revisa tu lista de metas para inspirarte.
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    Elimina los pensamientos negativos. Estos serán un obstáculo para la constancia y la fuerza de voluntad. Al pensar de forma negativa, será menos probable que puedas ceñirte a tus acciones constantes.[13]
    • Presta atención a los patrones de pensamientos negativos que puedan perjudicarte en el futuro. Identifica los momentos en los que empieces a pensar algo como “No puedo hacerlo” o “Soy un estúpido”.
    • Al detectar estos patrones de pensamientos negativos, deberás cambiarlos o tener un pensamiento más positivo o neutral. Si notas que piensas algo como “No puedo hacerlo”, deberás cambiarlo por algo como “Voy a hacer lo siguiente, incluso si no soy tan bueno en ello”.
    • Si empiezas a sentirte abrumado con una tarea o meta, tendrás que revisarlas (o el resultado). Divídelas en pasos más pequeños o prométete que obtendrás un premio al cumplirlas.
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Consejos

  • Ten en cuenta que no será de mucha ayuda que “seas constante” en general. Deberás idear aspectos específicos en los que quieras ser constante, como en tus acciones hacia los demás o tus hábitos alimenticios.
  • En ocasiones, podrías tener que hacer cambios en tu horario y tus compromisos (como cuando tu familia llegue a visitar tu ciudad o cuando estés enfermo). No habrá ningún problema con ello, y deberás tomarte la libertad de realizar estos cambios.
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Advertencias

  • No te atormentes si no logras ser constante en todo momento. Recuerda que nadie es perfecto, pero que, con un poco de práctica, podrás ser más constante en torno a lo que hagas.
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Acerca de este wikiHow

Klare Heston, LCSW
Coescrito por:
Trabajadora social clínica
Este artículo fue coescrito por Klare Heston, LCSW. Klare Heston es una trabajadora social clínica independiente licenciada que reside en Cleveland, Ohio. Con experiencia en asesoría académica y supervisión clínica, Klare obtuvo su maestría en trabajo social en la Universidad de la Mancomunidad de Virginia en 1983. También tiene un certificado de posgrado de 2 años del Instituto Gestalt de Cleveland, además de una certificación en terapia familiar, mediación, y recuperación y tratamiento de traumas (EMDR). Este artículo ha sido visto 16 115 veces.
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