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El perdón y la aceptación son las claves para comenzar a ser mejor que tu enemigo. Incluso usar la palabra “enemigo” es problemática y continúas viendo la vida en este contexto en blanco y negro, serás tú quien que acaba sufriendo, no tu supuesto “enemigo”.
Pasos
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1Deja de llevar la cuenta de los logros y los desprecios de tu enemigo. Si continúas pensando así en relación a tu enemigo, estarás dándole a esa persona el poder para arruinar tu día. Tú eres quien convierte a esa persona en algo que no son: tu poseedor, tu punto de guía y tu mentor indeseado. Si sigues usando a esta persona como tu vara de medir, y las cosas se convertirán en algo muy fácil para ti.
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2Deja de referirte a la otra persona como un enemigo. No le gustas, o puede que te lo hayan hecho saber de alguna forma. No mejorará las cosas llamarlos enemigos. Ya que la vida sigue adelante, continuarás conociendo a gente que no te guste mucho, pero tendrás que aprender a llevarte bien con esas personas por el bien de unas relaciones armoniosas. ¿Por qué no empezar a aprender ahora que eres joven? O incluso, si eres mayor y no has aprendido esta lección, siempre puedes hacerlo ahora. Las etiquetas son una forma de dar y ceder poder. Si clasificas a esta persona como “enemiga”, les das el poder de percibirte como la “víctima” en la relación entre ustedes dos.
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3Pon la otra mejilla. Sigas o no las enseñanzas cristianas, este es un buen consejo. Les proporcionas la munición si le llamas cosas, ya sea a la cara o por la espalda. Y tú eres quien se resiente mientras ellos disfrutan. ¡Esta no es forma de vivir!
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4Vive tu vida. No permitas que esta persona te desanime de hacer las cosas que quieres hacer. Si esta persona va a algún lugar al que quieres ir pero sientes que no puedes porque estará ahí, ve de todas formas. Siéntate y quédate en un sitio diferente, se civilizado y simplemente saluda con la cabeza si te tropiezas con ella, y no dejes que su presencia arruine la ocasión. En cualquier caso, si no le gustas a esa persona, supones una fuente de malestar para ellos que hará que la relación se equilibre.
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5Mírate a ti mismo. ¿Qué necesitas para sentirte mejor contigo mismo? Si alguien te molesta tanto que sientes la necesidad de etiquetarlo como “enemigo”, puede que estés celoso de esa persona o que te sientas inseguro cerca de ella. La respuesta es no menospreciarla, sino encontrar la razón por la que te sientes así y buscar una solución. Si crees que es más guapa que tú, es hora de arreglarte cuidadosamente. Una persona bien arreglada puede ser tan atractiva como una que haya nacido bella por naturaleza. Y recuerda siempre que el interior es siempre más importante que el aspecto superficial. Existen otras formas de mejorar tu autoestima, como aprender más, practicar más, leer más, bailar más, practicar más deportes... Hacer “más” cualquier cosa en la que quieras mejorar.
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6Se agradable. No importa lo grosera que la otra persona te trate, no le devuelvas la pelota. Sigue siendo amable, cortés y curioso. La curiosidad es lo que les motiva. Cuando intentas estar en el lugar de otra persona, las cosas interesantes comienzan a revelarlos.
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7Perdónales y acepta quienes son. El perdón por cosas que ya han pasado te permite seguir adelante y ser una persona más fuerte. Esto quiere decir que si debes verlo como una confrontación, “ganas” a la larga por tener la conciencia tranquila y tu integridad personal intacta. Acepta que ambos son partes valiosas de la vida en este planeta y que se les ha concedido la oportunidad de vivir una existencia maravillosa.
Consejos
- No importa lo que esta persona piense, ni lo que piensen otras. Si tu supuesto enemigo cree que tu cambio es estúpido y continúa considerándote un enemigo, déjalo que lo haga. No le des ninguna razón para hablar mal de ti; ser amable en todas las situaciones es esencial. De esta forma, cuando vaya a pincharte por algo, no tendrá nada que decir, porque no habrás hecho nada para herirle.