El té verde es más que simplemente un líquido verde y caliente. Cada taza de té verde tiene antioxidantes y puede prevenir problemas cardiacos, mejorar la función cerebral y disminuir las probabilidades de desarrollar determinados tipos de cáncer.[1] [2] Sin embargo, es importante servir el té adecuadamente a fin de obtener todos los beneficios de este líquido verde y saludable.

Parte 1
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Tomar té verde

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    Sujeta tu taza con tu mano derecha mientras la sostienes desde abajo con tu mano izquierda. La taza o “yunomi” como se le conoce en japonés la debes sostener con ambas manos. En Japón, utilizar ambas manos se considera de buena educación.[3]
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    Toma el té sin sorber o hacer ruido. Evita soplar el té para enfriarlo. En vez de eso, colócalo en la mesa para que se enfríe.[4]
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    Disfruta el té, según tu preferencia y paladar. En última instancia, el té debe tener un sabor atractivo y delicioso para ti, ya sea que lo prefieras un poco amargo o con un gusto más atenuado o con un sabor más dulce o más suave. Es importante tomar una taza de té que se ajuste a tu paladar.[5]
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Parte 2
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Tomar té verde con una comida

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    Combina un té verde con unos bocadillos de sabor suave que no compitan con el sabor del té. Tu comida ligera podría incluir galletas sencillas de mantequilla, panqueques simples o galletas pequeñas de arroz.[6]
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    Elige un bocadillo dulce con tu té en vez de uno salado. El té verde combina bien con alimentos dulces ya que el té es más amargo que la comida y así moderará su sabor dulce.[7]
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    Trata de servir el té con mochi. El mochi es un panqueque japonés de arroz pegajoso que normalmente es de forma circular y de distintos colores.[8]
    • El mochi se encuentra disponible en sabores dulce y salado. La versión dulce se conoce como daifuku, el cual es una bola redonda de arroz pegajoso relleno con ingredientes dulces como pasta de frijol blanco o frijol rojo.
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Parte 3
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Preparar y servir té verde

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    Prepara el té verde de manera correcta. Hierve el agua hasta que apenas empiece a hervir a fuego lento. Luego retíralo del calor y espera de 30 a 60 segundos antes de usarlo para que así se pueda enfriar un poco.
    • La calidad y temperatura del agua que utilices para preparar el té son detalles esenciales para hacer una buena taza de té verde.[9]
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    Enjuaga una tetera (preferiblemente de cerámica) con agua caliente. Esto se conoce como calentar el envase y asegura que el té no se enfríe por acción misma del envase.[10]
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    Coloca las hojas de té en la tetera caliente. Si es posible, trata de utilizar hojas sueltas de té en vez de bolsas de té para que así consigas un té de mejor calidad.
    • La pauta estándar es una cucharadita (3 gramos) de té por cada 237 ml (8 onzas) de agua. Por lo tanto, si te sirves tú mismo, solo utiliza una cucharadita de té. Ajusta esta cantidad según la cantidad de personas a las que sirvas.[11]
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    Vierte el agua hervida sobre las hojas de té y déjalas reposar. El tiempo de reposo depende del tipo de té verde que utilices. Por lo general, debes dejar reposar el té verde durante 1 a 3 minutos.[12]
    • Una vez que las hojas de té hayan reposado lo suficiente, cuélalas.
    • El té verde cuyas hojas reposen demasiado tiempo tendrá un sabor amargo y desbalanceado. Procura no dejar reposar las hojas mucho tiempo.
    • Si el té tiene un sabor muy suave, utiliza más hojas de té o déjalas reposar por 1 minuto más.
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    Saca un juego de tazas de cerámica. Tradicionalmente el té verde japonés se sirve siempre en tazas pequeñas de cerámica cuyo interior es de color blanco para que así uno pueda ver el color del té. Utilizar tazas de cerámica es importante ya que la tetera y las mismas tazas afectarán el sabor del té.[13]
    • Un servicio de té japonés tradicional colocará en una bandeja la tetera, la vasija de enfriamiento, las tazas, los posavasos para té y un paño.
    • El tamaño de las tazas también se considera muy importante. A medida que las tazas sean más pequeñas, la calidad del té que se sirva normalmente será más alta.[14]
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    Vierte el té en las tazas mediante tercios. El primer vertido de té será más ligero que el último vertido de té para que así te asegures de que el sabor se distribuya igualmente en cada taza, llenando cada una con un tercio de su capacidad. Luego retrocede y vierte el segundo tercio en cada taza y finalmente todo el otro tercio. Esto se conoce como “ciclo de vertido”.
    • Nunca sirvas a alguien una taza llena de té ya que esto se considera de mala educación. Lo ideal es que la taza deba estar llena casi al 70 % de su capacidad.[15]
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    Evita agregar a tu té algo de azúcar, leche y otros aditivos. El té verde tiene un sabor muy fuerte y, si lo preparas correctamente, tendrá un sabor delicioso por sí mismo.
    • Si siempre tomas té con sabor y endulzado, debes saber que el sabor del té verde “al natural” podría parecerte desalentador al principio. No obstante, prueba algunas tazas antes de tomar una decisión.
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    Vuelve a utilizar tus hojas de té. Frecuentemente podrás conseguir hasta tres preparaciones de té con las mismas hojas. Hazlo simplemente vertiendo agua caliente en la tetera sobre las hojas y dejando reposar la misma cantidad de tiempo.[16]
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