¿Buscas la sonrisa perfecta? No te preocupes por tener los dientes separados o los labios delgados. La verdad es que no hay una sonrisa mejor que otra. Practica para encontrar una sonrisa que te guste para que tengas la confianza de mostrársela al mundo. Existen blanqueamientos dentales, pero no caigas en el error de arruinar tu salud dental con los tratamientos excesivos. Al final, una dentadura saludable te dará la mejor sonrisa.

Método 1
Método 1 de 2:
Perfeccionar la sonrisa

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    Aumenta tu seguridad. Para tener la sonrisa perfecta no es necesario que tengas los dientes como un artista de Hollywood ni los labios de cierta forma. Sonríe para que las demás personas se abran y se sientan felices y cómodas. A las personas les interesará más la razón de tu sonrisa que la apariencia de la misma. El siguiente consejo te ayudará a ajustar la forma de tu sonrisa, pero eso solo es la guinda del pastel.
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    Busca un espejo y relájate. Mírate en el espejo y relaja los músculos faciales y los hombros. Si te sientes tenso, frótate las mejillas y la frente con suavidad. Aprieta y afloja la mandíbula un par de veces.
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    Piensa en algo agradable. Una sonrisa genuina es la mejor sonrisa. Piensa en un recuerdo agradable o en un evento reciente, en tus amigos o en la persona de quien estás enamorado. Incluso un momento bochornoso de la infancia puede hacerte sonreír.
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    Acomoda los ojos. Una de las diferencias principales entre una sonrisa verdadera y una falsa es el cambio que se produce alrededor de los músculos de los ojos. Cualquiera de estas técnicas puede funcionar:
    • Trata de arrugar o entrecerrar los ojos un poco. Esto sucederá automáticamente si tienes una sonrisa amplia.
    • Trata de ensanchar los ojos un poco y levantar las cejas.
    • Si inclinas la cabeza, aunque sea un poco, tu sonrisa lucirá mejor.
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    Practica una sonrisa formal. Empieza por practicar una sonrisa formal para una fotografía del trabajo o la escuela. Mantén los dientes juntos. Puedes mantener los labios cerrados o mostrar mucho los dientes si prefieres.
    • Trata de poner la lengua detrás de los dientes frontales superiores. Esto hace que el labio inferior luzca más grueso y que los espacios entre los dientes no sean tan evidentes. Esta suele ser una apariencia femenina, pero cualquier persona la puede usar.
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    Sonríe de forma amigable. Esta es una sonrisa pequeña y sutil que usarías en una reunión social para atraer la atención de alguien. Presiona los labios juntos y luego ensánchalos. Mantén la sonrisa solo un segundo, lo suficiente para que la otra persona se dé cuenta. Estas son algunas variaciones para hacerlo:
    • Forma una curva con los labios, mantén fijo el centro de los labios y mueve las esquinas hacia arriba.
    • Trata de formar la curva de nuevo, pero sigue estirando las esquinas hasta que muestres un poco los dientes.
    • Una sonrisa de satisfacción se logra levantando un solo lado de la boca y arqueando una ceja. Esta sonrisa podría parecer de picardía o de sarcasmo, así que ten cuidado.
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    Presume una gran sonrisa. Abre la boca para separar los dientes y sonríe grande y ampliamente. Levanta las cejas mientras lo haces. ¡Esta sonrisa expresa que te estás divirtiendo!

Método 2
Método 2 de 2:
Cuidar tu salud bucal

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    Usa el hilo dental todos los días. Usa el hilo dental una o dos veces al día antes de cepillarte los dientes. Esto elimina la placa que está entre los dientes, lo cual evita la acumulación de la placa blanca o amarilla.
    • Si tienes frenillos, pídele al ortodoncista unos “enhebradores” que puedes usar para pasar el hilo en medio de los frenillos.
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    Cepíllate los dientes dos veces al día. Para tener unos dientes limpios y saludables, cepíllate dos veces al día, durante al menos dos o tres minutos. Usa una pasta dental que contenga flúor para obtener mejores resultados. Cepíllate con suavidad, sobre todo cerca de las encillas. Cepillarte fuertemente no te limpiará más los dientes e incluso puede dañarte las encillas.
    • Las pastas dentales blanqueadoras son abrasivas y el uso prolongado de las mismas puede dañar el esmalte de los dientes.[1] Considera usarlas cada dos días o hasta haber eliminado las manchas evidentes.
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    Prueba los blanqueadores caseros. Si usar el hilo dental y cepillarte no es suficiente para blanquearte los dientes, prueba un tratamiento blanqueador. Estos remedios caseros son buenos para empezar, ya que son mucho más baratos que las opciones que se ofrecen en las farmacias.
    • Agrégale un poco de bicarbonato de sodio a la pasta dental y cepíllate por dos minutos. Hazlo solamente una vez a la semana, ya que el uso excesivo puede dañarte los dientes.[2]
    • Enjuágate la boca con una cucharadita llena de aceite de coco por unos minutos, luego escúpelo en la basura. Los dentistas están en desacuerdo sobre si el uso del aceite funciona, pero no debería causarte ningún daño y muchas personas lo usan.[3]
    • No uses remedios caseros que contengan fresas, vinagre u otros alimentos con ácidos. Estos pueden quitar algunas manchas, pero pueden deteriorar rápidamente el esmalte de los dientes.
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    Ten cuidado con los tratamientos blanqueadores profesionales. Todos los tratamientos siguientes pueden ser muy dolorosos para las personas que tienen caries, sensibilidad en las encillas o para cualquiera que los use de forma excesiva.[4] No obstante, pueden ser muy efectivos para ocultar las manchas de los dientes. Estas son algunas opciones:
    • Las tiras de blanqueamiento dental: puedes comprarlas en las farmacias; pueden ayudar a eliminar las manchas profundas y superficiales, pero sus efectos pueden ser limitados para las manchas más oscuras. Estas tiras pueden causar sensibilidad temporal en los dientes.
    • Las bandejas de blanqueamiento dental: usan un gel blanqueador más potente que las tiras. Para obtener mejores resultados, pídele al dentista una bandeja que se ajuste a tus dientes.
    • El procedimiento de blanqueamiento dental: el dentista puede hacerte un blanqueamiento bastante fuerte y protegerte las encías mientras lo hace. Por lo regular, esto no lo cubre el seguro.
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    Evita las sustancias que producen manchas. El café, el té negro y el vino pueden mancharte los dientes. Trata de beberlos con una pajilla (popote) o reduce la cantidad que consumes. Fumar también puede mancharte los dientes, así que considera dejar ese hábito o cambiarlo por un cigarrillo electrónico o un vaporizador. Estos no producen manchas porque no estarás fumando, pero sus efectos a largo plazo son desconocidos.
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    Mantén los labios suaves. No olvides que la sonrisa también incluye los labios. Cuídate los labios con las técnicas siguientes:
    • Exfóliate los labios con un exfoliante o con un cepillo dental. Si tienes los labios muy agrietados, hazlo únicamente después de bañarte.
    • Aplícate un bálsamo labial después de la exfoliación o cuando sientas los labios secos. Usa un bálsamo labial con protector solar antes de salir en la mañana o en la tarde.
    • Mantente hidratado con agua. Si sientes los labios secos, toma agua y sécatelos con un paño. Evita lamerte los labios.
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    Ten en cuenta los tratamientos dentales. En la mayoría de los casos, la forma de los dientes no es un obstáculo para tener una buena sonrisa. Incluso, los dientes torcidos o separados pueden lucir adorables. Sin embargo, si no te gustan tus dientes, el dentista u ortodoncista tendrá muchas herramientas para darles la forma correcta.
    • Si tienes que usar frenillos, retenedores u otro tratamiento, pregúntale al ortodoncista cómo limpiarlos. Un retenedor sucio puede arruinar tu sonrisa y tu aliento.
    • Si quieres tener un cambio radical, pregunta por las carillas dentales, los implantes, los puentes o las dentaduras postizas. Estos métodos te darán una apariencia o unos dientes falsos para cambiar completamente tu sonrisa.

Consejos

  • Trata de ver tus fotografías. Imita las sonrisas que te gusten de las fotografías.
  • Cambia tu cepillo dental cada dos o tres meses o cuando ya esté sucio.
  • Si tienes frenillos o retenedores, asegúrate de limpiarlos todos los días para que luzcan limpios. No hay nada peor que sonreír con comida entre los frenillos o con una marca café en el retenedor.
  • Nunca sonrías falsamente por mucho tiempo. Para las fotografías, trata de sonreír justo antes de que te tomen la foto. De esta forma, los músculos no empezarán a tensarse y a lucir falsos.
  • Los dientes pueden ponerse amarillos y grises con la edad, aunque los cuides bien. Esta no es necesariamente una señal de que tienes una mala salud dental, pero puedes consultarlo con el dentista.

Acerca de este wikiHow

Tu Anh Vu, DMD
Coescrito por:
Dentista certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Tu Anh Vu, DMD. La Dra. Tu Anh Vu es una dentista certificada por el colegio oficial que dirige su consultorio privado, Tu's Dental, en Brooklyn, Nueva York. La Dr. Vu ayuda a adultos y niños de todas las edades a superar su ansiedad con fobia a los dentistas. La Dra. Vu realizó una investigación relacionada con la búsqueda de la cura para el cáncer de sarcoma de Kaposi y presentó su investigación en la reunión Hinman en Memphis. Recibió su licenciatura en Bryn Mawr College y un doctorado en Medicina Dental en la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Pennsylvania. Este artículo ha sido visto 16 279 veces.
Categorías: Felicidad y optimismo